Segunda pec 2020/2021 PDF

Title Segunda pec 2020/2021
Course Historia de América Moderna
Institution UNED
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Segunda Pec del año 2020/2021 en la que se responde a todas las preguntas...


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José Vicente Parra Sánchez de la Blanca 52382849G Centro Asociado de Valdepeñas COMENTARIO DE UNA IMAGEN. SIGLO XVIII. CARROZA DE SAN SEBASTIÁN (serie de la procesión del Corpus Christi de Santa Ana) Óleo sobre lienzo, ca. 1680. Museo del Palacio Arzobispal, Cuzco. La imagen que se nos presenta es un óleo sobre lienzo. Tiene un tamaño de 218 x 220 cm. Es anónimo y se cree que fue confeccionado entre 1670 y 1685. En la actualidad se encuentra en el Museo Arzobispal de Cuzco, Perú. Forma parte de una serie de 16 pinturas que pretenden relatar las procesiones que se celebraban en honor a la festividad del Corpus Christi en la ciudad de Cusco durante el s. XVII. La serie pictórica contaba con 16 cuadros de gran formato. El autor intelectual de la serie sería Manuel Mollinedo y Angulo (1672 – 1699). En la serie podemos apreciar distintas escenas de la procesión del Corpus Christi por las calles de la ciudad. En el mundo colonial podíamos distinguir barrios de indios que en la Cuzco se denominaron parroquias de indios de los pueblos de indios. Estos términos aludían a una visión religiosa del espacio que fue heredada de la visión peninsular. Estas organizaciones espaciales permitieron que se mantuviese el modelo original de la división de repúblicas que fueron pensadas como modelos de separación étnica característica de la organización de la sociedad colonial. Dentro de esta concepción, las comunidades indígenas y “españolas” si bien una al lado de la otra debían existir de manera separada y debían relacionarse de acuerdo a marcos e instancias muy detallados. Las ciudades que fueron fundadas por los españoles no nacieron con la idea de que la población indígena las habitase de forma masiva. Esta población debía ser ubicada en la periferia de las ciudades, en pueblos arrabaleros o en sitios que permitiesen a jornaleros aborígenes concurrir a sus tareas productivas para enriquecer a los conquistadores. Esta idea ya estaba en el inicio de la conquista. En las primeras colonias de las Antillas los conquistadores llegaron a la conclusión de que la dispersión de gentes y la práctica de vivir escondidos de los europeos iba contra el objetivo de contar con abundante mano de obra. Si bien se intentó reorganizar la vida y la vivienda relativa a los habitantes del Nuevo Mundo no es menos cierto que se les permitió mantener muchas de sus costumbres, siempre y cuando no fuesen un impedimento para erradicar la idolatría e implantar el cristianismo. Si observamos la imagen vemos como los indígenas siguen con sus ropajes tradicionales y su organización jerárquica. Como dijimos anteriormente esta serie de 16 lienzos sobre el Corpus Christi. En la serie se puede apreciar el sincretismo a través de elementos tales como la custodia y el sol radiante. La importancia de esta serie está en que no es solo un documento artístico sino también histórico. Esta serie se encuentra en la actualidad, en su mayoría, en el Palacio Arzobispal de Cuzco. La institucionalización de la ceremonia del Corpus Christi se la debemos a Santa Juliana de Mont Cornillon (1193 – 1258) que nación cerca de Lieja, Bélgica, y fue criada por las monjas agustinas. Esta tradición fue bien acogida por el mundo incaico ya que la propia ceremonia requería mucho sentido ritual y festivo que era propio de las ceremonias de la tradición incaica por lo que fue fácil de introducir en las costumbres de estos pueblos.

