EL Empirismo PDF

Title EL Empirismo
Author Cristina Echeverri Rivera
Course Psicología (Psicología Social)
Institution Universidad de Córdoba España
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EL EMPIRISMO El empirismo es una teoría filosófica que enfatiza el papel de la experiencia, ligada a la percepción sensorial, en la formación del conocimiento. Para el empirismo más extremo, la experiencia es la base de todo conocimiento, no solo en cuanto a su origen sino también en cuanto a su contenido. Se parte del mundo sensible para formar los conceptos y estos encuentran en lo sensible su justificación y su limitación. El término «empirismo» proviene del griego έμπειρία, cuya traducción al latín es experientia, de donde deriva la palabra experiencia. El empirismo, bajo ese nombre, surge en la Edad Moderna como fruto maduro de una tendencia filosófica que se desarrolla sobre todo en el Reino Unido desde la Baja Edad Media. Suele considerarse en contraposición al llamado racionalismo, más característico de la filosofía continental. Hoy en día la oposición empirismoracionalismo, como la distinción analítico-sintético, no suele entenderse de un modo tajante, como lo fue en tiempos anteriores, y más bien una u otra postura obedece a cuestiones metodológicas y heurísticas o de actitudes vitales más que a principios filosóficos fundamentales. Respecto del problema de los universales, los empiristas suelen simpatizar y continuar con la crítica nominalista iniciada en la Baja Edad Media. En la Antigüedad clásica, lo empírico se refería al conocimiento que los médicos, arquitectos, artistas y artesanos en general obtenían a través de su experiencia dirigida hacia lo útil y técnico, en contraposición al conocimiento teórico concebido como contemplación de la verdad al margen de cualquier utilidad. Antiguas formas de empirismo incluyen las labores epistemológicas de Buda en oriente. Sin embargo, aquí se considera la evolución de las actitudes filosóficas occidentales. EDAD ANTIGUA: En la Antigüedad clásica existía una clara separación entre:  

El conocimiento por la experiencia y su resultado: la técnica y el trabajo productivo. Lo que se ha entendido históricamente como "artes" y "oficios". El ideal del conocimiento teórico que comprende dos ámbitos: o La ciencia: Entendida esta como un conocimiento universal y necesario. Trata del saber de las últimas causas y de los primeros principios, lo que hoy se entendería como el fundamento de la realidad, la metafísica.

o La praxis: Como ideal del conocimiento práctico5que dirige la acción hacia el logro del bien y la felicidad, que a su vez se desenvuelve en dos ámbitos:  La consecución del bien individual, la felicidad como Ética  La consecución del bien común social, la política. En la Antigüedad clásica el conocimiento teórico y práctico, como saber universal y necesario, ideal del «saber», es independiente de la experiencia, y constituye la Sabiduría. La máxima expresión como conocimiento de la verdad, como ciencia, es la Metafísica y el modelo ideal de vida el más cercano posible a la felicidad, como ética, constituyen el ideal del sabio. Esta separación del conocimiento y la acción práctica respecto a la producción de bienes materiales responde a una tradición aristocrática y guerrera de la nobleza o clase dominante. Las artes y los oficios eran propios de esclavos o comerciantes, pero la «sabiduría» (filosofía) era lo propio de la nobleza y de los hombres libres. En la Atenas clásica ya apareció una doble actitud de pensamiento que se va a mantener a lo largo de toda la Historia de la filosofía en occidente y que hoy caracterizamos básicamente como racionalismo y empirismo. En realidad responden a dos actitudes y modos de concebir la función del pensamiento y el sentido de la vida. Los primeros en mantener una actitud claramente empirista fueron los sofistas quienes negaron las especulaciones racionalistas sobre el mundo natural común a sus predecesores, presocráticos y, sobre todo, Platón; por el contrario, se preocuparon «en tan relativas entidades como el hombre y la sociedad». El valor de la verdad queda restringido al valor concreto de la experiencia y el ejercicio del poder, bien sea individual (moral) o social (política). Este empirismo se interesa por la retórica en el dominio del lenguaje como instrumento esencial para la vida política ateniense y el ejercicio del poder.

ARISTÓTELES Aristóteles proclamó la importancia de la inducción basada en la experiencia. Tal vez sea Aristóteles quien mejor expresó el valor de la experiencia como fuente de conocimiento, por más que lo considerara sometido al supremo valor de lo teórico. En su Metafísica (982b 11-32), Aristóteles concibe al conocimiento como un proceso:







Se parte de lo común con los animales dotados de sensación y memoria y, por tanto, con experiencia; es la acumulación de experiencia lo que a los hombres hace «expertos». Más perfecto es el conocimiento de dicha experiencia unida a la reflexión, lo que convierte a los hombres en “artesanos”; lo que hoy denominaríamos técnicos (médicos, arquitectos, estrategas, etc.). La perfección de la función racional humana se manifiesta en la suprema facultad de elevarse a los fundamentos de dichos conocimientos a través de las causas hasta los primeros principios; es en esto en lo que el hombre se asemeja a los dioses, el saber de una Ciencia primera, entendida hasta el siglo XVIII como Metafísica. Esto solo es posible en la medida en que una sociedad tiene asegurados los bienes materiales, y por tanto puede dedicar a los «hombres libres» a la «inutilidad» del pensamiento en búsqueda de la verdad de la ciencia.

