Tema 4. Los paisajes de clima mediterráneo PDF

Title Tema 4. Los paisajes de clima mediterráneo
Author Vanessa Vera Martinez
Course Paisajes Mediterráneos
Institution Universidad de Murcia
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Paisaje y Territorio, Elena Montaner...


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TEMA 4. DISTINTOS PAISAJES DEL GLOBO: LOS PAISAJES DE CLIMA MEDITERRÁNEO

1 LOS DOMINIOS MEDITERRÁNEOS Los medios mediterráneos destacan por ser los más antropizados del planeta y los que han acusado más los desequilibrios en su ecosistema natural.

1.1 EL CLIMA La originalidad del ecosistema mediterráneo se debe, en todas las partes del mundo, a su clima. En América afecta a la California costera y al Chile central. En África del sur presenta, en la ciudad del Cabo, un clima de este tipo. Lo mismo ocurre en los extremos meridionales de Australia: regiones de Perth, Adelaida y Melburne. En Europa y África se encuentra igualmente en las costas occidentales de Portugal y Marruecos. Además el Mar Mediterráneo prolonga hacia el oriente el dominio mediterráneo de tal manera que este clima está presente en los territorios situados en los bordes del mencionado mar. Así, este clima se extiende por todas las costas occidentales de los continentes en latitudes subtropicales, siempre y cuando resulten protegidos de otros influjos mediante montañas. Al contrario, allí donde el relieve está constituido por una gran llanura, la influencia mediterránea se bate en retirada como es el caso de Egipto que posee clima desértico, o el caso del sur de Ucrania que es continental. De esta forma, los dominios mediterráneos son un término de enlace entre los desiertos tropicales y la zona templada de clima oceánico.

CARACTERÍSTICAS DEL CLIMA Observamos que la personalidad del clima mediterráneo viene originada por el hecho de situarse en el contacto de dos masas de aire: la polar, por una parte, y la tropical seca, por otra: esto le confiere unos rasgos térmicos y pluviométricos muy particulares. En cuanto a los rasgos térmicos podemos afirmar que el clima mediterráneo se caracteriza por un régimen térmico poco contrastado. En general el invierno es suave y el verano bastante cálido. En otras palabras: el mes más frío tiene una temperatura superior a 5ºC y dos meses de verano presentan una temperatura que rebasa los 200C. Su amplitud térmica aproximada es de 150C. Este régimen térmico poco contrastado se debe: a la latitud a la proximidad al mar, en el caso concreto del mar Mediterráneo se acusa la influencia de la templanza de las aguas marinas En cuanto a los pluviométricos: el clima mediterráneo tiene un régimen de lluvias que se caracterizan por la sequedad estival. En verano las altas presiones subtropicales invaden estos dominios e impiden el paso de los vientos húmedos del oeste, imponiendo una aridez realmente desértica: el tiempo es seco y la atmósfera luminosa. La sequedad dura, por lo general de dos a cinco meses y aumenta de norte a sur. Aunque en ocasiones se pueden producir lluvias en esta estación que son de carácter convectivo: son las tormentas de verano provocadas por el recalentamiento de la atmósfera. En invierno no hay que olvidar que las altas presiones subtropicales tienen una situación más meridional y permiten el paso de las depresiones ciclónicas generadas en el frente polar. El invierno es, pues, húmedo. Debido a la fluctuación de los centros de presión y del frente polar, en el clima mediterráneo se observa la alternancia estacional más contrastada del mundo. En efecto, este clima presenta: afinidades desérticas en verano al ser dicha estación calurosa y seca afinidades oceánicas en invierno, al ser fresca y húmeda Catania, en Sicilia, proporciona un buen ejemplo de este clima: como se puede apreciar por los datos otoño, invierno y primavera son estaciones templadas y lluviosas, donde las precipitaciones pueden caer de forma suave o violenta. El verano es largo y tórrido, con cielos azules de una intensidad única. El índice 1 xerotérmico es de 130 días .

1

Número de días del año en que no llueve

Estación de Catania. Temperatura media anual 18.3 °C. Precipitación total anual 582 mm Ene.

Feb.

Mar.

Abr.

May.

Jun.

Jul.

Ago.

Sep.

Oct.

Nov.

Dic.

