Capítulo 3 del libro \"\"Relaciones Internacionales\"\" de Esther Barbé PDF

Title Capítulo 3 del libro \"\"Relaciones Internacionales\"\" de Esther Barbé
Course Relacions Internacionals
Institution Universitat Autònoma de Barcelona
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Resumen del capítulo 1 de libro ""Relaciones Internacionales"" de Esther Barbé, totalmente equivalente al tema 1 de la asignatura de Relacions Internacionals de 2º del doble grado de Derecho y Ciencias Políticas de la UAB. Lo dado en clase sigue el contenido de este manual....


Description

Relaciones Internacionales

Pol Viedma Márquez

Capítulo 3: LA SOCIEDAD INTERNACIONAL El siglo XX, que ha dado origen a nuestra disciplina, es también el siglo de la mundialización. Vivimos en el mundo cerrado de una sociedad internacional herméticamente estatalizada. El desarrollo de la tecnología y la globalización de la economía son evidencia de la mundialización en el terreno técnico-económico, que tienen su contrapartida en el terreno político bajo la forma de estatalización. La estatalización es el proceso de fragmentación en entidades soberanas. Es una forma más de mundialización desde el momento en que “armoniza” la forma de organización de las comunidades políticas independientes que constituyen la sociedad internacional. El escenario ideal de dicha convergencia está encarnado en la Asamblea General de la ONU. La Asamblea General de la ONU es el resultado de un proceso evolutivo: la transformación de la sociedad europea de estados en una sociedad universal. La manera de saber hasta qué punto la sociedad internacional se iba universalizando estaba en relación directa con la participación de estados no-europeos en las conferencias multilaterales de la “familia de naciones”. Las Conferencias de La Haya (1899, 1907) serían el preludio de la actual AG. Nuestra aproximación a la sociedad internacional parte de que la actual sociedad internacional es una sociedad mundial, y de que la sociedad internacional está formada por estados soberanos. Nuestro objetivo consiste en establecer una definición operacional de la sociedad internacional, ya que lo que da lugar a una disciplina especial de las relaciones internacionales es, como en toda disciplina, más que el objeto material, el punto de vista o perspectiva desde el cual dicho objeto material es considerado. La función del teórico de las RRII es la exposición y análisis del actual sistema internacional. Abordaremos, pues, 3 cuestiones centrales:

1. Sociedad vs comunidad En los años cuarenta y cincuenta, el debate comunidad versus sociedad sirvió para renovar los estudios iusinternacionalistas y para desarrollar la disciplina de las relaciones internacionales en el Estado español. La distinción fundamental entre comunidad y sociedad la establece Antonio Poch en los siguientes términos: 1. La comunidad es una unidad natural y espontánea, mientras que la sociedad es una unidad artificial. En la comunidad, la vida del individuo coincide con la conjunta, mientras que, en la sociedad, aun las exigencias pragmáticas, no se da exigencia de vivir conjuntamente. 2. La comunidad es una manera de “ser” para el individuo, la sociedad de “estar”. A la comunidad se pertenece, mientras que en la sociedad se participa. 3. La comunidad es integración y la sociedad cooperación. 4. En la comunidad priman valores convergentes y en la sociedad divergentes. ARENAL apunta que “Ante la cuestión de si estamos ante una “sociedad” o una “comunidad” internacional, estamos ante una sociedad internacional inmersa en un proceso de evolución hacia una comunidad internacional, es decir, que estamos ante una comunidad internacional que presenta ya rasgos característicos de una comunidad”. Preguntarse por los rasgos de dicha comunidad nos lleva al marco jurídico-normativo. ARENAL introduce la consideración de Hermann Mosler sobre la sociedad internacional como comunidad