Aristóteles es propiamente un filósofo de tipo racionalista como no podía ser menos en un discípulo aventajado de Platón; admite un conocimiento metafísico del ente en cuanto tal; es el fundador de un sistema lógico que garantiza que, si se parte de verdades y se razona correctamente, se llegará a nuevas verdades,13 tal como define la forma argumentativa por excelencia, el silogismo, partiendo de la capacidad del entendimiento para llegar al conocimiento verdadero e intuitivo de los principios y la intuición de las esencias como formas sustanciales de las cosas. Sin embargo, Aristóteles también es el primero que reflexiona sobre el valor del conocimiento por la experiencia y los razonamientos inductivos, es decir al conocimiento científico como «observación de la naturaleza»: biología, medicina, etc.

EL EMPIRISMO INGLÉS John Locke responde al racionalismo continental, defendido por René Descartes, escribiendo a finales del siglo XVII Ensayo sobre el entendimiento humano (1689). El único conocimiento que los humanos pueden poseer es el conocimiento a posteriori (el conocimiento basado en la experiencia). Es famosa su proposición de que la mente humana es una Tabula rasa u hoja en blanco, en la cual se escriben las experiencias derivadas de impresiones sensoriales a medida que la vida de una persona prosigue. Hay dos fuentes de nuestras ideas: sensación (proveniente de los sentidos) y reflexión (proveniente de las operaciones mentales: pensamientos, memorias...),

en ambas se hace una distinción entre ideas simples y complejas. Las ideas simples son creadas de un modo pasivo en la mente, luego de obtenerlas mediante la sensación. Por el contrario, las ideas complejas se crean después de la combinación, comparación o abstracción de las ideas simples. Por ejemplo la idea de un cuerno al igual que la de un caballo son ambas ideas simples, pero al juntarse para representar a un unicornio se convierten en una idea compleja.37 De acuerdo con Locke, nuestro conocimiento de las cosas es una percepción de ideas, que están en acuerdo o desacuerdo unas con otras según unas leyes de asociación de ideas. Pero considerar la idea de «sustancia» o la idea de «causa» como una «idea compleja» modifica completamente el fundamento de toda la filosofía tradicional basada en la «sustancia» como «sujeto» y la «causalidad» como «explicación del cambio o movimiento» Una generación después, el obispo irlandés George Berkeley (1685-1753) determinó que el punto de vista de Locke abre la puerta para un eventual ateísmo. Ideó un empirismo extremo, metafísico, en el cual los objetos existen si son percibidos Esse est percipi (ser es ser percibido) de modo que un objeto siempre es percibido; porque si ningún humano lo percibiera Dios sería la entidad encargada de percibirlo. La percepción en cualquier caso es el fundamento del ser. Tales ideas más que empíricas responden a un sentido idealista.

David Hume reduce todo conocimiento, en cuanto tal, a «impresiones» e «ideas». Admite dos tipos de verdades: «verdades de hecho» y «relación de ideas» Toda idea ha de poder ser reducida a una impresión correspondiente. Cuando una idea surge de la relación entre ideas, su contenido de realidad ha de depender de las impresiones que la motivan. Si no encontramos dichas impresiones se debe rechazar como producto de la mera imaginación sin contenido de realidad alguno. Tal ocurre con la idea de sustancia y la idea de causa. Un conjunto de impresiones generan una asociación de ideas respecto a un hecho y un juicio al respecto. Un asesinato, por ejemplo, no es ni puede ser reducido a una impresión Es una relación de ideas: La idea del hecho de matar a un hombre (recuerdo de una impresión) junto con la idea del "desagrado que produce" en la conciencia como impresión interna queda asociada en una nueva idea: "asesinato" como idea que expresa un juicio moral relativo al rechazo de la asociación de las dos impresiones: El asesinato es algo "malo" como apreciación subjetiva moral pero no tiene contenido de conocimiento verdadero o falso.

