EL ESPACIO URBANO PDF

Title EL ESPACIO URBANO
Course Geografia
Institution Universidad Francisco de Vitoria
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EL ESPACIO URBANO Bloque 10. El espacio urbano  Poblamiento rural y poblamiento urbano  Concepto de ciudad y su influencia en la ordenación del territorio.  Morfología y estructura urbanas.  Las planificaciones urbanas.  Características del proceso de urbanización. Las áreas de influencia.  Los usos del suelo urbano.  La red urbana española. Características del proceso de crecimiento espacial de las ciudades. La jerarquía urbana.  La integración en el sistema urbano europeo.  Los problemas de las ciudades españolas. La Geografía Urbana es la parte de la Geografía que se ocupa de estudiar el espacio urbano, es decir, la ciudad con su marco geográfico, el plano, los edificios, los usos del suelo y las funciones. Esta disciplina está relacionada con el urbanismo, que surge como nueva disciplina en el s. XIX, fruto de las transformaciones y de la construcción de la ciudad. En nuestros días casi el 80 % de la población española vive en ciudades de mayor o menor entidad, pero el hecho más importante que se oculta tras esta realidad es la profunda transformación que se ha operado en la vida de los españoles en virtud de este proceso de urbanización, pues la ciudad es la máxima expresión de la naturaleza social del hombre, de ahí que el crecimiento de las ciudades ha sido coherente con el aumento del nivel de civilización. Resulta difícil definir la ciudad, pues es una realidad compleja, integrada por diversos y diferentes elementos y en constante cambio. Podríamos decir que la ciudad es una aglomeración, más o menos numerosa y con cierto tamaño, que concentra residencias y actividades económicas terciarias e industriales y cuyas funciones alcanzan a un territorio o área de influencia. La importancia de las ciudades deriva de que son centros de poder donde se toman decisiones políticas. Su alta densidad de población hace rentable acometer obras y servicios de envergadura. Permiten economías de escala. Ofrecen más oportunidades laborales y mayor cantidad y diversidad de servicios. Son centros de intercambio de informaciones, innovaciones e ideas. Albergan una mentalidad más abierta y menos sujeta a los condicionamientos sociales; y tienen una gran capacidad de influencia en su entorno

I.- EL PROCESO DE URBANIZACIÓN. Durante los siglos XIX y XX la urbanización provocó profundas y rápidas transformaciones en España, que dejó de ser un país rural para convertirse en un país urbano, con los correspondientes efectos sobre la economía, red urbana y el paisaje. En España el proceso de urbanización ha tenido especial virulencia en los últimos cincuenta años; sus efectos se reflejan en el crecimiento de la tasa de urbanización, que ha pasado del 32,3 % en 1900, al 79 % en 2014. Por los ritmos y tipos de crecimiento se distinguen cuatro etapas:  1900-1930.- El éxodo rural provocó un periodo de crecimiento demográfico en las 1

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ciudades con más de 100.000 habitantes, especialmente en las grandes urbes industrializadas (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao). 1930-1960.- La guerra civil y la postguerra detuvieron el desarrollo industrial y el éxodo rural, ralentizando la urbanización. 1960-1980.- Los cambios en la política económica y la apertura internacional impulsaron el proceso de industrialización. La población urbana experimentó el mayor crecimiento del siglo, concentrándose en las áreas metropolitanas y en las ciudades medias industrializadas acogiendo a los inmigrantes del medio rural y de otras regiones españolas. 1980-actualidad.- El crecimiento de la urbanización continua pero desacelera su crecimiento. Los factores de la urbanización cambian, la industria pierde peso y ganan importancia las actividades terciarias. Las ciudades con mayor crecimiento son las aglomeraciones pequeñas y medianas que están integradas en grandes regiones urbanas.

