Ernst Cassirer - Antropologia Filosofica ggygugiugiug PDF

Title Ernst Cassirer - Antropologia Filosofica ggygugiugiug
Author Agustin Anania
Course Psicología
Institution Universidad de Buenos Aires
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Summary

muy buen libro la verdad ayuda mucho al conocimiento humano y tambien animal porque no? saludos a todos y espero que puedan disfrutarlo.....


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INDICE

ERNST CASSIRER

ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA Introducción a una filosofía de la cultura

PREFACIO..................................................................................................................................................... 4 PRIMERA PARTE: ¿QUE ES EL HOMBRE? ................................................................................................ 7 I. LA CRISIS EN EL CONOCIMIENTO DEL HOMBRE ............................................................................ 7 II. UNA CLAVE DE LA NATURALEZA DEL HOMBRE: EL SÍ MBOLO ........................................... 25 III. DE LAS REACCIONES ANIMALES A LAS RESPUESTAS HUMANAS ......................................... 27 IV. EL MUNDO HUMANO DEL ESPACIO Y DEL TIEMPO ................................................................ 40 V. HECHOS E IDEALES ............................................................................................................................ 51 SEGUNDA PARTE: EL HOMBRE Y LA CU LTURA............................................................................... 57 VI. DEFINICIÓN DEL HOMBRE EN TÉRMINOS DE CULTURA......................................................... 57 VII. MITO Y RELIGIÓN............................................................................................................................. 64 VIII. EL LENGUAJE................................................................................................................................... 95 IX. EL ARTE ............................................................................................................................................. 119 X. LA HISTORIA ...................................................................................................................................... 147 XI. LA CIENCIA ....................................................................................................................................... 178 XII. RESUMEN Y CONCLUSIÓN........................................................................................................... 192

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA MEXICO

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II. UNA CLAVE DE LA NATURALEZA DEL HOMBRE: EL SÍMBOLO EL BIÓLOGO Johan nes v on Uex küll ha escrito un libr o en el que emprende una revis i ón crítica de los pr i n cipios de la biología. Segú n él es una ciencia natural q ue tiene que ser desarrollada con los métodos empíricos usuales, los d e o bservación y experimentación; pero el pensamiento biológico no pertenece al mismo tipo q ue el pensamiento físico o q uímico. Uexküll es u n resuelto campeón del vitalismo y defiende el principio de la autonomía de la vida. La vida es una realidad última y que depende de sí misma; no puede ser descrita o explicada en t érmi nos de f í sica o de quími ca. Par tiendo de este punto de vista Uexk üll desarr olla un nuev o esquema general de investigación biológica. Como filósofo es un idealista o fenomenista, pero su fenomenismo no se basa en consideraciones metafísicas o epistemológicas sino q ue se fu nda, más bien , en principios empír icos. Co mo él mismo señala, representaría una esp ecie verdaderamen te ingenua de dog matismo suponer que existe una realidad absoluta de cosas que fuera la misma para todos los seres vivientes. La realidad no es una cosa única y ho mogénea; se halla inmensamente diversificada, poseyendo tantos esquemas y patrones diferentes cuantos diferentes organismos hay. Cada org a n ismo es, por d ecirl o así, un ser mo n á d ico. Posee un mu nd o pr opio, por lo mismo que posee u na experiencia peculiar. Los fenómenos que encontramos en la vida de u na determinada especie bioló gica no son transferib les a otras e sp e cies. La s experiencias, y por lo tan to, las realidades, d e dos organismos diferentes son inconmesurables entre sí. En el mund o de una mosca, dice Uex k ü ll, encontramos sólo "cosas de mosca" , en el mun d o d e u n erizo de mar enco ntramos sólo "cosas de e riz o d e mar". Partiendo de este supues to ge neral d e sa rr o lla Von Uexk üll un esquema verdaderamente ingenioso y original del mundo biológico; procu ran do evitar toda interpretación psicológica sigue, por entero, un métod o objetivo o behaviorista.

