Análisis filológico de la primera parte de \"Altazor, o el viaje en paracaídas\" PDF

Title Análisis filológico de la primera parte de \"Altazor, o el viaje en paracaídas\"
Author Judith L.
Course Literatura Hispanoamericana II
Institution Universidad de Almería
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Análisis filológico de la primera parte de "Altazor, o el viaje en paracaídas"...


Description

Análisis filológico del «Prólogo» de la obra Altazor, o el viaje en paracaídas Altazor, o el viaje en paracaídas e s una obra del poeta Vicente Huidobro y publicada en Santiago en el año 1931, aunque su redacción comienza en 1919 siendo su título provisional Voyage en parachute. Si analizamos el título podemos observar que está compuesto por dos miembros unidos por la conjunción disyuntiva ‘o’ que denota equivalencia y significa 'o sea, o lo que es lo mismo'; el primer miembro está formado por una voz creada a partir de la fusión de dos palabras (altura/azor), nombre propio que designará al sujeto poético en el poema; y el segundo, es un sintagma nominal que especifica la dirección del viaje, un descenso. Según Oviedo el poema no nos anuncia precisamente un vuelo, sino una caída -una caída amortiguada por un reciente invento de uso militar y asociado  or lo tanto, dentro del título vemos ya una amalgama por lo tanto a la sobrevivencia de la guerra-. P de significados: si bien la construcción de el nombre propio Altazor -y su etimología- y el sustantivo viaje, nos indican semánticamente un traslado (ave azor/vuelo/viaje) de un lugar a otro, esa connotación es contrarrestada inmediatamente por el complemento circunstancial de modo en paracaídas , que nos azuza hacia ese otro sentido del que habla Oviedo: la caída. Esta miscelánea semántica agrupada en el título, nos indica en un coup d'oeil que el poema posee un bagaje alegórico, y además, nos recuerda a otros títulos como Primero Sueño, Une saison en enfer o Muerte sin fin: todos ellos en mayor o menor grado, dice Oviedo, viajes espirituales transportes o vuelos del alma que terminan en caídas en el vacío de lo que no podemos comprender o nombrar. Esta obra se contextualiza dentro del creacionismo huidobriano cuya idea central es la de emancipar el texto poético respecto del mundo real para hacer de él un objeto nuevo: la poesía es una creación absoluta y original que desafía y rivaliza con la divina, ideas que van germinando desde su manifiesto «Non Serviam» -no serviré-: Non serviam. No he de ser tu esclavo, madre Natura; seré tu amo. Te servirás de mí; está bien. No quiero y no puedo evitarlo; pero yo también me serviré de ti. Yo tendré mis árboles que no serán como los tuyos, tendré mis montañas, tendré mis ríos y mis mares, tendré mi cielo y mis estrellas. Pero si bien, en el manifiesto -el primer grito de rebelión de Huidobro contra la poesía tradicional- el poeta rivaliza con la naturaleza por el acto creador, en el poema «Arte Poética» incluído en su obra El espejo de agua (Buenos Aires, 1916) lo hace ya con el propio Dios al intentar igualarse con él en funciones: Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas! Hacedla florecer en el poema; Sólo para nosotros Viven todas las cosas bajo el Sol. El Poeta es un pequeño Dios.