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legal ya que el clásico Derecho internacional ha sido sustituido progresivamente por un Derecho internacional más comunitario. La sociedad internacional conformada como sociedad de estados es el producto de una dialéctica constante entre la lógica de la dominación (Marx) y la lógica del contrato y autorregulación (Locke). Hedley BULL y Adam WATSON parten de una visión autorregulada y contractual de la sociedad internacional cuando dicen que “al halar de sociedad internacional nos referimos a un grupo de estados que no forman simplemente un sistema, sino que además han establecido reglas e instituciones comunes para organizar sus relaciones y han reconocido tener intereses comunes para mantener dichos acuerdos”. Hedley Bull analiza una serie de sociedades internacionales de diferentes momentos históricos. Piensa que “el rasgo común de todas estas sociedades internacionales históricas es que todas se fundaron sobre una civilización o cultura común, o sobre elementos de una civilización común. Por una parte, han existido elementos de una cultura intelectual común que han facilitado la comunicación entre los miembros de la sociedad. Por otra parte, han existido elementos de un sistema común de valores cuya presencia ha servido para reforzar el sentido de intereses comunes que une a los estados creando un sentimiento de obligaciones comunes”. La distinción introducida por Bill nos remite a la cuestión de sociedad vs comunidad. La doble dimensión de la cultura universal (intelectual vs moral) se entendería en esos términos. Sin embargo, es evidente que la actual sociedad mundial está altamente integrada en lo que respecta a reglas e instituciones, y a conocimientos. El sistema de la ONU constituye el ejemplo más evidente de la universalización de la organización internacional. La industria de la comunicación, por otro lado, ha creado a nivel mundial un modelo de modernización basado en los patrones del mundo euro-americano. Nos encontramos nuevamente con una dualidad (sociedad vs comunidad o sociedad intelectual vs sociedad moral) de la que Adam WATSON concluye que, en suma, la sociedad mundial de nuestros días es aceptada de manera general en tanto que organizadora, pero no en tanto que transmisora de valores dentro de un marco cultural dominante.

2. Las características de la actual sociedad internacional La actual sociedad internacional merece múltiples adjetivos. Por un lado está la heterogenidad de la sociedad internacional. El primer paso en dicha dirección viene dado por el aumento del número y tipo de actores internacionales heterogéneos, cosa que explica el desarrollo del paradigma transnacionalista en los años setenta. Así el criterio de la soberanía, que convertía al estado en actor, se ve relegado por criterios funcionales. De ahí que se preste atención a una gama amplia de actores. Así, en esta época, estos otros actores constituyen el centro de atención de los teóricos. Todo ello genera heterogeneidad ya que los objetivos son muy diversos. La multipliación del número y tipo de actores es un ejemplo del carácter dinámico de la sociedad internacional. Se puede apuntar que desde el final de la 2ª Guerra Mundial la sociedad internacional vive un proceso constante de formación y de reestructuración que ha tenido como resultado un aumento de la interdependencia. Las manifestaciones de dicha interdependencia se traducen en especial en el terreno económico y en el tecnológico. Y, por último, complejidad. La complejidad es producto, por una parte, de la propia heterogeneidad de los actores y del carácter interdependiente, multiforme y con frecuencia

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contradictorio de sus intereses, acciones y relaciones, así como de la naturaleza global y multidimensional de la propia sociedad internacional; y por otra, de la tensión dialéctica entre el protagonismo individual de los actores, y la necesidad de un protagonismo de la propia sociedad internacional como tal. Las características mencionadas obligan a pensar globalmente, aunque éste no puede pasar por alto que la lógica estatal constituye el eje de la actual sociedad internacional. Si bien es evidente que los grandes problemas globales de nuestro tiempo afectan a la comunidad internacional, es igualmente evidente el indiscutible papel que aún desempeña la soberanía. Este comentario nos remite a que la sociedad internacional es anárquica, entendida como ausencia de una autoridad central. El concepto de anarquía convierte el recuso a la fuerza en un instrumento de regulación entre las unidades. Hasta ahora, la sociedad internacional anárquica se vería sometida a una dinámica centrífuga y fragmentadora. Sin embargo, al principio apuntábamos el carácter ordenado de dicha sociedad. La dinámica de la sociedad internacional actual parece confirmarlo con los elementos de orden social identificables en esta anarquía internacional, entre los que destacan el derecho internacional, la diplomacia y el equilibrio de poder. Si por anarquía se entiende la ausencia de gobierno común, el término describe las RRII. Si por anarquía se entiende por desorden total, el término no describe las RRII. En la vida internacional hay tanto conflicto como cooperación. Es imposible negar que existe un sistema de estados y admitirlo nos situa a medio camino de la sociedad, ya que ésta es un número de individuos unidos en un sistema de relaciones con ciertos objetivos comunes. Aun así, no hay que pasar por alto la tensión existente entre el orden internacional (orden interestatal) y un posible orden mundial (ejemplificado en la noción de los derechos humanos). Este tema plantea una cuestión: orden vs justicia en las RRII. En este sentido es cruel, pero acertada la reflexión de Susan Strange que señala que tras el fin de la guerra fría las perspectivas de paz mundial entre estados son mucho mejores que en los últimos cien años, siempre que se dé la condición de que la economía de mercado a nivel mundial siga funcionando de manera efectiva. Una perspectiva mejor para la estructura de seguridad gobernada por las RRII no significa que la seguridad de los individuos deba necesariamente mejorar.

