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Trabajo completo con calificación sobresaliente....

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Perniciosas modas en las cortes europeas S. XVII-XIX

Alba Martínez Molino Centro Asociado Pamplona 2020-2021

ÍNDICE 1. Introducción…………………………………………………….. pag 1

2. El ideal de belleza ………………………………………………. pag 2

3. El auge e influencia artística de la moda francesa………….. pag 3

4. Costumbres e indumentarias características generales

4.1 Siglo XVII……………………………………. Pag 5

4.2 Siglo XVIII…………………………………… Pag 7

4.3 Siglo XIX…………………………………….. Pag 9

5. Vestimentas poco cómodas………………………………….. Pag 11

6. Moda envenenada…………………………………………….. Pag 13

7. Hábitos higiénicos……………………………………………... Pag 15

8. Conclusiones…………………………………………………... Pag 17

9. Bibliografía……………………………………………………… Pag 18

1. INTRODUCCIÓN Aunque al principio quise realizar el trabajo enfocado solo a la cosmética nociva de las élites sociales en la edad moderna, me pareció más acertado abrir más el abanico y así adentrarme en la moda entre los siglos XVII al XIX. Investigar no solo las tendencias de esa época sino desgranar las costumbres más alocadas de aquellos tiempos. Primeramente empezaremos a aclarar y describir a grandes rasgos el pensamiento acerca de lo qué se consideraba bello a los ojos sobre todo de las clases pudientes y más adelante descubrir el enorme peso que tuvo Francia en el arte de la moda. A pesar de que en cada siglo transcurrieron múltiples cambios en el vestuario, daremos una visión y descripción de los atuendos que más peso tuvieron, ya que sino el trabajo sería la “historia interminable”. Una segunda parte del trabajo se ciñe a mostrar los accesorios, ropajes y demás enseres que contribuyeron en muchas ocasiones a causar daños tanto físicos como psíquicos y que en algunos casos llegaron a causar la muerte. Sin duda lo que no podía faltar y lo que fue un asunto que poco a poco se fue erradicando, fue la escasísima por no decir nula higiene de aquellos pestilentes años y que me recuerda a uno de los primeros libros que leí. “ Y dentro de París había un lugar donde el hedor se convertía en infernal(…) el Cimetière des Innocents.(...)durante ochocientos años, carretas con docenas de cadáveres habían vaciado su carga día tras día en largas fosas(...)Hasta que llegó un día, en vísperas de la Revolución Francesa, cuando algunas fosas rebosantes de cadáveres se hundieron y el olor pútrido del atestado cementerio incitó a los habitantes no sólo a protestar(...)Una vez hecho esto, en lugar del antiguo cementerio se erigió un mercado de víveres. Fue aquí , en el lugar más maloliente de todo el reino, donde nació el 17 de julio de 1738 Jean- Baptiste Grenouille.” Süskind, P. El Perfume.

