LAS Tumbas Etruscas PDF

Title LAS Tumbas Etruscas
Course Historia del Arte Clásico en la Antigüedad
Institution UNED
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Las tumbas etruscas...


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LAS TUMBAS ETRUSCAS. I PARTE

RAFAEL AGUSTÍ TORRES HISTORIADOR DEL MUNDO ANTIGUO Y ESPECIALISTA EN ARQUEOLOGÍA CLÁSICA MIEMBRO DE LA CLASSICAL SOCIETY & SOCIETY OF ANCIENT LITERATURE (UNIVERSITY OF CAMBRIDGE)

INTRODUCCIÓN Como era normal entre las civilizaciones antiguas, incluida la de los etruscos, las prácticas relacionadas con el mundo funerario eran de gran importancia. En los primeros tiempos de esta civilización, estas prácticas estaban vinculadas a una concepción de la continuación, después de la muerte, de una actividad vital especial del difunto. Esta idea fue acompañada por la creencia de que esta actividad tenía lugar en la tumba y, de alguna manera, estaba conectada a los restos mortales. Posteriormente, como resultado de las influencias del mundo griego, la creencia primitiva en la supervivencia de los muertos en la tumba, fue reemplazada por la idea de un reino especial de los difuntos referenciado en el modelo griego del Hades. Dado que los etruscos pensaron en una vida más allá de la muerte, la tumba se concibió, como una nueva casa, equipada con un conjunto de ropa, adornos, objetos de uso diario y, en conjunto, una reserva de alimentos y bebidas que el o los difuntos allí sepultados, utilizarían. El resto del equipamiento funerario lo constituían los bienes de prestigio que podían variar dependiendo del rango social de los fallecidos y de las posibilidades económicas de sus herederos, y también en relación con las costumbres y las modas de los lugares y los tiempos (Torelli, Mario 1984, pp. 87-90). Era posible modelar la tumba en un aspecto parcial o solo alusivo de la casa, y amueblarla, exponiendo con frecuencia en las paredes escenas de la vida cotidiana o sus momentos más significativos y calificatorios que imaginaban podrían perpetuarse, mágicamente, al servicio del difunto. Mientras que la tumba etrusca de “entierro” tendía a reproducir el domicilio del fallecido en los más pequeños detalles, incluido el interior de la vivienda, las más antiguas urnas, fueron construidas a menudo en forma de cabaña, con representación de postes de madera y techo de paja, destinadas a recrear una relación cercana de la casa con el difunto. A diferencia de los romanos, que expusieron sus tumbas en el borde de las vías consulares, los etruscos construyeron sus edificios funerarios bajo tierra o, si en la superficie, ocultándolos a la vista cubriéndolos con montones de tierra, las tumbas, generalmente se colocaron en áreas (necrópolis) situadas fuera de las murallas de la ciudad, pero con orientación paralela al cardo y al decumano. Las tumbas etruscas están mayoritariamente bien conservadas, al haber sido construidas en piedra. Para la religión etrusca, el hombre, ser débil e insignificante en la vida, en el más allá necesita un ambiente familiar en el que transcurra la vida después de la muerte, junto con sus objetos personales. Esto explica el cuidado con el que se construían las tumbas, una prolongación eterna de su hogar en vida, el hecho de que la pintura de este pueblo sea casi exclusivamente funeraria, que en las tumbas se hayan encontrado ricos ajuares, algunos de ellos con objetos procedentes de las colonias griegas del sur de Italia, así como la naturaleza frecuente de que las tumbas etruscas fueran tumbas colectivas, verdaderos panteones familiares, muestran la importancia que los antiguos etruscos daban a la existencia post mortem, casa, familia, bienes, honores, todo debía quedar reflejado en la nueva casa de eternidad, la tumba, para poder seguir disfrutando de ello de forma eterna.

Las paredes de las tumbas se pintaban con vivos colores que contrastaban con la oscuridad, símbolo de la muerte espiritual. Así, las necrópolis etruscas son una fuente muy significativa, históricamente hablando, que permite conocer muchos aspectos de la vida cotidiana, de las creencias religiosa y de los ritos populares que hubiera sido imposible conocer analizando exclusivamente los textos escritos.

