Sociologia -Karl Marx; Emile Durkheim y Max Weber PDF

Title Sociologia -Karl Marx; Emile Durkheim y Max Weber
Course Sociología
Institution Universidad Nacional de Quilmes
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RESUMEN...


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: Iluminismo; Contra- Ilustrados; Karl Marx; Emile Durkheim y Max Weber. 1) El Iluminismo (clase I) Iluminismo es importante destacar que toda teoría sociológica intenta darnos una explicación de cómo es y cómo “funciona” una sociedad. Los Iluministas no reconocen una distinción entre ciencias sociales y naturales. Para ellos, ambas comparten un mismo método, tomado de las denominadas ciencias duras que estudian la naturaleza al análisis de las relaciones humanas. El método de la física con su base en la observación y experimentación, es el camino elegido. La fe en la Razón guía a los Iluministas en su camino de descubrimiento. La fe en una Razón universal supone que a través de ella todos los hombres encontrarán el equilibrio perdido en las antiguas comunidades. Suponen que las sociedades podrían con el tiempo fundamentar su orden en la Razón. Circunda la idea de que esa misma universalidad de la Razón permite un mismo método de estudio para todos los objetos de la ciencia. Un conocimiento universal supone también a un hombre universal, una naturaleza humana común a todos los hombres y por lo tanto ciertos derechos adquiridos naturalmente. En la primera clase del curso estudiamos brevemente a Montesquieu, en tanto es considerado como el primer pensador moderno que intenta constituir una filosofía de la sociedad y de la historia. Busca las leyes del desarrollo social e histórico; por lo que analiza los hechos particulares como medio para comprender las tendencias generales de los sucesos. Uno de sus aportes más importantes a la sociología es la utilización de los “tipos ideales”, que son construcciones teóricas que permiten explicar un suceso particular al referirlo a ámbitos más generales. Los tipos ideales no pueden observarse de manera clara en la realidad social, sino que son herramientas que el investigador social construye y que le permiten acercarse a su objeto de estudio. Es una especie de estereotipo, una construcción ideal que es tan “ideal” tan “característica” que no puede encontrarse tal cual en la realidad. Por supuesto que en la elaboración de esos tipos ideales, la realidad histórica tiene muchísima influencia, pero se exageran algunos aspectos por sobre otros, para darle a esta construcción mayor peso teórico. Recordemos que todo enfoque científico (ya sea de las ciencias naturales o sociales) supone un recorte del fenómeno estudio. Se analizan algunos factores en detrimento de otros, permitiéndole al científico tener un mayor inserción dentro del fenómeno estudiado. Por supuesto que este proceso podría verse influido por los sentimientos del observador, pero los mismos deben quedar fuera de un trabajo científico. Los tipos ideales, son desarrollados más ampliamente por

Max Weber. En la primera clase también estudiamos a Rosseau, quien realiza un ejercicio teórico innovador e interesante al imaginar un individuo pre social que vive en armonía consigo mismo, sus semejantes y el mundo que lo rodea. Este hombre del “estado de naturaleza” es una construcción teórica que despoja al hombre de los aspectos sociales y culturales que adquiere por vivir entre sus semejantes en civilidad. Así, este constructo teórico permitiría medir el grado de represión impuesto al individuo por una sociedad determinada, de forma objetiva. Esos resultados posibilitarían el conocimiento de cómo reemplazar un orden social determinado por otro más justo y más acorde con la naturaleza del hombre. El problema del orden y sus fundamentos es resuelto por este autor mediante un contrato. Es un supuesto teórico y por lo tanto no existe un momento donde los hombres lo hayan firmado, es un “como si” hubiera existido este fenómeno. El fundamento del poder debe basarse en la libertad del individuo para someterse totalmente a la voluntad general. Como todos los individuos se someten a ella totalmente, no hay ningún hombre que adquiera más o menos derechos que el resto. El hombre da todo de si, precisamente para conservarlo. Al someterse a un todo, se está salvado de someterse a una sola persona o grupo. En este sentido pareciera acercarse a la idea de Montesquieu de que la división del poder permitiría su mayor control.

2) La Contra-Ilustrados (clase II) Este movimiento intelectual se opone y critica al Iluminismo. Los autores que forman parte de él, distinguen entre un método para las ciencias sociales y otro para las naturales. Es decir, descreen que un mismo método –encarnado en la Razón y en la física newtoniana- pueda aplicarse tanto al estudio de la naturaleza como al del hombre y sus relaciones. Recordemos que este movimiento nace casi al mismo tiempo que la Ilustración. Destacan que los fenómenos culturales producidos por el hombre están condicionados por el tiempo y el espacio en que fueron creados. Sus teorías se contradicen con las verdades universales y la búsqueda de una sociedad perfecta -igual para todos los hombres- que planteaban los Iluministas. Además afirman que así como el hombre posee límites, también la razón los tiene. Destacan el lugar del investigador, y la influencia de sus preconceptos al momento de analizar un fenómeno social. A diferencia de las ciencias duras, en las ciencias sociales el investigador se encuentra dentro de su objeto de

