TEMA 3 EL Palacio DEL BUEN Retiro - Mini resumen PDF

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TEMA 3

EL PALACIO DEL BUEN RETIRO

Su construcción coincide decadencia corona española en el reinado de Felipe IV, problemas en ciudades holandesas, acoso Luis XIII de Francia y Richelieu, enemistad con Carlos I de Inglaterra y rebeliones en Cataluña, Aragón y Andalucía. El valido, Diego de Guzmán Conde Duque de Olivares, alejar a Felipe VI, amantes de artes y literatura de los asuntos de estado con una residencia, oficial que se asignara al descanso y diversiones de la Corte, además de colocar parte de las colecciones artísticas reales. Por tanto villa suburbana, cercana del Real Alcázar, al modo italiano, rodeado de jardines y con un gran patio central dedicado a fiestas. Principesca y campestre. Lugar elegido extramuros, junto a Iglesia y Monasterio de los Jerónimos (Reyes Católicos), donde desde Felipe II se reconocía al heredero. Felipe II hizo construir un Cuarto Real donde se retiraba en Semana Santa y durante las exequias reales. A su alrededor en 1630 Olivares, consciente de su decadencia, decide crear alrededor un escenario festivo para Felipe IV y su Corte, con el fin de ganar prestigio ante aristocracia aprovechando juramento de lealtad del príncipe heredero Baltasar Carlos a principios de 1632. Olivares es nombrado alcaide del Cuarto Real. Encarga un complejo palaciego a gran escala al arquitecto Alonso Carbonell junto al pintor y arquitecto romano Giovanni B. Crescenzi. (panteón de los reyes). Se nota formación de Alonso en el Escorial y el Alcázar. Fábrica de ladrillo rojo, molduras de piedra en puertas y ventanas y cubierta de pizarra y chapiteles, para vincular con moradas regias de los Austrias. En 1633 se construye Plaza principal o de fiestas, para ejercicios ecuestres, justas o corridas de toros. Alrededor se levanta el edificio principal en ladrillo y madera y en el ala norte el famoso Salón Grande o Salón de Reinos, que concentra el programa decorativo de exaltación del poder y gloria del monarca. Desde el palco real del Salón se puede asistir a las fiestas de la plaza. Hasta 1640 se añaden una plaza “Grande” para festejos de mayor envergadura, el Salón del Baile, el Estanque grandes (regatas y naumaquias) y por último el teatro o Coliseo. El Buen retiro concentra su riqueza en su ornamentación interior, objetos artísticos, tapices, pinturas, esculturas y esplendido mobiliario, resultado de exitosa campaña de adquisiciones de Olivares entre 1633-1640. En escultura destacar estatua ecuestre de Pietro Tacca que se instaló inicialmente en el Jardín de la Reina hasta su traslado a Pl. Oriente mitad s. XIX Heredero de carácter recreativo de palacios musulmanes. Su gran parque ajardinado a la manera italiana y proyectado por Crescenzi se dotó con ocho estanques y una extensa red de canales navegables. Elementos sorpresivos como grutas, laberintos, autómatas, casas de fieras o el llamado Jardín Página 1 de 2

Ochavado. Característico el gran número de ermitas con uso religioso o profano como representaciones teatrales, banquetes o practicas alquímicas, como las realizadas por Olivares en la Ermita de San Juan, biblioteca y residencia privada del valido. Como su nombre indica, se concibió como un refugio para el descanso y el deleite privado del monarca y de su Corte, que residían en el real complejo una media de uno o dos meses al año Frente a la perfección constructiva y simbólica del Escorial, reflejo del proyecto y misión histórica de Felipe II, el palacio del Buen Retiro fue víctima de la improvisación y mala ejecución. Su falta de suntuosidad y firmeza, la carencia de un proyecto planificado y de un criterio unificado, así como, sobre todo, la pobreza de los materiales constructivos empleados, provocaron el inexorable y rápido deterioro del conjunto El propio valido habría de caer en desgracia en 1643. Y el propio Rey ordenó fundir toda la plata del palacio para financiar las campañas bélicas. Acto seguido, el fasto del Retiro se vio ensombrecido por los fallecimientos de la Reina, al año siguiente, y del príncipe Baltasar Carlos en 1646. Tras varios proyectos ni siquiera iniciados, de Felipe V, primer Borbón, que quiso convertirlo en un nuevo Versalles Carlos III (1716-1788), instalado ya en el nuevo Palacio Real, no desatendió sin embargo los jardines del Buen Retiro, que abrió al público, fundando una fábrica de porcelana y un Real Observatorio. Pero el conjunto se perdió irremediablemente por la invasión francesa, que, tras fortificarlo, lo convirtió en cuartel general de tropas. Así, han llegado tan solo hasta nuestros días, además de los jardines (si bien totalmente reformados), el ala norte del palacio donde estaba el Salón de Reinos y el Salón de Baile, actual Casón del Buen Retiro

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