José Vicente Parra Sánchez de la Blanca 52382849G Centro Asociado de Valdepeñas En Nueva España es evidente la consideración de la procesión del Corpus Christi como propaganda del aparato visual del poder. En la procesión estaba presente toda la sociedad corporativa donde cada grupo ocupa un lugar prefijado a su estatus y calidad y se puede afirmar que fue una de las celebraciones más suntuosas del ciclo festivo religioso del Nuevo Mundo. A esto contribuyó la coincidencia del Corpus Christi con el Inti Raymi. Esta celebración era una ceremonia incaica y andina celebrada en honor de Inti (el dios Sol) que se realizaba en el solsticio de invierno (hemisferio sur). Era una de las dos mayores festividades celebradas en honor al Sol en Cuzco. Significaba que el dios Sol renacía para dar inicio a un nuevo ciclo anual. Su celebración duraba 15 días en los cuales había danzas, ceremonias y sacrificios. En 1572 el virrey Francisco Álvarez de Toledo (1515 – 1584) prohibió esta fiesta por considerarla una fiesta pagana y contraria a la fe católica. Parece obvio que la prohibición del Inti Raymi muchos andinos se parapetasen en la festividad del Corpus Christi como sustituto. Los incas, coronados de plumas y ricamente ataviados con encajes y puntillas, se funden en ritos y alabanzas en una suerte de culto ecléctico en el que coexisten los mitos, la magia y la religión. Este aparente sincretismo pone en evidencia la vigencia de sus creencias, su conciencia ulterior, que añora rendirle culto a sus deidades pasadas. Esta ceremonia quedó circunscrita al ritual cristiano, sus dioses quedaron relegados a la custodia que equivaldría a la legitimación y reivindicación social del pueblo andino, sin que ello suponga una afrenta directa a la susceptibilidad de la sociedad virreinal. La ceremonia del Corpus Christi sería como una metáfora de sus creencias primigenias, recreadas en esta tradicional festividad del mundo cristiano. Es necesario tener en cuenta que la vida cotidiana del indígena estaba cargada de religiosidad así como la imagen misma que se tenía de la imagen religiosa. En ella se encontrará lo sagrado, la esencia y la presencia de la divinidad ya que a través de los ritos los indígenas invocaban a sus dioses originarios. Entre los personajes que aparecen en la imagen pueden ser identificados algunos muy importantes para la vida tanto social como religiosa. El corregidor era el representante del rey en las provincias. Tenían intervención en asuntos judiciales y debían proporcionar ayuda militar a los españoles cuando fuera necesario. Fueron puestos al frente de territorios indígenas debiendo ofrecerles protección y atender a las demandas de los nativos evitando que llegaran a las audiencias indianas. Su tarea más importante era la de recaudar tributos y organizar el envío de mano de obra a los lugares de trabajo, siendo secundados en esta tarea por los caciques. En este cuadro se puede observar al corregidor rodeado de autoridades eclesiásticas. También podemos observar al párroco ataviado con sus ropajes. Este colectivo tuvo una labor que fue, en realidad, un pilar para la hazaña española, pues fueron ellos quienes se encargaron de la parte ideológica-espiritual de la conquista. La conversión de los indios a la fe católica gracias a la labor de estos párrocos y religiosos que realizaron su misión en el Nuevo Mundo fue la excusa perfecta para justificar ante los demás países europeos la conquista armada, la explotación económica y la dominación política sobre ellos. Igualmente podemos observar al alcalde mayor integrado en la comitiva. Éste actuaba como juez de primera instancia. También era el encargado de recaudar los impuestos.

