EL Juicio DE Paris - Apuntes 1 PDF

Title EL Juicio DE Paris - Apuntes 1
Course Estética y Teoría de las Artes
Institution Universidad de Oviedo
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EL JUICIO DE PARIS Paris (Πάρις), hijo de Príamo y Hécuba, los reyes de Troya. Fue mandando abandonar en el monte Ida por un criado, Agelao, después de que un oráculo les dijese a sus padres que el pequeño príncipe iba a ser la causa de la destrucción de Troya. Paris fue criado en el campo por unos pastores, y recibió el nombre de Alejandro, “hombre que protege” u “hombre protegido”. Paris vivía tranquilamente en el campo hasta que repentinamente se le presentó un conflicto. Se encontraban reunidas todas las deidades en las bodas de la diosa Tetis y el mortal Peleo, cuando apareció Éride, la diosa de la discordia. Éride, queriendo provocar un conflicto entre los allí presentes, lanzó una manzana dorada entre Hera, Afrodita, y Atenea, que debía ser entregada a la mujer más bella. Como ninguno de los dioses quería pronunciarse, Zeus, padre del Olimpo, decidió que las tres diosas acudiesen a Paris, ya que al haber vivido tanto tiempo en el campo y alejado de las pasiones humanas, su juicio seria más imparcial y racional. Cada una de las diosas le ofreció a Paris unos tributos y protección si fallaba a su favor: Hera le ofreció el gobierno de Asia, Atenea la sabiduría, y Afrodita el amor de la mujer más bella de la tierra. Paris, guiado totalmente por las pasiones humanas, eligió a Afrodita. La mujer más bella de la tierra en aquel momento era Helena, mujer de Menelao, rey de Esparta. Paris, sirviéndose de la ayuda de Afrodita y de su seducción, se llevó a Helena a Troya. Cuando Menelao descubrió la traición, mandó a Agamenón y su tropa en busca de Helena. Lo que provocaría el posterior conflicto entre aqueos y troyanos, y el odio de Hera y Atenea a la ciudad de Troya. Desde la antigüedad griega hasta la más cercana actualidad, el mito del Juicio de Paris ha tenido una gran transcendencia. La importancia de este mito no solo recae en su vinculación con un hecho de carácter épico como es la Guerra de Troya, sino en su carácter didáctico y atemporal. En el campo literario griego, son muchos los autores que narran esta escena mitológica, con pequeñas variaciones. Ya en la Ilíada Homérica nos encontramos con una referencia al Juicio de Paris, aunque no muy extensa. Posteriormente se desarrolla en el poema de las Ciprias, del que desgraciadamente solo se conservan fragmentos. La escena mitológica del Juicio de Paris siempre ha tenido, dentro del mundo artístico, una gran

transcendencia. Desde la antigüedad griega hasta la actualidad, centenares de autores han tomado este mito como fuente de inspiración, no solo por su relación mítica con la Guerra de Troya, sino también por la alegoría moral que contiene. La decisión que toma Paris es un vivo reflejo de la importancia que concedemos a la pasión y de cómo nos dejamos guiar por ella sin pensar en las consecuencias. De la importancia que damos los humanos a cosas tan efímeras y banales como la belleza. París podía haber tenido un juicio racional y haber elegido la sabiduría, pero eligió la belleza porque para nosotros la estética suele estar por encima de cualquier otro atributo. Sabemos que los mitos son atemporales,

Los mitos griegos han tenido y tienen una repercusión increíble dentro del mundo artístico, sirviendo como una fuente de inspiración, fundamentalmente en el campo de las artes plásticas y de la literatura. Una de las etapas artísticas en la que se da un singular interés por la mitología griega, es el Renacimiento Italiano. En el periodo renacentista se retoman los modelos grecorromanos, y se utilizan los antiguos mitos, no solo con un afán estético, sino también de aprendizaje. La decisión que toma Paris es un vivo reflejo de la importancia que concedemos a la pasión y de cómo nos dejamos guiar por ella sin pensar en las consecuencias. De la importancia que damos los humanos a cosas tan efímeras y banales como la belleza. París podía haber tenido un juicio racional y haber elegido la sabiduría, pero eligió la belleza porque para nosotros la estética suele estar por encima de cualquier otro atributo. han pasado muchos siglos en los que los artistas han realizado muchas -y muy distintasinterpretaciones de la famosa historia de la manzana. Los siglos XVI y XVII, en pleno Renacimiento en Europa, son especialmente fructíferos en pinturas con el tema del Juicio de Paris. Algunos artistas realizaron varias versiones del mismo tema, como Lucas Cranach el Viejo, que realizó al menos trece variaciones sobre un mismo diseño (algunas con la ayuda de su hijo del mismo nombre), o el prolífico Peter Paul Rubens.

