Guía Unidad 5 - ggggggggggg PDF

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Course Historia de la psicología
Institution Universitat Oberta de Catalunya
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Guía introductoria UNIDAD 5: "La Psicología de la adaptación y la conducta"

En la Tabla de Planificación del Aprendizaje (que adjunté en el primer mensaje de curso en el Tablón) podréis ver que los contenidos de esta unidad son, con diferencia, l os de mayor extensión del curso, siendo 7 lecturas en total. El orden recomendado de lectura sería el que aparece en la propia Tabla: -

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Así, en primer lugar, se recomienda leer, dentro del Módulo 2: "Fundación y establecimiento de la psicología científica", los apartados 4 y 6, relativos al nacimiento de la psicología científica británica y rusa, respectivamente. A continuación, se sugiere abordar dos lecturas donde se nos presentará: 1) por un lado, la corriente funcionalista americana (lectura extraída del libro de Hergenhahn, centrada en el pragmatismo de William James, uno de los principales inspiradores de la corriente funcionalista), y 2) por otra parte, la lectura del apartado 3 del Módulo 4 "Psicología en la primera mitad del siglo XX: 2ª parte"; lectura que aborda la rivalidad en Estados Unidos a principios de siglo XX entre la corriente funcionalista (encabezada por William James) y la escuela estructuralista (encabezada por Titchener, un discípulo de Wundt). Siguiendo en Estados Unidos, pasaremos al apartado 4 del mismo módulo didáctico, dedicado al conexionismo de Thorndike, que a su vez nos abrirá el camino de… La lectura correspondiente al apartado 5 del mismo módulo, sobre el conductismo y la principal figura de esta escuela conductista: JB Watson. Cerraremos con la presentación de diferentes autores encuadrados en la corriente neoconductista que encontraremos en el apartado 8 del mismo módulo didáctico.

Tal y como podréis comprobar a lo largo de todas estas lecturas, el título que designa esta unidad (Psicología de la adaptación y la conducta) refleja un punto de vista, tanto teórico como metodológico, que engloba los diversos planteamientos y autores que aparecen en los diferentes apartados. Un punto de vista que, cabe subrayar, marcará una diferencia con los contenidos de las anteriores unidades, al situarse en un lugar central la influencia de la teoría de la evolución de Darwin. Esto dará lugar a una psicología cada vez más interesada por la predicción y el control de la conducta de los organismos a fin de facilitar su ajuste al entorno. Así, podemos decir que si, por su parte, las unidades 3 y 4 se centraron en el estudio de la mente humana desde el punto de vista de la conciencia y del inconsciente respectivamente, en la unidad 5 el objeto de estudio irá desplazándose progresivamente de la mente humana a la conducta (tanto humana como animal), hasta el punto de llegar a concebir la conducta como el único objeto de estudio científicamente legítimo (dejando fuera la mente y, por tanto, la conciencia), tal como veremos en la propuesta conductista de Watson. Una propuesta que, de alguna manera, representa una continuación del funcionalismo americano, llevado al extremo. Así, pues, los contenidos de esta unidad nos llevarán hacia un enfoque: 1. cada vez más objetivista y materialista, donde el estudio de la mente mediante la introspección será sustituido por el estudio objetivo de las respuestas conductuales de los organismos frente a ciertos estímulos del ambiente. 2. más práctico y aplicado, donde el mero estudio teórico de la estructura y los elementos que constituyen la mente humana (en la línea propuesta por Wundt y el estructuralismo de Titchener) será sustituido, primero, por el estudio sobre la función adaptativa de la conciencia (en el caso de William James) y, posteriormente, por el estudio de la conducta destinada a resolver problemas y satisfacer las necesidades de los organismos (caso de Skinner, por ejemplo). 3. donde predominará, en este mismo sentido, el interés por el aprendizaje entendido como el principal mecanismo por el que el organismo ajusta su conducta en función

