Resumen para el final gyl PDF

Title Resumen para el final gyl
Author majo Zulian
Course Grupo y Liderazgo
Institution Universidad Siglo 21
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Grupo y Liderazgo

Módulo 1: Introducción a los procesos comunicacionales humanos 1 Introducción a los procesos comunicacionales humanos 1.1 Aspectos filosóficos: la Ontología del Lenguaje Desde la Ontología del Lenguaje, Rafael Echeverría (2003, p. 14) parte de un supuesto fundador: somos participantes activos:

Una transformación histórica fundamental: se está gestando una nueva y radicalmente diferente comprensión de los seres humanos. Este es uno de aquellos acontecimientos especiales de la historia que tienen el poder de reconfigurar lo posible y de modificar el futuro. (2003, p. 14) Esto implica que se nos presenta una nueva forma de comprender al ser humano o, yendo más allá, de poder encontrar otra respuesta a la noción de Ser. La Ontología del Lenguaje parte precisamente de la idea de revolucionar la noción misma de lo que entendemos por ser humano. Esta pregunta, que ha cautivado a los filósofos a lo largo de la historia: ¿Qué es el ser?, es algo que también busca responder la Ontología del Lenguaje y lo hace desde un postura propia. ➢ Los seres humanos como eje clave La globalización nos impone la idea de un Ser Humano en relación íntima con otros que no son los próximos o cercanos, sino que se contempla la necesidad de tener en cuenta a otro que está más allá de las fronteras, y que comparte lo cotidiano a través de, por ejemplo, las nuevas tecnologías. Lo individual y lo grupal forman parte más que nunca de un desafío por emprender. Así, organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus iniciales en inglés) han planteado esta dualidad como una tensión a nivel del globo que debe ser afrontada principalmente a través de la educación. Aparece así en la Ontología del Lenguaje la idea y el pilar de aprender a convivir. Aquí cobra relevancia también la idea de diversidad, de la múltiple, de lo complejo, como elementos que

están en el núcleo mismo de la relación con otros. La necesidad de aceptación y respeto también subyacen este desafío. La ontología lo pone al ser humano, como eje clave para pensar en los cambios acontecidos y por acontecer. Algunos filósofos de gran influencia como Descartes (Cartesianismo) la frase paradigmática “Pienso, luego existo” que es la base del ser. La razón es lo que no hace seres humanos. El pensamiento es nuevamente la base para entender el ser humano. El pensamiento siempre adquiere presencia. A pesar de ello podemos rastrear que este concepto, responde a postulados griegos que rondan en la comprensión de ser como seres racionales; nos estamos refiriendo así a postulados metafísicos. Postulados que el pensamiento filosófico planteado por Descartes ha sido el más influyente de los tiempos modernos. La Modernidad se desarrolló dentro de esta modalidad de pensamiento, aceptando los principales supuestos formulador por Descartes tales como la noción de que las ideas, el pensamiento y la razón nos configuran como seres, como ya se señaló, el pensamiento siempre adquiere precedencia. El pensamiento se erige, entonces, como la base del ser, lo que permite comprender a los seres humanos como seres racionales. La razón es aquello que nos hace seres humanos. La esencia del ser humano radica en su pensamiento. La Ontología del Lenguaje sostiene una comprensión radicalmente nueva acerca de la concepción del ser humano. Para aclarar un poco lo hasta aquí introducido, animémonos a recorrer algunos antecedentes filosóficos. Como antecedente destacado podemos nombrar la aparición del alfabeto, que dio origen (así) a una forma de sociedad con nuevas formas de convivencia y con nuevos interrogantes. Luego de algún tiempo un grupo de filósofos metafísicos, conducidos por Platón y Aristóteles, cristalizo una visión social predominante que continuo como herencia por varios siglos. Las nuevas condiciones históricas llevaron al observador metafísico a preguntarse “¿Qué hemos sido?” El interrogante emergente condujo a nuevas concepciones, teorías y pensamientos que influyeron fuertemente en distintos campos, la Biología, la Lingüística, la Filosofía y todas las Ciencias Humanas. La percepción de que esta concepción de hombre, basado ya sea en el Idealismo o en el Materialismo, ha llegado a su propio límite llevo a la necesidad de buscar nuevas perspectivas que brindaran nuevas respuestas a preguntas acerca de que somos los seres humanos. Idealismo: se opone al materialismo. El Idealismo como teoría filosófica sostiene que la realidad es una consecuencia de la actividad del sujeto, en el sentido de que el acto de conocer influye en lo que se conoce, la mente está sometida a procesos o mecanismos que