En el Prólogo de Altazor ya no observamos esta competencia, es más, si en el último verso del poema «Arte Poética» el sustantivo Dios, incluido en un sintagma nominal, se requiere como atributo para caracterizar al poeta, el Prólogo de Altazor comienza con la enunciación Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo, es decir, comienza marcando que él es el predecesor del hijo de Dios con matices irónicos; este inicio, es muestra de la evolución de la teoría huidobriana desde el manifiesto Non Serviam donde, en primera instancia, la naturaleza era la rival del poeta en términos creadores. En el «Prólogo» vemos, sin embargo, no una rivalidad sino un trato irónico hacia las formas religiosas (tanto de Cristo como, más adelante, de la Virgen) sinónimo de su superación. La temática del Prefacio es variada, pero a grandes grandes rasgos lo podríamos dividir en 9 partes: 1. Coordenadas biográficas líneas 1-19 2. Creación del mundo poético: líneas 20-53 3. Principios poéticos: líneas 60-78 4. Encuentro con la Virgen: líneas 79-107 5. Observación introspectiva y presentación de Altazor, el gran poeta: línea 108- 149 6. Diálogo con el lector: líneas 150-189 1. Coordenadas biográficas de Altazor: Línea 1-19 En este fragmento encontramos una mayoría de formas verbales en pasado: ● pretérito imperfecto (tenía, lanzaba, era, eran, hablaba, tenía, bordaba) , y ● pretérito perfecto simple (nací, nací, cogí, dije) Este reiterado uso del pasado contrasta con el cambio de estado en el que el yo poético habla del “ahora” utilizando dos formas en presente (amo la noche, sombrero de todos los días/ mi paracaídas cae de sueño en sueño) . En estas dos oraciones en presente encontramos, además, los tres sustantivos más reiterativos del «Prólogo»: día, paracaídas y noche , repetidas en 11, 10 y 9 ocasiones respectivamente. De inicio nos enfrentamos con la presentación del yo poético: Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio, bajo las hortensias y los aeroplanos del calor. La edad de 33 años, recuerda a los cómputos astrológicos y es simbólica, ya que al haber nacido en el día de la muerte de Cristo, se desprende una brecha entre Altazor y el hijo de Dios -Cristo-. El distanciamiento de Altazor en relación a los dogmas cristianos tiene que ver con lo dicho por poetas simbolistas franceses tales como Rimbaud: este se preguntaba por qué Cristo no ayudaba al hombre en su travesía por el mundo. En otras palabras, constataba la soledad humana en relación a la religión y a los dogmas. La alusión al Equinoccio puede interpretarse de tres formas diferentes: 1. En astronomía durante el Equinoccio, en el ecuador -latitud

0º-, el sol alcanza el cenit, siendo este último el punto más alto en el cielo con relación al observador, que se encuentra justo sobre su cabeza, vale decir, a 90°. Esta interpretación tendría correlación más adelante en la línea 163 “Vamos cayendo, cayendo de nuestro zenit a nuestro nadir” , ya que el sol en el Equinoccio coincide con el cenit del observador, por lo tanto, sería nuestro punto de partida. También podemos asegurarnos que Huidobro tiene en mente la visualización del Equinoccio desde el ecuador por su alusión en la línea 157-158: “y rica como la línea ecuatorial” . Astronómicamente, dicha riqueza creemos que hace alusión a que desde el ecuador, se pueden ver todas las constelaciones salvo las que quedan justo por encima de los polos. 2. Por ser los Equinoccios un momento particular en el calendario al corresponderse con un instante de tiempo que ocurre a una hora determinada se extrapolaría esta percepción de exclusivismo y singularidad al poeta-ave Altazor. 3. Aludir al Equinoccio sería una forma bastante cifrada de mencionar, implícitamente, el Ecuador y el poema largo Ecuatorial ( 1918) y el ámbito caluroso que predomina en el hemisferio sur, es decir, el hábitat diverso y original del hablante delante de Europa en guerra. Esta última alusión al clima cálido se completaría con lo que dice seguidamente “bajo las hortensias y los aeroplanos del calor” . Las hortensias -arbustos de hoja caduca- mantienen su floración durante todo el verano, estación que en el hemisferio sur se prolonga desde el 21 de diciembre hasta el 20 de marzo, intervalo cronológico que incluiría la fecha de nacimiento de Vicente Huidobro, 10 de enero. El segundo párrafo (“Tenía yo un m  irar de pichón…” ), es una miscelánea de elementos heterogéneos: pichón -joven-, túnel - profunda- y automóvil sentimental -exagerada o amorosa- cuyo fin es cosificar la mirada poética. La siguiente imagen Lanzaba suspiros de acróbata, nos hace remitir a las variaciones del yo poético, cambiante en su juventud, anhelante; de este modo, a través de una metonimia del tipo lo concreto por lo abstracto (un suspiro = un deseo) se expresa la oscilación de sus deseos ya que un suspiro es la manifestación de algún sentimiento de forma sensorial. A continuación, el poeta nos habla de su padre “Mi padre era ciego y sus manos eran más admirables que la noche ” , y, a través de un oxímoron (era ciego) , se diferencia de él por su propia mirada visionaria. La oscuridad en que se sumerge el padre por la ceguera contrasta con la luminosidad de la madre que “hablaba como la aurora” y “Tenía los cabellos color bandera” ; el otro término de la comparación para describir a la madre “ hablaba…  como los dirigibles que van a caer” , se relaciona con el destino del hijo: la caída. En la línea 8 previa a la descripción materna, nos encontramos una de las dos oraciones en presente Amo la noche, sombrero de todos los días, que por su estructura nos recuerda a una greguería (ej. La luna es el ojo de buey del barco de la noche) . A continuación, nos encontramos con una concatenación, ya que las palabras transmiten un contenido semántico ligado “La noche, la noche del día, del día al día siguiente ” . Este contraste tan marcado entre día/noche, luz/oscuridad también es representativo en el Equinoccio, en el que el día al tener una duración aproximadamente igual a la de la