TIPOLOGÍA DE LAS TUMBAS Existen diferentes tipos de tumbas que varían, tanto según el periodo histórico, como en la ubicación geográfica y las características geológicas del terreno en que se encuentran (Cristofani, Mauro 1999, p. 300), así como en el tratamiento dado al cuerpo del difunto (cremación e inhumación) y que tienen que ver frecuentemente con los cambios que influencias culturales externas tuvieron en el pensamiento etrusco. Durante toda la historia de la civilización etrusca se practicó ambas formas de enterramiento y, aunque en momentos determinados prevaleció la cremación sobre la inhumación o viceversa, ambas prácticas se realizaron de forma casi solapada, incluso tenemos ejemplos de tumbas donde se hallaron restos cremados e inhumados juntos (p. ej. la Tomba Regolini-Galassi). Podemos clasificar los principales tipos de tumbas etruscas de la siguiente manera:

Tumbas “a pozzeto” (Tombe a pozzeto): siglos X al VI a.C. Las tumbas “a pozzeto” son similares a un pozo de forma cilíndrica o cuadrangular (como las tumbas de la necrópolis de Palastreto), excavado en la tierra o en la roca y luego cubierto. La profundidad es variable y puede alcanzar hasta los dos metros, las cenizas del difunto se colocaban en urnas de terracota bicónicas que se depositaban en el fondo de la tumba junto a otros objetos rituales y funerarios, estas urnas podían presentar varias formas y estaban cerradas por un yelmo (Torelli, Mario 1984, p. 37) en el caso de las sepulturas masculinas o cerrado por un cuenco, como sugerencia de pechos femeninos en la parte superior del recipiente, para el caso de las sepulturas femeninas (tumba villanoviana de Badia, actualmente en el Museo Etrusco Guarnacci de Volterra). A finales de la Edad del Bronce, sustituirán a las sepulturas de inhumación, ya que el tipo de tumba “a pozzeto” está estrechamente relacionada con la práctica de la cremación de los cuerpos, una práctica utilizada entre los siglos X y VI a.C.

Sección de tomba “a pozzeto”

Tomba “a pozzeto”

Tomba “a pozzeto”, necrópolis de Montetosto Alto (Tumba 4)

Urna bicónica cerrada por un yelmo

Tumbas de túmulo (Tombe a tumulo): siglos VIII a VI a.C. Las tumbas de túmulo están generalmente constituidas por una estructura circular llamada “tamburo” (tambor) construida de bloques de piedra arenisca (típica de la Toscana occidental y que se presenta en dos variedades principales: livornesa y volterrana) escuadrados y enmurados en seco, esta estructura está cubierta por una pseudocúpula hecha de lastras de piedra calcárea dispuestas en círculos concéntricos con un diámetro que va decreciendo hasta formar una cubierta en forma de domo que es soportado por la fuerza de gravedad. Esta pseudocúpula se cubría completamente con tierra compacta con objeto de proteger y aislar toda la estructura y está rodeada por un anillo de contención hecho de bloques de piedra. Para minimizar el riesgo de infiltración y garantizar un drenaje óptimo del agua de lluvia debido a la falta de cimientos, se construía una acera pavimentada de piedra alrededor de la base e inclinada hacia afuera, entre el tambor y el montículo se colocaba un canalón (grundarium) hecho de láminas de caliza que también facilitaba la conducción del agua de lluvia. Los cuerpos de los difuntos eran colocados en bancos de piedra situados en una cámara más pequeña en comparación con el tamaño del montículo, la cámara funeraria no es más que una habitación cuadrada o rectangular accesible por medio de un pasillo (dromos) cubierto con losas de caliza y generalmente orientada hacia el este. A lo largo de las paredes interiores de los pasillos, a veces, se abren celdas secundarias para contener el ajuar funerario, después del entierro los pasillos se sellaban con un relleno de piedras y tierra para evitar cualquier profanación de la tumba.

