Reseña Literaria: Madame Bovary PDF

Title Reseña Literaria: Madame Bovary
Author Francisco Samuel
Course Literatura I
Institution Universidad Nacional Autónoma de México
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Summary

Este trabajo incluye una reseña de la obra Madame Bovary, junto con otros aspectos importantes de resaltar en la novela...


Description

Reseña Literaria: Madame Bovary Gustave Flaubert fue un novelista francés considerado uno de los mejores del siglo XIX en occidente, nació el 12 de diciembre de 1821 en Ruan, hijo de Anne Justine y Achille Cléophas, siendo este último el jefe del Hospital de la ciudad. Tomó sus primeros estudios en el Colegio de Ruan en 1832, mostrando su gran interés por la literatura al redactar una pequeña revista llamada Colibrí; posteriormente estudiaría derecho en París, donde conoció a Maxime du Camp, con quién emprendió diversos viajes que le permitieron desarrollar sus obras posteriormente, dado que era muy observador de la realidad y buscaba inspiración pura, alejándose de opiniones. Mantuvo una relación con Louise Colet, aunque su gran amor fue Elisa Schlésinger. Dedicó su vida completa a la literatura, mudándose a una villa donde podía tener una vida tranquila; en 1851 comenzó a escribir Madame Bovary, considerada su obra maestra, pero que lo metería en problemas morales, enfrentando un juicio del que fue absuelto; se alejó del realismo y se enfocó en lo fantasioso y barroco, escribiendo Salambó. En la Guerra Franco prusiana su casa fue ocupada, comenzó a sufrir enfermedades nerviosas, su madre falleció y su situación económica empeoró. Finalmente falleció el 8 de mayo de 1880 a causa de una hemorragia cerebral. Madame Bovary pertenece a la corriente literaria del realismo movimiento que surge en Europa en la segunda mitad del siglo XIX, causado por cambios sociales como el establecimiento de la burguesía, la aparición del proletariado y la industrialización; comienza con la publicación de la Revista Realisme en Francia, como una ruptura al Romanticismo. Se caracteriza por alejarse de elementos fantásticos, aspectos subjetivos o sentimientos falsos, haciendo un análisis profundo de la realidad, siendo el autor quién nos da un retrato de lo que vive y los problemas relacionados con ello. De igual forma pertenece al género narrativo, siendo su intención expresar una historia en un tiempo y lugar determinado, donde se presenta una problemática que se irá desarrollando desde un punto de vista determinado. Se compone de tres partes, dividiéndose todas en capítulos. La primera consta de nueve capítulos, comenzando con la historia de Charles, cómo éste conoce y se casa con Emma, hasta que ambos dejan Tostes para mudarse a Yonville; la segunda parte trataría desde su llegada a la nueva ciudad y el amorío que desarrolla Emma con Rodolphe, hasta que nuevamente ella y su marido se encontrarían nuevamente con Léon; la última parte aborda su nueva relación con el pasante de notario, hasta la muerte de Emma y posteriormente de Charles. La obra relata la historia de Emma, una joven que tiene muchas expectativas al casarse, sin embargo, su vida es aburrida y triste, entregándose al amor para escapar de esa realidad, sin embargo terminaría mal con sus amantes y al empeorar su situación, decide suicidarse. Se sitúa en el contexto del autor (siglo XIX), representa una crítica respecto a la sociedad de aquel tiempo, pues rechaza la