T °C

10

11

12

15

19.6

23.9

26.8

27.1

24.5

19.9

16.2

11.8

P mm

89.5

75.4

90.9

45.2

12.1

4.9

6.6

7.7

27.7

52.8

65.6

104

Naturalmente, la situación geográfica de los lugares donde se registra este clima introduce variedades. Se observa, por ejemplo: 0

temperaturas invernales de 5 C en el norte de la cuenca mediterránea a más de 70C en el sur se registran temperaturas estivales en el litoral de 16 0C y en el interior de entre 23 y 250C desde índices xerotérmicos en el norte de la cuenca mediterránea de 60 días secos, a valores de hasta 200 y 300 días secos en el sur asimismo, el norte de la cuenca mediterránea puede registrar las precipitaciones en primavera y otoño, dos máximos, mientras que en la orilla meridional las lluvias son invernales: tienen un sólo máximo Así pues, los contrastes son enormes. Como hemos visto, se registran variaciones en función de la duración de la sequedad y en la intensidad y modo de distribuirse las lluvias según las estaciones. Todo contribuye a descomponer el clima mediterráneo en una infinidad de matices, por eso hablamos de dominios mediterráneos y no de dominio mediterráneo. Los factores que influyen para que haya tanta variedad son los siguientes. el relieve y su fraccionamiento. No hay que olvidar que se trata de un mundo, el mediterráneo, con un relieve muy dividido: con llanuras y litorales y, junto a ellas, montañas muy elevadas. la influencia del mar el alejamiento en latitud la continentalidad Existen, sin embargo. tres rasgos comunes que confieren unidad dentro de la diversidad apuntada: la sequía estival el carácter suave de los inviernos el cielo, casi siempre despejado

Estación de Atenas. Temperatura media anual 18°C. Precipitación total anual 412 mm Ene. Feb.

Mar.

Abr.

May.

Jun.

Jul.

Ago.

Sep.

Oct.

Nov.

Dic.

T °C

9

9

12

15

20

24

27

27

23

19

14

11

P mm

56

41

36

20

29

15

5

10

15

43

71

71

Estación de S. Francisco. Temperatura media anual 13.6°C. Precipitación total anual 527 mm Ene. Feb.

Mar.

Abr.

May.

Jun.

Jul.

Ago.

Sep.

Oct.

Nov.

Dic.

10

12

12

13

14

15

15

15

17

16

14

11

P mm 117

94

74

36

15

3

0

0

5

23

51

109

T °C

Estación de Adelaida. Temperatura media anual 17.16°C. Precipitación total anual 535 mm. Ene. Feb.

Mar.

Abr.

May.

Jun.

Jul.

Ago.

Sep.

Oct.

Nov.

Dic.

T °C

23

23

21

18

14

12

11

12

14

17

19

22

P mm

20

18

25

46

69

76

66

66

53

43

28

25

1.2 LA VEGETACIÓN MEDITERRÁNEA Dados los contrastes estacionales que caracterizan el clima mediterráneo, la vegetación está sometida dos veces al año a condiciones difíciles: a la sequedad del estío y al invierno que, en general, amortigua la vida vegetal Debido a estas condiciones sólo pueden subsistir en estos dominios plantas bien enraizadas, con tallos leñosos provistos de hojas duras, pequeñas y barnizadas, por lo general perennes y, a menudo, olorosas (no hay que olvidar que los aceites esenciales protegen las plantas contra la helada y la evaporación). La formación natural climácica que crece bajo estas condiciones es el bosque esclerófilo2 y sempervirente. Se trata de un bosque poco denso, formado por árboles de hoja persistente y con troncos suficientemente separados para permitir el crecimiento del sotobosque, y con raíces largas para buscar en profundidad el agua que escapa a la evaporación. Las especies forestales varían en función de la importancia de la sequía y del tipo de roca. Así:

2

Esclerófilo= adaptado a las condiciones de sequedad.

en las costas septentrionales de la cuenca mediterránea se encuentran el alcornoque en las zonas más húmedas y sobre rocas cristalinas; la encina en zonas menos húmedas y los pinos sobre las arenas litorales. en África del Norte, de matiz más seco, la encina se mezcla con el pino de Alepo y después cede el espacio a la estepa de esparto en el borde del desierto. Una característica esencial del bosque mediterráneo es su fragilidad y su dificultad para reconstruirse después de los incendios, frecuentes en verano, o tras haber sido devastado por los rebaños de cabras. Un encinar en su estado original está constituido por varios estratos. Las copas de los árboles alcanzan los 10 metros y las cimas son coalescentes (se unen unas con otras) y la tasa de recubrimiento es del 100%. El suelo es bueno y de tipo pardo forestal. Después de una roturación viene una puesta en cultivo: cereales, habas, etc. Luego un abandono más o menos largo tras el cual el suelo expuesto al sol en verano se deseca y se cuartea y las lluvias de invierno tienen fuerza por impacto fluvial y luego por arroyada, para decapitarlo y dejarlo sin horizontes útiles. Todo ello le impide al encinar volver a retoñar en las condiciones iniciales. Destruido el bosque, crece en su lugar el maquis o maquia, es decir, una formación de arbustos mediterráneos. Se trata de una formación espesa, siempre verde, de una altura entre 1 y 5 metros, formada por plantas olorosas, herbáceas y bulbosas entre las que destacan: madroños brezos, lentiscos, adelfas lavandas mirtos, etc. Es una vegetación acidífica que suele encontrarse sobre suelos silíceos resultantes de la alteración del granito. Este maquis constituye, por tanto, el resultado de la destrucción del antiguo encinar y, por tanto, de la degradación de la vegetación natural.

