TEMA 2 - Del moderantismo a la revolución democrática (1843-1874) PDF

Title TEMA 2 - Del moderantismo a la revolución democrática (1843-1874)
Author Rosa Martinez Gutiérrez
Course Historia Política y Social Contemporánea de España
Institution UNED
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Asignatura 69901024
Profesores: Marisa González de Oleaga, Miguel Ángel Martorell, Isabel Pérez-Villanueva...


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TEMA 2 DEL MODERANTISMO A LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA (1843-1874)

1856-1874

Final de la Regencia de Espartero y restauración de los Borbones. En medio, partidos liberales y moderados

Algo más de tres décadas transcurrieron entre el final de la regencia de Espartero (1856) y la restauración de los Borbones en diciembre de 1874. El partido moderado gobernó la mayor parte de estos 30 años largos y estableció un marco constitucional, institucional y legislativo ajustado a su programa político que solo se vio alterado durante dos breves períodos:

- El bienio progresista en el que gobernó el partido progresista junto con los puritanos (a la izquierda de los moderados) (1854-1856) Bienio Progresista es el nombre con el que se conoce el breve período de la Historia de España transcurrido entre julio de 1854 y julio de 1856, durante el cual el Partido Progresista pretendió reformar el sistema político del reinado de Isabel II, dominado por el Partido Moderado desde 1843, profundizando en las características propias del régimen liberal, tras el fracaso de los gobiernos moderados en la década anterior. El bienio se abrió con la revolución de 1854 encabezada por el general moderado " puritano" Leopoldo O'Donnell y se cerró con el abandono del gobierno del general progresista Baldomero Espartero.

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- El sexenio democrático (1868-1874) protagonizado por una coalición que englobaba a los progresistas, a la izquierda democrática y a la derecha liberal- conservadora de la Unión liberal Se conoce como Sexenio Democrático o Sexenio Revolucionario al periodo de la historia contemporánea de España transcurrido desde el triunfo de la revolución de septiembre de 1868 hasta el pronunciamiento de diciembre de 1874, que supuso el inicio de la etapa conocida como Restauración borbónica. El Sexenio suele dividirse en tres (o cuatro) etapas:

-

la primera, la del Gobierno provisional español 1868-1871;

-

la segunda, el reinado de Amadeo I (1871-1873);

-

la tercera, la Primera República Española, proclamada tras la abdicación del rey Amadeo de Saboya en febrero de 1873, y que se divide entre el período de



la República Federal, a la que pone fin el golpe de Pavía de enero de 1874, y



la República unitaria, también conocida como la Dictadura de Serrano, que se cierra con el pronunciamiento en diciembre de 1874 en Sagunto del general Arsenio Martínez Campos en favor de la restauración de la Monarquía borbónica en la persona del hijo de Isabel II, Alfonso XII.

En la actividad política de estos años se advierte la participación de cuatro bloques políticos: -

los unionistas encabezados por el general Serrano;

-

los progresistas encabezados por el general Prim y tras su asesinato por Práxedes Mateo Sagasta y Manuel Ruiz Zorrilla;

-

los demócratas monárquicos llamados "cimbrios", encabezados por Cristino Martos y Nicolás María Rivero; y

-

los republicanos federales, cuyos líderes son Estanislao Figueras , Francisco Pi y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar.

Además hay que contar con el Partido Moderado decantado cada vez más hacia las posiciones de los alfonsinos dirigidos por Antonio Cánovas del Castillo y con los carlistas, que desencadenarán en 1872 la Tercera Guerra Carlista para intentar poner en el trono al pretendiente Carlos VII, así como con los independentistas cubanos lo que dará lugar tras el Grito de Yara a la Guerra de los Diez Años.

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El ejército se convirtió en motor del cambio político

y adquirió un protagonismo

esencial: comenzó la etapa con el pronunciamiento militar que derribó a Espartero, sendos cuartelazos abrieron paso al Bienio Progresista y al Sexenio Democrático y ambos períodos fueron liquidados por dos golpes de Estado.

1. ENTRE PERMANENCIA Y CAMBIO. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA TRAS LA REVOLUCIÓN LIBERAL: 1844-1874

Cuando el general Espartero abandonó España, el desmantelamiento jurídico del Antiguo Régimen era ya un hecho consumado. Durante décadas España fue un país dual en el que se solaparon inercias y mudanzas, y lo viejo convivió con lo nuevo. Conformaban esta nueva élite social asentada tras la revolución liberal una amalgama de: 

grandes propietarios que adquirieron tierras en la desamortización



de nobles que perdieron sus privilegios pero conservaron íntegros sus grandes patrimonios



hombres de negocios enriquecidos por la especulación, el préstamo y la banca, la adquisición de títulos de deuda y nuevas actividades económicas como la construcción del ferrocarril.