determinan y construyen la realidad del objeto conocido. Tiene variables: • Idealismo subjetivo, que considera que las ideas se encuentran en la mente del sujeto, no existen en un mundo externo al sujeto; algunos adherentes fueron entre otros Leibniz y Hegel. • Idealismo objetivo, las ideas tienen una existencia independiente, existen por si mismas; algunos adherentes fueron entre otros Berkeley y Kant. • Para el idealismo alemán la realidad extra-mental (fuera de la propia mente) no es cognoscible en si misma; el objeto del conocimiento humano esta preformado y es construido por la actividad cognoscitiva. Algunos adherentes fueron entre otros Kant y Hegel. Es así que de la mano de los estudios llevados a cabo por Rafael Echeverría (2003), encontramos desde el campo de la Filosofía que existen tres grandes desarrollos importantes que desafían el programa metafísico, induciendo nuevas posibles respuestas. • Primeramente los aportes del filósofo Friedrich Nietzsche, quien nos entregó algunas de las críticas más contundentes y fuertes acerca de la comprensión del alma humana. • En segundo lugar los aportes del filósofo Martín Heidegger, a la construcción de la crítica al Cartesianismo. • El tercero corresponde al segundo periodo de la Filosofía de Ludwig Wittgenstein, quien ofreció una nueva concepción del lenguaje humano.

Wittgenstein publica en 1923 el Tractatus Logico-Philosophicus cuyo eje fundamental es el postulado que sostiene la vinculación estructural y estrecha entre el lenguaje y el mundo, a tal punto que considera que “los límites de ‘mi’ lenguaje son los límites de ‘mi’ mundo” (Abánades, 2012, p. 309) ➢ ¿Qué se entiende por ontología? Puede denominarse Ontología al estudio del Ser en tanto lo que el Ser es y como es el Ser. La Ontología define al Ser y establece las categorías fundamentales de las cosas a partir del estudio de sus propiedades, sistemas y estructuras. En tano se define al Ser, también lo circunscribe, lo limita, es decir, cuando afirmamos que algo es, al mismo tiempo estamos diciendo que algo “no es”. En la propia definición de la perspectiva metafísica está inscripta la limitación del ser humano: ahí se establece lo que se es y lo que no se puede ser. Y algo más importante aún: sabemos lo que somos, pero no lo que podríamos llegar a ser. Para los antiguos griegos el termino Ontología significaba la comprensión general del Ser. Por lo tanto si tomamos el término en este marco, nos encontraremos atrapados en el mundo metafísico, y es de donde precisamente la Ontología del Lenguaje quiere alejarse a través de su propuesta, apoyada en las tres vertientes antes mencionadas. La Ontología nos muestra una propuesta, desde el ser metafísico, de lo que es el ser

humano; pero en tano propuesta, implica la posibilidad de pensar un Ontología no metafísica, como lo reivindica la Ontología de Lenguaje.