de sus necesidades y de los estímulos ambientales. El aprendizaje es, en este sentido, un aprendizaje adaptativo. 4. donde, dada la importancia otorgada por la teoría de la evolución a las diferencias dentro de una misma especie según la capacidad de adaptarse al medio, ganará terreno el estudio sobre las diferencias individuales en detrimento del estudio centrado en un modelo abstracto de mente generalizable a todos los individuos (tal como sucedía con la psicología experimental alemana). 5. donde, en definitiva, la influencia de la teoría evolucionista (sobre todo en cuanto a la continuidad que establece entre la especie humana y las otras especies), propiciará el desarrollo de la psicología comparada, así como la experimentación sobre el aprendizaje animal, cuyos resultados (en forma de leyes y principios) se aplicarán igualmente a la especie humana. Justamente, dentro de la fuerte influencia de los planteamientos darwinistas, hay que situar el surgimiento de la psicología científica británica , tal como se comenta en el apartado 4 que trata este tema. Como veréis, este surgimiento se manifiesta, por un lado, en la psicología comparada de Romanes y Morgan. Esta psicología tendrá bastante repercusión en los posteriores estudios sobre aprendizaje animal realizados por Thorndike, quien estudiará el papel del "refuerzo", así como el método del aprendizaje por "ensayo y error" (un método que, como comentaremos más adelante, se contrapone al aprendizaje por insight de Köhler que estudiamos en la unidad 3). Por otra parte, veremos la gran repercusión que tuvo Francis Galton (primo de Darwin) en el campo de la psicología diferencial y su visión hereditaria de la inteligencia. Una visión que le llevará a defender la eugenesia en tanto política destinada al “perfeccionamiento de la raza ” mediante el control sobre la reproducción. Cabe destacar también que el interés de Galton para la psicología diferencial (manifestada en el estudio de las diferencias individuales en el Laboratorio Antropométrico de Londres), junto con su aplicación de la estadística a los datos psicológicos, contribuirá decisivamente al posterior desarrollo de lo que hoy conocemos como tests mentales o de inteligencia (unos tests que, en aquella época, fueron en ocasiones utilizados por los Estados al servicio de la "mejora de la raza", ya fuera para aplicar políticas eugenésicas tanto a los discapacitados como a determinadas minorías consideradas como menos inteligentes, o para controlar y seleccionar la entrada de inmigrantes, tal como sucedió en la famosa oficina de inmigración de la isla de Ellis en Nueva York). Una curiosidad relacionada con esto: ¿sabéis de dónde proviene el uso del término "estadística"? Este término designaba originalmente el análisis de datos a cargo del Estado, es decir, sería la "ciencia del Estado" destinada a suministrar información regular sobre la población. Finalmente, el apartado 4 termina con un breve apartado donde se nombran los principales autores relacionados con el inicio de la psicología experimental británica. Quizás el más relevante de ellos sería Frederic C. Bartlett, conocido sobre todo por sus experimentos sobre el recuerdo, alejados del reduccionismo de Ebbinghaus al incorporar la dimensión socio-cultural que este último dejaba fuera en la memorización de las sílabas sin sentido. En cuanto al nacimiento de la psicología científica en Rusia (a partir de 1917, Unión Soviética), el apartado 6 del Módulo 2 describe el recorrido mencionado al inicio de esta introducción, pasando de la psicología introspectiva de Chelpanov (centrada en el estudio de la mente a través de los contenidos de la conciencia) a un planteamiento totalmente materialista que sustituye el estudio de los fenómenos subjetivos por el estudio objetivo de la conducta entendida como un mero movimiento reflejo del sistema nervioso provocado por la recepción de un determinado estímulo. Como veremos, esta postura (materialista y mecanicista), fuertemente influida por la escuela fisiológica de Berlín, supondrá entender la psicología como una mera rama de la fisiología dedicada al análisis de los reflejos cerebrales. Así, será precisamente un fisiólogo (Ivan Pavlov) quien descubrirá uno de los mecanismos más estudiados en la disciplina psicológica, como es el reflejo condicionado; un mecanismo que, como se verá, será crucial en el desarrollo de la psicología conductista propuesta por Watson. De hecho, tanto la reflexología rusa/soviética, como el conductismo americano, formarán parte de lo que se conocerá