idea establecida de que las mujeres solo deben estar en el hogar mientras, que los hombres trabajan, dando un día a día muy monótono, sin embargo, muestra las ganas de cambiar esa forma de vivir y ser feliz, aún si eso va en contra de lo establecido por la sociedad, dándole importancia solamente al “yo”. En un principio, Charles se plantea como un novato y mediocre en la escuela, hijo de un exayudante de cirujano en el ejército que posteriormente se va a vivir al campo, y una mujer alegre y amorosa, pero que al envejecer fue cambiando, llenándose de malos sentimientos que mantendría hasta su muerte. Al crecer fue educado de dos maneras diferentes, pues su padre quería que creciera fuerte y de una forma un poco dura, a diferencia de su madre que le daba mucho afecto y buscaba enseñarle nuevas cosas, le gustaba hacer travesuras. A los doce años comenzó a estudiar con un cura y posteriormente fue enviado al colegio de Ruan; tenía un temperamento moderado, sabia realizar sus actividades a la hora que correspondía, destacaba en la escuela, trabajaba, no faltaba a ninguna clase; posteriormente se malacostumbro, frecuentando tabernas y acercándose a los placeres prohibidos, reprobó su examen de sanidad, pero volvió a corregir sus errores y lo pasó. Se iría a Tostes para ejercer su labor; su padre le consiguió una viuda para casarse, con quien pensó podría disfrutar la vida, pero terminó controlándolo y obligándolo a hacer lo que ella quería. Era delgado, alto y tenían una expresión melancólica que lo hacía casi interesante. Era tímido, un poco antisocial, aburrido y concentrado en su profesión, estaba profundamente enamorado de Emma, buscando la manera de hacerla feliz y convirtiéndola en el centro de su vida, sin embargo, no puede complacerla. Emma es hija del señor Rouault, a quién Charles trataría su pierna rota, tenía unos bellos ojos oscuros que parecían negros debido a sus largas pestañas, mirada de confianza, uñas brillantes de puntas finas, limpias y cortadas en forma de almendra, manos un poco enjutas en los falanges y no lo suficientemente blancas, labios carnosos, cuello blanco, cabello negro dividido en dos bandos lisos que apenas dejaban ver el lóbulo de la oreja, pómulos sonrosados, solía usar vestidos y tacones, tuvo una buena formación, siendo capaz de bailar, dibujar, bordar tapiz, sabía geografía y tocaba el piano. Se casó con Charles con las expectativas de tener una vida feliz y llena de amor, sin embargo éste no se la brinda, haciéndola caer en un frecuente estado de tristeza, desesperación y rencor, es una mujer soñadora, orgullosa y vanidosa, cansada de tener la vida que lleva busca la felicidad principalmente en el amor, por lo que establece amoríos fuera del matrimonio, siendo aventurera, lujuriosa, mentirosa y principalmente infiel, catalogándose como mala madre y esposa. La historia comienza con la llegada de Charles al colegio, donde es descrito por un compañero o compañera, posteriormente se nos cuenta de su vida, como es criado por sus padres y termina siendo un médico para posteriormente ir a ejercer su labor en Tostes y casarse con una viuda. Un día llegaría un mensajero para solicitarle que fuera a los Berteaux para curar la pierna rota del señor Rouault, él accedió y curó al hombre, pero en las visitas que realizaba se enamoró de su hija Emma. Cuando su

esposa murió, el habló con Rouault para pedirle la mano de su hija, la cual aceptó y se terminó realizando una fiesta. Emma sentía una gran indiferencia con lo que pensaba que sería casarse y lo que terminó siendo, pues su vida se tornó muy monótona y con poco amor, ella recordaba cuando de joven fue metida a un convento y se influía de historias de amor que leía y escuchaba, sin embargo, no podía sentir amor por Charles. Recibieron una invitación para un baile en la casa del marqués de Andervilliers, donde Emma bailaría con un vizconde, por el cual Emma sintió una pequeña atracción, recordándolo por semanas; ella se refugió en la lectura, en la música y en el dibujo, permanecía aburrida, observando a veces la ventana, los intentos de Charles por contentarla fracasaban, por lo que su esposo decide irse a vivir a otro lugar: Yonville, pero antes de eso Emma quemó su ramo de novia y se embarazó. En la nueva posada conocerían a varias personas, entre ellas el señor Léon Dupuis, pasante de notario, Emma seguiría refugiada en la literatura y daría a luz a una niña que decidieron llamar Berthe. En una ocasión fue a verla a la casa de su nodriza y le pidió a Léon que la acompañara, con esa y todas las veces que ella lo veía y convivía con él, se dio cuenta que comenzaba a enamorarse y cambió su forma de ser, comenzando a ser más alegre y una mejor esposa, aunque negaba su amor; sin embargo, Léon decidió partir hacia Ruan para seguir estudiando, despidiéndose de Emma sin algo muy emotivo. Tiempo después conocería a Rodolphe, un mujeriego que desde el primer momento pensó en hacerla su amante, durante el Concurso Agrícola del Departamento del Sena Inferior que se realizó en Yonville, después del desfile y durante el discurso, ambos charlaban respecto a éste, para posteriormente dejarla en su casa, seis semanas después él fue a verla y le dijo que la amaba, en eso interrumpió Charles y convencido por Rodolphe le diría a Emma que fuera a montar caballo con éste último, ahí le expresó nuevamente su amor, pero la señora Bovary se negó, hasta que en la noche, pensándolo, se da la oportunidad de amarlo, pero tendría que ser cuidadosa. Posteriormente le recomendó a Charles realizar una operación para curar la pierna de Hippolyte, un sirviente en la hosteleria, pero salió mal y fue necesario que el doctor Cavinet la amputara. Emma continuó su amorío con Rodolphe, sin embargo, comenzó a ser muy frecuente, le compraba cosas y se lo tomó muy enserio, cosa que no le agradó, ella le pidió escaparse juntos, pero él se arrepintió y le mandó una carta con la intención de apartarse de ella, causando una enfermedad en Emma por semanas. Ante algunos problemas económicos, el comerciante del pueblo, el señor Lheureux, le hizo firmar a Charles varios pagarés, Emma se recupera, quiere hacerse santa y comienza a donar a la caridad; el señor Homais, el boticario, les recomendó ir al teatro en Ruan a ver la obra de un gran artista, una vez ahí Emma se sintió identificada con la presentación, pero posteriormente su marido le comunicó que encontró al señor Léon y que iría a verla.