“Cada planteamiento hecho por un observador nos habla del tipo de observador que ese observador considera que es” (Echeverría, 2006, p. 20). Este es un principio fundamental en nuestro acercamiento al tema. Podemos no darnos cuenta de que al hablar o al actuar estamos revelando estos supuestos ontológicos subyacentes, pero lo hacemos a pesar de todo. Este mismo principio en una versión modificada, nos lleva a inferir el siguiente postulado: todo lo que hacemos, sea lo que sea, revela nuestro juicio, nuestra propia forma de pensar y hablar, revela quienes somos; esta es precisamente la base de uno de los usos quizás más poderosos de la Ontología del Lenguaje: la práctica del coaching ontológico. De este modo, la nueva concepción de lo que es el ser humano, teniendo en cuenta el nuevo concepto de la Ontología del Lenguaje, constituye la piedra angular de la propuesta Ontología del Lenguaje. Rafael Echeverría postula una nueva interpretación acerca de una nueva concepción del ser humano que somos.

1.2 La Ontología del Lenguaje: postulados básicos La Ontología del Lenguaje se sitúa en la profunda transformación que implica una nueva comprensión de los seres humanos. Esta disciplina se sustenta en tres postulados básicos: 1) La interpretación de los seres humanos como seres lingüísticos. 2) El lenguaje con una cualidad netamente generativa. 3) Los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él. Abordemos entonces con algo más de detalle cada uno de estos postulados. El primer postulado, la interpretación de los seres humanos como seres lingüísticos, es considerado por Rafael Echeverría el más importante, cuando afirma que: “el lenguaje es ante todo, lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que son” (Echeverría, 2006, p 40) Se sostiene así que esta es la clave para comprender los fenómenos humanos. Es importante destacar, evitando así un reduccionismo aparente, que este postulado, no niega la realidad misma; permite comprender que los seres humanos no solo somos seres lingüísticos, sino que el lenguaje es una parte importante del encuadre multidimensional, reconociendo en el ser humano la existencia de tres dominios primarios: • El dominio del cuerpo. • El dominio de la emocionalidad.

• El dominio del lenguaje. El segundo postulado, la interpretación del lenguaje como generativo: durante siglos el lenguaje fue percibido por el hombre como un instrumento meramente descriptivo, dábamos cuenta de las cosas del mundo exterior o expresábamos lo que sentíamos en nuestro mundo interior, haciendo del lenguaje un acto pasivo o descriptivo. Este postulado, cuestiona la concepción tradicional del lenguaje sosteniendo que el lenguaje es generativo. Siguiendo este supuesto, es claro entonces el poder que el lenguaje posee; cuando por ejemplo decimos algo, hacemos que algo suceda. Con esto se postula que el lenguaje es acción. Cuando le decimos algo a alguien, ese otro comienza a pensar, sentir, hacer... si le decimos te amo, puede sonrojarse, alegrarse, etc. Cuando nos planteamos metas y decimos “nuestro objetivo es tal ”, una serie de acciones se ponen en marcha para ese logro. El lenguaje hace que sucedan cosas. El lenguaje es acción. El tercer postulado, la interpretación de que los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de el: la Ontología del Lenguaje asume una posición sosteniendo que la vida es un espacio en el que los seres humanos nos inventamos a nosotros mismos, sujetos a limitaciones biológicas y naturales, históricas y sociales; los seres humanos nacemos dotados de posibilidades de participar activamente en el diseño de nuestra propia vida.

1.3 Una nueva comprensión del ser humano: no metafísica En este punto del desarrollo de los postulados de la perspectiva metafísica como desde los postulados de la Ontología, podemos concebir una nueva comprensión de los seres humanos. Decíamos que desde la tradicional concepción de hombre, se asume normalmente que cada individuo nace dotado de una particular forma de ser; que cada uno posee una manera de ser que tiene la cualidad de ser permanente, fija o inmutable (esto concepto es el que muchas veces hemos encontrado utilizado como “ alma”). Desde esta perspectiva, la vida es algo que nosotros atravesamos. Esta, de alguna forma, previamente determinada y solo tendremos que atravesarla de la mejor forma posible. Como nos dice Nietzsche, “en el ser humano la criatura y el creador se unen ” (Echeverría, 2005, p. 23), y continua más adelante. “Como escribiera Shakespeare: ‘Sabemos lo que somos, pero no sabemos lo que podríamos ser’” (Echeverría, 2005, p. 24). “Nuestro ser es indeterminado, es un espacio abierto apuntando hacia el futuro” (Echeverría, 2005, p. 24) La Ontología del Lenguaje sostiene la concepción de un ser humano como un ser en constante proceso de devenir, de inventarnos y reinventarnos dentro de una deriva histórica. Echeverría dice que “esta estructura general de posibilidades, que compartimos todos

