TEMA 2. EL AL- Ándalus PDF

Title TEMA 2. EL AL- Ándalus
Author R. H.
Course Historia de España
Institution Bachillerato (España)
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1 TEMA 2 AL-ANDALUS: EVOLUCIÓN POLÍTICA INTRODUCCIÓN: (0,5 ptos) El Islam surgió en Arabia en el siglo VII y consiguió rápidamente un gran número de adeptos. A la muerte de Mahoma, los árabes se lanzaron a extender el islam por el mundo y millones de personas se convirtieron al islam. En su expansión, los musulmanes que ya dominaban el norte de África iniciaron en el 711 la invasión de la Península Ibérica, donde permanecerían durante ocho siglos, hasta 1492. Como sucedió con la romanización, la presencia musulmana en la Península no se limitó a una ocupación militar del territorio. La mayoría de la población hispana se islamizó y arabizó adoptando la religión, la lengua, la cultura y las estructuras políticas y económicas islámicas. Este proceso fue lento y no alcanzó por igual a toda la Península, quedando fuera las regiones situadas al Norte del Duero y los Pirineos. Creándose así una zona de contacto entre la civilización islámica y cristiana. DESARROLLO: (2,5 ptos) EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL AL-ÁNDALUS 

La conquista, 711

Los conflictos internos de la monarquía visigoda y la indiferencia de la población ante su caída, les permitió apoderarse fácilmente del territorio peninsular, donde crearon un Estado que llamaron Al- Andalus. La invasión se inició en el 711 con la Batalla de Guadalete donde el rey visigodo don Rodrigo fue derrotado ante un ejército de 12.000 bereberes dirigido por Tariq procedente del norte de África. Un nuevo ejército formado por 18.000 árabes se uniría a los anteriores y dirigidos por Muza y Tariq conseguirían, sin apenas combatir, negociar la rendición de la aristocracia y de las autoridades locales visigodas, con la firma de pactos como el realizado con el noble visigodo Teodomiro en el 713, en los territorios murcianos. Los musulmanes continuaron su expansión atravesando los Pirineos pero serán detenidos por los francos en Poitiers en el 732. Los francos crearán en los valles pirenaicos hispánicos una serie de pequeños condados, la Marca Hispánica, que constituyeron una barrera de contención del Al-Ándalus frente a los francos. En la Cordillera Cantábrica se refugiaron algunos nobles visigodos que no quisieron someterse a los visigodos, organizando los primeros núcleos de resistencia cristiana, que con la victoria obtenida en una pequeña escaramuza dirigida por el noble don Pelayo, conocida como la Batalla de Covadonga 722, daría impulso a la formación del futuro reino astur. 

Emirato dependiente de Damasco

El Estado creado por los musulmanes en la Península Ibérica, Al-Ándalus, pasó a ser un emirato dependiente del Califato Omeya de Damasco. Hasta el 749, las luchas internas fueron incesantes entre los diversos grupos invasores. Los árabes controlaban el poder y se habían apropiado y las ricas tierras fértiles del valle del Ebro y del Guadalquivir, mientras que los bereberes quedaron relegados a las zonas pobres y montañosas de la Meseta. En el 750 la dinastía de los Omeyas de Damasco será masacrada y sustituida por la dinastía de los Abasíes de Bagdad. El único miembro superviviente de la dinastía derrocada, Abd al-Rahman huyó a Al-Ándalus donde consiguió controlar el poder y proclamar un emirato independiente.



Emirato independiente de Bagdad

2 Abd al-Rahman I (756-788) fundó el Emirato de Córdoba, aumentó la recaudación de impuestos y formó un sólido núcleo de fieles en los cargos públicos y ejército que consolidó su poder. Abd al-Rahman II (822-852) consiguió establecer una organización estatal completa, aunque durante este periodo los emires tuvieron que enfrentarse a las pretensiones independentistas de las marcas de Zaragoza, Toledo y Mérida y a las revueltas de muladíes (cristianos convertidos al islam) que protestaban ante la intransigencia religiosa y de los mozárabes (cristianos que vivían entre los musulmanes) que se resistían al aumento de la presión fiscal, La Rebelión del Arrabal de Córdoba en 818 fue la adquirió más notoriedad. En el 825 Abd al-Rahman II fundó Mursiya. 

