Guerra civil: evolución y consecuencias. PDF

Title Guerra civil: evolución y consecuencias.
Author Victoria García
Course Historia de España
Institution Bachillerato (España)
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Apuntes del siglo XX de la asignatura Historia de España. Saqué un 9'5 en Selectividad con estos apuntes....


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SUBLEVACIÓN MILITAR Y GUERRA CIVIL (1936-1939). DIMENSIÓN POLÍTICA E INTERNACIONAL. EVOLUCIÓN Y CONSECUENCIAS. 1. INTRODUCCIÓN La sublevación militar de julio de 1936 por un sector de militares contrarios a la república fue el inicio de una cruenta guerra civil que duró tres años y provocó miles de muertos y exiliados. El triunfo de los rebeldes en 1939 dio lugar a la dictadura franquista, que se prolongó hasta 1975. 2. EL GOLPE DE ESTADO MILITAR Y EL INICIO DE LA GUERRA El punto de partida del golpe de Estado, que tenía al general Mola como organizador, fueron las elecciones de febrero de 1936, que dieron el triunfo al Frente Popular. El impacto del asesinato del líder derechista Calvo Sotelo fue la excusa para la sublevación, iniciada el 17 de julio en Marruecos, hacia donde se trasladó Franco desde Canarias. El 18 de julio se declaraba el estado de guerra. Los sublevados preveían un golpe breve y rotundo; pero la sublevación no triunfó en todo el país, lo que condujo a una larga guerra civil. Los rebeldes triunfaron en la España rural, en dos áreas separadas: Galicia, Castilla y León, Álava, Navarra, Aragón y Norte de Extremadura; y la Andalucía del Guadalquivir. También Mallorca, Ibiza y Marruecos. Sus apoyos sociales fueron los terratenientes y pequeños propietarios, la oligarquía financiera e industrial y sectores del ejército y la Iglesia. Permanecieron fieles a la República las ciudades más importantes (Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao) y las zonas industriales. También quedó dividida en dos zonas (Cornisa cantábrica y Centro-Mediterránea). Sus apoyos sociales fueron la clase obrera, las clases medias urbanas y un sector de la burguesía y del ejército. En la retaguardia de ambos bandos se desencadenó una violenta persecución con el propósito de exterminar al adversario. En el bando rebelde se procedió sistemáticamente a la eliminación física de los enemigos. Fue una represión de estado que duró toda la guerra. En la zona republicana se produjo en los dos primeros meses de la guerra una quiebra del orden público, reinando en toda la zona el terror dirigido principalmente contra los llamados “facciosos” (clero, católicos, propietarios, partidos de derecha). 3. EL CONTEXTO INTERNACIONAL Y LA AYUDA EXTERIOR La Guerra Civil estalló en un momento de gran tensión internacional. El bando rebelde obtuvo la ayuda de hombres y material de guerra de Hitler (Legión Cóndor) y Mussolini (40.000 hombres). Contó con tropas marroquíes integradas en el ejército y con la colaboración de Portugal. La República obtuvo la ayuda de la URSS (con el aval del oro del Banco de España) y de las Brigadas Internacionales, voluntarios de todo el mundo reclutados por la Internacional Comunista. Gran Bretaña y Francia,

siguiendo la política de apaciguamiento con Hitler, que llevó a la creación del Comité de No intervención, optaron por no apoyar a la Republica. Frente al ingente apoyo germano-italiano al bando rebelde, la asistencia exterior a la República fue mínima. La política de No Intervención fue una enorme injusticia para la República, pues fue decisiva para que la contienda se decantara del lado de estos últimos. 4. EL DESARROLLO MILITAR DE LA GUERRA 4.1. La marcha rebelde hacia Madrid (julio a noviembre de 1936). El primer objetivo de los sublevados era tomar Madrid. El ejército de África, gracias al “puente aéreo” apoyado por la aviación italo-germana, logró cruzar el Estrecho, iniciando un rápido avance hacia la capital. En el camino, el general Yagüe desvió las columnas para tomar Badajoz (brutal matanza en la plaza de toros) y Franco rescató en Toledo al coronel Moscardó. En octubre llegaron a las cercanías de Madrid. En el norte, Mola tomó Irún y San Sebastián, quedando aislada la zona cantábrica de la frontera con Francia. 4.2. La ofensiva sobre Madrid (noviembre 1936-marzo 1937). El conflicto se convirtió en una guerra de desgaste a causa de la resistencia de Madrid, bombardeada por aire y asediada por todos lados. El Gobierno se trasladó a Valencia y el general Miaja defendió la capital. Con ayuda de la movilización popular, Madrid resistió el ataque. Ante ello, las tropas franquistas intentaron cercar la capital; pero fracasaron en las batallas del Jarama y de Guadalajara (derrota de las tropas fascistas italianas). En el frente sur, Queipo de Llano tomó Málaga. Los refugiados que intentaron escapar por la carretera de la costa fueron bombardeados por mar y aire (crimen de la carretera Málaga-Almería). 4.3. La campaña del norte (marzo 1937 / marzo 1938). Tras el fracaso en la toma de Madrid, Franco cambió de estrategia y atacó el territorio republicano del norte, campaña que inició el general Mola. Tras el bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor en abril de 1937, cayeron Bilbao y Santander. La resistencia continuó en Asturias hasta la caída de Gijón, y finalmente la Cornisa Cantábrica quedó en manos rebeldes. Por su parte, el ejército republicano emprendió varias ofensivas para detener el avance franquista, pero solo lo logró parcialmente. En el verano de 1937, en la batalla de Brunete, los republicanos no pudieron romper las líneas de las tropas franquistas; y tras la batalla de Belchite, no lograron ocupar Zaragoza. Tras la batalla de Teruel (enero de 1938), los republicanos tomaron esta ciudad, que luego fue reconquistada por Franco. 4.4. Batalla del Ebro y toma de Cataluña (marzo 1938-febrero 1939). En el frente de Aragón, el ejército de Franco inició una ofensiva por el Valle del Ebro para alcanzar las costas del Mediterráneo y dividir el