en tanto ser humanos, es lo que Martín Heidegger llamo el Dasein, el «ser en el mundo» que somos. Ontología es la indagación en el Dasein” (2006, p. 24) La idea de la mutación del ser, de la transformación, subyace en la perspectiva de Heráclito. Somos seres en continua transformación, mutación, como un rio que nunca es el mismo. Tanto Heráclito como Nietzsche entendieron que la forma para poder comprender al ser humano no podría estar centrada en el solo foco del “ser”, sino que se hace indispensable poder mirar hacia otra idea, la del “ no ser”, en donde existe un espacio para la transcendencia de lo que se es, hacia lo que se puede ser (no ser), hacia el devenir. Es en este devenir en donde se debe poder concebir y aceptar la idea del ser como el no-ser, a este ciclo que reúne el ser y la nada, esta eterna recurrencia del uno y del otro. Echeverría, citando a Nietzsche, dice que: Ser humano, según Nietzsche, puede ser visto como un proceso en el que estamos permanentemente huyendo de la nada, mientras que, al mismo tiempo, somos impulsados hacia ella, hacia el «sin sentido» de nuestras vidas, e inducidos a la necesidad de regenerarnos constantemente un sentido (Echeverría, 2006, p. 26)

1.4 El observador: ser y acción La vida que tenemos está en nuestras manos. Como diría Jean Paul Sartre (19051980) “Todo ha sido descubierto menos como vivir” Ahora bien, podemos afirmar también que todos los seres humanos somos seres diferentes; por ende, cada persona/observador actúa de distinta manera. Cada una de estas personas también puede definir qué puede hacer/lograr, que es lo posible (de llevarse a cabo) y que no lo es. La acción humana es una variable que depende del tipo de observador que cada persona es. En este sentido, los seres humanos procuramos tener coherencia entre la forma de vida, las emociones que transitamos frente a ella y el cuerpo desde el cual observamos. Antes habíamos dicho que estos dominios, lenguaje, emoción y cuerpo guardan una estrecha interrelación de coherencia al mismo tiempo que pueden ser únicos. Esta coherencia de cada observador, es la que nos hace pensar de una determinada manera, dejando disponible un abanico de acciones posibles, así como también definiendo las acciones que no lo son. Postulamos que existe una estrecha relación entre el tipo de observador que somos, las acciones que emprendemos y los resultados que obtenemos en la vida. Podemos graficar esta relación de la siguiente manera: Esquema 1:

➢ La noción de observador Es así como nos basamos en la creencia de que los seres humanos tenemos la capacidad de percibir las cosas en la transparencia de su ser, sin mayores filtros. Podemos reconocer así que nuestras percepciones son el resultado de una particular forma de como diferentes perturbaciones ambientales estimulan nuestra estructura biológica. “Los colores que percibimos, los sonidos que oímos, resultan todos ellos de los rasgos propios de nuestro sistema nervioso y de nuestro órganos sensoriales. Tales colores y sonidos, tal como los percibimos, no existen independientemente de nosotros” (Echeverría, 1996, p. 3) Por lo tanto, en vez de plantear como son las cosas, escogimos hablar de cómo interpretamos que son. Vamos a presentar entonces, un primer y básico principio (Echeverría, 2005) • No sabemos cómo las cosas son. • Solo sabemos cómo las observamos o como las interpretamos. • Vivimos en mundos interpretativos. Hemos también dicho que, tanto lo que decimos que somos, con lo que decimos que el mundo es, son construcciones lingüísticas.

