Historia moderna. Florencia Salinas PDF

Title Historia moderna. Florencia Salinas
Author Florencia Salinas
Course Historia Moderna
Institution Universidad de Morón
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Violencia y acumulación de capital...


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TRANSICIÓN AL CAPITALISMO Violencia y acumulación de capital

Universidad de Morón Profesorado de Historia Historia Moderna Prof. Soledad Monteagudo

Florencia Salinas Matrícula 44011645

Introducción Durante el periodo histórico conocido como Edad Moderna nos encontramos con transformaciones estructurales en lo económico, social, político e ideológico. Los siglos XVI, XVII y XVIII dan cuenta del surgimiento de un nuevo modo de producción dominante, el capitalismo, el cual sigue vigente en nuestra contemporaneidad. Sobre este punto existen distintos debates que discuten sobre qué fue lo que dio inicio al proceso de transición del feudalismo al capitalismo. Lo que nos interesa estudiar en particular es el medio, o los medios, por el cual se lleva adelante la instalación de esta nueva estructura económica, ante lo cual consideramos a la violencia como el principal medio de acumulación en este proceso de transición a un nuevo modo de producción. A lo largo del trabajo desarrollaremos los postulados de Brenner y Wallerstein, donde este último sostiene que, desde su perspectiva circulacionista, fue la ampliación de mercado lo que facilitó el surgimiento de la Economía mundo capitalista1. En cambio, Brenner afirma que fue el cambio endógeno, es decir, los cambios en la estructura de clase y la producción, lo que posibilitó el surgimiento del capitalismo. A través de estudios comparativos logra identificar al menos tres procesos distintos: el de Europa Oriental, Francia e Inglaterra. Este último fue pionero en el desarrollo capitalista dado a la transformación de sus relaciones de propiedad, ya que, con la nueva triada terrateniente/arrendatario/jornalero, logró aumentar la productividad. Pero para esto fue necesario lo que Karl Marx denomina la acumulación originaria, es decir, por medio de los cercamientos, los campesinos son separados de sus medios de producción, en este caso, la tierra. A partir de esto hay un excedente de mano de obra que se verá sometida a un proceso de proletarización fundamental para el desarrollo industrial y la conformación de un mercado interno. Otro aporte a la discusión la realiza E. Hobsbawm, quien enuncia a la crisis general del siglo XVII como la última fase de la transición global de una economía feudal a una economía capitalista, contexto en el cual se desarrollaron innovaciones que permitieron eliminar los últimos obstáculos. Además, estudiaremos autores como Kriedte y Mori, quienes explican sobre la protoindustrialización y las diferentes etapas del desarrollo industrial. Hasta acá presentamos en líneas generales las posturas sobre las transformaciones económicas que se discutirán a lo largo del trabajo.