II.- MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA URBANA. El proceso de urbanización es la progresiva concentración en la ciudad de la población, las actividades económicas principales y las innovaciones, que posteriormente se difunden hacia su entorno. En España se diferencian tres etapas en este proceso: preindustrial, industrial y postindustrial. Esta evolución ha dejado su huella en la morfología urbana. Esta morfología está influida por factores como el emplazamiento y la situación urbana, el plano, la construcción y los usos del suelo. El emplazamiento es el espacio físico en el que se asiente la ciudad. Los más habituales son junto a ríos, sobre colinas, cerca de los recursos o favorables para el comercio. La situación es la posición relativa de la ciudad respecto a un entorno geográfico amplio; puede estar condicionada por una función militar o económica, o de control de una ruta comercial, etc. El plano es el conjunto formado por las superficies construidas y suelen responder a tres tipologías:  Irregular: presenta calles estrechas y tortuosas y plazas sin formas definidas  Radiocéntrico: tiene un centro del que parten calles radiales, cortadas por otras que forman anillos en torno al centro.  Ortogonal: en cuadrícula o damero, está formado por calles que se cortan en ángulo recto La trama es la disposición de los edificios. Puede ser abierta si existe amplios espacios libres entre los edificios; o cerrada si los edificios se disponen unos junto a otros, de forma compacta, o formando manzanas en torno a un patio. Los usos del suelo son las diferentes utilizaciones del espacio urbano: comercial y de negocios, residencial, industrial, de equipamiento, etc. La estructura urbana es la organización de la ciudad en diferentes áreas caracterizadas por su morfología y funciones. Estas zonas son el casco antiguo, correspondiente a la urbanización preindustrial; el ensanche de época industrial; y la periferia actual. Sin embargo, la intensidad de la urbanización ha llevado a otras ciudades a conectar con núcleos de población próximos, dando lugar a la formación de aglomeraciones urbanas.

La ciudad tradicional o preindustrial: Se corresponde, por lo general, con la parte urbana que denominamos casco histórico. 2

Suele ser herencia de distintas épocas históricas, por lo que su trazado es irregular y heterogéneo.  Las manifestaciones urbanísticas más antiguas en las ciudades españolas pertenecen a la época romana, si bien, son muy pocas las que aún mantienen la estructura urbanística romana. Éstos, siempre diseñaban planos ortogonales, es decir, calles rectas que se cortan en ángulo recto. Derivan del trazado de los campamentos militares en que destacaban dos calles principales, el cardo y el decumano, perpendiculares entre sí, paralelamente a las cuales se trazaban todas las secundarias. Este plano aún es perceptible en Zaragoza, Barcelona, Mérida, etc.  Tras el período altomedieval, escasamente urbano, la Baja Edad Media es la época del florecimiento de las ciudades. La ciudad, ahora, se encorseta en sus murallas, por lo general de trazado aproximadamente circular, que protegen calles sinuosas e irregulares y plazuelas asimétricas. Es perceptible la tendencia de las calles a disponerse de forma radial desde el centro hasta las murallas. En suma, el plano es desordenado, parcialmente caótico y con marcada tendencia a lo radiocéntrico.  En la España musulmana hay que considerar el plano urbano desde otras perspectivas muy distintas. El plano de las ciudades musulmanas constituye un auténtico laberinto de calles estrechas que se tuercen y retuercen infinitas veces, se entrecruzan, lanzan ramificaciones o acaban en fondos de saco, cerrado por los adarves.  Durante el Renacimiento, el trazado viario mantiene las características heredadas de la Edad Media, con escasas rectificaciones o ampliaciones. No obstante, es en esta época cuando aparece uno de los más genuinos elementos de la urbanística española: la plaza Mayor, de constante plano cuadrangular. Durante el Barroco se abren jardines, paseos y alamedas para beneficio de los ciudadanos. En definitiva, en la ciudad preindustrial la planificación es nula, el trazado de las calles se acomoda a las dificultades del emplazamiento, por lo que son frecuentemente irregulares y tortuosas.

