Title | Jan van Eyck El matrimonio Arnolfini |
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Author | Francisco lopez |
Course | historia de españa |
Institution | Universidad Complutense de Madrid |
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la pintura gotica y otros pintores relevantes del siglo flamenco...
Jan van Eyck
El matrimonio Arnolfini (national Gallery de londres) como gran parte de los pintores del norte de Europa, el artista flamenco disolvía los pigmentos en aceite de linaza. al contacto con el aire, la mezcla se endurece, convirtiéndose en una sustancia sólida y transparente que permite la superposición de capas cada vez más leves de pintura. a través de ellas, van Eyck logró captar como ninguno antes la gradación del color y de la luz sobre las distintas superficies. POR SANDRA ACCATINO
E
n E l c u a d r o q u E J a n va n E y c k (1390-1441) pintó en 1434 para el rico mercader
Giovanni Arnolfini,
los objetos
que rodean a la pareja han sido tan cuida-
dosamente dispuestos y tan detalladamente representados que producen en quien los obser va un efecto de
casi tangible visibilidad, dándole a las figuras solemnes y silenciosas del comerciante italiano y su mujer un aspecto real que ellas, de estar solas, difícilmente lograrían. Esto ocurre porque en el estrecho espacio de la ha-
bitación, el artista flamenco no sólo representó los objetos, sino también la luz y sus efectos sobre las distin-
tas superficies. Las sutiles capas del óleo reconstruyen, una a una, las cuentas de cristal del rosario que, lisas y
traslúcidas, brillan y reflejan la ventana que las ilumina, mientras el clavo del que pende ha soltado par te del estuco grueso y opaco que cubre la pared. En la pintura, la luz acusa el hilo que cose la paja del som-
brero negro de Arnolfini y delata la suavidad de la piel de mar ta cibelina junto a las tonalidades púrpuras del terciopelo de su túnica. Vemos la luz a través de los vidrios azules, verdes, rojos y transparentes de la ventana
Cuando el espectador de la época ob
y percibimos que ella atraviesa las hojas del guindo para
tenidamente esta tela, se volvían visibles
posarse luego en las rugosas cáscaras de las naranjas,
vir tudes que vinculaban el matrimonio a
en el bronce de la lámpara, en las joyas que adornan a
cristianos. La vela encendida en el cande
la mujer. La luz nos muestra las opacas vetas de la ma-
cordaba la mirada omnipresente de Dios y
dera del piso y de los zapatos que sobre él descansan,
rosario y las diez escenas de la Pasión qu
cerca del pequeño perro, cuyos ojos, redondos como
el espejo, bendecían el enlace de las mano
el espejo de la pared, hace brillar mientras nos mira. El perro y el espejo son los dos extremos del cua
el banco de madera, la figura de santa Ma el dragón
de cuyo vientre ella se liberó...