1 Wallerstein, I. El moderno sistema mundial. México, Siglo XXI, 1987, p. 12

Siguiendo la lógica de que toda estructura socioeconómica desarrolla una superestructura acorde a ésta, nos proponemos comenzar con las transformaciones económicas y sociales, esto incluye los debates antes mencionados, el desarrollo económico inglés desde la Revolución agrícola hasta la Revolución industrial, y la conformación del mercado mundial y su incidencia en el proceso. En especial, vamos a profundizar en los cambios de las relaciones sociales de producción, es decir, la caída de la servidumbre y el proceso de proletarización. En este punto trabajaremos la eliminación de formas de vida alternativas, como muy bien desarrollan los autores Linebaugh y Rediker en La hidra de la revolución, quienes brindan distintos testimonios del nuevo proletariado2 que ha sufrido el proceso de expropiación y el consecuente disciplinamiento ante sus actos de resistencia. También estudiaremos autores como Rudé, Thompson y Quaife, quienes brindan aportes, desde distintos ejes, de estos sectores sociales que sufren en carne propia las consecuencias de la transición. Por otro lado, analizaremos como fuentes históricas distintas legislaciones, como las Leyes de Pobres, las leyes sobre el cercado de terrenos comunales, y los estatutos de salarios máximos. Estas fuentes nos permiten adentrarnos en otro de los objetivos de este trabajo, examinar el rol del Estado en el proceso de transición. No sólo estudiaremos las medidas legislativas que favorecen el proceso de expropiación y proletarización, sino que, tomando los casos de Francia e Inglaterra, identificaremos las relaciones entre la monarquía y la nobleza, y la influencia de esta estructura de clase sobre el proceso en cuestión, como postula Brenner. La modernidad se caracteriza por la centralización del poder político, como podemos ver con el fenómeno del Estado Absolutista en el siglo XVII. Al respecto, Perry Anderson afirma que el absolutismo fue “un aparato reorganizado y potenciado de la dominación feudal”3, es decir, “fue el nuevo caparazón político de una nobleza amenazada”. Sobre este tema indagaremos el caso particular de Inglaterra, el cual protagoniza la Revolución inglesa, punto de quiebre del Estado Absoluto y de las relaciones de fuerza de los grupos sociales dominantes. 2 Utilizamos el concepto de proletariado descrito por los autores Linebaugh y Rediker: “Era una clase anónima, sin nombre… no tenía tierras, estaba expropiado… Era pobre, carecía de propiedades, de dinero y de riquezas materiales de cualquier tipo… En el proletariado estaban todos incluidos… Era variopinto”. Linebaugh y Rediker. La hidra de la revolución. Marineros, esclavos y campesinos en la historia oculta del Atlántico, Barcelona, Crítica, 2005, p. 379. 3 Anderson. P. El Estado Absolutista, México, Siglo XXI, 1987, p. 12.

Dicha centralización significa una concentración de poder del Estado que, como bien afirma Tilly, se potenció con la formación de ejércitos regulares ante las guerras. Sin embargo, como sostienen varios autores, todo poder de dominación no solo requiere acaparar el ejercicio de la coerción, sino también necesita del consentimiento de los dominados, para lo cual, se construyen aparatos ideológicos favorables a tal fin. En la modernidad podemos observar los primeros cambios en el plano de las mentalidades, acordes a las transformaciones económicas y políticas, que concluirán ya finalizada la Edad moderna, con la consolidación del capitalismo y la construcción de los Estados Nación. Cabe aclarar que, al enmarcarnos en un contexto de transición, priman las ambigüedades y lo híbrido, e incluso las resistencias. En esta última parte del trabajo retomaremos autores como Quaife, quien desarrollando sobre la caza de brujas demuestra el disciplinamiento moral sobre la cultura popular en el contexto de la Reforma y la Contrarreforma. Otros autores aportan sobre las manifestaciones populares, en algunas de las cuales se observa cierta “melancolía” por parte de campesinos por su pasado comunal, atravesado ahora por la propiedad privada y las consecuencias del proceso de proletarización. Esto mismo se advierte en el naufragio del Sea-venture que nos relata Linebaugh. Otro tipo de resistencia es la de la plebe, “ tradicional y rebelde”, ante las innovaciones económicas que desarrolla Thompson, explicando la importancia de la relación paternal que la gentry mantuvo con la misma, ya que evitó que todo conflicto se transforme en una lucha de clase, al menos hasta la plena industrialización. En resumen, en el plano ideológico analizaremos dos ejes. Por un lado, el surgimiento de corrientes culturales e intelectuales que colaboran con resquebrajamiento de la ideología medieval dominante y la legitimación de los nuevos Estados modernos. Y por el otro, profundizaremos sobre las persecuciones del período como forma de disciplinamiento y eliminación de las resistencias populares ante los cambios capitalistas. Transformaciones económicas La transición del feudalismo al capitalismo es tema central de diversos debates. Emmanuel Wallerstein nos explica que durante el feudalismo existía un comercio limitado, en particular, de objetos de lujo destinados a la aristocracia. Pero tras el descubrimiento de América se amplía el mercado, permitiendo una acumulación de capital y generando un incentivo de la producción. Como resultado, en el siglo XVI se da inicio al capitalismo, es