noche en todos los lugares de la tierra, crea una línea paralela al eje de la tierra, provocando una acentuación de la oposición luz/oscuridad. Dicha disparidad cromática se vuelve a repetir en las líneas 13-14, ya que encontramos relacionados los sustantivos estrella y golondrinas, voces que se caracterizan tradicionalmente por la luz y la oscuridad (“volverán las oscuras golondrinas” ). En la línea 14-15 tropezamos con una trasposición semántica “He aquí la muerte que s e acerca como la tierra al globo q ue cae ” ; dicho efecto se consigue al tornar momentáneamente el papel semántico entre el elemento que realiza la acción del movimiento (o de acercarse) (globo → tierra) , con el que permanece inmóvil (tierra → globo) . Pero dicha trasposición se neutraliza cuando cuando leemos la oración subordinada “que cae” , devolviendo a cada elemento su valor semántico pertinente. Dicha trasposición forma parte de una metonimia que da a entender que la muerte es una caída. Esta primera parte finaliza con la segunda oración en presente “Y ahora mi paracaídas cae de sueño en sueño por los espacios de la muerte” , nos llama la atención: 1. El uso del presente con valor atemporal que no vincula la acción a ningún momento cronológico concreto, es decir, el viaje es atemporal. 2. El viaje alegórico a través del sueño, característica que comparte, por ejemplo, con Sor Juana Inés de la Cruz en Primero sueño.

2. Creación del mundo poético Tras señalar el comienzo de su viaje -El primer día- y describir elementos que encuentra (un pájaro desconocido, un aeroplano y barcos anclados) se escucha a sí mismo “Entonces oí hablar al Creador, sin nombre” e inicia su gran empresa de creación. Tenemos que señalar que el yo poético no se dará nombre hasta la línea 114, motivo por el que se refiere a sí mismo como el creador sin nombre. En orden sucesivo crea el océano, las olas, la sucesión de los días, la geografía de la tierra, las líneas de la mano, la hidrografía, la boca, los labios, los dientes y, por último, la lengua. Destaca de este pasaje las formas en primera persona (hice, tejí, tracé, bebí, creé, creé) , y cómo describe el aparato fonador. Para ello utiliza estructuras paralelísticas que consisten en un sustantivo y un complemento del nombre (los labios de la boca, los dientes de la boca, la lengua de la boca) , aliteración (a ella, ella, la bella nadadora) , prosopopeyas (los labios… para a prisionar sonrisas, los dientes… para v igilar las groserías ) ; todo ello incluído en una concatenación. Es relevante, la utilidad que hacen los hombres de la lengua, puesto que el poeta-creador le otorgó un rol pasivo “acuático y puramente acariciador” . 3. El yo define su poética Tras reflexionar sobre la muerte y sobre el papel de la amada comienza a pormenorizar su poética. El hablante define su poética delante del lector virtual que será su oyente. Este Arte Poética está constituido por 8 máximas: «Los verdaderos poemas son incendios. La poesía se propaga por todas partes, iluminando sus consumaciones con estremecimiento de placer o de agonía. «Se debe escribir en una lengua que no sea materna.  n poema es una cosa que será. «U «Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser. «Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser.