Volvieron a verse en otra ocasión, donde él le dice que la extraño y que aun la amaba, pero Emma lo rechaza, fijando verse por última vez al día siguiente en la catedral a las once, ella le trató de dar una carta, pero él se negaría a dejarla, provocando que Emma pidiera un recorrido por la iglesia, pero Léon se hartó y se la llevó por varios lugares, donde ella aceptaría amarlo. Tiempo después le dijo a Charles que iría a Ruan para consultarle a Léon acerca de un modelo, pero en los tres días que estuvo, sólo abundo amor entre ellos; posteriormente ella encontraría la manera de verlo cada jueves excusándose con ir a tomar clases de piano. Nuevamente comenzó a dejarse llevar, endeudándose con el señor Lheuereux para comprarle cosas y pidiéndole muestras de amor, molestándose porque una vez fue Homais a visitar a Léon y éste último no pudo estar con ella; ante la necesidad de pagar sus deudas, va a rogarle al comerciante y se endeuda más, su relación con su amante fue cambiando y un día al llegar a su casa recibe un mensaje pidiéndole liquidar lo que debe o que sería embargada, esta vez el señor Lheuereux no le dio más tiempo, por lo que fue a pedirle a Léon, pero éste no tenía, sin embargo, ella confiaría ciegamente en que se lo conseguiría y lo cita al día siguiente, fue con el notario, pero intento aprovecharse de ella y por más que buscó no encontró, para que finalmente Léon la dejara plantada. Cómo última alternativa buscó a Rodolphe y después de confesarse que aún se aman, se molesta con él y lo abandona cuando le dijo que no tenía dinero; en la noche, tomó arsénico y le dio una carta Charles, pidiéndole que no culpara a nadie, después comenzó a sentirse muy mal y a vomitar, Charles llamó al doctor Cavinet y a Lariviere, pero no pudieron hacer nada por ella y falleció. Después del velorio y el entierro, varios aprovecharían para cobrarle al médico, que encontró la carta de Rodolphe y las de Léon, cambió su forma de vivir, se peleó con su madre; en una ocasión donde encontró al primer amante de Emma, van a tomar cerveza y le dijo que no le guardaba rencor. Un día cuando Berthe fue a verlo, él se hallaba muerto y su hija terminó siendo criada por su tía. En los alrededores de la habitación de Charles mientras estudiaba en el colegio de Ruan se podía ver un río, que hacía a Ruan una diminuta Venecia, amarillo, azul o violeta, con puentes y rejas. Se podía ver a la orilla obreros, tendederos que sobresalían de graneros, madejas de algodón que secaban al aire, y a lo lejos, el gran cielo. La granja de los Berteaux era de buen aspecto, tenía caballos de tiro en pesebres nuevos, a lo largo de los edificios se extendía un amplio estercolero del que salía el vaho, y entre las gallinas y los pavos, cinco o seis pavo reales; el redil era largo, el edificio con paredes lisas, bajo el cobertizo había dos carretas grandes y cuatro arados con sus látigos y colleras; el patio iba cuesta arriba con árboles plantados simétricamente, y se escuchaba el ruido de gansos cerca de una charca. En la cocina entraban los rayos del sol sobre las baldosas, moscas permanecían en los vasos de la mesa, la luz que bajaba de la chimenea aterciopelando el hollín azulaba las cenizas apagadas. En la casa de Tostes, la fachada era de ladrillo, algunas cosas como un par de polainas, un abrigo y una gorra, al lado derecho estaba la sala; un canario animado en la parte alta por una guirnalda de flores