El esplendor del Califato de Córdoba

Sería Abd al-Rahman III (912-961) quien conseguiría acabar con las rebeliones internas, en especial con la tentativa independentista del muladí Umar en el castillo de Bobastro (Málaga) y someter a todo el territorio andalusí, y frenó el avance cristiano por la Meseta Norte, incluso lograría cobrar tributos a los reyes de Navarra y de León y a los condes del Castilla y Barcelona, y estableció una efectiva centralización fiscal que le dotó de amplios recursos económicos, que le permitió la reorganización del ejército por medio de tropas mercenarias. Su autoridad se hizo absoluta a partir del 929 y se autoproclamó Califa, (sucesor del enviado de Dios), con ello asumía no sólo el poder político y militar sino también el religioso. El Califato de Córdoba fue la etapa más brillante de la historia del Al-Ándalus, que mantuvo su hegemonía peninsular hasta principios del siglo XI. Su hijo y sucesor al-Hakam II, añadió al Califato un esplendor cultural y artístico que hizo de Al-Ándalus la sociedad más avanzada de su época, crearía una biblioteca con más de 400.000 volúmenes que daría prestigio internacional al Califato. Sin embargo, Hisham II, fue un califa de gran debilidad que acabo dejando el poder en manos de su lugarteniente alMansur (977-1002), que acabó convirtiendo el califato en una dictadura militar asentada en éxitos bélicos. Desarrolló una política de razzias o incursiones militares contra los reinos cristianos que reportaban cuantiosos beneficios económicos. La destrucción de Barcelona en 985, y de Santiago 997 fueron sus campañas más devastadoras. Tras la muerte de Almanzor, Al-Ándalus entró en una crisis irreversible debido a la falta de autoridad de los califas y a enfrentamientos étnicos que dieron lugar a la formación de taifas rivales. 

Los Reinos de Taifas

En el 1031 el Califato se dividió en 25 reinos independientes que recibieron el nombre de taifas, como Sevilla, Málaga, Zaragoza….que disfrutaron de una gran prosperidad económica y desarrollo cultural. Pero estas taifas luchaban constantemente entre sí, y la división engendraba debilidad militar y ésta fue aprovechada por los reinos cristianos en expansión que empezaron a exigirles el pago de parias (tributos) a cambio del mantenimiento de la paz. Las parias reforzaron el poder militar cristiano y a lo largo del siglo XI se produjo un considerable avance cristiano. En 1085 Alfonso VI de Castilla conquista la marca de Toledo, provocando el hundimiento de la línea defensiva del Tajo. La agresividad de los reyes cristianos obligó a los reyes de las taifas de Sevilla, Granada y Badajoz a pedir ayuda a los almorávides, una confederación de tribus bereberes del norte de África que consiguieron frenar a los cristianos y unificar de nuevo Al-Ándalus. Los almorávides llegaron a formar un gran Imperio hispanonorteafricano entre 1086 y 1140, que se caracterizaba por la intransigencia religiosa. En 1118 no pudieron evitar la conquista de Zaragoza por Alfonso I el Batallador, rey de Aragón. En 1140 el Imperio almorávide se desintegró ante el empuje de un nuevo imperio norteafricano, los almohades, que volverían a reunificar el Al-Ándalus haciendo de Sevilla su capital. En 1195 derrotaron en Alarcos a Alfonso VIII de Castilla. Los reinos cristianos reaccionaron organizando una alianza militar que les proporcionaría tras la victoria en