Plano de una tumba de túmulo (necrópolis de Montecalvario), Siena Una variante de la tumba de túmulo es la denominada “ad avancorpo” (a parte delantera) en la que la entrada sobresale del tambor dando una mayor relevancia al acceso de la tumba. En las llamadas tumbas de “alto túmulo”, el tambor de piedra no está presente y el túmulo se coloca directamente sobre el piso de la subestructura. Los grandes túmulos del siglo VIII a.C. se han definido como la eternización de los thesauroi (término usado en lenguaje arqueológico moderno, para indicar edificios pequeños que una ciudad dedicaba a un santuario como una representación de la propia ciudad y que estaban destinados a contener el mobiliario necesario para las procesiones y rituales, son famosos p. ej. los del santuario de Delfos, en Grecia) de las familias aristocráticas, donde los principales difuntos reúnen enormes riquezas como signo tangible de su poder.

Tumba de túmulo (Tumulo Maroi), Cerveteri.

Tumba de túmulo (Túmulo IIb), Cerveteri

Tumba de túmulo (necrópolis de la Banditaccia), Cerveteri

La aparición de túmulos monumentales en lugar de los pequeños túmulos de entierro anteriores y su ubicación en zonas altas, indicaba un deseo de visibilidad que los difuntos de las clases aristocráticas etruscas tenían con respecto tanto de los muertos como de los vivos. Tumbas “a fossa” (Tombe a fossa): siglos VIII al V a.C. Las tumbas “a fossa” constituyen una tipología de tumbas hechas para enterramientos de inhumación y de forma rectangular (p. ej. tumbas de la necrópolis de San Cerbone en Populonia) o para enterramientos de incineración, en este caso su forma es cuadrada. En el siglo VIII a.C. sustituirán a las tumbas “a pozzeto” para los difuntos cremados. Si la tumba rectangular (inhumación) no se podía excavar debido a la falta de roca, era costumbre circunscribir las tumbas con diversos materiales como guijarros, losas de piedra y tejas, los objetos rituales y funerarios eran depositados tanto dentro como fuera del pozo.

Tumba “a fossa”

Tumba “a fossa”

Tumbas “a cassone” (Tombe a cassone) sarcófago: siglos VII al V a.C. Las tumbas “a cassone” consisten en cajones (sarcófagos) de toba (también de toba gris típica de la región del Alto Lazio o de piedra de lava típica de la zona de Viterbo y de las Colinas Albanas en la provincia de Roma) con una cubierta a dos aguas o en forma de joroba (schiena d´asino) que contenían el cuerpo del difunto y su ajuar, algunos objetos funerarios eran, con frecuencia, colocados alrededor del cajón que pueden estar enterrados en una fosa cubierta con piedra y tierra o aparecer al aire libre.

Tumba “a cassone”

Tumba “a cassone” (Populonia)

Tumbas “a camera” (Tombe a camera) hipogeos: finales del siglo VIII al IV a.C. Las tumbas “a camera” o hipogeos pueden ser totalmente subterráneas, semisubterráneas o excavadas en la roca (toba, toba gris, arenisca o lava), incluso reutilizando cuevas naturales o talladas en los acantilados, en este último caso reciben el nombre de “tumbas rupestres” (p. ej. tumbas de la necrópolis delle Grotte en Populonia). Las tumbas “a camera” generalmente se practican a través de un corredor más o menos largo y estrecho (dromos) de inclinación variable y provisto de escalones que llevaba directamente al atrio de la tumba. Estas tumbas son de varias formas: rectangulares, rectangulares alargadas con sección de arco ojival, trapezoidales, cuadradas, en forma de “T”, con uno o más compartimentos conectados entre sí a imitación de las casas (una de las tumbas más famosas de este tipo es el denominado Hipogeo de los Volumnii descubierto en 1840).

Tumba “a camera” (necrópolis de Grotte)

Los lechos funerarios, a menudo, se encuentran situados en las paredes pudiendo estar decorados con frescos y esculturas, mientras que las puertas y los techos a

menudo se alzan y decoran, en el periodo arcaico se erigen, en este tipo de tumbas, columnas con capiteles (p. ej. la Tomba dei Capitelli en la necrópolis de la Banditaccia en Cerveteri).