pálidas, cortinas de algodón blanco que se cruzaban, sobre la repisa un reloj rematado por una cabeza de Hipócrates entre dos candelabros plateados y con globos de forma ovalada. El consultorio de Charles se encontraba al otro lado del pasillo, una habitación pequeña de seis pies de ancho, con una mesa, tres sillas y un sillón de escritorio, algunos tomos del Dictionnaire des sciences médicales deteriorados; era posible escuchar a los enfermos desde la cocina y oler los guisados desde el consultorio. En el patio de la caballeriza había una pieza de horno que ahora servía de leñera, de bodega, de despensa, y estaba llena de chatarra; el jardín, más largo que ancho, se extendía entre dos paredes de adobe hasta un seto de espino, en medio un reloj de pizarra montado en un pedestal de mampostería; el primero de los cuartos no estaba amueblado, el segundo era uno conyugal con un lecho de caoba colocado tras unas cortinas rojas, estaba adornado con una caja cubierta de conchitas, sobre el escritorio, cerca de la ventana, lucia el ramo de novia de la exesposa de Charles. El castillo del marqués de Andervilliers era de construcción moderna y de estilo italiano, se desdoblaba, en dos alas hacia adelante y tres escalinatas, hasta un fondo donde pacían unas vacas entre árboles altos y setos de arbustos; rododendros, campanillos y bolas de nieve bordeaban sus matas desiguales sobre la línea curva del camino enarenado, un río pasaba debajo del puente, se divisaban edificios con techos de rastrojo, se levantaban en dos líneas paralelas cobertizos y caballerizas. El vestíbulo tenía baldosas de mármol, era de techo alto, al frente había una escalera recta, a la izquierda una galería que iba al jardín y pasaba por la sala de billar. Yonville se ubicaba a ocho leguas de Ruán, atravesado por un río que lo divide en dos regiones: pastizal y labrantío, la pradera se extiende hasta los pastizales de la región de Bray, por el Este se extiende la llanura hasta donde se pierde la vista, en el extremo del horizonte se aprecia el bosque de Argueil con las pendientes de la cuesta de Saint Jean, en la región circundante corrían manantiales ferruginosos. Ahí se encontraban las lindes de Normandía, Picardía y la Ile de France; bajando la cuesta comienza un camino hasta las primeras casas del pueblo. Estaban rodeadas de setos, sobre calzadas llenas de edificios dispersos, lagares, cobertizos para carreteras y destilería, diseminados bajo frondosos árboles de cuyas ramas cuelgan escaleras, guadañas y largas varas. Los techos se proyectaban hasta las ventanas bajas de vidrios gruesos, las paredes eran enyesadas y las puertas con una viga giratoria que cierra el paso a los polluelos. Las calzadas se volvían más angostas aproximándose a las casas habitación y desapareciendo los setos. La casa del notario era la más bella del pueblo, la iglesia se ubicaba al otro lado de la calle, seguida del cementerio, una bandera tricolor giraba encima del campanario; el mercado, con techo de tejas y sostenido por veinte postes, ocupaba casi la mitad de la plaza de Yonville. El ayuntamiento era una especie de templo griego cuya fachada formaba un ángulo con la casa del boticario, tenía en la planta baja tres columnas jónicas y en el primero una galería de arcos de medio punto. Delante de la posada del Liond´Or estaba la farmacia del