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2. EL IDEAL DE BELLEZA A lo largo del tiempo el canon de belleza fue cambiando, llevado de la mano de la evolución del pensamiento, la religión o la sociedad, que fueron modificando la forma de entender la belleza y su definición. Sin lugar a dudas, hemos pasado de anhelar cuerpos rollizos y blancas pieles a querer tener una tez lo más oscura posible y a caber en una 34. Si nos adentramos en el siglo XVIII, el Barroco se caracterizó por ser un movimiento en el que destacó la coquetería y la pura apariencia visual, podrías pasar muchas penurias, pero si tenías una buena peluca y un traje exuberante todo parecía estar bien. A parte de la necesidad de pertenecer a un grupo y diferenciarte de otro mediante el consumo y el ocio entre otras cosas,hubo una clara tendencia a querer posicionarse en un cierto rango de estatus . Thorstein Veblen en su obra Teoría de la clase ociosa analiza y critica los mecanismos que llevaron y que llevan a una concreta clase social a adueñarse del ocio y a empaparse del consumo. «El ocio como medio de adquirir prestigio encuentra su origen en la arcaica distinción entre ocupaciones nobles e innobles. (…) La ociosidad es una manera de probar que se es rico.» Para Veblen el gasto en los vestidos, que viene a colación del tema que vamos a tratar , es un ejemplo de su teoría del derroche ostenible. La vestimenta esta a la vista, e indica a los que observan una indicación de la situación pecuniaria del que es observado. Además de eso según Veblen, el vestido además de caro tiene que estar a la última moda, lo que indica su condición de despilfarre. La Ilustración impuso cierta moderación en las formas de los trajes, aunque en la realidad muchos no abandonaron los hábitos adquiridos, como por ejemplo; el uso de pelucas o corsés. En esta época destacaron el abuso de perfumes, carmines, lunares postizos, prendas muy ceñidas al cuerpo y peinados pomposos que en su mayoría eran bastante perjudiciales y antihigiénicos. También predominaron las ropas suntuosas , los tacones , las joyas y los famosos encajes. En este periodo nació la palabra tal “maquillaje” por lo que el canon de belleza ideal lo clasificaríamos como bastante artificial. En cuanto al aspecto físico , bajo esas fastuosas capas se hallaban normalmente cuerpos rollizos con pechos más prominentes que antaño por el uso de corsés, que ha su vez hacían en el cuerpo femenino unas sinuosas curvas marcadas por una cintura a ser posible de avispa y unas caderas bien anchas. Una de las cosas que más se valoró en el aspecto físico y no solo en las mujeres, fueron los maquillajes, muchas veces hechos con productos altamente tóxicos, como el blanco de plomo, el cual dejaba una tez blanca casi transparente sinónimo de estatus y belleza. Un destacado ejemplo lo encontramos en la reina Isabel I de Inglaterra. Su obsesión con el maquillaje radicaba en la necesidad de tapar las prominentes cicatrices ocasionadas por la viruela que padeció. 2.

Si nos adentramos en el Romanticismo de la época, diremos que la belleza no era estética y armónica sino mudable, cambiante. Ahora bello podía ser cualquier cosa , lo feo, lo exuberante, lo escandaloso, lo horrendo , la cuestión es que atraía y creaba “tendencias”. Inmanuel Kant en su Crítica del Juicio sitúa en la experiencia estética al placer desinteresado como base sustentadora, la cual se obtiene anteponiendo la belleza. Según él, bello es aquello que agrada a los sentidos, y el gusto por lo que considera bello, es la facultad de juzgar aquello que vemos pero desinteresadamente, llevado a través del placer(bello) o del desagrado. De este modo el juicio emitido es universal y subjetivo y no puede en ningún caso poseer un valor de universalidad cognoscitiva. Por aquellos tiempos los hombres dejaron de usar culotes, empleados sobre todo por miembros de la nobleza, para empezar a usas pantalones y trajes predominantemente oscuros que reflejaran el poder y la riqueza ascendentes de las clases burguesas. Un hombre elegante y “guapo” podría ser el que llevase el nuevo estilo o peinado “ a la furia” con bucles revueltos y libres o de lado y con sombrero de copa. La aparición de la tuberculosis como pandemia del siglo e incurable por aquellos años, tuvo especial importancia ya que la belleza de la mujer radicaba en parecer tuberculosa. De esta forma la mujer romántica y bella era aquella que lucía una tez transparente, semblante casi enfermizo, ojeras marcadas por el uso de maquillajes y una delgadez ahora bastante severa que la hacía parecer frágil y delicada. La tez pálida predominó en Europa desde tiempos medievales por ser considerada signo de nobleza, pues una tez oscura indicaba trabajos deshonrosos en el campo. La apariencia lo era todo, venida del encasillamiento en los diferentes estamentos o clases sociales. Se supone que si pertenecías a la nobleza, deberías vivir cómodamente y sin pasar necesidades, cosa que muchas veces no era así. 3. EL AUGE E INFLUENCIA ARTÍSTICA DE LA MODA FRANCESA A partir de 1650 con el reinado de Luis XIV, Francia fue la precursora y referencia ineludible de la moda en toda Europa, reemplazando a la influencia que tenía España en esos momentos . Gracias al auge que tuvo la burguesía, la moda se sucedió a un ritmo inquietante y la gente empezó a experimentar con ropajes y estilos que en aquel tiempo traspasaban las barreras entre la clase media y la alta. El auge que experimentó la importancia de la vestimenta y la apariencia se hizo notar en la cantidad de veces que se realizaron cambios en las vestimentas, Mila Contini señaló que en tan solo dos años, entre 1672 y 1674, los adornos que lucían las mangas cambiaron alrededor de siete veces. Primero iban abotonadas, luego surgió la manga abierta que dejaba al descubierto todo el brazo y más adelante llevaron encajes o cintillas entre otros abalorios. La disciplina artística de la moda reflejó por aquel entonces el espíritu del movimiento barroco. La prendas, así como la arquitectura y las otras artes, eran flotantes , fluidas y ornamentadas con adornos y movimientos onduleantes. Las mujeres ahora llevaban grandes faldas decoradas con un pesado galón y el cuerpo se adornaba con joyas sencillas . En el siglo XVII, el traje reflejaba la personalidad del individuo así que la opinión del cliente desempeñó un papel muy importante en la confección de las prendas de vestir. 3.