Maquia . En suelos calizos la vegetación natural es sustituida por la garriga. Se trata de un matorral perennifolio, xerófilo y poco crecido que se encuentra en las áreas más secas de los dominios mediterráneos. Se compone fundamentalmente de boj, enebros, coscoja, cardos y algunas plantas aromáticas como el tomillo y el romero. La destrucción de la garriga, bien por nuevos fuegos provocados, o por la acción de los rebaños conducirá, asimismo, a un nuevo estadio vegetal más degradado: la estepa y de ella al calvero, es decir, a la superficie totalmente desnuda.

Hay que hacer notar que dada la fragilidad del bosque mediterráneo y la rápida y degradación que sufre esa asociación vegetal, la masa arbórea es muy reducida en estas regiones, imponiéndose la vegetación arbustiva que es la que ocupa una mayor extensión. 1.3 EL SUELO MEDITERRÁNEO El relieve, con frecuencia montañoso, la violencia de las tormentas y la mediocridad de la cubierta vegetal explican la delgadez de los suelos mediterráneos. En general, son poco fértiles pues en ellos escasea el humus ya que falta el mullido de la hojarasca o de hierbas muertas. En las áreas deprimidas la caliza genera la llamada terra rossa. Se trata, en efecto, de un suelo de color rojizo por la abundancia de hierro, residuo insoluble de la alteración. Es decir, de la descalcificación de las calizas. Son suelos heredados, es decir, paleosuelos que se habrían constituido bajo condiciones de clima tropical seco con estaciones alternadas. Sobre la terra rossa se fueron desarrollando a menudo, suelos recientes:  suelos pardos que soportan el bosque mediterráneo de encinas  suelos estépicos en regiones semiáridas, a veces, con encostramientos calcáreos La terra rossa abunda en España, Italia meridional, Croacia, isla de Malta, etc. Se acumula en las depresiones de regiones calizas. fondo de las dolinas, surcos de ciertos lapiaces, etc. 1.4 LA HIDROLOGÍA El rasgo dominante de los ríos mediterráneos es la torrencialidad que se debe: a la abundancia de pendientes fuertes: no hay que olvidar que el relieve de los países mediterráneos se caracteriza por la presencia de montañas próximas al mar. Esto hace que los ríos se vean obligados a salvar importantes desniveles para alcanzar su nivel de base: el mar. De ahí que las aguas fluviales adquieran gran velocidad y gran capacidad erosiva. a la irregularidad anual en el régimen hídrico de los ríos, hecho que viene marcado por el contraste invierno y verano. en invierno, la coincidencia lluvia y temperatura fresca provoca una subida muy fuerte de las aguas de los ríos entre noviembre y marzo. en verano, inversamente, la coincidencia ausencia de lluvia y fuerte calor origina acusadísimos estiajes. Evidentemente, la amplitud entre estos dos extremos, crecidas y estiajes, puede quedar suavizada por la fusión primaveral de las nieves acumuladas en las cumbres de las montañas mediterráneas que origina una prolongación de las aguas altas del invierno al aumentar los caudales en primavera.