La ciudad industrial: Comprende desde el inicio de la industrialización en el siglo XIX hasta la crisis económica de 1975. Como consecuencia de la revolución industrial, las ciudades van a conocer profundas transformaciones. La instalación de las fábricas en las ciudades atrajo a grandes masas de población. En los inicios de la industrialización las ciudades, sin ninguna planificación, fueron evolucionando sin ninguna dirección. Así la ciudad tradicional se deterioró y degradó. Para poner remedio a esta situación se multiplican las ideas sobre la necesidad de la planificación urbana. En nuestro país éstas se concretan, en el s. XIX, en los proyectos de ensanche, que suponen el derribo de las murallas tradicionales y la planificación meticulosa de un nuevo sector urbano. Los ensanches del siglo XIX fueron concebidos y planificados como sectores de la ciudad totalmente nuevos y sobre suelos vírgenes. La mayoría presentan planos ortogonales muy uniformes. Los más conocidos son el plan Cerdá en Barcelona y el plan Castro en Madrid, si bien existen otros en S. Sebastián, Bilbao, Zaragoza, etc. Problema común a todos los ensanches es que sólo pudieron ser ocupados por personas de medio-alto 3

poder adquisitivo y, por tanto, no resolvieron los problemas de vivienda de las clases trabajadoras. En las primeras décadas del siglo XX en los barrios de la burguesía, se abrieron nuevas plazas y se construyeron grandes vías (Gran Vía de Madrid), inspiradas en el modelo de París, es decir, calles amplias y largas, jalonadas de edificios majestuosos. Además hubo otros proyectos ideados por urbanistas con el fin de resolver los problemas que la aglomeración urbana generaba. Dos de esos proyectos fueron: la ciudad-jardín y la ciudad lineal. Por su importancia, destaca el segundo proyecto ideado por Arturo Soria, quien pretendía “urbanizar el campo y ruralizar la ciudad”, conectando en un mismo espacio campo, industria, servicios y residencia. La concibió como una gran calle de unos 500 metros de anchura y varios kilómetros de longitud, que tomaba como eje principal una línea de transporte, que unía dos núcleos rurales existentes (Chamartín y Vicálvaro). Todas las casas eran unifamiliares, con jardín y huerto. Finalmente sólo se realizaron 5 Km. muy desnaturalizados. En los barrios obreros e industriales del extrarradio, comenzaran a surgir en los aledaños de las grandes ciudades barrios improvisados. Se caracterizan por la total ausencia de planificación y, por consiguiente, de baja calidad urbanística, por un crecimiento desordenado y por la baja calidad de la construcción, que es ínfima en las aglomeraciones de chabolas. El resultado es un plano irregular y desorganizado, aunque adaptado en muchas ocasiones a las vías de comunicación que conectan con la gran ciudad, con la que, finalmente, acaban fusionándose. Ejemplo de esto son los suburbios de principios de siglo que aparecen en Madrid como Vallecas, Tetuán, el Carmen, etc., o los que se van adosando a los núcleos preexistentes de Vicálvaro, Carabanchel Bajo y Alto. Durante los años del desarrollismo las ciudades experimentaron un alto crecimiento de tal manera que la periferia se extendió de forma contigua a la ciudad formando un área suburbana. En este periodo las áreas residenciales se hicieron sin planificar donde abundaban barrios de infravivienda o chabolas (las casas se autoconstruían con materiales de desecho), el Estado para paliar este problema empezó a construir viviendas de promoción oficial que, en general, adoptaron una trama abierta en bloques de baja calidad o viviendas unifamiliares baratas, con enormes carencias en equipamientos y servicios. Posteriormente comenzaron a construirse polígonos de viviendas en tramas abiertas en bloques o torres separados por espacios para jardines o aparcamientos. La edificación geométrica generó un paisaje monótono o “de colmena”. Estos rasgos dieron a la periferia suburbana una imagen negativa que se está tratando de paliar en la actualidad.