Uexk üll comenzó sus investigaciones con el estudio de los organismos inferiores y las fue extendiendo p oco a p oco a todas las for mas de la vida orgánica. En cierto sentido se niega a hablar de for mas inferiores o superiores de vida. A tenor de su estructura anatómica p osee u n determin a d o sistema "receptor" y un determinado sistema "efector." El organ ismo no podría sob revivir sin la cooperación y equilibrio de estos dos PsiKolibro

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sistemas. El recepto r p or el cual una especie biológica recibe los estímulos externos y el por el cual reacciona ante los mismos se hallan siemp re estrechamente entrelazados. Son eslabon es de una misma cadena, que es descrita por Uexk üll como "círculo funcional".13 No p uedo entretenerme en una discusión de los principios biológicos de Uexk üll; me he referido únicamente a sus conceptos y a su termino logía con el propósito de p la n tear una c u e stión general. ¿Es posible emplear el esquema pr opuesto po r Uexküll para una descripción y caracterización del mundo h umano? Es o bvi o que este mun do no constituye una excepción de esas leyes biológicas que gobiernan la vida de todos los demás organismos. Sin embar go , en el mund o humano encontramos una característica nueva que parece constituir la marca distintiva de la vida del ho mbre. Su círculo funcional no só l o se ha a mpliado cuantitativame nte sino que ha sufrido también un cambio cualitativo. El h omb re, como si dijéramos, ha descu bierto un n uev o méto do para adaptarse a su ambiente. Esta nueva adquisición transf o rma la totalidad de la vida hu mana. Co mparado co n los d emás a n imales el . . En el caso p rimer o , A primer a vista semejante demo ra p od ría parecer u na ventaja bastante equívoca; algunos filósof os han puesto sobre aviso al hombre acerca de este pretendido progreso. El ho mbre que medita, dice Rousseau , "es u n animal depravado": sob repasar los lí mites de la v ida org án ica n o rep resen ta una mejora de la naturaleza hu mana sin o su deterio ro. Sin embargo , ya no hay salida de esta reversión del or den natural. El ho mbre no p uede escapar de su propio log ro, no le queda más remedio que ado ptar las condiciones de su p r op ia vida; ya no v ive solamente en u n p uro universo físico sino en un universo simbólico. . Todo progreso en pensamiento y experiencia afina y ref uer za esta red. El ho mbre no puede enf rentarse ya con la realidad de un mo d o inmediato; no puede verla, como si dijéramos, cara a cara. La realidad física parece retroceder en la misma p r o p o rció n que avanza su actividad simb ó lica. En lugar de tratar con las cosas mis mas, en cierto sentido , con versa constantemente consigo mis mo. Se ha env uelto en formas lingüísticas, en imágenes artísticas, en símbolos míticos o en ritos religiosos, en tal for ma que no puede ver o conocer nada sino a través de la interpos ición de este medi o artif icia l. Su situaci ón es la misma en la esfera teórica que en la práctica. Tampoco en ésta vive en un mun d o de crudos hechos o a 13

Véase Johannes von Uexküll, Theoretische Biologie (2a ed. Berlín, 1938); Unwelt und Innenwelt der Tiere (1909; 2 a ed. Berlín, 1921).

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tenor de sus necesi d a d es y dese os i nm e d iatos. Vive, más bien, en medio de emociones, esperanzas y temores, ilusiones y desilusiones imaginarias, en medio de sus fantasías y de sus sueños. "Lo que per t u rba y alarma al hombre —dice Epicteto—, no son las cosas sino sus opinio nes y fig uraciones sob re las cosas." Desde el pu nto de vista al que acabamos de llegar podemos corregir y ampliar la definición clásica del hombre. A pesar de todos los esfuer zos del irracionalismo modern o, la definició n del homb re como animal racional no ha perdid o su f uerza. La racionalidad es un r asgo in heren te a todas las actividades h umanas. La misma mitología n o es u na masa b r u ta de supersticion e s o de g randes ilus i ones, n o es puramente caótica, pues p o see una forma sistemática o conceptual;14 pero, por otra parte, sería imposible caracterizar la estructura del mito como racional. El len guaje ha sido identificad o a menud o con la razón o con la verdadera fuente de la razón, aunq ue se echa de ver que esta definición no al canza a cubr ir todo el campo. En ella, una parte se to ma por e l t odo: pars pro toto. Po r qu e j un t o al leng uaje conceptual tenern os un leng uaje emotivo; ju n to al leng uaje ló gico o científico el leng uaje de la imaginació n p oética. Primar iamente, el lenguaje no expresa pensa mientos o ideas sino sentimien tos y emociones. Y una religión dentro de los límites de la pura razón, tal como f ue concebida y desarr ollada por Kant, no es más que pura abstracció n. No nos suministra si no la f o r ma ideal, la so mb ra de lo q u e es una vida religiosa germina y co ncr eta. Los grandes pensadore s que d efiniero n al hombre como animal racional no eran empiristas ni trataron n u nca de pro porcio nar una noción emp írica de la naturaleza hu mana. Con esta definición expresaban, más bi en, un imperati vo é tic o fundamental. La razón es u n térmi n o verd ader amen te ina dec uado para abarcar las formas de la vida cultural humana en toda su riqueza y diversidad, pero todas estas formas son formas simbólicas. Por lo tanto, en lugar de definir al hombre co mo un animal racional lo definiremos co mo u n animal sim bólico. De este modo podemos designar su diferencia específica y podemos comprender el nuevo camino abierto al ho mbre: el camino de la civilización.