Sin embargo, en la península Ibérica son las tormentas de primavera y otoño las que provocan crecidas bruscas y de corta duración. Cada crecida deposita en las llanuras mantos de cantos lo que repercute desfavorablemente en la fertilidad de los terrenos. En el Mediterráneo occidental las crecidas de otoño son las más acentuadas. En general, los ríos mediterráneos son difícilmente utilizables al ser cortos y torrenciales pero desde hace más de 2000 años el hombre se sirve de ellos para el regadío. En verano sólo permiten un regadío eficaz aquellos ríos que, por tener su cabecera en montañas elevadas están alimentados por las aguas de fusión de las nieves o por fuentes naturales. Esto sólo sucede con los que proceden del sistema Ibérico: Turia y Júcar y de las Béticas: Segura. Se trata de ríos alógenos que son la clave de las altas densidades de población agrícola que se localizan en las huertas mediterráneas. Pero junto a estos ríos también existen, como en el Sáhara, verdaderos ued. Son las ramblas: cursos espasmódicos, habitualmente secos que sólo llevan agua tras recibir intensas precipitaciones. En la Italia mediterránea reciben el nombre de fumaras. 1.5 EL MODELADO DEL RELIEVE EN LOS MEDIOS MEDITERRÁNEOS En estos medios el modelado del relieve está muy condicionado por los rigores del clima. Es decir, por la gravedad de las sequías y por la virulencia de las lluvias otoño–invierno. El ataque erosivo más evidente es el de la arroyada y sus efectos difieren según la dureza de la roca sobre la que actúa. Sobre roca resistente se observa el barrido de los suelos quedando las formas estructurales lavadas y pulidas. Sobre rocas blandas la arroyada concentrada abre importantes barrancos bien jerarquizados. También destacan por su acción erosiva en estos medios mediterráneos los movimientos en masa. Estos movimientos no son originados por el espesor de los suelos, como ocurría en los medios tropicales húmedos, sino por la naturaleza de ciertas rocas y por los trabajos del hombre: por la naturaleza de las rocas. Cuando las rocas son arcillo-esquistosas, especialmente con arena encima que almacena el agua de lluvia éstas se empapan y desencadenan lentos deslizamientos del terreno o bien coladas de fango de gran volumen. por los trabajos del hombre. Las terrazas que construye laboriosamente para frenar el abarrancamiento agravan a veces de forma inesperada los movimientos en masa ya que almacenan el agua de lluvia y luego ceden bruscamente. 2. LA AGRICULTURA DE LOS PAÍSES MEDITERRÁNEOS La agricultura del dominio mediterráneo está profundamente condicionada por el problema del agua pues no se debe olvidar la importante sequía estival que padece. A menudo da la impresión de semejanza respecto a la de los oasis, ya que, sin ser

desértico, este ámbito sufre una singular paradoja: las lluvias terminan, precisamente, cuando se inicia la estación de crecimiento de las plantas. Al problema de la sequía estival hay' que añadir la dureza de las tormentas de otoño que hacen víctimas de la erosión a amplios espacios que no pueden ser cultivados por el barrido de los suelos. La violencia de la erosión ha ido descarnando las vertientes montañosas a lo largo de los siglos, reduciéndose progresivamente el espacio cultivable. Para evitar esta merma los campesinos mediterráneos han tenido que luchar contra la erosión de los suelos y contra la degradación de la cubierta vegetal. A menudo han cortado las vertientes convirtiéndolas en bancales: pequeños escalones de tierra cultivables sostenidos por \verdaderos muros de piedra. Gracias a los muros de contención el hombre ha conseguido cultivar vertientes abruptas. Asimismo, como contrapartida, el agua, devastadora sobre las pendientes mal defendidas, se estanca desde mediados del verano en las numerosas llanuras aluviales que festonean el litoral. En efecto, los ríos debilitados por la sequedad del verano, no siempre llegan a modelar un lecho capaz de evacuar las aguas de crecida. Cuando sobrevienen las lluvias, las aguas se derraman en las depresiones mal drenadas, lo que permite la proliferación de mosquitos transmisores de enfermedades. En su estado natural las llanuras mediterráneas son palúdicas, con el consiguiente riesgo para el hombre. Ello explica que estas llanuras permanecieran durante mucho tiempo deshabitadas. Pero el agua se convierte en fuente de riqueza y de vida si, dominada por el hombre, puede ser dada a las plantas cuándo más lo necesitan, en particular, en verano. Precisamente, son las montañas que ciñen el Mediterráneo, por lo general más lluviosas que las llanuras, quienes permiten el regadío estival mediante el almacenamiento de agua. Dos tipos de tierras cultivadas se observan en los paisajes mediterráneos, secano y regadío, y entre ellos la oposición es brutal ya que cuando el regadío puede paliar la sequedad del verano, la gama de los cultivos mediterráneos puede convertirse en la más rica del mundo. 2.1 LAS TIERRAS DE SECANO Y REGADÍO Las tierras de secano hacen referencia a las tierras cultivadas que no se benefician de más agua que la proporcionada por las irregulares lluvias y quedan resecas por el sol del estío. Estos secanos exigen: un laboreo intensivo a fin de airear el suelo alternar plantas que esquilman el suelo: cereales, con otras que fijan el nitrógeno: leguminosas llevar a pastar los rebaños a las rastrojeras para que fertilicen el terreno el barbecho laborado, en este caso los barbechos no son un simple reposo pasivo (barbecho muerto)

Las de regadío son aquellas tierras cultivadas que, además del agua precipitada, se les proporciona un suplemento mediante el riego que permite paliar la sequía estacional. Según la utilización del agua se pueden denominar vegas o huertas:   las vegas son áreas menos especializadas y se dedican, en general, al cultivo de cereales regados las huertas están intensamente cultivadas mediante técnicas tradicionales y se riegan mediante una complicada red de acequias. Gracias a las elevadas temperaturas se pueden encontrar cultivos delicados y tempranos y obtener varias cosechas al año También las huertas se riegan con aguas subterráneas. Sin embarg...


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