José Vicente Parra Sánchez de la Blanca 52382849G Centro Asociado de Valdepeñas Aunque no se recoja en esta imagen la celebración acarreaba la participación de otras actividades como la preparación de fuegos artificiales, telas bordadas a mano para vestir las imágenes, la organización de bandas de músicas y bailarinas. Los nativos concurrían a la celebración del Corpus Christi realizando sus danzas y escenificaciones que representaban las glorias pasadas de los incas, así exhibían sus diferentes etnias y músicas tradicionales, que daban cuenta de su identidad. Es como si la fuerza del incanato luchara por permanecer, absorbiendo y transformando las concepciones europeas, generando un nuevo Corpus, de carácter andino. Se puede observar los diferentes estatus de la sociedad virreinal a lo largo no solo de esta imagen sino de toda la serie pictórica. Los personajes más destacados y de mayor estatus social se encuentran ubicados de forma céntrica mientras que los indígenas, artesanos, esclavos negros y plebe española se encuentran alejados de las imágenes. El cacique inca también es el que portaba el estandarte y encabezaba el desfile de su parroquia. Podemos distinguir dentro de su indumentaria ceremonial los siguientes elementos: La vestimenta iba aparejada al ejercicio del poder y el traje se convirtió en un medio idóneo para resaltar las diferencias sociales. El líder inca se revestía con sus emblemas étnicos y utilizó la parafernalia escénica de la festividad del Corpus Christi en su propio provecho. Los líderes étnicos desfilaban vestidos con el clásico uncu prehispánico con signos tokapu. El traje uncu probablemente realizado de un tejido muy fino que llamaban cumbi parecido a la seda. Los signos tokapu del uncu son motivos asociados con las prendas de vestir, son rectangulares con formas geométricas no representativos, unidos punta con punta para formar una rejilla con motivos a la altura de la cintura. El traje de la procesión del Corpus Christi es una composición a partir del traje del Sapa Inca o Inca principal, pero modificando el verdadero de los motivos distintivos de su indumentaria y, alterando el orden de los mismos, de acuerdo a los postulados coloniales. Otro elemento importante de la vestimenta eran las mangas de encaje traídas por comerciantes que permitieron variar los vestidos de la población. Entre su vestimenta podemos destacar el tocado inca que consta de las siguientes partes: 1. Llautu: Corona que era de lana de colores para la nobleza y de color negro para el resto de la población. 2. Tupakochor: Placa dorada cuadrada y con decoración geométrica. 3. Mascapaicha: Es la insignia escarlata, de plumas cortadas e iguales, que cae por encima de la frente del cacique. Era el distintivo de jerarquía por antonomasia. 4. Suntur Paukar: Tolo que que se coloca por encima de la mascapaicha y se sujeta por detrás del tupakochor. Otro componente del traje del líder inca es la placa dorada que llevaba en el pecho, un sol humanizado. También llevaban placas antropomorfoizadas en los hombros y en el calzado. Como vemos la nobleza andina tenía un papel importante en la procesión del Corpus Christi. El darle tal importancia a la élite andina las autoridades eclesiásticas pretendían dos objetivos prioritarios: por un lado legitimar el triunfo del cristianismo sobre la fe pagana ya que eran las élites andinas las que encabezaban la comitiva dando a entender que la presentaban a la población; y por otro lado ganarse la confianza de estas élites ya que se les daba un papel

José Vicente Parra Sánchez de la Blanca 52382849G Centro Asociado de Valdepeñas importante que daba a entender que se les consideraba parte fundamental de las élites de Cuzco y por lo tanto muy próximas al máximo poder. El sincretismo religioso puede definirse como el proceso mediante el cual se concilian o amalgaman diferentes expresiones religiosas para conformar una nueva tradición. El concepto ha sido empleado por la antropología cultural para referirse al proceso mediante el cual dos tradiciones diferentes se ven obligados, por alguna circunstancia histórica, a convivir durante un prolongado periodo de tiempo, experimentan una gradual asimilación de los elementos culturales de la otra, dando como resultado una expresión cultural nueva y única formada a partir de la mezcla de ambas. Tom Auidera (1999) considera que el Corpus Christi al caer en los meses de siembra, coincide con la época en la que los ritos imperiales andinos se ejecutaban para la misma fecha, aunque eran una consecuencia de las fiestas de la cosecha y su almacenaje. El Corpus no reemplazó simplemente la fiesta del Sol sino también a todo el periodo en que se llevaban a cabo dichas fiestas, que abarcaría desde mayo a junio del calendario occidental. Podemos observar pájaros coreaquenques, flores, arcos iris, cetros imperiales en forma de hacha así como incorporaciones del aparato colonial como las torres o castillos miniaturizados, perlas, cintas y piedras preciosas. Si bien la ciudad, como hemos dicho, se engalanaba para la festividad con arquitecturas efímeras, pinturas devocionales, altares portátiles, reposteros, colchas, plantas aromáticas, etc. no todos estos elementos pueden ser observados en la pintura que se nos ofrece sino que tendríamos que tener una visión de la serie pictórica para poder ver todos ellos. Por ejemplo, en la figura de la parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria aparece el Hospital de Naturales engalanado. Dicho hospital fue idea del emperador Carlos V. Fue un edificio que sirvió como hospital para los pobladores indígenas de la zona. La primera piedra fue puesta el 13 de julio de 1556. Su arquitecto fue Juan Tomás Tuyro Túpac. Además de la Corona, la financiación tuvo ingresos de aportaciones externas como la realizada por el virrey Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete. Además, contribuyeron el Cabildo Secular, el corregidor y Justicia Mayor de la ciudad y el vecindario en general. Los cuadros, en muchos casos, no son solamente idea de la imaginación de un determinado pintor sino que en multitud de ocasiones se deben a intereses de aquellos que o bien están pintando o bien han pagado para que se pinte lo que aparece en el cuadro. En este caso parece evidente que la intención a la hora de pintar esta serie pictórica no se debe solo a la idea de representar fielmente lo que ocurre en la procesión del Corpus Christi. Muy al contrario parece que fue realizada con la intención de que el pueblo llano se diese cuenta, aunque fuese de manera inconsciente, de quien ostentaba el poder. Durante siglos han sido los cuadros los que han transmitido a la población la información que los poderosos querían hacer llegar a las clases menos favorecidas. Así, por citar algún ejemplo, el obispo Mollinedo aparece como una figura principal dentro de la serie pictórica. Parece claro que quiere dar a entender que es él, como representante de la Iglesia, el que tiene si no el máximo poder en esas tierras si al menos se le acerca y para ello se rodea de aquellos que son poderosos en esos lugares, como son los representantes de las parroquias indígenas así como la guardia cañari de los curacas.