como psicologías objetivas: unas psicologías cuyo denominador común será el estudio de la conducta manifiesta (o sea, visible), así como el control y la predicción de ésta a través de la formación de hábitos, es decir, de patrones de conducta aprendidos mediante la asociación de un estímulo con una determinada respuesta. Otro rasgo importante que compartirán el conductismo de Watson y la reflexología rusa/soviética será el rechazo total de ambas corrientes a utilizar cualquier término psicológico que no pueda ser verificable mediante la observación. De hecho, es conocida la anécdota según la cual en el laboratorio de Pavlov se multaba a aquellos colaboradores que utilizaban (aunque fuera sin querer) cualquier término psicologista en el curso de la investigación. Pasando de la Unión Soviética a los Estados Unidos, en el capítulo de Hergenhahn sobre William James y en el apartado 3 del módulo "Psicología en la primera mitad del siglo XX: 2ª parte", podremos ver, en consonancia con la influencia darwinista, un proceso por el que se abandona progresivamente el estudio de los elementos y la estructura de la mente (es decir, su contenido: "el qué" de la conciencia, tal como propone el estructuralismo de Titchener) en favor del estudio funcional del papel o utilidad de ésta en la adaptación del organismo al medio (es decir, "el para qué" de la conciencia). En este sentido, William James, como principal inspirador del funcionalismo americano, sostuvo que el contenido de la conciencia era bastante menos importante que la función que ésta realizaba: la conciencia es la que se encarga de nuestra supervivencia, nos adapta al entorno y lo hace de una manera activa, actuando siempre con una finalidad, seleccionando en el transcurso de la acción lo que es más apropiado para satisfacer las necesidades del individuo. Por lo tanto, hay que remarcar que la conciencia de la que habla James es una conciencia muy distinta de la estudiada por Wundt o Titchener, ya que no estaría constituida por unidades o elementos simples (elementalismo) que se asocian entre sí, sino que sería, según la famosa metáfora empleada por el mismo James, como un río que fluye. De aquí que la llamara corriente de pensamiento o de conciencia. En definitiva, el funcionalismo americano, por oposición al estructuralismo defendido por Titchener, atacará la descripción estática de los elementos y la estructura de la mente defendiendo el estudio de la función dinámica de ésta en relación a la adaptación al medio. Por ello, tal como planteará también John Dewey en su "concepto de arco reflejo", el funcionalismo dará mucha importancia al carácter unitario, propositivo y teleológico (de "telos" = meta, es decir, dirigido a un propósito) de la conciencia entendida, no como una suma de elementos (sensaciones y afectos), sino como una unidad de actividades y funciones que permiten al organismo afrontar situaciones del mundo real. De hecho, en estrecha relación con el carácter pragmático de una sociedad americana enfrentada a la conquista de un nuevo continente, el funcionalismo apostará desde sus inicios por una psicología práctica y aplicada a los problemas del momento (educativos, empresariales, etc.), marcando así distancias con los métodos asépticos y artificiosos surgidos de los laboratorios de las universidades alemanas. Esta sería, pues, la filosofía de esta corriente típicamente americana que, como veréis, tendrá a la Universidad de Chicago como uno de sus puntos principales de propagación (de la mano de autores como J. Dewey, JR Angell, HA Carr, etc.). Sin movernos de Estados Unidos, el apartado 4 del mismo módulo didáctico 4 nos presenta una figura clave, que podríamos situar a caballo entre el funcionalismo y los inicios del conductismo. La importancia de Edward L. Thorndike radica, sobre todo, en el hecho de presentar un estudio experimental, controlado y sistemático, sobre el aprendizaje por ensayo y error, obteniendo una serie de leyes generales aplicables tanto a animales como a humanos. Como veréis después de leer este apartado, destaca la clara diferencia entre la forma que tiene Thorndike de concebir el aprendizaje animal por ensayo y error y la fórmula que proponía Köhler desde la escuela de la Gestalt (tal como vimos en la Unidad 3). Así, mientras que para el primero, el aprendizaje dirigido a la resolución de problemas pasaría por el establecimiento progresivo y mecánico de una conexión entre un estímulo y una respuesta gracias a la repetición de ensayos y la obtención de refuerzos, el segundo entendía la resolución de los problemas como el resultado de un comportamiento