Las áreas metropolitanas o la ciudad postindustrial: El tejido urbano actual tiene unas características específicas que difieren de las ciudades de etapas anteriores, son las que siguen:  La industria ha abandonado la ciudad en la que, ahora, predomina el sector servicios. Barrios industriales antiguos ubicados ahora en el centro de la ciudad son reestructurados y rehabilitados construyendo viviendas o nuevos equipamientos.  Las ciudades nuevas están sujetas a una estricta planificación de control muy reciente, pues en la década del desarrollismo apenas hubo control urbanístico sobre la fuerte especulación de ese período.  La expansión de la periferia urbana continúa por la difusión desde el centro urbano 4





de población y actividades económicas y, en menor medida, por el crecimiento de la inmigración extranjera entre 1995 y 2008. En la actualidad la periferia se extiende más dando origen a las áreas periurbanas o rururbanas, de límites imprecisos entre el campo y la ciudad. Adopta un modelo disperso, conocido como “ciudad difusa” o “ciudad dispersa”, caracterizado por la baja densidad de la urbanización respondiendo al deseo de las clases medias de disfrutar de mayor privacidad. El modelo más frecuente es el de urbanizaciones de viviendas unifamiliares aisladas o adosadas o viviendas colectivas con bajo número de plantas y amplios jardines. Las áreas industriales incluyen polígonos industriales y las áreas de equipamiento incluyen servicios que requieren suelo abundante y barato para grandes superficies comerciales, universidades, hospitales, etc. Se produce la despoblación de los núcleos centrales de las ciudades. Los cascos históricos se han degradado tanto que se han iniciado políticas de rehabilitación de los mismos. En la actualidad conviven población marginal o inmigrantes con pocos recursos que ocupan infraviviendas muy antiguas con riesgo de derrumbarse con jóvenes altamente cualificados de alto poder adquisitivo que ocupan edificios rehabilitados y que buscan la cercanía a los equipamientos culturales ubicados en el centro de la ciudad. El crecimiento urbano ha traspasado los límites de la antigua ciudad, dando lugar a la aparición del área metropolitana y de conurbaciones. La conurbación se produce por la unión física de dos ciudades que mantienen su autonomía (ejemplo S. Sebastián de los Reyes y Alcobendas) En cuanto al área metropolitana es una entidad urbana, en donde un núcleo mayor, que es el más antiguo y dinámico, organiza un área considerablemente más extensa que engloba a varias poblaciones satélite o ciudades dormitorio. Estos núcleos mantienen intensos intercambios de población, comerciales, docentes, laborales, etc., con el núcleo principal, aunque por lo general, tengan independencia municipal. La existencia de vías de comunicación (autopistas, ferrocarriles, etc) facilita los desplazamientos y contribuye al crecimiento de estos núcleos secundarios. Las áreas metropolitanas en nuestro país se van configurando claramente a lo largo de la década de los sesenta, coincidiendo con los momentos álgidos del éxodo rural y precisamente por esa causa.

II.- LAS AGLOMERACIONES URBANAS. Algunas ciudades han crecido hasta conectar con otros núcleos de población. Se crean así aglomeraciones urbanas de diferentes tipos. La ciudad “real” no es solo un núcleo urbano claramente delimitado, sino aglomeraciones formadas por países diverso y extensas áreas urbanizadas dispersas en una amplia extensión territorial y unidas por redes de transportes urbanos y metropolitanos. Esta extensión de la urbanización y del transporte ha difuminado los límites entre la ciudad y el campo. Los nuevos modelos de ciudad han dado lugar a aglomeraciones urbanas que desbordan los límites municipales. Áreas metropolitanas.- Designa a las aglomeraciones urbanas integradas por varios municipios, con una ciudad central y una serie de ciudades en su proximidad. La red de transportes comunica las ciudades del área metropolitana con la ciudad central y es esencial para desplazamientos de trabajo o estudios, comercio y ocio. La estructura espacial de las áreas metropolitanas responde a dos modelos: de la coronas 5