Se empezaba a dar valor al gusto de cada uno y a dar relevancia al trabajo del diseño y la sastrería. Francia inició en aquel tiempo su búsqueda para conseguir ser el mayor proveedor de productos de lujo del mundo, ayudado del famoso Richelieu, el cual instauro una industria de fabricación de encajes en Alençon dejando así la dependencia con Italia. Francia no tuvo rival como centro de producción de encaje. Calais, Lille, Arrás, Normandía y Honfelur entre otros contaban con grandes industrias encajeras De igual manera el ministro de finanzas Colbert, organizó la economía de tal manera que se primaron las exportaciones, se evitaron en lo posible las importaciones y se intentó producir las prendas con materia prima del país. Su propósito era no copiar lo que se elaboraba en otros países, sino producir en este caso encaje genuínamente francés y crear diseños nuevos, nunca antes vistos y marcar la diferencia. Para ello recurrió a grandes artistas, pintores y diseñadores de la corte del rey francés para que aportaran sus ideas y plasmarlas en aquellas esplendorosas creaciones. Lyon se llegó a a convertir en el centro de elaboración de la seda y el brocado en oro y plata. La moda francesa se extendió por toda Europa por medio de unas muñecas fabricadas por especialistas, que llegaron a las cortes más Pandora francesa del importantes durante los siglos XVII y XVIII. Éstas tenían la mitad de la siglo XVIII talla de una persona e iban vestidas con réplicas de las vestimentas de la corte del monarca . Lo que comenzó como un capricho, se convirtió en una acusada promoción de la moda francesa. “Las Pandoras” como así las llamaban, se enviaron desde la corte francesa a Inglaterra, Alemania, España e Italia. Las noticias y cambios en la moda francesa se vieron reflejados en famosos periódicos y revistas que se distribuían por aquel entonces por todo el continente europeo, Le Mercure Glant por ejemplo se leyó en Londres, Berlín, Madrid y Viena, y la revisa The Ladies Mercury fue la primera revista femenina conocida. En un principio las revistas estaban dirigidas a un público más intelectual pero a lo largo del tiempo empezaron a calar en un público más amplio. Según Valerie Steele, en Francia, las revistas tuvieron el objetivo de que la gente conociera la moda parisina y empezara a copiarla. Ya a finales de siglo se notó una marcada diferencia entre las prendas masculinas y las femeninas y reapareció un tema que bebía de la antigua Roma : la estacionalidad de las prendas de vestir, el uso de tejidos mas ligeros y finos para el verano y las prendas más gruesas y tupidas para el gélido invierno. Como he citado anteriormente, la figura del diseñador ascendió notablemente al ser la moda y el lujo uno de los comercios más relevantes en el propio país y poco a poco fuera de él, llegando a las más codiciosas cortes. El gremio de los profesionales que se dedicaron a confeccionar ropa, estaba formado por hombres y mujeres que anteriormente trabajaban en sus casas.