« Huye del dilema externo, si no quieres morir aplastado por el viento. «Si yo no hiciera al menos una locura por año, me volvería loco. »

En el primer principio, el yo poético diferencia entre dos tipos de poesía: la verdadera y la falsa, siendo la primera capaz de provocar emociones en los lectores. La escritura en lengua extranjera era propia de las vanguardias. Apollinaire, Tzara, Picabia, Huidobro y otros hicieron lo mismo, el resultado de esta actividad es la de observar el lenguaje o estudiarlo desde un punto vista externo ya que el uso de la lengua materna es automático y no se necesita observación. La reducción de los cuatro puntos cardinales a tres y luego a dos es una representación cubista del espacio y tiene el propósito de romper la concepción matemática de equivalencia. Mario de Micheli recuerda que una de las bases del estilo picassiano era «la contemporaneidad de los estilos». En las tres siguientes máximas, el yo poético inserta el enigma de la creación a través de la anáfora “Un poema es una cosa que…  ” . A través del juego surgido por el empleo de los tiempos verbales (será, es, debiera ser, ha sido, podrá ser) el poeta define el poema como algo intangible dando una definición poco comprensible para el lector. Se preconiza, de esta manera, el que no hay sentido práctico en las relaciones de las cosas, así como en la pintura de Kandisky. El último principio, nos remite a uno de sus aforismos No hay nada más difícil que saber ser loco. ¡Qué cantidad de buen criterio se necesita para ser loco! e n la cual la locura es sinónimo de sensatez.

4. Encuentro con la virgen líneas 79-107 Tras sentar las bases de su Arte Poética, reanuda el viaje: “Tomo mi paracaídas, y del borde de mi estrella en marcha, me lanzo a la atmósfera del último suspiro” . Tras viajar entre sueños acaba encontrando a la Virgen como anteriormente encontró otros objetos (el primer día encontré un pájaro desconocido, encontré un precioso aeroplano, encuentro a la Virgen sentada en una rosa) . La visión de la Virgen es ambivalente e irónica y tiene como objetivo poner en duda el elemento cristiano; esto lo vemos claro en la línea 90-91 donde la Virgen predica “soy la capitana de las otras once mil que estaban en verdad demasiado restauradas” , es decir, cuestiona la imagen de la virgen como objeto de culto. Decimos que la Virgen tiene una función doble porque por un lado se cuestiona la religiosidad y por otro, aprueba y se deleita de la poesía de nuestro poeta-creador: “adoro tu poesía y te enseñaré proezas aéreas”, “Ámame”, “Las llamas de mi poesía secaron los cabellos de la Virgen ” . En este fragmento, encontramos nuevamente la cosificación de la mirada “Mis miradas son un alambre en el horizonte para el descanso de las golondrinas” , la mirada se corporiza o se materializa de manera que se convierte en un alambre en el que las golondrinas pueden incluso posarse. Este es uno de los propósitos creacionistas de Huidobro, invertir el valor de las cosas: concretar lo abstracto y hacer vago lo concreto.

5. Observación introspectiva y presentación de Altazor, el gran poeta: línea 108- 149 Tras marchar la Virgen o lo que es lo mismo, tras abandonar la fe cristiana y separarse de la tradición, se enfrenta a sí mismo “Y héme aquí solo” lo que hace que se enfrente con su destino y se renueve. Así pues, tras un análisis introspectivo en el que se maravilla de sus propias creaciones, la actitud del poeta reafirma su identidad y sus facultades “Ah, ah, soy Altazor, el gran poeta” , “Lo veo todo, tengo