Madrid era el foro que atraía a quienes querían promocionar a la cúspide de la sociedad. A profesionales y políticos ambiciosos, y también a hombres de negocios dispuestos a hacer fortuna al hilo de los principios económicos difundidos por la revolución liberal. Nuevos principios que fueron compatibles con una notable

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fascinación por la vieja aristocracia. Despojadas de sus privilegios, las grandes casas de la nobleza se entremezclaron con las nuevas familias enriquecidas, si bien conservaron cierta preeminencia porque aún serían durante mucho tiempo las principales propietarias de tierras y porque transmitieron a las nuevas élites parte de sus hábitos y valores. La alta sociedad de la época moderada, sucumbió a los símbolos y prestigios de la nobleza. Financieros, generales, dirigentes políticos o profesionales de éxito aspiraban a ganar un título nobiliario. Numerosas familias enriquecidas al calor de la revolución liberal entroncaron con viejas estirpes aristocráticas que aportaban notoriedad y títulos a los nuevos potentados y a cambio captaban recursos para sostener sus patrimonios, en muchos casos cargados de deudas. Tras la revolución liberal, la Iglesia perdió sus privilegios y los recursos que habían sustentado durante siglos su poder económico, pero al igual que la nobleza gozó de una notable influencia sobre las élites políticas, económicas y sociales de la España moderada. Y gracias a ello pudo preservar su ascendiente sobre el conjunto de la sociedad. A mediados del s. XIX los liberales empleaban el término clases medias para referirse al cuerpo intermedio de la sociedad, emplazado entre las nuevas élites dirigentes y el pueblo. Dos criterios esenciales separaban a los ciudadanos que integraban las clases medias de los que nutrían las clases populares: la condición de propietario y la formación para ejercer un empleo público, actividad académica o profesión liberal. Un espectro que incluía a una amplia gama de profesionales liberales, medianos y pequeños propietarios de tierras. Poseer estudios superiores era signo de distinción y acceder a la condición de propietario, sinónimo de prosperidad económica y prestigio social. Las clases medias constituían la masa crítica liberal , eran las principales difusoras de los valores políticos, económicos y sociales liberales, el núcleo ilustrados que en las ciudades mostraba interés por seguir en la política local o nacional aproximándose a uno u otro partido, que seguía la vida parlamentaria a través de la prensa, que debatía las últimas noticias en clubes, cafés o casinos.

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La revolución liberal consolidó los modelos de propiedad agraria del Antiguo Régimen: predominio de pequeñas y medianas propiedades en el norte y en la costa levantina, y de grandes latifundios en el sur. También empeoró las condiciones de vida de los jornaleros agrícolas que en su mayoría trabajaban en propiedades de la Mancha, Extremadura y Andalucía. La legislación liberal permitió que los propietarios pudieran desprenderse de aparceros, arrendatarios o colonos. Muchas familias campesinas fueron empujadas a la proletarización, la mayoría de los jornaleros vivían en condiciones miserables. Situaciones extremas que excitaban a la revuelta en motines que comenzaban con el incendio de los archivos municipales donde se guardaban los títulos de propiedad y terminaban con la ocupación de tierras. Los dueños de pequeños talleres industriales constituían la élite de las clases populares urbanas. Habitaban las ciudades un sinfín de obreros especializados en oficios artesanales, de dependientes de comercio, de jornaleros llegados del campo para trabajar en la construcción, de gentes que desempeñaban trabajos más o menos eventuales en la calle. Muchos sobrevivían mal alimentados, hacinados en los barrios populares en condiciones miserables que provocaban una altísima tasa de mortalidad urbana. La insalubridad en los barrios populares urbanos se convirtió en un problema crucial, a mediados del siglo comenzó a formarse una rama especializada de la medicina, la medicina social o higienismo. La movilidad espacial fue una de las grandes novedades del s. XIX. En sus décadas centrales muchos campesinos abandonaron sus pueblos y fueron a las ciudades. El desarrollo de los transportes y las comunicaciones abrieron nuevas expectativas de prosperidad y permitieron aspirar a una vida mejor. Las ciudades se quedaban pequeñas y mediado el siglo hubo que derribar las murallas que las rodeaban. Un aumento espectacular de la construcción captó a muchos jornaleros agrarios, pero pese a todo el principal factor de atracción a las ciudades era el sector servicios.

2. EL TIEMPO DE LOS MODERADOS: 1848-1868

El vacío de poder creado por la marcha de Espartero fue resuelto por las Cortes nombrando mayor de edad a la Reina Isabel II con sólo trece años. Su madre María Cristina volvió del exilio y se estableció en Madrid.