estudio. Así como los fenómenos sociales son influidos por el contexto en el que se desarrollan, también el investigador es influido por este medio que lo rodea. Consideran al hombre como un ser que no es enteramente racional, sino que es también pasional, lo que lleva a la existencia de una pluralidad de valores que pueden llegar a ser incompatibles entre sí. Consideran que cada cultura tiene su p ropio centro de gravedad, el cual debe ser descubierto para poder acceder al carácter propio de la misma y poder comprenderla. Promueven la diversidad cultural, afirmando que las diferentes culturas podían florecer una al lado de la otra. Se oponen al cosmopolitalismo y universalismo que proponían los Ilustrados. Dentro de los Contra-Ilustrados estudiamos a los positivistas Claude Henry Saint Simon y Augusto Comte, quienes se oponen a las teorías negativas de los Iluministas y proponen en cambio una teoría positiva de lo social. Ambos creen en que el mundo está regido por leyes, las cuales deben ser conocidas. Dividen al conocimiento del hombre en tres etapas: la teológica, la metafísica y la científica. Al igual que Marx estudian a la sociedad como dividida en dos grupos opuestos. En este caso hablan de productores (científicos, banqueros, industriales, obreros manuales, etc) y ociosos (terratenientes, rentistas, etc). Consideran que el cambio social es paulatino y se desarrolla como un proceso orgánico. También estudiamos a la escuela histórica alemana, quienes critican a los Iluministas por su desinterés por la historia que los lleva a realizar generalizaciones que no siempre se relacionan con la realidad. Hacen una clara distinción entre los métodos empleados de las ciencias de la naturaleza y aquellos que utilizan las ciencias humanas. Plantean el dilema de la finitud humana frente a la infinitud de lo real, que llevan a la pregunta de cómo hace para conocer un sujeto finito –con su limitada Razón- a una realidad ilimitada. Surge entonces la necesidad de recortar la realidad social, para poder constituir objetos de estudios que puedan ser abarcados. En este aspecto prestan atención al papel del investigador social en la interpretación de los sucesos analizados. Estas ideas serán retomadas por Max Weber.

3) Karl Marx (clases III, VI y VII) Para este autor, las condiciones reales de existencia de los hombres definen su forma de organización y lo que los hombres –efectivamente- son. La producción de la existencia es el impulso del hombre por satisfacer sus necesidades básicas como comer, beber, vestir, etc. Esta satisfacción es desde un primer momento, social; no puede llevarse a cabo por fuera de la sociedad,

tal como también lo reconocen Durkheim y Weber. Marx diferencia entre fuerzas productivas y relaciones de producción, aunque ambos conceptos se encuentran fuertemente vinculados y se influyen mutuamente. Las fuerzas productivas son los componentes técnicos de la producción, los cuales tienden a crecer y a desarrollarse más (en un sentido positivo) con el correr del tiempo. Son los factores que participan activamente en el proceso de producción. Las relaciones de producción son los vínculos que los hombres establecen entre sí y con las fuerzas productivas, durante el proceso de producción de su existencia. En estas relaciones cobra especial importancia la posesión (en tanto propiedad o no propiedad) de los medios de producción. Pero son los aspectos técnicos –las fuerzas productivas y su desarrollo- los que indican el rumbo, el tiempo y el desenvolvimiento de las relaciones de producción. materialista de Marx. El modo de producción es la combinación de determinadas fuerzas productivas con cierta modalidad de relaciones de producción. Es la base material de la sociedad. A su vez, las fuerzas productivas son la base material para el modo de producción. De ahí que la teoría de este autor se denomine como materialismo. La sociedad está compuesta por una base (que es el modo de producción) y por una superstructura (compuesta por los ámbitos ideológicos y jurídico-político). De acuerdo a su materialismo, para Marx la base determina a la superestructura de la sociedad; así como no es la conciencia que tienen los hombres lo que determina su vida, sino que es la vida la que determina su conciencia. Esta determinación no es una relación de causa y efecto, sino una determinación a grandes trazos y en el largo plazo. Si nos guiamos por la metáfora entre base y superestructura de la sociedad, que Marx utiliza en sus análisis, podríamos afirmar que las fuerzas productivas serían la base y las relaciones de producción (en tanto expresión jurídica de una manera de organizar la producción) la superestructura. Al analizar el modo de producción estaríamos estudiando tanto a la base como a la superestructura de la sociedad. De hecho Marx identifica al modo de producción con la estructura económica (real) de la sociedad. El modo de producción capitalista, tiene su origen en el siglo XVI con el comercio y el mercado mundial. En él hay dos premisas fundamentales. Una es que por primera vez en la historia de la humanidad se generaliza la producción de mercancías para el mercado. La segunda premisa hace referencia a la formación del mercado de trabajo al que van los trabajadores a vender su fuerza de trabajo. Además, la fuerza de trabajo es libre en un doble