III. DE LAS REACCIONES ANIMALES A LAS RESPUESTAS HUMANAS CON NUESTRA definición del hombre como animal simb ólico hemos llegado a la primera etapa para investigaciones ulteriores. Es necesario desarrollar ahora en algú n grado esta definición para dotarla de una ma yo r precisión. Es inn e g a b le q ue el pensamiento simbólico y la con ducta simbólica se h allan entre los rasgos más característicos d e la vida hu mana y que to do el prog reso de la cultura se basa en estas condiciones. Pero ¿estamos auto rizados para considerarlas co mo d ote especial del ho mbre, con exclusión de los demás seres orgánicos? ¿No

con stituye el simbolis mo un princip io que puede retr otraerse hasta una fuente mucho más h on da y que posee un ámbito de aplicabilidad mucho más amplio? Si respo ndemos a esta cuestión en sentido negativ o habrá q ue con fesar n uestra ign orancia en lo que concierne a muchas cuestiones fu ndamentales que han ocupad o perenne mente el centro de la atención en la f ilos of ía de la cultura. La cue stión acer c a del origen del lenguaje, del arte y de la religió n n o encontrará resp uesta y quedaremos aban d o nados frente a la cultura como ante un hec h o d ado q ue parece, en cierto sen tido, aislado y, p o r consiguiente, ininteligible. Se comprende que los científicos hayan rehusado siempre aceptar semejante solución. Han realizado grandes esfuerzos para conectar el hecho del simbolismo "con otros hechos bien conocidos y más elementales. Se ha sentido que este p ro blema revestía una impo rtancia extraordinaria pero, por desgracia, pocas veces ha sido abordado con una mente enteramen te abierta. Desde un pr i n ci p i o ha sido oscureci do y en turbiado por otras cuestiones que pertenecen a un campo de las discusiones completamente diferente. En lugar de pr op orcionarnos u na descripción y u n análisis netos del fenóm eno m ismo, el ca m b i o de ideas en torno a este p r o blema se ha convertid o en u na dis p uta metafísica. Ha resultado el caballo de batalla de los diversos sistemas metafísicos: entre idealismo y materialismo , entre espiritualismo y n aturalismo . Para todos estos sistemas la cuestión del simbolis mo se ha co n vertido en un problema crucial del que parecía depender la forma f u t u r a de la ciencia y de la metafísica. No nos interesa en este lugar este aspecto del problema, ya que nos hemos, p r o p u e sto una tarea mucho más modesta y concreta. Tratare mos de describir la actitud simbólica del hombre en una f o r ma más rigurosa, para así poderla disting uir de otros modos de co mpo rtamiento simbólico que se dan en el reino animal. N o cabe du da q ue no siempre los animales reaccionan ante los estí mul os en una forma directa y que son capaces d e u n a reacción indir ecta. Los tan conocido s exper imentos de Páv lov nos propor ci onan una rica mas a de p rue bas e mpíricas po r l o q u e s e r e fiere a los estímulos llamados "representativ os." E n el caso de los mon os antro poides, un estudio experimental muy interesante llevado a cabo por Wolfe ha puesto en evidencia la realidad de la respuesta a las señales. Los animales aprendían a responder a las señales sustitutivas del alimen to de la misma manera en q u e respondían al alimento mismo.15 Según Wolfe, los resultados de diversos y prolongados experimentos de aprendizaje han demostrado que en el comp ortamiento de los monos antrop oides tien en lugar los procesos simbólicos. Robert M. Yerkes, que describe estos experimentos en su último libro, saca una importante conclusión general. Es evidente que [los procesos simbólicos] son relativamente raros y difíciles de o bservar . Puede uno continuar poniendo en duda su ex i st encia, pero yo sospech o que en la actualidad serán identificados como antecedentes de los p roceso s simbólicos hu mano s. Abando namos, p ues, el tema en una etapa de desarr ollo d e lo más incitan te, en el momento en que parecen inminentes descubrimientos de 15

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Véase Cassirer, Die Begriffsform im mythischen Den- ken (L eipzig, 1921).

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J. B. Wolfe, "Effectiveness of Token-rewards for Chimpanzees". Comparativa Psychology Monographs, 12, N° 5.

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