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Una vez apaciguada la situación, los moderados monopolizaron el ejercicio del poder en el que se mantuvieron durante diez años y montaron una nueva estructura institucional sostenida por una fuerte burocracia. El partido moderado estaba formado por la nobleza, la burguesía de negocios y la clase media alta , en muchos casos enriquecida gracias a la desamortización. El político más destacado de este periodo y el que más gobiernos presidió fue el general Narváez, militar de gran prestigio. El Partido Moderado gobernó durante el cuarto de siglo que transcurrió entre la regencia de Espartero y la revolución de Septiembre de 1868, con excepción de un bienio en el que rigió el país una coalición de progresistas y puritanos , y cinco años de gobierno de la unión liberal. Durante este tiempo los moderados construyeron un marco institucional, constitucional y legislativo cortado a la medida de su programa. Creían que, consumada la revolución liberal era preciso restaurar la estabilidad, asegurar el orden, empeño que requería afianzar las instituciones liberales: 

reforzar y sistematizar la administración del nuevo estado,



garantizar la propiedad,



liquidar los restos del entramado institucional del Antiguo Régimen y



establecer normas homogéneas que estimularan los intercambios económicos.

Reforzaron el poder ejecutivo frente al legislativo, solo permitieron votar a una minoría selecta de ciudadanos y suspendieron el ejercicio de los derechos y libertades individuales. También impidieron a los progresistas acceder al gobierno pues consideraban que eran demasiado revolucionarios. Los progresistas se vieron obligados a tomar el poder por la fuerza mediante el pronunciamiento militar. Este hecho hizo que la principal baza para acceder al poder, o para conservarlo, alentara la presencia de militares en los partidos y que los generales coparan su liderazgo.

2.1.- LA DECADA MODERADA (1844- 1854)

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(Se inicia el reinado de Isabel II 1843-1868)

1843 El

30

Espartero abandona España de

julio

de

1843

Espartero

abandonó

España,

depuesto

por

un

pronunciamiento acaudillado por militares moderados y por progresistas disidentes. Tras dos breves gabinetes progresistas, el moderado González Bravo formó gobierno. Poco antes, para evitar los problemas de una nueva regencia, las Cortes proclamaron a Isabel II mayor de edad con trece años. Desde el gobierno, Bravo desmanteló la obra de Espartero: restituyó la ley de Ayuntamientos y suprimió la Milicia Nacional, restringió la libertad de imprenta y suspendió la venta de bienes desamortizados. En febrero y marzo los progresistas trataron de recuperar el poder mediante sendos pronunciamientos militares que fueron reprimidos por el general Narváez.

2.1.1.-La constitución de 18451

En octubre de 1844, Narváez llevó un proyecto de ley a las cortes que anunciaba la reforma de la constitución de 1837, pero que constituía una nueva Carta Magna que integraba los puntos esenciales del programa político moderado. El texto constitucional fue promulgado en mayo de 1845. El gobierno superó sin trabas el debate parlamentario: los progresistas, perseguidos tras fracasar los pronunciamientos militares del pasado invierno, no concurrieron a las elecciones y los moderados tenían una abultada mayoría en las Cortes. La principal oposición provino del propio seno del moderantismo. El ala izquierda del partido constitucional de 1837. Los puritanos abogaban por un acuerdo global con los progresistas que permitiera la alternancia pacífica en el gobierno de ambos partidos, consolidara las instituciones y apartara a los militares de la vida política. Alertaron del riesgo implícito en la reforma unilateral de la Constitución.

1 Norma suprema durante el reinado de Isabel II.

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 La constitución de 1845 reforzó la autoridad de la Corona frente a la autonomía parlamentaria (soberanía compartida).  Consagró el primer liberalismo doctrinario que atribuía la soberanía al rey y a las cortes.  La constitución de 1837 disponía que las cortes se reunieran automáticamente el 1 de diciembre si el rey no las había convocado antes. El nuevo texto eliminó lo dicho anteriormente  El senado dejó de ser electo por los ciudadanos (nombramiento regio).  El congreso elegido por sufragio censitario (mayor renta del país).  El poder local se supedita al gobierno.  La confesionalidad católica del estado fue consagrada de un modo terminante.  Desapareció toda mención a la Milicia Nacional, así como los juicios por jurado para los delitos de imprenta

2.1.2.-La consolidación de las instituciones Los

moderados

apuntalaron

la

embrionaria

estructura

del

Estado

Liberal,

racionalizaron y modernizaron la administración y acabaron con el caos provocado por la pervivencia de estos restos institucionales del Antiguo Régimen. Durante la década, los gobiernos moderados diversificaron las funciones del estado y -

Crearon nuevos cuerpos especializados de funcionarios.