sentido: en tanto no hay restricciones a la circulación de la mano de obra, dejando al obrero la posibilidad de vender su fuerza de trabajo en la rama de actividad que lo crea conveniente y en el lugar que él crea apropiado. El obrero, además, es libre porque no tiene otra posesión para ganarse el sustento como no sea su fuerza de trabajo. Una mercancía es un objeto externo al hombre, que sirve para satisfacer necesidades humanas y por lo tanto tiene una utilidad. Esta utilidad es lo que Marx denomina valor de uso, el cual depende de las cualidades materiales de los distintos objetos. Las mercancías tienen además de un valor de uso, un valor, el cual permite que éstas sean intercambiables entre sí mediante cantidades más o menos estables que se basan en el valor de uso. Es lo que permite establecer una relación en la cual X cantidad de la mercancía A vale X cantidad de la mercancía B. Para Marx el trabajo puede ser entendido desde dos perspectivas; como trabajo concreto y como trabajo abstracto. Este último es un gasto productivo indistinto de cerebro, músculos, energías, etc; mientras que el trabajo concreto tiene como resultado valores de uso determinados como ropa, alimento, etc. Toda forma concreta de trabajo es también trabajo abstracto. La importancia del trabajo abstracto está dada en tanto denominador común de todas las mercancías, con lo cual constituye el fundamento del valor. El valor se mide por la cantidad de trabajo abstracto que encierra, la cual se mide en tiempo: horas, días, etc. Esta medición no se realiza por la cantidad de horas individuales necesarias para producir una mercancía, sino que es un promedio del tiempo social medio necesario para realizar ese objeto en una sociedad y tiempo determinado en las condiciones normales de producción y con un grado medio de destreza. De esta manera existe un sustrato común a todas las mercancías que permite hacerlas comparables entre sí y por lo tanto intercambiables. Marx también nos recuerda que para que pueda existir el intercambio una mercancía tiene que ser útil para otros individuos, ya que las cosas inservibles carecen de valor; por más que insuma tiempo su realización. El valor de la fuerza de trabajo está dado por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir y reproducir a un trabajador; es decir, la suma de medios de vida necesarios para que un trabajador pueda vivir (alimento, ropa, albergue, etc) y pueda reproducirse (tener hijos, mantener a su familia, etc). Este valor varía según las condiciones históricas y las costumbres de una sociedad determinada, entre las que podríamos nombrar el gusto en la alimentación (la preferencia de un tipo de alimentos sobre otros), la cantidad de hijos promedio que tiene una familia, etc. La ganancia (o plusvalía) de la fórmula D – M – D´ no puede obtenerse de otro lugar que no sea la fuerza de trabajo. Si alguien compra un producto a

1 y lo vende a 2, se estaría perjudicando, ya que si bien en la segunda parte de la fórmula (M – D´) está vendiendo, compra en la primera parte de la fórmula (D – M). Y como este proceso finaliza y se inicia constantemente, un mismo individuo es comprador y vendedor, en las diferentes etapas de la fórmula. Como se ha mencionado antes, la fuerza de trabajo es una mercancía con una particular muy especial, la de producir valor. El capitalista contrata a la fuerza de trabajo libremente por un período establecido y en esta compra tanto el vendedor (el proletario) como el comprador (el capitalista) negocian libremente. Es decir, el capitalista contrata a la fuerza de trabajo por su valor. Una vez incorporada al proceso de producción, la fuerza de trabajo se desempeña como valor de uso produciendo trabajo concreto. Pero también incorpora trabajo abstracto, generando un valor que se agrega a los materiales con los que trabaja. La diferencia como valor y como valor de uso de la fuerza de trabajo explica la plusvalía. Si bien el capitalista paga a la fuerza de trabajo como valor, utiliza su valor de uso y éste es mayor al que paga el capitalista; en tanto que agrega valor a los elementos con los que trabaja. Por lo que la plusvalía es trabajo asalariado que el capitalista no paga, pero que el proletario produce. La lucha de clases es el motor de la historia, el enfrentamiento que hace avanzar a la humanidad, en tanto identifica a la historia de todas las sociedades humanas como la historia de la lucha de clases. Esta afirmación es coherente con la concepción materialista que el propio Marx propone. Para Marx, el éxito económico de la burguesía es acompañado de un éxito político. Podemos entender al Estado moderno como una especie de junta administrativa de los negocios de la clase capitalista, en tanto que la clase económicamente dominante se convierte en la políticamente dirigente. Este dominio político le permite extender su supremacía económica a toda la Nación, dándole garantías a la propiedad privada de los medios de producción y a los intereses de la burguesía. La producción de la ideología es social, igual que lo es la producción social de la existencia. Los cambios que se producen en el Modo de Producción y en la base de la sociedad, influyen en la ideología, la cual da cuenta de estos cambios y muchas veces los acompaña gracias a su función de ocultamiento de la realidad. Como la base determina la superestructura y en ésta última se encuentra la ideología, las diferentes clases sociales tienen distintos tipos de conciencia....


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