Interior de una tumba “a camera” (Strozzacapponi) Desde finales del siglo VIII a.C. la tumba “a camera” se convirtió en la típica tumba de la aristocracia etrusca, hasta la romanización completa de Etruria llegando, incluso, a la época del comienzo del periodo imperial romano. Desde el periodo orientalizante hasta el siglo V a.C. representa el énfasis en el papel y la importancia de la familia aristocrática, reconocida en la genealogía familiar y progenitora alojada en el complejo de la tumba. El papel y la eminencia de los aristócratas fallecidos encuentran confirmación adicional en el ajuar funerario depositado en la tumba (Torelli, Mario 1984, pp. 90-98). Durante el siglo VII a.C. se construyeron tumbas cada vez más complejas y elaboradas, con túmulos bajo los cuales las cámaras hipogeas, completamente insertadas en la piedra, reproducen las estancias utilizadas en las viviendas, articulándose en salas dispuestas en varios ejes. El sepulcro de la cámara se creó para albergar a la pareja matrimonial y a sus hijos más jóvenes colocados en cámaras secundarias abiertas en el pasillo de acceso, alrededor de la primera tumba o dentro del mismo túmulo (estas tumbas podían perfectamente contener seis tumbas o grupos de tumbas, unidas mediante estrechos corredores que, en algunos casos se trata de auténticos túneles) se congregarán las generaciones sucesivas, formando grupos de tumbas, para reiterar a sus descendientes, toda una necrópolis familiar.

Tumba “a camera” (necrópolis de Poggio Pinci, Tumba III) Tumbas de “tholos”: Periodo Orientalizante Tardío (comienzos del siglo VI a.C.) Las tumbas de tholos son una derivación de la arquitectura micénica, donde este tipo de tumba era destinada al rey o a algún miembro muy prominente de la familia real (p. ej. el “tholos de Clitemnestra” en Micenas), este tipo de construcción es uno de los primeros ejemplos de cúpula en la antigüedad y está construido contra una colina alineando las piedras en círculos concéntricos superpuestos, hasta que la bóveda está completamente cerrada, la sala circular cuyo centro, a veces, está ocupada por un pilar central, se cubría entonces con tierra, reconstruyendo así la arquitectura original de la colina.

Sección de una tumba de tholos (Tumba de Casaglia)

Tumba de tholos (Casale Marittimo)

En la tumba etrusca de tholos, el sarcófago del difunto está ubicado en una pequeña cámara situada junto a la gran sala circular cubierta por una falsa cúpula, el acceso a la tumba se realizaba a través de un dromos que podía ser abierto o cubierto y utilizado, sobre todo, en el norte de Etruria durante el período orientalizante tardío. El tholos cuadrangular hace su aparición en Populonia y Vetulonia, este tipo de tumba se usó principalmente para enterramientos familiares y fue utilizado por la misma familia o clan aristocrático durante varias generaciones. Tumba “a edicola” (Tomba a edicola) edículos: siglos VI al V a.C. Las tumbas “a edicola” derivan su nombre del término latino “aedicula” por sus características formales que recuerdan las de un pequeño templo. Se construían enteramente fuera de la tierra, pretendiendo ser templos en miniatura, pero que en la práctica eran muy parecidos a las habitaciones de los primeros asentamientos etruscos. En la simbología etrusca era muy significativa la forma de templete: representaba el punto intermedio del viaje que el difunto debía realizar de la vida a la muerte, una especie de última etapa de la vida terrenal. Entre ellos, hay que destacar el llamado Bronzetto dell´Offerente, el edículo mejor conservado y que se halla en Populonia.

Tumba “a edicola”

Tumba “a edicola” (necrópolis de San Cerbone) Tumbas “a dado” o “a cubo”: siglos VI al II a.C. Las tumbas “a dado” o “a cubo” son tumbas de cámara típicas de las necrópolis rupestres, insertadas dentro de un bloque de roca excavada en la toba o construidas ex novo. En este último caso, constituían verdaderas tumbas en forma de dado porque la estructura se hallaba aislada en sus cuatro lados, en cambio, cuando la estructura está aislada de la pared rocosa en solo tres de sus cuatro lados, recibe el nombre de tumba de “semidado”. Con este tipo de tumba se recrea una verdadera arquitectura civil para el difunto, en el frente puede existir una verdadera puerta de acceso abierta

directamente a la vía sepulcral o una puerta falsa tallada en el costado que sugiere el pasaje constituido por la muerte.