-

Sistematizaron la administración de justicia en un esfuerzo regularizador que alcanzó su culmen con la aprobación del Código Penal de 1848.

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-

En 1850 promulgaron la ley de contabilidad pública, que unificó las normas contables en toda la administración.

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En 1844 se fundó la Guardia Civil, basada en el proyecto del Duque de Ahumada para evitar el pillaje, la inseguridad y proteger los caminos en el medio rural

-

La reforma educativa estableció un sistema de enseñanza nacional, creó institutos de enseñanza media y las escuelas para formación del profesorado.

-

Se centralizó la Administración restando poder a los municipios, pero no implicó la instauración de un estado fuerte. Se llevó a cabo la división provincial administrativa organizada por Javier de Burgos con 48 provincias, cada una dependiente de una Diputación provincial y con un Gobernador civil, representante del poder central.

Esta estructura de la administración provincial y municipal pervivió hasta muy avanzado el siglo XX. La designación gubernamental de los alcaldes reforzó el poder de los notables con influencia local que ofrecían su apoyo a los gobiernos a cambio de recursos para

distribuir entre sus clientelas y de mayor poder en sus

territorios. Esta organización centralizada permitió que los gobiernos controlaran la política local. Durante la década moderada se consolidó un modelo de comportamiento electoral que pervivió hasta bien entrado el siglo XX. Los caciques vieron reforzada su influencia. En el ámbito de la política económica sentaron las bases de un mercado de ámbito nacional. El impuesto de consumos, que gravaba los artículos de consumo general a la entrada de las poblaciones, desató una fuerte oposición popular y provocó frecuentes motines y algaradas. Los moderados también combatieron el caos monetario heredado y establecieron el sistema métrico decimal.

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En cuanto a la economía, durante estos diez años de estabilidad el déficit que supuso la pérdida de las colonias americanas se compensó parcialmente con el gran desarrollo de la minería. La producción agraria aumentó lo suficiente para atender al incremento de la población. En el mundo de los negocios, tanto el fomento de la minería como el desarrollo de los ferrocarriles atrajeron a inversores nacionales y extranjeros. La burguesía y muchos nobles, enriquecidos por la desamortización, se dedicaron a los negocios y la especulación, como fue el caso del Marqués de Salamanca. El ferrocarril fue la gran empresa del siglo XIX, en la que se invirtieron enormes capitales. La primera línea de ferrocarril inaugurada en España fue Barcelona-Mataró en 1848. La industria textil catalana y la siderurgia andaluza fueron los dos primeros intentos de industrialización. La industria textil empezó a utilizar las máquinas de vapor a partir de 1844, momento en que se iniciará el despegue de este sector industrial. La siderurgia andaluza se inició con un alto horno establecido en Marbella en 1832. Más adelante se construyeron otros en Sevilla y Huelva, pero la falta de combustible en lugares cercanos hizo fracasar este primer intento.

2.1.3.- Inestabilidad política: los partidos y la reina Entre mayo de 1834 y octubre de 1847 se sucedieron seis breves gabinetes moderados, algún de los cuales no sobrevivió un mes. Dos razones explican tal inestabilidad del partido moderado:  la estructura del partido moderado (sin afiliados, sin disciplina interna, segmentados en facciones que se agrupaban alrededor del líder de turno)  la intervención directa de la reina en la lucha política, careciendo de formación constitucional era fácilmente influenciable. Las camarillas fueron determinantes en la decisión regia de vetar el acceso de los progresistas al poder, implicaron a la reina en las luchas internas de los partidos y trataron de favorecer a los sectores más autoritarios del moderantismo.

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2.1.4.-La deriva autoritaria del Partido Moderado En 1846 se iniciaron los planes para el matrimonio de la Reina . En enlace era una cuestión política y hubo grandes tensiones hasta llegar a un consenso entre las distintas potencias europeas, sobre todo Gran Bretaña y Francia y los partidos políticos del país. Los carlistas moderados proponían como candidato al Duque de Montemolín, hijo de D. Carlos. Esta unión terminaría con las pretensiones de D. Carlos, que para facilitar las negociaciones abdicó en su hijo. Los liberales no estaban de acuerdo. Tras muchas discusiones Gran Bretaña y Francia desistieron de sus proyectos . El elegido fue el Infante Francisco de Asís , primo hermano de Isabel, personaje de poca personalidad, que no disgustaba demasiado a nadie salvo a Isabel. La Reina sólo contaba 16 años y no quería esa boda, pero su opinión no se tuvo en cuenta. El enlace de la Reina fue desgraciado y sus consecuencias importantes para el país en var...


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