decir, fue a partir de un cambio exógeno que se produjo el cambio de modo de producción. Además, señala que para que esto fuera posible se necesitó una expansión geográfica de ultramar; métodos de control de trabajo para disciplinar una nueva mano de obra; y la creación de Estados fuertes que sean centro del nuevo sistema capitalista4. Por otro lado, tenemos autores que postulan que lo que inicia la transición es un cambio endógeno, en la producción. Es el caso de Robert Brenner quien, tras estudiar los casos de Europa Oriental, Francia e Inglaterra, confirma que “es la estructura de relaciones de clase, del poder de clase, lo que determina el modo y el grado en que los cambios que se operan desde una perspectiva demográfica o comercial afectan a la distribución de la renta y al desarrollo económico a largo plazo, y no lo contrario” 5. Es decir, su objeto de estudio es la estructura de clases agraria, de la cual destaca dos aspectos diferenciables pero unificados: por un lado, las fuerzas sociales de producción, y por el otro, la relación de propiedad o de extracción de excedente. A partir de esto, analiza los conflictos de clase y sus resultados, ya sea la reafirmación de las relaciones de propiedad existentes o su destrucción. En el caso de Inglaterra, que, gracias a una alianza entre la nobleza y la monarquía, y tras la crisis del siglo XIV, comienza un proceso de apropiación y expropiación de tierras, lo cual, consolida la concentración de ésta en manos de terratenientes. Estos últimos cederán las tierras a arrendatarios, quienes las harán trabajar por jornaleros asalariados. Según Brenner, esta transformación de las clases agrarias y de las relaciones de propiedad permitió el aumento de la producción que posibilitó el salto al capitalismo. Esta nueva estructura de clase proporcionó las condiciones para la Revolución agrícola del siglo XVI. La misma incluye un sistema de rotación cuatrienal, el sistema Norfolk, que permite aumentar la productividad gracias a: la complementación de la agricultura y la ganadería, con forrajeras como alimento para los animales y el abono que mejora la fertilidad del suelo; a la mayor variedad de cultivos; y a un mejor descanso de las tierras. Tras el aumento demográfico y la Revolución de los precios6 del siglo XVI, la economía del siglo XVII sufrió una crisis general, la que se debió, según Hobsbawm, a no 4 Wallerstein, I. El moderno sistema mundial. México, Siglo XXI, 1987, p. 53. 5 ASTON, T.H., y PHILPIN, CH.E., eds. El debate Brenner, Estructura de clases agrarias y desarrollo económico en la Europa preindustrial. Barcelona, Crítica,1988. P. 22. 6 Sobre las causas del aumento de los precios, P. Kriedte sostiene que fueron los bienes de primera necesidad los que aumentaron sus precios, debido al aumento de la demanda con el crecimiento demográfico.

