Tema especial - Operación Masacre - Rodolfo Walsh PDF

Title Tema especial - Operación Masacre - Rodolfo Walsh
Course Literatura
Institution Universidad Nacional de Cuyo
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Trabajo práctico de Operación Masacre. Cátedra Literatura, perteneciente a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional de Cuyo....


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Teoría Literaria y Literatura Hispanoamericana Tema especial: Operación Masacare. Rodolfo Walsh

“La literatura como instrumento de denuncia y reflejo del compromiso periodístico” Biografía del autor Rodolfo Jorge Walsh nació el 9 de enero de 1927, si bien su relación con las letras comenzó con la inserción en el sistema escolar hacia 1944, con apenas 17 años, comenzó a trabajar en la Editorial Hachette durante tres años, como traductor, corrector y antólogo. El periodismo, la política y la literatura comenzaban a ser parte de su vida a partir de estos años. En 1945 se asomó al mundo de la política por la Alianza Libertadora Nacionalista (ALN), un grupo nacionalista de derecha violenta opuesto al gobierno del general Agustín Pedro Justo. Pero, al poco tiempo Walsh se descontentó con la organización y sus líderes. A los 20 años publicó sus primeros textos periodísticos, en su mayoría sobre temas de interés general y de cultura. A partir de 1951, comenzó a publicar cuentos en las revistas Vea y Lea y Leoplán. Para, 1953, se desvinculó de la ALN, de la que luego dijo que “fue la mejor creación del nazismo en la Argentina”. La relación de Walsh con el peronismo fue tan compleja, tan entramada en pasiones personales, profesionales como lo fue la relación de su literatura con la política. En 1955, se mostró a favor de la Revolución Libertadora.

Periodismo de investigación “Principio y Fin” La investigación profunda y clandestina de los asesinatos llevados a cabo por el régimen militar del general Pedro Eugenio Aramburu, entre el 9 y el 12 de Junio de 1956 en distintos puntos del país para reprimir el levantamiento peronista comandado por Juan José Valle, marcó un punto de inflexión en Walsh. Fue el momento en el que dejó de jugar al ajedrez (una de sus pasiones) y volvió a acercarse a la política no como un miliciano sino como un hombre ofendido en lo más profundo de su conciencia y su corazón por la represión brutal, ilegal. “Miro esa cara, el agujero en la mejilla, el agujero más grande en la garganta, la boca quebrada y los ojos opacos donde se ha quedado flotando una sombra de muerte. Me siento insultado… Livraga me cuenta su historia increíble; la creo en el acto…” A mediados de 1958, no abandonará jamás el camino emprendido con Operación Masacre. Comenzó la investigación del asesinato de Marcos Satanowsky, abogado del dueño del diario La Razón, a manos de matones de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que fue publicada por entregas en la revista Mayoría y años más tarde, en 1973, como libro. Fue tal vez a comienzos de 1959 cuando su amigo, el periodista Jorge Masetti, lo convenció de partir para Cuba para integrar la recién creada agencia Prensa Latina, que Walsh no lo

pensó. Como ocurrió con la investigación de los fusilamientos, el viaje hacia el corazón de la primera Revolución antiimperialista latinoamericana terminó de cambiar el curso de su vida. De regreso a la Argentina trabajó en Primera Plana y Panorama. Al promediar los 60, confesó ser un hombre de izquierda. Poco después de la muerte del Che Guevara en Bolivia, el 8 de octubre de 1967, escribió sus últimos textos de ficción y se metió de lleno en la militancia política y sindical. Ya durante la dictadura de Onganía, en 1968, fundó el semanario peronista de la CGT de los Argentinos, que se publicaba clandestinamente. A principios de los 70, Walsh comenzó a relacionarse con Montoneros, y en 1973 ya era un importante oficial de esa organización armada. En 1974 comenzaron las diferencias de Rodolfo Walsh con la organización Montoneros, a partir del pase a la clandestinidad. Por entonces, ya dejado constancia de sus diferencias con la cúpula de Montoneros. Insistió en la necesidad de replegarse, de preservar la integridad de los militantes, de desmilitarizar la política de la organización. No fue escuchado, pero creía que su deber permanecer en esa trinchera que había elegido para luchar por su ideas. En 1976, comenzó la dictadura más sangrienta de la historia argentina. Desde el seno de Montoneros, Walsh hizo lo suyo: fundó la Agencia de Noticias Clandestinas, con el objetivo de romper la férrea censura que imponía el Estado terrorista. Hizo una apuesta el 9 de enero de 1977, cuando cumplía medio siglo. Que antes del 24 de marzo, primer aniversario del golpe, terminaría de escribir la Carta de un escritor a la Junta Militar. Y cumplió. Fue la primera noticia que tuvo el mundo sobre la masividad de los asesinatos. Un día después de fechada la carta, cuando despachaba copias para enviarlas a diarios y agencias nacionales y extranjeras, fue emboscado en la vía pública, por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) que le dio la orden de rendición. Estaba armado, alcanzó a herir a un mimbro de la patota, se resistió y luego lo partió una ráfaga de ametralladora.