inteligente que permitía la aparición de conductas nuevas surgidas de forma repentina cuando se lograba percibir de golpe los elementos que conformaban la situación como un todo significativo (es decir, como una gestalt). Tal como vimos en la unidad 3, se trata de un tipo de aprendizaje que se conoce como Einsicht, en alemán o insight, en inglés, y que, de alguna manera, podemos ver expresado gráficamente en los cómics través de la famosa bombilla que, de repente, nos hace ver con otra luz y perspectiva un determinado problema (véase las páginas 71-3 del capítulo sobre la Psicología de la Gestalt). Como veremos, de la mano de Watson, el planteamiento de Thorndike de reducir la inteligencia animal a un mero desarrollo de hábitos será uno de los puntos de partida de la psicología conductista. Como se señala en la lectura del apartado 5 del mismo módulo didáctico, la propuesta conductista de Watson beberá de las fuentes del funcionalismo y de los planteamientos teóricos y metodológicos de Thorndike, sin olvidar la decisiva influencia ejercida por la tradición reflexológica rusa (en especial, el condicionamiento de Bechterev y Pavlov). Todo ello dará lugar a un tipo de psicología que, como hemos indicado anteriormente, se caracterizó por eliminar todo tipo de explicación mentalista a la hora de explicar la conducta humana. De hecho, a diferencia del funcionalismo (corriente que utilizó pragmáticamente cualquier método, incluyendo la introspección), el conductismo de Watson se distinguió por ser sumamente radical en cuanto la metodología. La aspiración era incluir definitivamente la psicología en el modelo naturalista de la ciencia y, por tanto, proporcionar una serie de leyes que garantizaran la predicción y el control de las conductas a través de la modificación, no de las variables internas del sujeto (como sería la conciencia), sino de las variables externas o periféricas del organismo (es decir, los estímulos del ambiente). Esta postura, como veréis, llevará a Watson a defender unos planteamientos radicalmente mecanicistas (a través de los que explicará la conducta en términos de conexiones mecánicas entre estímulos y respuestas) y ambientalistas (al entender que mediante un entrenamiento adecuado cualquier persona podría adquirir una serie de hábitos que conformarían su personalidad). De ahí su célebre frase: "Dadme una docena de niños saludables [...] y os garantizo que tomaré a cualquiera de ellos al azar y lo educaré para convertirlo en cualquier tipo de especialista que yo pueda seleccionar: doctor, abogado, artista e, incluso, vagabundo o ladrón, sin tener en cuenta su talento, sus tendencias, habilidades, vocaciones, ni la raza de sus antepasados "