haber superado los obstáculos que no permitían el pleno desarrollo del capitalismo7. Sin embargo, Inglaterra pudo sortear esta crisis ya que había iniciado las innovaciones necesarias, por ejemplo, el desarrollo de un protocapitalismo agrario. Entre las transformaciones ya comentamos la Revolución agrícola, pero no mencionamos las consecuencias del proceso de expropiación, el que deja una gran masa de campesinos separados de su medio de subsistencia. Estos desapropiados, por un lado, pasan a depender del mercado para sobrevivir, lo que posibilita el desarrollo de un mercado interno. Por otro lado, significan una mano de obra enorme y disponible para el desarrollo protoindustrial e industrial. La principal manufactura era la industria textil. Las New draperies iban ganando terreno por ser más baratas, lo que ampliaba su círculo de compradores. Kriedte nos señala el avance de Inglaterra en esta elaboración, ya que, con el traslado de la manufactura de la lana de la ciudad al campo, logra el abaratamiento de sus costos, esto es debido a que constituye un ingreso complementario de las familias campesinas. A su vez, este traslado implicó la liberación del control de los gremios, cuyas reglamentaciones limitaban la producción. Este trabajo a domicilio es lo que se conoce como protoindustrialización, donde se distinguen dos tipos coexistentes. Por un lado, se destacó el domestic system, en el cual la familia campesina poseía los instrumentos, como tonos de hilar o telares, y la materia prima necesaria para producir, alternando con su actividad agrícola. Trabajaban tanto los miembros de la familia como trabajadores asalariados. Por otro lado, encontramos el putting out system, en el cual aumenta la intervención del comerciante, quien lleva las materias primas al domicilio campesino y luego pasa a recoger el producto terminado, abonando por la misma una pequeña suma, ya que constituía, como dijimos, un segundo ingreso para la familia. Ya en el siglo XVIII la creciente demanda hizo necesario sustituir el modo de producción protoindustrial por la producción industrial fabril. Conocido como factory system, en este caso se reunía a los trabajadores y las maquinarias bajo un mismo techo. Dicha centralización y mecanización de la producción solucionó dos problemas, superó el límite productivo de la industria doméstica y logró el control del proceso de producción 8. Según R. Brenner, “fue una revolución agrícola basada en el surgimiento de relaciones de clase

7 Hobsbawm, E. La crisis del Siglo XVII, en Trevor Ashton, R.: Crisis en Europa, Madrid, Alianza Editorial, 1982, p. 40. 8 Kriedte. P. Feudalismo tardío y capital mercantil. Barcelona, Gedisa, 1985, p. 201.

capitalistas en el campo, que permitió a Inglaterra convertirse en el primer país que experimentó la industrialización”9. Hasta acá desarrollamos sobre, en palabras de Hobsbawm, dos formas de concentración económica, es decir, formas en que la distribución de la riqueza es cada vez más desigual, lo que incrementa la capacidad de acumular10. Por un lado, en el campo “los grandes terratenientes prosperaron a expensas de campesinos y pequeños propietarios” 11, es decir, con los cercamientos se produjo la concentración de tierras y la consecuente revolución agrícola que permitió el aumento de la productividad y la producción de excedentes de alimentos para las ciudades, además de la mano de obra para la industria. Por otro lado, explicamos la importancia de la protoindustria que, con el trabajo rural doméstico, posibilitó la externalización de los costos y la eliminación de los gremios de la producción. Por último, nos faltaría desarrollar sobre la concentración a favor de las economías marítimas, que se produce tras el declive de los países mediterráneos en beneficio de las regiones del Báltico y el mar del Norte, donde desarrollaban un comercio de bienes de consumo masivo. Los mercados interiores de estos últimos crecieron, como el caso de Inglaterra, para el cual el siglo XVII fue momento decisivo para la creación de un mercado nacional. Dicho siglo también fue decisivo para la creación de una nueva forma de colonialismo, donde las plantaciones coloniales fueron muy importantes, y donde, además, se calcula que “la mitad de los beneficios del colono plantador retornaban a las Indias Occidentales en forma de mercadería”12. Incluso desde África, con el creciente aprovisionamiento de esclavos, había una progresiva demanda de productos europeos. Asimismo, la trata de esclavos fue motor de lo que se conoce como triángulo comercial entre las metrópolis europeas, África y las Indias Occidentales. Es decir, “el comercio internacional adoptó una moderna estructura determinada por la división del trabajo”13, la cual benefició a potencias como Inglaterra.

9 Aston, T.H., y Philpin, CH.E., eds. El debate Brenner, Estructura de clases agrarias y desarrollo económico en la Europa preindustrial. Barcelona, Crítica,1988, p. 72. 10 Hobsbawm, E. La crisis del Siglo XVII, en Trevor Ashton, R.: Crisis en Europa, Madrid, Alianza Editorial, 1982, p. 51. 11 Idem, p. 43. 12 Idem, p. 63. 13 Kriedte, Feudalismo tardío y capital mercantil. Barcelona, Gedisa, 1985, p. 108.