José Vicente Parra Sánchez de la Blanca 52382849G Centro Asociado de Valdepeñas Los cañaris eran los antiguos habitantes de parte del territorio del actual Ecuador. Los Caciques gobernaban cada uno sus territorios, sin embargo, en ciertos casos, como en la guerra o en la organización de peregrinaciones en festividades, todos los jefes se juntaban a deliberar en asamblea común. La nación cañari estaba dividida en algunos cacicazgos o señoríos, los cuales variaban en tamaño, importancia y nivel de organización. Como vemos se intentaba atraer a los líderes indígenas al lado de la fuerza principal. Otro ejemplo de esto es la creación de colegios especiales para instruir en religión, gramática y ciencias a los curacas y caciques. Un buen ejemplo sería el Colegio del Príncipe para Indios Nobles en el Barrio de Santiago del Cercado, Lima. En estos colegios los alumnos tenían que ser hijos primogénitos de caciques principales, herederos legítimos del cacicazgo, o segundas personas. Para atraer a los caciques se les informaba que cuando les sucedieran sus hijos estos sabrían gobernar mejor, llevarían a sus sujetos y encomiendas a lo que les convenía y para que se les pudiese encargar estos y otros menesteres debían ser educados en la honradez y provechos tal y como se hacía con los españoles. En definitiva, lo que pretendía el gobierno español era hispanizar a las élites de los indígenas ya que una vez conseguido esto el resto de la población seguiría a sus líderes. La fiesta, con sus instrumentos de suntuosidad y extravagancia dentro de un ambiente lúdico era otro instrumento de persuasión que siempre ha estado en manos de las élites, ya sean políticas o eclesiásticas, con el que convencer al pueblo llano de las bondades de sus gobernantes y para olvidar durante unos días las dificultades por las que pudiesen estar pasando.

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA. Fernández Juárez, Gerardo. La fiesta del Corpus Christi, Ediciones de la Universidad de Castilla – La Mancha, Cuenca, 2002. Dean, Carolyn. Inka Bodies and the Body of Christ. Duke University Press, London, 1999. García Cobos, Luis. Inty Raymi: danza ancestral de su liturgia heiolátrica. Cachipunga Danzas, Quito, 2002. Castaño Pareja, Yoer. Eslabones del mundo andino. Editorial EAFIT, Medellín, 2019. Sempat Assadourian, Carlos. Transiciones hacia el sistema colonial andino. Fideicomiso Historia de las Américas, México, 1994. Guibovich Pérez, Pedro. Sociedad y gobierno episcopal. Instituto francés de estudios andinos, Lima, 2008....


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