La primera dificultad que ha encontrado el análisis filológico-literario al plantearse el problema del juicio de Paris es la autenticidad del pasaje que lo menciona en la Ilíada. Reinhardt plantea que el juicio de Paris aparece transformado en situaciones épicas al interior de la Ilíada, particularmente en aquéllas donde Hera y Atenea aparecen enfrentadas con Afrodita: así ocurre en Ε 418 y en Φ 423. El mismo autor señala que la única explicación para el misterioso y profundo aborrecimiento de Hera y Atenea por los troyanos es la referencia al juicio de Paris en el libro XXIV a la vez que el propio juicio sólo tiene sentido como historia en cuanto que introduce la trama de la ruina de Troya: “without the judgement of Paris, no Iliad” (1997: 187). Reinhardt también considera que la calificación del juicio como poco ‘arcaico’ —i.e. ‘heroico’— no lo podría haber excluido del poema homérico, puesto que allí se conjugan dos tradiciones culturales distintas: una norteña que aportó la ‘Aquileida’ y otra sureña que aportó la historia de Paris y Helena. Por otra parte, Reinhardt se refiere a un peine de marfil hallado en Esparta y datado en el siglo VII a.C., donde se representa el juicio de Paris: la datación puede implicar en un alto grado de probabilidad que Homero estaba al tanto de la historia y la presume en la Ilíada. Walcot estima que el pasaje homérico sí es original en virtud del odio de Hera y Atenea, la protección de Afrodita sobre Paris y las sugestivas menciones del rapto de Helena y del matrimonio de Tetis y Peleo; aunque observa que estos argumentos no son terminantes, puesto que son meramente literarios y no científicos. Davies (1981), por su parte, interpretó — admitiendo lo que ya había propuesto Reinhardt— que la referencia al juicio en tal punto de la Ilíada tiene una función literaria: contrastar el persistente rencor divino con la magnífica sensibilidad humana, que se hará patente en el encuentro de Aquiles y Príamo. También observó (2003) que la perfecta oposición entre las circunstancias en las cuales Héctor se encuentra con las tres mujeres —en la ciudad, en movimiento y por separado— y Paris con las tres diosas —en el monte Ida, en quietud y en conjunto— otorga otra señal de que Homero sí estaba al tanto del juicio de Paris.

Respecto a las fuentes, la primera obra en la que aparece el mito es en la Ilíada homérica, en el canto XXIV, posteriormente es tratado en los poemas de las Ciprias, pertenecientes al ciclo épico troyano. Fue desarrollado por

La obra artística es considerada potencialmente bella, en cuanto producto del trabajo artístico (poética) y en cuanto objeto estético, sólo desde el siglo XVIII, por lo cual no era relacionada

con la Estética anteriormente18. El autor distingue cinco corrientes en torno a la comprensión de lo Bello (tanto dentro como fuera de la Estética): lo Bello como manifestación del bien, lo Bello como manifestación de lo verdadero, lo Bello como simetría, lo Bello como perfección sensible y lo Bello como perfección expresiva. 1. Lo Bello como manifestación del bien. Esta postura tiene su origen en Platón y plantea que, a través de lo Bello, es posible acceder a las sustancias ideales. La continúan los neoplatónicos cristianos al considerar lo Bello como el bien extendido y todos quienes entienden el arte como perfeccionamiento moral. 2. Lo Bello como manifestación de lo verdadero. Esta definición es propia de la Estética romántica y postula lo Bello como expresión sensible de la idea. 3. Lo Bello como simetría. Doctrina propuesta por Aristóteles y continuada por los estoicos, los escolásticos y varios escritores-artistas del Renacimiento. Propone a lo Bello como algo ordenado, coherente, unitario y simétrico. 4. Lo Bello como perfección sensible. La perfección sensible puede entenderse como ‘representación sensible perfecta’ (corriente alemana) o como ‘placer que acompaña a la actividad sensible’ (corriente inglesa): estas definiciones fueron conciliadas por Kant, quien apuntó hacia la importancia del gusto, el desinterés y el carácter instintivo-racional que se da en torno a lo Bello. Él distingue la pulchritudo vaga (que no presupone un concepto de lo que el objeto debe ser) de la pulchritudo adhaerens (que sí lo hace) y reconoce lo Bello como una clase de valores fundamental constituyente de una ideal trinidad en conjunto con lo Verdadero y lo Bueno. Dicha trinidad corresponde a las tres formas de actividad humana: entendimiento, sentimiento y voluntad.

Los mitos griegos han tenido y tienen una repercusión increíble dentro del mundo artístico, sirviendo como una fuente de inspiración, fundamentalmente en el campo de las artes plásticas y de la literatura. El mito del Juicio de Paris ha sido una constante fuente de inspiración para artistas de épocas muy distintas. Desde la antigüedad griega, donde ya encontramos cerámicas con este motivo mitológico (Véase figura 1), hasta la actualidad, esta escena La repercusión que la mitología griega ha tenido a lo largo de la historia es extraordinaria, La suave loma representa el monte Gárgaro, en el que pastoreaba Paris cuando las diosas se presentaron ante él. El bóvido puede ser un recuerdo del toro de Agelao con el que el príncipe troyano ganara tantos combates. El arroyuelo que discurre a la izquierda de la escena podría identificarse con el río Escamandro, que se relaciona con el mito en algunos relatos. La ciudad antigua del fondo a la izquierda puede entenderse 12 como una representación de una ciudad

antigua pues se localizan diversos edificios de esta época: de izquierda a derecha, el Arco de Constantino las Termas de Diocleciano, el Coliseo, la Torre delle Milizie (duplicada) el Panteón y la Columna Trajana. La ciudad de la derecha, de arquitectura moderna....


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