Operación Masacre. La obra dentro que es parte de una gran obra En Operación Masacre, el testimonio de las víctimas, los documentos, organizados tópica y cronológicamente, la reconstrucción deductiva de los hechos se articulan en torno a la ficción de verdad y, mediante su encadenamiento, bloquean la manipulación conspirativa en torno a la posesión legítima de la verdad. Estando el autor en un bar de la ciudad de La Plata, donde se reunían para jugar ajedrez o hablar, simplemente, escucha la frase "un fusilado vive". Como buen escritor la curiosidad lo invade y comienza una investigación que lo pone en contacto con "el fusilado que vive”. Por la investigación descubre que hay más sobrevivientes. “.. una noche asfixiante de verano, frente a un vaso de cerveza, un hombre me dice: –Hay un fusilado que vive. No sé qué es lo que consigue atraerme en esa historia difusa, lejana, erizada de improbabilidades. No sé por qué pido hablar con ese hombre, por qué estoy hablando con

Juan Carlos Livraga…” Averigua que en Florida, Vicente López, las personas que se encontraron fortuitamente eran: Carranza que busca a Gariboti para escuchar por radio la de Lausse el 9 de junio de 1956 en la casa de Torres, inquilino de un departamento de pasillo de Di Chiano que es el dueño. Hasta allí llegan también Mario Brion, Lizaso, Livraga que lleva a Vicente Rodríguez, Torres, Troxler después y también dos pesquisas infiltrados como aparentes escuchas de la pelea pero que en realidad han ido para averiguar si existían en el lugar armas, y poder cumplir con la orden de aniquilamiento. Desde aquí en adelante el relato se organiza de manera paralela con los hechos del verdadero levantamiento de Valle, lo que ocurrió con estas personas que se habían reunido para escuchar la pelea, y lo que ocurre al mismo tiempo en los altos mandos, anunciado desde la radio. El narrador se mantiene ajeno, pues el narrador oíble y creíble es la voz de la radio en la manipulación de la verdad. La obra se divide en: 

Prólogo: cuenta cómo se entera de la existencia de los sobrevivientes y los primeros pasos de la investigación



Primera parte: LOS PERSONAJES: presentación de los personajes que serán fusilados y su entorno.



Segunda parte: LOS HECHOS: narra cómo se llevaron a cada uno de los hombres del departamento, el traslado a la Unidad regional de San Martín, el traslado al lugar de fusilamiento, las conversaciones entre los presos y sus sentimientos, el fusilamiento propiamente dicho y el modo en que se salvaron los que pudieron lograrlo.



Tercera parte: LA EVIDENCIA: reproducción del expediente formado por la denuncia de Livraga, las declaraciones de los implicados, víctimas y victimarios y el fallo final.

La obra pertenece al nuevo periodismo, porque Rodolfo Walsh sale a la calle, procura estar en el lugar de los hechos para recabar la mayor cantidad de información posible, utiliza diálogos de gran realismo, descripciones muy significativas, el periodista asume mayor protagonismo, ya que da su visión personal de los acontecimientos y de la forma mas objetiva posible, porque de alguna forma participa de los hechos. Hay una verificación de los hechos relatados, tienen que ver con la intención de Walsh de presentar su “verdad” sobre los mismos, a partir de una reconstrucción apoyada en los documentos y pruebas recolectadas. Lo que Walsh reprueba y condena es el accionar represivo del las Fuerzas Armadas, por una parte porque se trataba de un gobierno no democrático, y por otra, porque no cumplían ni siquiera las leyes que ellos mismos decretaban, ejemplo de esto es la declaración de la ley marcial, hecho crucial de la investigación cuya declaración no coincide con los secuestros realizados y mucho menos los asesinatos coinciden con los procesos que deben llevarse a cabo.

“La matanza de junio ejemplifica pero no agota la perversidad de ese régimen. El gobierno de Aramburu encarceló a millares de trabajadores, reprimió cada huelga, arrasó la organización sindical. La tortura se masificó y se extendió a todo el país…”

Esta obra es un documento histórico que prueba y nos permite reflexionar sobre la brutalidad que tuvo el régimen militar de 1955 y que será un prologo de la gran tragedia argentina, la represión que se repetirá en sucesivos golpes hasta terminar en la sangrienta dictadura del 1976. Al año siguiente, gracias y en manos del Estado, Walsh encuentra la muerte, esa muerte que de alguna forma esquivó ese fusilado que vivió y que dio origen y quitó el velo sobre uno de los tantos hechos oscuros provocados por el Estado. Esto demostró también la puesta del cuerpo, de la humanidad por sobre la profesión. La inquietud por la verdad que lleva en su sangre Rodolfo Walsh no lo puede contener y esa visibilidad que su oficio le da también lo sentencia, su denuncia sobre el accionar del Estado lo termina sentenciando. Afortunadamente la historia supo registrar que la herramienta más poderosa de Rodolfo Walsh no fue la que utilizó para batirse a duelo con sus captores, en esta lucha, Walsh supo hacer de la palabra la mejor de sus armas. Como dice Rita de Grandis en su texto La escritura del acontecimiento: implicaciones discursivas, Rodolfo Walsh termina siendo héroe y protagonista de la historia, pero lamentablemente y finalmente se convierte en mártir de su propia historia. No tengo otra forma de definir a Rodolfo Walsh que tomar la frase de Madame de Staélreferida a Schiller: “La conciencia es su musa”. Su conciencia lo seguía a todas partes. Osvaldo Bayer...


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