señor Homais, cuya casa de arriba abajo estaba llena de carteles, en el fondo del local, detrás del mostrador, se desplegaba sobre una puerta de vidrio la palabra “laboratorio” y a media altura la palabra “Homais” con letras de oro. Yonville solo tenía una calle, con comercios a ambos lados, siguiendo el pie de la cuesta se llegaba al cementerio, donde el sacristán aprovechaba para sembrar patatas. La casa de Charles y Emma tenía una puerta que daba a la Arboleda, permitiendo entrar y salir, además estaba provista de lavandería, concina con antecocina, sala familiar, bodega; se mandó a poner en el fondo del jardín un cenador. El dormitorio se ubicaba en el primer piso, las ventanas no contaban con cortinas, se entreveía la copa de los árboles y una pradera que subía del río al claro de luna. En el Concurso Agrícola, se colocaron guirnaldas de hiedra sobre el frontispicio del ayuntamiento, se levantó una tienda para el festín, llegó la guardia nacional de Buchy, banderas tricolores colgaban de las ventanas entreabiertas, las tabernas estaban llenas, las cofias almidonadas, por encima de las cruces de oro y las chalinas de color, las dos altas tribunas estaban llenas de linternas chinas, contra las cuatro columnas el ayuntamiento cuatro especies de astas banderas con un pequeño estandarte. Durante el viaje a caballo de Emma y Rodolphe, en el pie de la cuesta podían apreciar todo Yonville, iluminado por los rayos del sol, en el horizonte se cernían vapores entre los contornos de las colinas, se apreciaban lo jardines y el río, los bosques se veían inmóviles y oscuros; la tierra rojiza amortiguaba el ruido de los pasos; en el camino habían flores, helechos y gran diversidad de follaje entre los árboles grises, rojizos o dorados; en un lugar más amplio de árboles talados, Rodolphe le volvió a hablar de su amor. Al llegar el matrimonio a Ruan, se quedaron en el hotel de la Croix Rouge, plaza Beavoisine, contaba con grandes caballerizas y pequeños dormitorios, había gallinas en medio del patio, balcones de madera apolillada, mesas negras y pegajosas, cristales gruesos y amarillentos. En el teatro, la gente estaba sentada simétricamente, hacía calor, más abajo se sentía aire helado que olía a sebo, cuero y aceite, los corredores estaban polvorientos. El día que Emma vio a Léon en la catedral, en las tiendas brillaba la plata y la luz caía oblicuamente sobre la iglesia, la plaza olía a flores, la fuente murmuraba y vendedoras enrollaban violetas. Durante los tres días que los amantes permanecieron juntos, estuvieron en el Hotel de Boulogne, en el puerto, al anochecer alquilaban una barca e iban a una isla, entre los árboles subía humo de alquitrán y sobre el río había manchas de grasa; se sentaban en la sala baja de una taberna que tenía colgadas redes negras frente a la puerta, veían árboles, cielo azul y césped. El camino que Emma tomaba para ir a Ruán se iba estrechando hacia el horizonte, después del pastizal había un poste, un olmo, una granja; finalmente habían casas de ladrillo y jardines con estatuas, un emparrado, un tejo recortado y un columpio. Al llegar y subir, el paisaje parecía una pintura: navíos anclados, el río redondeaba las colinas y las islas parecían grandes peces. Las fábricas arrojaban humo, se escuchaban las campanas de la iglesia los árboles se desojaban y formaban matorrales. La casa del

notario relucía de limpieza, tenía una enorme estufa de porcelana, la mesa servida, dos hornillas de plata, la perilla era de cristal, el piso y los muebles adornados con cristalitos de colores. Charles se decidió por un mausoleo para Emma que llevaba en las dos caras principales un genio con una antorcha apagada y en la inscripción quedó “Sta Viator”. En el primer capítulo de la primera parte, la historia comienza siendo relatada por un compañero o compañera que cuenta como fue la llegada de Charles al colegio, sin embargo, posteriormente, y para toda la novela, se realiza un cambio de narrador, pasando a uno omnisciente, que no está involucrado en la trama pero que conoce exactamente a los personajes y lo que pasa, permitiendo describir a ...


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