3 las Navas de Tolosa en 1212, el control del paso de Despeñaperros hacia el Valle Guadalquivir. En menos de 50 años los cristianos conquistaron todos los territorios andalusíes excepto Granada. En 1147 Ibn Mardanish fue nombrado emir de Murcia aliado de los reinos cristianos del norte y enfrentado a los almohades, inició una expansión territorial y ejerció su dominio por todo el sureste peninsular. Durante 25 años la taifa de Murcia vivió un periodo de esplendor político, cultural y arquitectónico como muestra el Monasterio de las Claras, antiguo palacio y residencia del “Rey Lobo” y los castillos de Larache y de Monteagudo. Entre 1231 y 1232, desde el valle de Ricote Ibn Hud, conquistó la mayor parte de los territorios andalusíes, desde Alzira hasta Algeciras, Gibraltar y Ceuta alcanzando la taifa de Murcia su máxima extensión. En el siglo XIII, la conquista cristiana dejó reducido el Al-Ándalus al Reino nazarí de Granada, era una de las taifas que habían surgido tras la desaparición del Imperio almohade, fue fundado en 1237 por el príncipe Muhammad ben Nasr y se extendió por tierras de Jaén, Granada, Málaga, Almería y parte de Cádiz. Fuertemente fortificada con más de 60 castillos, las luchas internas entre familias rivales por conseguir el trono sería aprovechado por los Reyes Católicos para conseguir su rendición en 1492. ORGANIZACIÓN POLÍTICA El Estado del Al-Ándalus se organizó de forma centralizada a partir del poder autocrático de los emires y califas. La administración se estructuraba en diwanes, o ministerios dirigidos por un visir, el hachib, era el primer ministro. El diván de Hacienda era de los más importantes. Todos los ciudadanos debían pagar impuestos aunque los no musulmanes debían pagar más. La justicia estaba en manos de los cadíes. El territorio estaba dividido en coras (kuras) o provincias a cuyo frente se encontraba el valí, que tenía atribuciones militares en las marcas. LA CONFIGURACIÓN SOCIAL La sociedad andalusí presentaba una gran diversidad y complejidad. En el escalafón más alto de la jerarquía se hallaba la aristocracia mayoritariamente árabe aunque también había algunas familias hispanovisgodas, eran una minoría que ostentaban cargos y privilegios y poseían enormes propiedades territoriales. Por debajo existía una burguesía formada por funcionarios, artesanos, comerciantes… los campesinos y la plebe urbana. Los bereberes eran el grupo más numeroso se dedicaban al pastoreo y vivían en condiciones humildes. La mayor parte de las clases populares eran muladíes, hispanovisigodos convertidos al Islam que también vivían en condiciones penosas. Los judíos y cristianos en tanto que “gentes del Libro” recibían un trato especial permitiendo la libertad de culto y ciertos derechos como el de propiedad. Los mozárabes vivían en condiciones parecidas a los muladíes pero pagaban más impuestos. Los judíos vivían en las juderías y disfrutaban de cierta autonomía jurídica. Era también habitual la existencia de esclavos, los negros africanos procedían del Sudán y los blancos eran eslavos. 

LA ECONOMÍA:

La agricultura estaba basada en la gran propiedad. Los musulmanes desarrollaron más el regadío e introdujeron nuevos productos como naranjas, limones, arroz, caña de azúcar, berenjena, algodón, morera,… se trataba de una agricultura intensiva que proporcionaba excedentes destinados al mercado urbano. El sector ganadero se basaba principalmente en la cría de la oveja. Los musulmanes también dieron un gran impulso a la extracción minera, desde la sal, y las piedras de construcción, al hierro de Sevilla, el mercurio de Almadén, el cobre de Huelva, la plata de Cartagena… Las ciudades eran el verdadero centro de la economía del Al-Ándalus, centro artesanal (vidrio, cuero, cerámica, joyas, textil…) y comercial. Las ciudades se organizaban alrededor de un núcleo amurallado o medina, centro de la vida pública, administrativa y religiosa, donde se encontraba la mezquita aljama (principal), la alcazaba o palacio-

4 fortaleza, las posadas, las madrasas o escuelas donde se enseñaba el Corán, los baños…. Las puertas de acceso daban origen a los principales ejes urbanos con sus talleres, comercios, alhóndigas o almacenes y zocos o mercados. Adosados a la muralla se hallaban los barrios circundantes o arrabales. El comercio no sólo fue local, también se desarrolló un importante comercio exterior, basado en el control de las rutas terrestres y marítimas y la existencia de una moneda fuerte, el dinar de oro y el dírhem de plata. Al-Ándalus constituía el centro de confluencia de las rutas asiáticas, africanas y europeas. Se importaban esclavos, maderas, armas, esclavos y productos de lujo y se exportaban productos agrícolas, cueros y telas. CONCLUSIÓN: (0,5 ptos) En el Al- Ándalus se forjó una cultura variada y ecléctica en la que destacaron los estudios matemáticos y las ciencias aplicadas (sistemas hidráulicos y de irrigación, fabricación de porcelanas, papel, perfumes, bálsamos… Introdujeron la numeración arábiga y ampliaron los conocimientos en medicina y cirugía, y en astronomía y destacaron grandes historiadores y geógrafos, y filósofos como Averroes y Maimónides. El patrimonio histórico artístico musulmán conservado hace de la Península un lugar único en el contexto europeo. La arquitectura alcanzó un especial relieve. En el periodo califal se terminó la construcción de la Mezquita de Córdoba, y de magníficos palacios con Medina Azahar, en el siglo XI se edificó el palacio-fortaleza de las Aljafería en Zaragoza y partes de las alcazabas de Málaga y Almería. En la época almohade, en el siglo XIII, se construyeron La Giralda y la Torre del Oro de Sevilla, y en el siglo XIV la Alhambra de Granada. La impronta dejada por el Islam no se reducirá a un rico patrimonio artístico, parte de nuestro vocabulario y toponimia, muchas de nuestras infraestructuras agrícolas y urbanas, e incluso algunos rasgos de nuestras costumbres, tienen su origen en esta larga etapa histórica....


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