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Más adelante entrado el siglo XVIII y siguiendo con la mencionada influencia francesa ahora con un estilo rococó, en concreto hablemos de París, la tarea que elaboraban los sastres o sirvientes pasó a manos de los * couturiers. Las mujeres utilizaron los servicios de las couturiéres y de las sombrereras, convertidas en grandes creadoras que trabajaban en sus boutiques, en casa o en la de sus clientes. Gracias a Rose Bertin( sombrerera y modista de María Antonieta), las comerciantes de modas pasaron de ser simples costureras a llegar a convertirse en profesionales valoradas del sector y además, aportó un sistema innovador de la firma, ya que los vestidos realizados a medida empezaron a llevar el monograma de la persona creadora. A finales del siglo XVIII tanto la producción de distintos tejidos como las técnicas de teñido y estampado tuvieron un gran desarrollo. Uno de los tejidos estampados mejor valorados y conocidos fue la tela de Jouy, que sólo se producía en una fábrica a las afueras de París: en Jouy-en-Josas. Con la evidente evolución del desarrollo global del comercio textil y sus inventos revolucionarios, asistimos ahora a un mayor auge del ir y venir de telas , piedras preciosas y materias primas de los lugar más recónditos y lejanos del planeta. Por poner un ejemplo, la “ camisa de la reina” de María Antonieta estaba confeccionada por algodón Hindú y adornada con complejos fruncidos. Los avances en la tecnología ya en el siglo XIX impulsaron la industria de la moda – “o confección” como se la conocía entonces- y llegaron hasta el camino de la gran producción en masa. Se empezaron a crear los grandes almacenes como Le Bon Marché, el primero que abrió en París en el que ofrecía bajo el mismo techo elementos y prendas de moda y del hogar, lo cual resultaba más práctico. La ropa y los accesorios dejaron de ser expuestos en vitrinas para encontrarse ahora al aire, completamente a la vista y al tacto, una novedad de tantas otras,como la aparición de las rebajas o la supresión del regateo, estableciéndose ahora sólo precios fijos , a diferencia de los bazares o mercados. *Couturier (m.) es el término que designa a la persona encargada de crear un vestido.

4. COSTUMBRES E INDUMENTARIAS CARACTERÍSTICAS 4.1 SIGLO XVII El traje femenino logró ya en el siglo XVII un cambio y libertad en sus formas. Uno de los cambios más notorios fue la evolución que tubo el escote de los pesados vestidos. Ahora el cuerpo del vestido mostraba un escote profundo que descubría parte del busto de la mujer y que a veces se cubría con un delicado encaje.