mi cerebro forjado en lenguas de profeta”, “Aquel que todo lo ha visto, que conoce los secretos sin ser Walt Whitman, pues jamás he tenido una barba blanca como las bellas enfermeras y los arroyos helados” . La alusión a Walt Whitman posee relevancia, puesto que él también usó el vuelo lírico y amplificó el tiempo. Whitman posee en común con Huidobro una poética basada en la imaginación y la creación de visiones universales del cosmos mediante viajes poéticos por el universo. Sin embargo, la articulación del poeta como divinidad está presente en ambos. Y Huidobro siendo consciente de la aproximación temática que comparte con Whitman señala que es la apariencia lo que los separa: la barba blanca es asociada al vestuario de enfermeras y arroyos helados metonímicamente. El yo poético sigue describiéndose a sí mismo hasta el final de este fragmento: “Aquél que oye durante la noche los martillos de los monederos falsos”, “Aquél que bebe el vaso caliente de la sabiduría”, “Aquél que conoce la ruta de la fatiga”, “Él, el pastor de aeroplanos, el conductor de las noches extraviadas”, “El hermoso cazador frente al bebedero celeste para los pájaros sin corazón (=aviones)”. 6. Diálogo con el lector Al final del Prólogo, el yo conduce al lector, exhortándolo a que tenga un determinado estado de ánimo “sé triste” . Dicha exposición la hace Huidobro a través de una anáfora: -

Sé triste tal cual las gacelas ante el infinito… Sé triste, pues ella te espera en un rincón de este año que pasa. Sé triste, más triste que las rosa...

A continuación, el yo le muestra al lector el sentido de la vida moderna a modo de sermón, pareciendo que el oyente no compartiera su visión: La vida es un viaje en paracaídas y no lo que tú quieres creer. Vamos cayendo, cayendo desde nuestro zenit a nuestro nadir. Adentro de ti mismo, fuera de ti mismo, caerás del cenit al nadir p orque ése es tu destino, tu miserable destino. Y mientras de más alto caigas, más alto será el rebote, más larga la duración en la memoria de la piedra.

El yo=poeta= viajante pretende orientar al receptor y aclarar cuál sería el destino compartido por los dos. El viaje como cambio o búsqueda de un sentido más completo para la vida es el anhelo del poeta-viajero. Por eso, desea introducir esa ansia existencia en el interlocutor o receptor. El devaneo del vuelo y la caída retardada le confiere un nuevo sentido al mito de Ícaro, el volador insensato y temerario que acabó cayendo por elevarse demasiado. Pero en el «Prefacio» se instiga la oscilación humana y la caída del yo (“Hemos saltado del vientre de nuestra madre o del borde de una estrella y vamos cayendo” ), simultánea a la percepción del lector. La palabra «destino» repetida en dos ocasiones otorga un contenido trágico, dramático, a la caída del yo. Es una manera de de insertar una reflexión crítica del momento histórico, vivido simultáneamente por el emisor y el receptor. En la línea 175-176 presenciamos otra crítica, pero esta vez al status normal del arte en la sociedad burguesa, acostumbrada a obras fáciles, un arte que no decía nada, destinado a los pechos cerrados (“¿Habéis oído? Ése es el ruido siniestro de los pechos cerrados ”), concluye animando al receptor (“Abre la puerta de tu alma y sal a respirar al lado afuera” ).

Al final del «Prólogo» hay una división del “yo” en Hombre/ Poeta/ Mago resaltando la singularidad del personaje Altazor. A estos tres entes que son uno, se les recuerda la propiedad de su paracaídas, objeto al que se le van agregando matices diferentes que lo enriquecen como elemento de exploración: -

paracaídas maravilloso como el vértigo paracaídas maravilloso como el imán del abismo paracaídas que se puede convertir en un parasubidas maravilloso como el relámpago

Como vemos el Mago será la parte del yo más valorada porque conlleva la conversión, la transmutación, acto que tiene que ver con el ocultismo. Toda esta presentación paralelística parece comunicarle finalmente al lector, que no existen fronteras entre ser poeta, mago, creador y hombre. El final del «Prefacio» inserta el diálogo entre quien habla y quien lee: ¿Qué esperas? Mas he aquí el secreto del Tenebroso que olvidó sonreír. Y el paracaídas aguarda amarrado a la puerta como el caballo de la fuga interminable.

Huidobro incita o alienta al lector a través de una pregunta retórica (“¿Qué esperas?” ) a que comience el viaje y empiece a explorar y ca...


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