Tema 5. Género, trabajo y vida económica PDF

Title Tema 5. Género, trabajo y vida económica
Author Aurora Urrea
Course Análisis y gestión de políticas públicas
Institution Universitat de València
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Asignatura de Género Universidad de Valencia en el Doble Grado de Ciencias Políticas y Sociología...


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TEMA 5 1. La división sexual del trabajo: las desigualdades en el empleo y en el trabajo doméstico y de cuidados. Las mujeres han trabajado desde que la humanidad existe, aunque los datos sólo lo han reflejado de forma reciente. Estos datos han medido como se ha producido un aumento de la presencia de las mujeres en el mercado de trabajo. Esos saberes han permitido nombrar, contar y facilitar el reconocimiento de las aportaciones de las mujeres al trabajo y a la vida económica. Además, han dado cuenta de las desigualdades que afectan a las mujeres en relación con los hombres, tanto en el mercado de trabajo como en la vida cotidiana. A estas se suman las desigualdades relacionadas con la etnia, la clase social o las de generación. 1.2 La división sexual del trabajo. Según explican las ciencias sociales, la especie humana ha dividido las actividades necesarias para su supervivencia de modo tal que las tareas de reproducción y cuidado de la vida han sido atribuidas a las mujeres y las actividades de producción de bienes a los hombres. Esta división ha supuesto que las sociedades humanas a lo largo de la Historia han convertido y organizado las diferencias biológicas del tipo sexual en actividades humanas diferenciadas y que, hoy en día, tal división de tareas sea visible en la organización socioeconómica capitalista que rige en la mayor parte de las sociedades contemporáneas. En estas sociedades existe una división social del trabajo que preside a producción de bienes y se ignora la división sexual que caracteriza las tareas de reproducción y cuidado de la vida. Impactos que provoca esta división sexual y social: Estas diferencias provocan desigualdades entre hombres y mujeres al ir acompañadas de una jerarquización que ensalza y encumbra las actividades productivas, así como los escenarios como los sujetos en su mayoría masculinos. Y tiende a devaluar, ocultar o tomar como no importantes las actividades de reproducción, así como los escenarios y sujetos femeninos. En la actualidad, esas desigualdades también conocidas como desigualdades de género persisten como si fueran un rasgo importante de las culturas humanas. Las razones que explican la persistencia de la división sexual del trabajo deben relacionarse con la alianza de poderes entre el capitalismo y el patriarcado que configura la organización socioeconómica, política y cultural de tales sociedades. Deben buscarse en el contrato entre hombres y mujeres que subyace en esa división sexual del trabajo. CONTRATO SEXUAL, encuentra su expresión en el lema “hombre cabeza de familia/mujer ama de casa”, que todavía tiene gran peso simbólico. Además, deben reconocerse como fruto de la separación de espacios generada por el capitalismo industrial al establecer que la producción ocupase el centro del espacio público y de la vida personal, conformando el lugar propio de lo masculino, y que la reproducción fuese relegada al espacio privado conformando el lugar propio de lo femenino y de menor importancia.

1.3 El trabajo y las mujeres. La doble jornada es una expresión de la imbricación entre el tiempo y el trabajo en las sociedades del bienestar, en las que el trabajo de cuidado conforma el núcleo duro de las principales diferencias y desigualdades de género. Es un fenómeno que afecta a las mujeres y sobre todo, a las que pertenecen a la generación sándwich, pues ellas son las que se encargan del cuidado de las generaciones precedente, contigua y descendiente, en un escenario donde la crisis económica y financiera lo refuerza. Los estudios desde la perspectiva de género hacen evidente la existencia de la segregación ocupacional horizontal y vertical, así como la no desaparición de las discriminaciones laborales indirectas tales como la discriminación salarial o el acoso sexual. Otros estudios, constatan también la creciente precarización del empleo femenino, dada la mayor presencia de mujeres con contratos temporales, a tiempo parcial, en horarios atípicos y en los sectores con bajos salarios. En España la situación de precariedad ha producido una fuerte polarización entre las mujeres ocupadas. Esta situación ha colocado a las mujeres:  

Inmigradas y jóvenes (muy cualificadas en muchos casos) que tienen una dificultad para poder encontrar un empleo y además dificultades para poder permanecer en él. +45 años (especialmente aquellas que aprovecharon el crecimiento de los servicios a finales de la década de los 80 en el s.XX) que cuentan con una mayor estabilidad.

Se ha destacado la incidencia de la cultura patriarcal en las organizaciones empresariales, cultura que también comparten en buena medida las organizaciones sindicales, así como los sectores emergentes de la innovación tecnológica. El estudio de las dificultades derivadas políticas de conciliación de la vida laboral y familiar, en un escenario donde tales actuaciones parecen tener como único destinario a las mujeres madres. 1.4 Las mujeres en el mercado de trabajo. La mayor presencia de mujeres en el mercado laboral representa el mayor cambio habido en la sociedad española una vez recuperada la democracia:   

La actividad laboral femenina se concentró en los territorios con tradición industrial (textil y calzado). Alta presencia femenina en la economía sumergida. La economía informal fue una vía de acceso al empleo de muchas mujeres del ámbito rural que se desplazaron a las ciudades para trabajar en el servicio doméstico.