De igual manera la noción de causa no puede ser reducida a una impresión; surge de la relación entre ideas. ¿Cuál es la relación que une a dos ideas como causa? Para Hume es evidente que la relación causal se establece bajo el punto de vista de "una sucesión constante de impresiones" que generan en el hombre un «hábito» o «costumbre». A la impresión de poner un cacharro con agua en el fuego siempre se sigue que el agua se caliente. Es la conciencia la que asocia estas dos impresiones sucesivas como ideas (el hecho de poner el agua al fuego, y que le suceda el hecho de que se caliente). Esta asociación constituye una nueva idea, la idea de causa, cuyo fundamento es la expectativa de que "el hecho de que hasta ahora me ha sucedido que siempre que pongo un cacharro con agua al fuego esta se calienta" me permite afirmar: "El fuego calienta el agua"; es decir el fuego es la causa de que el agua se caliente. Pero no podemos encontrar ninguna impresión que tenga relación directa con la idea de causa. Y el contenido de realidad de una idea solamente tiene sentido en referencia a la impresión de la que se derive. La idea de causa, pues, es algo meramente subjetivo, resultado de la asociación de la mente de dos impresiones sucesivas cuya conexión no aparece como evidencia.

David Hume: el empirismo El escocés David Hume (1711-1776) tomó como punto de partida para su filosofía la misma que John Locke: la experiencia; sin embargo, Hume lleva hasta sus últimas consecuencias el empirismo de Locke asumiendo una posición más escéptica y antimetafísica que su antecesor. Como pensador ilustrado que es ya, desconfía de las teorizaciones filosóficas y asume a la ciencia como nuevo modelo de conocimiento sobre el mundo, pero también sobre el ser humano. Especialmente relevante en la historia de la filosofía fueron sus críticas a la inducción y al principio de causalidad. Frente al racionalismo continental, en las Islas Británicas surgió el empirismo. El principal problema que analiza este movimiento es cómo se produce el conocimiento, la tesis empirista es que el verdadero conocimiento procede básica o exclusivamente de la experiencia. A nivel ético, político y religioso los empiristas adoptaron posturas tolerantes lejos de cualquier dogmatismo, postura coherente con el escepticismo que estos autores mostraban hacia cualquier tipo de teorización que no estuviese fundada en la experiencia.

Mientras que para Descartes la piedra angular de su sistema era el “yo pienso”, para el empirismo el sujeto, antes que una “cosa pensante”, es un procesador de los datos de los sentidos, quien relaciona, analiza y reconstruye la experiencia sensible. También niegan estos autores la existencia de ideas innatas. Para el empirista el hombre nace como una tabla en blanco, sin ideas preconcebidas; solo las sensaciones llenan la mente del ser humano. Para el racionalismo cartesiano la idea innata de Dios garantiza la realidad del mundo externo, para estos autores anglosajones la realidad del mundo externo es cuestión de creencia, podemos suponer su existencia porque genera sensaciones en nosotros, pero el verdadero conocimiento son esas sensaciones, no el mundo externo que es inaccesible sin la experiencia. No obstante empirismo y racionalismo coinciden en considerar al hombre el centro de su reflexión. En concreto, David Hume, teniendo a la ciencia de Newton como paradigma, sostiene que toda forma de conocimiento tiene a la naturaleza humana como condición previa de posibilidad, ya que todas las ciencias son conocimientos de hombres y están sometidas al criterio de otros hombres. Esto es válido para las ciencias naturales, pero también para las matemáticas, por ejemplo. De este modo, la nueva metodología que propone el escocés tiene un primer objetivo, que es indagar sobre la naturaleza humana, base común a todas las ciencias. Como segundo objetivo, Hume se propone descubrir los límites de esa naturaleza, en otras palabras, analizar y fijar los límites del entendimiento humano. Para lograr estos objetivos no nos debemos basar en teoría filosóficas sino en la más cercana experiencia. Analizando nuestro modo de conocer, Hume da por sentado que todo nuestro conocimiento procede de “percepciones”. Las percepciones son contenidos que proceden de la experiencia de un modo más o menos directo. Existen dos tipos de percepciones: 



Las impresiones: son percepciones inmediatas y directas. Aquí se incluyen los datos aportados por los sentidos como ver u oír, y también los aportados por nuestras emociones, juicios, pasiones… Las ideas: son percepciones más débiles y que proceden de las impresiones que recordamos. Las ideas son más confusas y sujetas a engaño que las impresiones; por tanto, para descubrir la validez de una idea tendremos que ir a analizar la impresión que la ha generado.

Con esta teoría del conocimiento Hume pone en tela de juicio muchos de los conceptos de la filosofía de su tiempo como “sustancia”, “idea innata”, etc.