Acción

Al revisar los postulados aquí planteados, en función de una visión del lenguaje como acción y, por lo tanto, como generador de realidad y de ser, podemos ahora establecer una importante tesis sobre los seres humanos. De acuerdo con Rafael Echeverría se denominara el segundo principio de la Ontología del Lenguaje: Observador + Resultado Resultado

+ +

• No solo actuamos de acuerdo a como somos, (y lo hacemos), también somos de acuerdo a como actuamos. • La acción genera ser. • Uno deviene de acuerdo a lo que hace. Decíamos previamente que la concepción metafísica “privilegia una relación que va del ser hacia la acción. Tras cada acción, conducta que se manifiesta, esta concepción supone que siempre hay un ser, un sujeto, que se revela mediante la acción realizada” (Echeverría, 2005, p. 29), que revela su particular forma de Ser. Así es como postulamos que nuestras acciones revelan nuestra forma de ser. “Pero, al mismo tiempo, postulamos que esto es solo un lado de la ecuación. Nuestras acciones no solo revelan cómo somos sino que también nos permiten transformarnos, ser diferentes, devenir” (Echeverría, 2005, p. 29), es decir, nuestras acciones nos modifican, nos

hacen ser o diferentes. Partimos del supuesto que si un ser humano cambia las acciones, estas a su vez lo hacen transformarse en una ser diferente, a través de cambios que se producen en el observador. “La acción, por lo tanto, no es solo manifestación de un determinado ser que se despliega en el mundo, es también la posibilidad de que ese mismo ser se transcienda a sí mismo y devenga un ser diferente” (Echeverría, 2005, p. 29) Como decíamos, existen diferencias entre observadores y existen tantos observadores como personas en el mundo, pero ¿Qué pasa entonces con las diferencias? Como nos dice Rafael Echeverría (2009), en “El observador y su mundo”, distinguimos diez ejes en el observador, que de alguna manera constituyen la estructura del observador: • El mundo. • El tiempo. • La diada inquietud/deseo. • La línea posibilidad/facticidad. • Los problemas/soluciones. • Los desgarros existenciales. • Las expectativas. • La habitualidad interpretativa del observador. • Los límites del alma humana. • El ministerio. Veamos un poco más de cerca que hay en cada uno: • El mundo: el mundo de cada uno es producto de la mirada del observador que somos, y guarda una estrecha relación con nuestra historia y nuestra estructura. Sin embargo, al mismo tiempo son mundos interpretativos, siguen siendo narrativas acerca de las cosas que nos rodean y de nosotros mismos. El observador construye un mundo de acuerdo al tipo de relación que sostiene con él. • El tiempo: con la aparición del reloj, se ha construido como una referencia para los seres humanos, una hora es una hora para todos, y es al mismo tiempo puntero que nos rige en nuestro comportamiento humano. O acaso cuando tenemos que preparar una materia, para rendir, ¿no comienza el tiempo de descuento a partir de la confirmación de la fecha de examen? Pero, ¿existe el tiempo absoluto? ¿Cómo es la estructura de la temporalidad? Así como somos seres en el mundo y cada mundo es un ser, también somos seres en el tiempo. No somos solo seres en el presente, también somos aquello que aspiramos a ser y no fuimos, aquello que no pude ser ocupa su presencia en el hoy; igualmente sucede con el ser que anhelamos ser en el futuro, influye en nuestras opciones y alimenta nuestras acciones. Resumen Página 6

Grupo y Liderazgo • La diada inquietud/ deseo: este par acción-logro nos impulsa a que actuemos para hacernos cargo de algo al mismo tiempo que buscamos realizar un deseo; la inquietud como el deseo son espacios interpretativos, que buscan conferirle un sentido a nuestro actuar. • La línea posibilidad/facticidad: este eje guarda relación con los juicios que emitimos acerca de cómo las cosas son, tema que abordaremos más adelante. • Los problemas/soluciones: existen varios tratados acerca de lo que podemos hacer frente a problemas, creándose así teorías de resolución de problemas, pero animémonos a ir un poquito más profundo. Centramos este tema en el observador. Distintos observador pro...


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