Sin embargo, a pesar de la incorporación masiva, la norma continua siendo la precariedad laboral femenina.

1.4 Los indicadores básicos: actividad e inactividad, empleo y desempleo.

Estos datos se obtienen de la EPA, pero a pesar de su validez oficial tiene limitaciones a la hora de medir la actividad y la inactividad femenina. Las variables que más afectan a las mujeres son la edad, el estado civil y el nivel de estudios. Las mujeres “inactivas” lo son porque trabajan en su hogar. La tasa de empleo femenino no cae desde el año 2005 y la masculina cae. Esto se debe a dos explicaciones:  

Los sectores productivos con más empleo masculino han sido los más afectados por la crisis. Mientras que las mujeres están sobrerrepresentadas en el sector servicios y en trabajos relacionados con el cuidado de las personas.

Según datos de EUROSTAT, la aparición de cargas familiares determina la relación de unos y otras en el empleo:  

Los hombres ven aumentada la tasa de empleo cuando aparece la pareja o los hijos. Mientras que las mujeres tienen menores tasas de empleo.

1.6 Las características del empleo femenino.  

Suele ser de menor calidad en comparación al empleo de los hombres, pero las diferencias son sutiles y no son tan observables como la cantidad. La temporalidad (no se debe confundir con la reducción de jornada) presenta una tasa femenina superior a la masculina y afecta sobre todo al colectivo de mujeres jóvenes e inmigradas. En políticas europeas como “conciliación” pero al fin y al cabo acaba dándose que las mujeres obtienen unos ingresos inferiores, nulas posibilidades de promoción y donde se refuerza la división sexual del trabajo.

La segregación vertical muestra las dificultades que tienen las mujeres ocupadas tienen para acceder a cargos directivos/altos cargos. Esta situación se conoce como techo de cristal. Las mujeres ocupan mayoritariamente puestos técnicos. Ocupaciones en las que se dan las mayores desigualdades salariales entre hombres y mujeres. Además, no debe ignorarse que tal situación afecta a la mayoría de las mujeres, las cuales permanecen atrapadas o adheridas a un suelo pegajoso de la base de la jerarquía laboral donde los bajos salarios, horarios atípicos, condiciones laborales penosas son la norma que construye su relación con el empleo. Estas desigualdades también las podemos distinguir mediante otros factores en función del sector de actividad que ocupan las mujeres:   

Las actividades con salarios más bajos: hostelería, actividades administrativas, servicios auxiliares (actividades más feminizadas). Las actividades con un salario más alto que la media la presencia de las mujeres apenas es un 30% del total. Actividades científicas y técnicas es donde el porcentaje de discriminación es el más elevado y notable y donde las mujeres representan ya la mitad de personas ocupadas.

También tenemos que destacar la discriminación indirecta tales como la discriminación salarial y el acoso sexual (menos visible y cómplice). 1.7.1 La medición del trabajo doméstico y de cuidados. Existe una exclusión permanente de la producción doméstica de la contabilización de la Renta Nacional. Esto en parte, provoca la infravaloración del trabajo de las mujeres. El tiempo se ha convertido en la clave para lograr la mejor visualización del trabajo doméstico (“Presupuestos-Tiempo”). Estos resultados los podemos reflejados en las encuestas del INE, que nos permiten analizar y comparar de qué manera varones y mujeres asumen el trabajo remunerado y no remunerado, así como el tiempo del que disponen para sus actividades de ocio o cuidados personales. Algunos de los aspectos que podemos ver en estas encuestas son:   

Refleja que la carga total del trabajo se distribuye de forma desigual. Las mujeres soportan mayor carga global. En los países del sur de Europa, especialmente acentuado por la baja dedicación de hombres al trabajo doméstico que se contrastan con otros países como Escandinavia.

1.8 Reflexiones finales sobre el futuro del trabajo y las mujeres. La división sexual del trabajo es el elemento fundante de la división y diferenciación de las actividades humanas, y de las desigualdades y discriminaciones consiguientes. Las tareas necesarias para aportar bienestar cotidiano a las personas, que deben ser afrontadas socialmente, son una dimensión clase del replanteamiento de las políticas sociales. El futuro del empleo puede ser femenino. Todo el trabajo, y no solo el empleo, es fundamental para lograr el bienestar en nuestras sociedades. La tradición feminista y los estudios de género han ampliado los límites de la objetividad científica y han hecho posible investigaciones que explican con más precisión y exactitud la sociedad. El feminismo ha proporcionado un marco interpretativo de la realidad social que identifica analíticamente los mecanismos de la dominación masculina y propone la interrupción política de los filtros que impiden el desarrollo de relaciones sociales libres de subordinaciones y asentadas en la igualdad. Una teoría crítica de la sociedad que no incorpore la perspectiva feminista es un pensamiento débil porque no tematiza una de las fuentes medulares de la desigualdad social como es la desigualdad de género....


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