concéntricas en torno al núcleo central; y el radial, formado por sectores especializados en ciertos usos del suelo, que parten desde el centro hacia la periferia a lo largo de las principales vías de comunicación. En algunas áreas metropolitanas, como la de Madrid, se solapan los dos modelos. Conurbaciones.- Son conjuntos urbanos formados por ciudades que han surgido separadas pero que ha llegado a unirse físicamente para construir un mismo conjunto urbano. Ejemplos: Alcobendas-San Sebastián de los Reyes (Madrid), Elda y Petrel (Alicante). Región urbana.- Son territorios extensos y muy urbanizados, que pueden integrar asentamientos de diferente tamaño y funcionalidad: ciudades, áreas metropolitanas, conurbaciones, etc. Existe un área metropolitana que actúa como núcleo vertebrador. Las relaciones sociales y económicas en el interior de una región urbana son muy intensas. Ejemplos: la región urbana de Madrid, de Barcelona, la región urbana de Asturias (Oviedo, Gijón y Avilés). Megalópolis.- es una aglomeración urbana suprarregional discontinua pero sin fracturas importantes, formada por la sucesión de diversos núcleos urbanos. En España podría considerarse como tal el eje mediterráneo

III.- EL SISTEMA URBANO. Las ciudades españolas constituyen un sistema integrado por el conjunto de las ciudades y las relaciones que establecen entre sí. En el espacio, el sistema dibuja redes compuestas por nodos (las ciudades) y líneas (los flujos que las relacionan). Las distintas ciudades que componen el sistema se organizan jerárquicamente y conforman ejes urbanos con diferente nivel de dinamismo y de integración. Las ciudades españolas, de esta manera, organizan un espacio territorial más o menos extenso según su categoría y su nivel jerárquico. Este territorio depende de la cantidad y complejidad de las funciones que desempeñan los núcleos urbanos y de la intensidad con que lo hacen. Así, las capitales o metrópolis nacionales organizan la totalidad del territorio del país, mientras que una pequeña cabecera comarcal sólo lo hace sobre la propia comarca. En función de la cantidad e intensidad de las funciones y del tamaño del territorio sobre el que las ejercen, las ciudades españolas se organizan dentro de una jerarquía, dando lugar a una red urbana, en donde es posible detectar varios niveles perfectamente jerarquizados. La jerarquía urbana en España está bien organizada con un elevado número de ciudades de distinto rango demográfico y funcional. Existe una jerarquía bicéfala, con dos metrópolis nacionales de rango internacional, Madrid y Barcelona; además hay cinco grandes metrópolis regionales de primer orden, Bilbao, Valencia, Zaragoza, Sevilla y Málaga, que articulan la jerarquía urbana. Identificamos, entonces, estos tipos de ciudades:

Metrópolis nacionales. En primer lugar a la cabeza de las ciudades del país en cuanto a rango funcional, destacan las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona. Actúan de forma intensa y, particularmente, compleja sobre espacios muy amplios, que pueden abarcar todo, o buena parte del territorio español, además del de su propio entorno. Del nivel de urbanización de estos núcleos urbanos habla el hecho de que sólo Madrid y Barcelona, conjuntamente, alojan casi el 20 % de la población española. Tienen en torno a 3 millones de habitantes y presentan una gran variedad y especialización de funciones 6

(comercial, industrial, administrativo-política, universitaria, turística, financiera, cultural, religiosa, etc), fuertes concentraciones de empresas de alcance nacional, elevadas tecnologías y servicios muy específicos.

Metrópolis regionales de primer orden En el segundo nivel jerárquico hay que incluir a las capitales regionales de primer orden: Valencia, Sevilla, Bilbao, Zaragoza y Málaga. Ejercen su influencia sobre una amplia área de carácter regional, manteniendo unos vínculos intensos con las ciudades de rango nacional. Están en torno a 1 mi...


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