territorio republicano, lo que se consiguió con la toma de Vinaroz en abril de 1938. El ejército republicano, reorganizado por Vicente Rojo, preparó una ofensiva para volver a unir el territorio republicano: la batalla del Ebro, la más cruenta y larga de toda la guerra (de julio a noviembre de 1938). La victoria fue para las tropas franquistas. Tras la batalla del Ebro, Franco inició la ofensiva final contra Cataluña. Tarragona y Barcelona cayeron a principios de 1939, hasta legar a la frontera en febrero de 1939. Los miembros del Gobierno Republicano pasaron la frontera francesa junto a un éxodo de 300.000 refugiados. 4.5. El final de la guerra (febrero 1939-1 abril 1939). Juan Negrín, jefe del Gobierno, y el PCE, propusieron una política de “resistencia a ultranza”. Esta actitud chocó con la oposición de importantes militares y políticos, que buscaban una salida negociada al conflicto; hecho que se plasmó en el golpe del General Casado. Sin embargo, Franco solo aceptó una rendición sin condiciones. A finales de marzo, las tropas franquistas ocuparon Madrid. A continuación se entregaron sin resistencia Jaén, Ciudad Real, Albacete, Valencia, Murcia y Alicante. El 1 de abril de 1939 la guerra había finalizado. 5. LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LAS DOS ZONAS 5.1. La zona republicana Al producirse la sublevación, Casares Quiroga dimitió y fue sustituido por José Giral, quien decidió entregar armas a las milicias de los sindicatos y de los partidos del Frente Popular. Se disolvió el ejército ante el temor de deslealtad de sus mandos, y se decretó la creación de “Batallones de Voluntarios”. Tras el golpe militar, el gobierno de la República perdió el control de la situación. El poder del Estado se derrumbó y se produjo una verdadera revolución social, con la aparición de un poder popular de Comités y Juntas que colectivizó amplios sectores de la economía: ocupación de fincas y creación de comités que controlaron empresas industriales y de servicios. Ante esta situación de caos, era preciso encontrar un jefe de gobierno capaz de devolver el poder al Estado. En septiembre de 1936 se formó un “gobierno de concentración” presidido por el socialista Largo Caballero, compuesto por socialistas, comunistas, republicanos, nacionalistas y anarquistas. El proyecto de Largo Caballero se basaba en recomponer el poder del Estado y en militarizar a las milicias, que se integrarían en el nuevo Ejército popular. Pero pronto surgieron las discrepancias. El PSOE y el PCE defendían la necesidad de ganar primero la guerra y hacer después la revolución; mientras que la CNT-FAI y el POUM entendían que la guerra y la revolución tenían que ser simultáneas. La crisis política se precipitó por la revuelta del

POUM y la CNT en Barcelona en mayo de 1937 por el control de la Telefónica (barricadas y más de 500 muertos). Tras estos hechos, Azaña engargó formar un nuevo gobierno al socialista Juan Negrín en mayo de 1937. Su programa de gobierno se basó en la persistencia del esfuerzo militar y la resistencia a ultranza. Las discrepancias en esta etapa surgieron entre los partidarios de la resistencia a ultranza y los que defendieron negociar la rendición. 5.2. Evolución de la zona sublevada. En los primeros momentos, la dirección del territorio rebelde la ejercía una Junta de Defensa Nacional creada en Burgos y formada por militares. Franco se convirtió en su líder indiscutible y fue nombrado Jefe del Estado y Generalísimo de los ejércitos el 1 de octubre de 1936. Franco estableció una dictadura personal, fue proclamado “caudillo” y prohibió la libertad de partidos y sindicatos. En el campo político, Franco promulgó en abril de 1937 un Decreto de Unificación por el que se creaba un partido único al estilo fascista: FET y de las JONS o Movimiento Nacional, del que sería el jefe indiscutible. Se cerraba así el círculo de su poder absoluto: Generalísimo del Ejército, Jefe del Estado, Jefe del Partido Único y Jefe del Gobierno desde 1938. En el campo social, el Fuero del Trabajo puso fin a la libertad sindical y estableció el sindicalismo vertical. La economía fue controlada por el Estado, que impuso la autarquía y se anuló la reforma agraria republicana. Se restableció la pena de muerte y también el poder de la Iglesia Católica, que dio a la guerra civil el carácter de “cruzada” frente al comunismo. 6. LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CIVIL. La contienda dejó al país destrozado y significó un auténtico cataclismo demográfico, económico, cultural y moral. En cuanto a las consecuencias sociales, hubo alrededor de 500.000 muertos, numerosos mutilados, más de 250.000 prisioneros o en campos de trabajo y cientos de miles de exiliados (a Francia y México). Por lo que respecta a la economía, se destruyeron infraestructuras viarias y fabriles, viviendas, monumentos y obras de arte, y cayó el nivel de renta de los españoles. Políticamente, la guerra supuso el fin de la experiencia democratizadora de la República y el inicio de una larga dictadura que suprimió los derechos fundamentales y dejó al país al margen del fuerte impulso de progreso que protagonizaría Europa. También se destruyó el esfuerzo de regeneración cultural y educativa republicano. La mayor parte de los científicos, intelectuales y gente de la cultura que habían apoyado a la República fueron aniquilados o marcharon al exilio. Tras el fin de la guerra, el bando vencedor inició la dictadura más larga de la España contemporánea, que se prolongó hasta la muerte de Franco en 1975....


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