Tumbas “a dado” (necrópolis de la Banditaccia) Las escaleras laterales permitían acceder a la terraza o bajo túmulo, donde se llevaban a cabo los rituales del culto funerario, e incluso, la exposición del cuerpo del difunto. La cámara funeraria se encuentra debajo de la fachada de la estructura, excavada por debajo del monumento y precedida por un atrio y una antecámara a la que se accede a través de un largo pasillo (dromos).

Tumba “a semidado” (necrópolis della Cassetta), Blera

Tumbas de columbario: siglo III a.C. Las tumbas de columbario son cámaras frecuentemente comunicadas en serie, en cuyas paredes se hallan excavadas las celdas o nichos de entre 20 a 30 cm de lado en las que se depositaban las urnas que contenían las cenizas de los difuntos junto a un escaso ajuar funerario.

Sección de una tumba de columbario

Tumba de columbario (necrópolis de Crocefisso di Castro), Viterbo

Este tipo de sepultura fue utilizado por las clases sociales más pobres y se remontan al período etrusco final y al período romano. Tumbas “a pozzo” (Tombe a pozzo): siglos II a I a.C. Las tumbas “a pozzo” reciben este nombre por tratarse de verdaderos pozos que podían alcanzar hasta 10 metros de profundidad. La cámara funeraria o los túneles que conducen a ella, se encuentran en la parte inferior y se puede acceder a través de muescas a modo de escalones o por propios escalones tallados en la pared del pozo.

Tumba “a pozzo” (sección) Tumbas “alla cappuccina” (Tombe alla cappuccina): Período Imperial Las tumbas “alla cappuccina” reciben su nombre por su forma, que recuerda la capucha de un monje. La tumba está formada por una cubierta de tejas o, incluso, lajas de piedra colocadas a los lados del cuerpo del difunto y unidas en el vértice, la tierra cubría toda la estructura incluido el ajuar funerario particularmente pobre en relación con la clase social que utilizaba estos sencillo entierros.

Tumba “alla cappuccina” (sección)

Tumba “alla cappuccina” Toda esta tipología de tumbas está repartida en las numerosas necrópolis que cubren el territorio de la antigua Etruria (Poggio Renzo, Banditaccia, Monte Abatone, Monterozzi, Prato Rosello, Crocifisso del Tufo, Pianacce, Norchia, Poggio Buco, Sorbo, Sopraripa, Poggio Tondo, Puntone, Folonia, Magliano, San Donato, etc.) sin embargo, tratar todas y cada una de las necrópolis etruscas y las tumbas que contienen es una tarea que excede, y con mucho, la intención de la presente exposición. En una segunda parte de este trabajo se tratarán algunas de estas necrópolis junto a algunas de sus tumbas más representativas, por lo que aquí nos centraremos especialmente en dos de ellas, la necrópolis de la Banditaccia (Cerveteri) y la necrópolis de Monterozzi (Tarquinia) con algunas de sus tumbas más representativas además de otras tumbas pertenecientes a otras necrópolis que, por su importancia destacada, serán descritas en esta primera parte. Necrópolis de la Banditaccia. La necrópolis de la Banditaccia se encuentra sobre una altura de toba volcánica al noreste de Cerveteri (provincia de Roma) y en sus cerca de 400 hectáreas de extensión se encuentran miles de sepulturas (la parte del recinto que puede visitarse representa sólo 10 hectáreas de extensión y cuenta con cerca de cuatrocientos túmulos), las cuales van desde el periodo villanoviano (siglo IX a.C.) hasta finales del periodo etrusco (siglo III a.C.). La necrópolis etrusca de Banditaccia forma parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad. Su origen se encuentra en un núcleo de tumbas villanovianas en la localidad de Cava della Pozzolana y el nombre de Banditaccia deriva del hecho que desde finales del siglo XIX la zona fue “bandita”, esto es, arrendada por los propietar...


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