LO ANALÍTICO Y LO SINTÉTICO, LO A PRIORI Y A POSTERIORI Las consecuencias que se derivan del concepto de causa, tal como lo concibe Hume, respecto a un conocimiento que pretenda ser científico no puede ser más destructivo. Conduce a un escepticismo puesto que nunca podremos conocer el fundamento de nuestras impresiones y el conocimiento de la experiencia nunca nos permitirá salir de un subjetivismo incompatible con la ciencia. Por otro lado la ciencia del siglo XVII está mostrando unos éxitos indudables en el conocimiento de las leyes de la naturaleza, así como en el dominio de la misma en sus aplicaciones técnicas. Esta crítica de la noción de causa según el postulado empirista, provocó en Kant racionalista hasta entonces, su despertar del «sueño dogmático». Toda su obra crítica intenta superar este supuesto que hacía de todo punto inviable el conocimiento científico. El empirismo tanto de Locke como de Hume, deriva a lo que se ha llamado asociacionismo que viene a reducir el conocimiento a un psicologismo como fue entendido posteriormente. La ciencia tradicional, desde los griegos a la Edad Moderna, procede por conceptos. Es independiente de la experiencia, (lo que en la Edad Moderna se conceptualiza como a priori). El conocimiento verdadero es posible porque el objeto de experiencia se considera dado como realidad objetiva origen y causa de la afección sensible que conduce al conocimiento de la experiencia. La experiencia garantiza la existencia de lo percibido. Los conceptos, en tanto que se deriven válidamente de la experiencia, ponen en conexión conocimiento universal y realidad. Así es como normalmente se valora el conocimiento en la conciencia no crítica que identifica el conocimiento con lo real. Se da por supuesto que el entendimiento es capaz de intuir la esencia universal como forma de las cosas percibidas en la experiencia. Allí donde se dé el caso del objeto que se trate se darán las notas categoriales propias de dicho concepto. La razón, en este modo de concebir la ciencia, analiza los conceptos de forma separada de la experiencia; clasifica y relaciona los conceptos unos con otros por medio de las "notas" o "cualidades" que los caracterizan; y la razón, aplicando las leyes del pensar, la Lógica, por medio de los silogismos, obtiene conclusiones que son aplicables a los objetos reales con garantía de verdad científica. El resultado es una ciencia de las cualidades tal como fue la ciencia aristotélica.

La ciencia así concebida es universal por tratar de conceptos universales que abarcan a todo un universo de objetos, y necesaria porque se basa en las intuiciones verdaderas de las cualidades de los objetos. Es por tanto una ciencia "cualitativa" y "a priori" en donde la experiencia juega un papel claramente secundario. Pero el punto de partida de la reflexión filosófica a partir de Descartes, tanto para los racionalistas como para los empiristas, cambia de manera radical:   

Lo dado no es el objeto de la experiencia, sino la conciencia del "yo" como sujeto-pensante de la experiencia. El objeto es una "impresión" o "idea" de la conciencia. El entendimiento opera con ideas. Al no haber intuición de realidad en lo sensible percibido no hay garantía de que la relación entre idea-objeto tenga fundamento en lo realmente objetivo. Dicha relación se convierte en problemática.

El racionalismo presenta una justificación de la ciencia, mediante las ideas innatas, a partir de la idea de Dios, pero el argumento no resulta convincente. El empirismo valora la ciencia como un hecho inexplicable, con un fundamento meramente ocasional y probable según una inducción subjetiva y habitual. Pero la ciencia en la Edad Moderna es un hecho. Ha adquirido, a partir de las aplicaciones del cálculo matemático, un método y un éxito indudable en el dominio de la naturaleza y en sus aplicaciones prácticas. Una ciencia basada en la “cantidad” y la “medida” y en las relaciones matemáticas que permiten establecer “hipótesis explicativas” que se confirman en la experiencia mediante los experimentos. Ni los racionalistas ni los empiristas encuentran una razón suficiente de las propiedades de dicho conocimiento: 



Como analítico y a priori es independiente de la experiencia. Por eso se pueden deducir consecuencias a partir de determinados conceptos obtenidos a priori por la razón como hipótesis y análisis sobre todo matemáticos. Consecuencias que, posteriormente, son verificadas en la experiencia mediante los experimentos. Pero sintético por otro, en cuanto que no puede reducirse a unas verdades de razón meramente analíticas en que los predicados están contenidos en la noción del sujeto. Los experimentos muestran que las consecuencias deducidas son una ampliación del conocimiento; pues explican el fundamento de la experiencia.

LA SOLUCIÓN KANTIANA Immanuel Kant intenta realizar una síntesis que hiciera posible el conocimiento científico universal y necesario pero cuyas verdades no fueran meramente formales y analíticas sino que pudieran ser materiales.59 Para ello intenta justificar la posibilidad y existencia de unos juicios sintéticos a priori, que serían los juicios propios de la ciencia: Universales y necesarios, por ser a priori, pero sintéticos porque amplían el conocimiento en su contenido material al extender los posibles predicados con independencia de la noción del sujeto, superando las limitaciones de las verdades de razón. Para justificar tales juicios rechaza que el entendimiento sea como una "tabla rasa" que se limita a recibir pasivamente la información que le llegue de los datos sensibles, de la misma forma que rechaza la capacidad de intuición del entend...


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