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Este signo de próspera evolución y libertad en el pensamiento, también se tradujo a un cambio en la vestimenta, reflejando así un nuevo gusto cultural. Debido a esa evolución, ahora apelando por los avances científicos, el descubrimiento de la circulación sanguínea por parte de William Harvey en 1628 trajo a debate el tema tan controvertido de los famosos corsés ,poniendo en debate que tan saludable era usar tal complemento, ya que causaban grandes daños físicos en las mujeres. A pesar de que no se dejaron de usar, se abandonaron momentáneamente el uso de refuerzos de madera y acero que se utilizaban para realizar los cuerpos de los vestidos. Así pues, los antiguos cuerpos rígidos e incómodos se remplazaron por la hongreline, una chaqueta corta con faldones de seda, también muy usado en Inglaterra y allí llamada jacket.La parte de la cintura se vuelve un poco más holgada y con una falda bastante amplia, se lleva así el cuerpo menos ajustado, abrochado normalmente por delante. Aún se empleaban rellenos en las caderas y a partir de entonces, la ropa interior y las enaguas serán las que proporcionarán volumen a las faldas. Más adelante, las mujeres comenzaron a incluir en sus atuendos el busc,una pieza de madera, metal o marfil que se ajustaba dentro del corsé para sujetarlo. Respecto a las mangas comenzaron a ser más cortas y terminaban con una cascada de encajes muy de de moda en esa época. A mediada que pasaba el tiempo, los vestidos se tornaron más elegantes, introduciéndose en 1670 la robe de chambre, una prenda con forma de T compuesta por una espalda y un delantero y sujetada a la cintura con una faja. Este vestido conocido como mantua se llegó a usar como sustituto informal de los vestidos considerados protocolarios. Otro vestido que se usó también por la época fue conocido como saco francés, un vestido que se abría por delante y se sujetaba suavemente a la cintura de la dama llevando debajo una falda de aros y un cuerpo. En el tan mencionado Versalles, las mujeres usaban hasta tres faldas, una encima de la otra y la que las cubría a todas, tenía una cola tan larga que requería a menudo de un paje para facilitar a la señorita el andar. Estas faldas tenían nombre : la primera y más interna era la fidéle que se decoraba con lazos y bordados del color del gusto de su amado. La segunda la frippone se realizaba con paños dorados o plateados, y la última , la que saltaba a la vista, era conocida como la modeste o la secrète. La mujeres por aquel tiempo aún no llevaban pelucas, pero aspiraban a alcanzar alturas semejantes a la de los hombres en sus tocados con la invención del peinado a la Fontange( nombre de una de las favoritas de Luis XIV). Respecto a la moda masculina, a principios de siglo, las prendas eran de un estilo más sobrio que en tiempos pasados. En Inglaterra, el monarca Carlos I (imágen) apreciaba las prendas sencillas y elegantes, abandonando el recargado y suntuoso estilo de su antecesor Enrique VIII. Carlos optó por sombrero de ala ancha ladeado, calzones de cuero, un jubón, un cuello de encaje, jarretas en las rodillas y unas botas altas , típico “estilo caballero” le llamaban. Las camisas normalmente blancas , dato que luego desarrollaremos por su vinculación a la “higiene” de la época, ahora tenían un corte amplio e iban ceñidas a la muñeca con un puño. Los calzones se llevaban cada vez más anchos terminando en la bota. 6.

Sin embargo al monarca Luis XIV eso de la sencillez no le iba mucho, pues a partir de 1661, las prendas de los hombres volvieron a volverse ostentosas. Las prendas estaban hechas de brocado, bordados de oro y plata y sedas lujosas. En estas magníficas creaciones se gastaban autenticas fortunas pasando del buen gusto al deseo de poder y magnificencia. El monarca fue considerado el mejor vestido de Europa y como he dicho antes, tuvo una gran influencia en los monarcas de todo el continente. Cuando reinó Luis XVI pasó exactamente lo mismo, pero esta vez con su caprichosa mujer Maria Antonieta ya que se gastaba auténticos dinerales en zapatos y telas traídas de las localizaciones más recónditas del planeta. Ahora nada era considerado demasiado suntuoso. Muchas veces, más de doscientas cintas decoraban una casaca y el excesivo uso del oro y la plata para tales creaciones, terminó por establecer un edicto restringiéndolo. Terminando el siglo XVII, Carlos II introdujo el estilo persa, compuesto de un traje de tres piezas con casaca, chaleco y calzones. Este nuevo estilo se volvió tan popular que se convirtió en el nuevo modelo de atuendo masculino. Otra innovación en la indumentaria fueron los calzones, esta vez tan amplios que recordaban a una falda pantalón. Tanto en la vestimenta femenina como en la masculina, los tejidos que se volvieron más populares fueron el encaje,el raso y el terciopelo, aunque la demanda del encaje con el paso del tiempo fue decreciendo, adquiriendo posteriormente fama la muselina india, importada por la Compañía de las Indias Orientales. Cuando los caballeros incorporaron la bota como atuendo de su día a día, el tacón se convirtió en un elemento permanente, así pues, hombres y mujeres comenzaron a exhibir sus zapatos de tacón. Los tacones sirvieron para que el hombre se creyera más importante y se creó una auténtica tendencia en el uso de tacones sobre todo en los habitantes de la corte de Versalles. Luis XIV de baja estatura, llevaba en ocasiones tacones de 12,5 preferiblemente de piel roja y prohibía llevar tacones más altos que los suyos, llegando esta tendencia hasta Inglaterra. Jacobo II y toda su corte usaron este tipo de tacón. A medida que avanzó el siglo...