Hacia una nueva estructura social Como dijimos en la introducción, en este apartado nos interesa hablar de la conformación de las nuevas relaciones sociales de producción. Para esto tenemos que comenzar con la caída de la servidumbre. Al respecto, hay autores que indican que la fuerza del mercado determina, por una parte, la caída de la servidumbre, lo que suele identificarse con el paso de la renta de trabajo a renta monetaria, y por otra, el surgimiento de la agricultura capitalista. Esto es refutado por Robert Brenner, quien señala que, con el auge del mercado mundial, en Europa oriental hubo una intensificación de la sujeción del campesinado, mientras en Europa occidental comienza a desarrollarse el capitalismo. Además, advierte que la esencia de la servidumbre era la capacidad del señor en ejercer una coerción extraeconómica para la extracción del excedente de manos del campesino. Entonces, la relación servil finaliza cuando el señor ya no puede controlar al campesinado14. Según el autor, es lo que ocurrió en Inglaterra durante los siglos XIV y XV: “En Inglaterra después de 1349 y de la peste negra hubo una reacción señorial: intentos por controlar la movilidad campesina, obligando a pagar derechos imposibles… Pero alrededor de 1400 estaba claro que la ofensiva señorial había fracasado; las luchas y revueltas originaron el fin de la servidumbre”15. A su vez, en Inglaterra comienza un proceso en el cual el campesinado se verá despojado de sus tierras, se trata de la acumulación originaria16. Con la progresiva intensificación de los cercamientos 17, avanza la concentración de grandes extensiones de tierras en manos de terratenientes, lo que permitió el aumento de la producción. Los cercados de las tierras terminaron con el uso común de las mismas, triunfando el individualismo agrario sobre el colectivismo: “fue una operación larga, lenta y llena de violencia… A finales del siglo XVI había doce veces más personas sin propiedades que las que había habido cien años antes. En el siglo XVII casi la cuarta parte de los terrenos de Inglaterra estaban 14 Aston, T.H., y Philpin, CH.E., eds. El debate Brenner, Estructura de clases agrarias y desarrollo económico en la Europa preindustrial. Barcelona, Crítica,1988, p. 41. 15 Idem, p. 50. 16 “La llamada acumulación originaria no es, pues, más que el proceso histórico de disociación entre el productor y los medios de producción”. Marx, K. El capital. Tomo 1. Cap. 24, ED. Siglo XXI, p. 893. 17 Hay autores como Brenner que señalan que el avance sobre las tierras campesinas se da en el marco de la crisis del siglo XIV, cuando con la caída demográfica, el señor busca compensar la disminución de sus rentas acaparando nuevas tierras. Otros autores, como Kriedte, afirman que los cercamientos suceden durante el siglo XVI, cuando el aumento de la población desencadenó un asalto de tierras comunes y sin cultivar, lo que grandes campesinos y terratenientes buscaron evitar con los cercamientos. A su vez, mientras los precios subían, sus rentas fijas los incentivaron a cercar tierras de campesinos para luego arrendarlas.

cercados”18. Las relaciones de producción tradicionales, es decir, la estructura social que era obstáculo para el desarrollo agrícola capitalista, había sido eliminada. En resumen, la violenta expropiación fue el inicio para que una minoría acumule riquezas mientras una gran masa de despojados de su medio de subsistencia se ve obligada a vender su fuerza de trabajo como mercancía, ya sea como jornaleros en los campos de los terratenientes, o migrando a las ciudades. En el transcurso del siglo XVI, como ya mencionamos en el apartado anterior, se produce un aumento demográfico y la Revolución de los precios, provocando un aumento del costo de vida como puede observarse en el siguiente testimonio: “Todas las cosas encarecen y son ya tan costosas que apenas podemos alimentar a nuestras mujeres y a nuestros niños. Cada diez personas que viven espléndidamente hay diez mil que sufren el hambre…”19. El hambre y la pobreza comienzan a ser los protagonistas de distintas escenas europeas durante la crisis del siglo XVII, y es que “se a...


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