(Watson, 1930, pp. 108-109, citado en Tortosa, 1998, p. 312). Fijaos, pues, en la radical diferencia que habría entre la visión innatista de Galton mencionada al inicio y la postura absolutamente ambientalista de Watson. Fijaos también, cómo la concepción ambientalista y mecanicista de Watson en relación al individuo (entendido como un organismo que funcionaría a través de un conjunto de hábitos adquiridos con el fin de adaptarse al medio) plantea una concepción de la personalidad que estaría en las antípodas de la planteada por el psicoanálisis, tal como vimos en la pasada unidad. Una diferencia que se traduciría, tal como podéis ver en la lectura, en la propia forma en la que el conductismo explica los trastornos mentales, es decir, como alteraciones del hábito. Así, de acuerdo con esta visión de Watson, el cuidado de la neurosis no requeriría (tal como veíamos en el psicoanálisis) sumergirnos en el interior más oculto de la personalidad (es decir, en el inconsciente). Según Watson, bastaría con eliminar, mediante una adecuada combinación de estímulos, los hábitos y las conductas desadaptativas favoreciendo el surgimiento de otras más adaptativas y ajustadas al medio. En definitiva, Watson define la personalidad como el producto final de nuestro sistema de hábitos provocados por condicionamiento, sobre todo, durante nuestra infancia. Este sistema de hábitos se construiría sobre la base inicial de unas pocas respuestas incondicionadas (¡no confundir con instintos!) durante los primerísimos días de vida (sobre todo para reacciones emocionales de tres tipos: miedo, ira y amor), las cuales, a través de posteriores asociaciones de estímulos, acabarían provocando reacciones condicionadas

cada vez más complejas hasta formar cadenas de respuestas o hábitos. A fin de entender este proceso os recomiendo que leáis el famoso experimento realizado con el pequeño Albert que se describe en la lectura y que también tenéis (con imágenes de archivo) en youtube: http://www.youtube.com/watch?v=IteGZg2fWuY  Este sería uno entre los muchos enlaces que hay en la red sobre Watson y sus experimentos. Por último, tal como veréis también en la lectura, el planteamiento objetivista de Watson le llevó a negar finalmente la existencia de los instintos en el caso de los humanos, poniendo así el aprendizaje por delante de cualquier transmisión hereditaria. Este punto de vista lo separó de la tradición funcionalista americana (como veréis, William James sí dio importancia a los instintos), así como de otros autores coetáneos próximos al enfoque conductista, aunque también partidarios de incluir la conciencia como objeto de estudio. Este sería el caso del británico William McDougall, un autor que aparece al final del apartado 4 del Módulo 2, conocido por su psicología hórmica. Una psicología que intentaba explicar la conducta, no tanto a partir de los estímulos exteriores, sino por la incitación provocada por los instintos (del griego antiguo Horme = incitar). Concluyendo, el conductismo (así como el resto de psicologías objetivas) optó por la objetividad (es decir, por el estudio de las propiedades físicas de la conducta) al precio de tener que renunciar al estudio de la mente y de la conciencia. Ello supuso una serie de restricciones metodológicas y teóricas (abandono de la introspección, concepción determinista de la conducta en términos de estímulos y respuestas, etc.). Como resultado de esta postura, el pensamiento, por ejemplo, quedó reducido a una sutil forma de conducta (entendida como un habla subvocal) aprendida como reacción a un conjunto de estímulos específicos. Por su parte, la voluntad pasó a ser vista como una mera ilusión en la medida en que la conducta, lejos de guiarse hacia la consecución de determinadas metas escogidas libremente por el individuo, vendría determinada por las causas (estímulos) que la preceden o, como veremos más adelante en el conductismo radical de Skinner, por sus consecuencias (refuerzos). Para saber más sobre Watson, os recomiendo la lectura de Tortosa (1998) titulada La Propuesta conductista de J.B. Watson. Una lectura (completamente voluntaria) que tenéis disponible en el aula (yendo a "Materiales y Fuentes" -> abajo de todo en el apartado "Fuentes de información" -> "Lecturas" -> "Unidad 5"). Finalmente, el apartado 8 del Módulo 4 nos acerca a la obra de un grupo de autores que, tradicionalmente, han sido encuadrados dentro del movimiento llamado neoconductismo. Como veréis, se trata de un grupo que, en muchos casos, resulta bastante ...


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