3. La lógica del poder en una sociedad internacional global La noción de sociedad internacional global merece una explicación. Hoffmann establece una diferenciación básica: Cuando hablamos de sociedad internacional nos referimos a dos realidades. La primera es el conjunto interestatal: las relaciones que existen entre las diferentes unidades actuando en la escena mundial en tanto que detentadoras de los poderes públicos y como expresión de las voluntades y de las aspiraciones de los individuos y de los grupos que las componen. La segunda es la sociedad transnacional: las relaciones que se establecen a través de las fronteras de estas unidades, entre los individuos y los grupos. La concepción de Stanley Hoffmann parte de la inexistencia de una sociedad internacional. Esa noción de dualidad constituye una realidad social evidente que queremos plantearla en términos políticos. De ahí las palabras de Butros Gali quien escribía que hemos entrado en una era de transición mundial marcada por dos tendencias contradictorias. Las fronteras nacionales se ven desdibujadas por el avance de las comunicaciones y el comercio global. Sin embargo, al mismo tiempo, surgen nuevas y violentas declaraciones de nacionalismo y soberanía.

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La existencia de estas dos lógicas sirvió a James Roseanu para desarrollar la noción de “turbulencias”. Éste hablaba de dos estructuras básicas en las que quedan bifurcadas las RRII. Por un lado, el sistema interestatal que actúa en el terreno diplomático-militar y, por otro, los diversos actores en torno a cuestiones básicamente socioeconómicas. Rosenau considera que dichos sistemas son a la vez interdependientes, competitivos e interactivos. La aproximación de Rosenau sitúa justamente, en la mencionada estructura bifurcada entre los sistemas, la capacidad para manejar las tensiones entre cambio y continuidad que se dan en el momento actual. Por una parte, el sistema estatocéntrico se considera adecuado para seguir controlando la política mundial de manera clásica. Por otra, el sistema multicéntrico se considera capaz de absorber la dinámica por medio de la cual la autoridad está siendo redistribuida, tanto hacia lo supranacional como hacia lo estatal. Esta obra asume la perspectiva del sistema internacional como marco adecuado para la docencia y la investigación en RRII porque: -

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En primer lugar, la perspectiva de las RRII es la de la sociedad internacional en su conjunto. El sistema internacional constituye un instrumento apropiado para adoptar el supuesto enfoque global. En segundo lugar, una vez adoptado el enfoque global es necesario fijar un criterio que nos proporcione la pauta de nuestra indagación y haga inteligible nuestro estudio.

Nuestro criterio está determinado por la asignación o distribución del poder en la sociedad internacional. Así, se considera que las relaciones internacionales son relaciones sociales que inciden en la distribución del poder a nivel mundial. Para HOLSTI, el término RRII se refiere a cualquier interacción, sea o no iniciada por un gobierno, entre los miembros de sociedades separadas; mientras que DEL ARENAL habla de que las RRII son las relaciones entre individuos y colectividades humanas que configuran y afectan de modo esencial a la sociedad internacional como tal. La sociedad internacional es el complejo de relaciones sociales que distribuyen el poder a nivel mundial. Esta definición obliga a planearse una serie de cuestiones. Preguntarse quién tiene el poder a finales del siglo XX nos lleva al terreno de los actores internacionales. Como apunta BULL, por sistema político mundial entendemos la red mundial de interacciones que reúne no solo los estados sino también otros actores políticos. Lo que obliga a preguntarse acerca de cómo entendemos el poder. La visión de poder como relación solo se explica dentro de una concepción estructural del mismo. Así, el poder estructural es el poder para configurar y determinar las estructuras del sistema mundial en las que los estados, sus instituciones políticas, sus empresas y sus científicos tienen que operar para configurar los marcos en los que los estados se relacionan entre sí. Así, el mayor o menor nivel de vulnerabilidad está en relación directa con la mayor o menos capacidad del estado para modificar las reglar del juego a su favor, contrarrestando así los efectos negativos de la primera decisión. Las fuentes que configuran dicho poder estructural no se encuentran en una única estructura sino en cuatro y no son propias del sistema mundial: familia, control sobre la seguridad, control sobre la producción, control sobre el crédito y control sobre el conocimiento, creencias e ideas. -

En tercer lugar, la lógica de poder estructural se instrumentaliza perfectamente a través de la noción de sistema en la que los actores están constreñidos e incentivados en sus actuaciones por las características del mismo. Ello no comporta una lógica de

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continuidad. Al contrario, nuestro sistema internacional enfoca el ejercicio del poder en tanto que proceso dinámico, en el que están implicados todo tipo de actores y todo tipo de objetivos. En este sentido, la noción de sistema internacional recoge perfectamente la dinámica estructuracionista aquí apuntada. Como señala WAEVER, esta perspectiva es posible gracias a un estudio detallado sobre cómo las reglas evolucionan a causa de las condiciones cambiantes del sistema y cómo esas reglas, a su vez, cambian la mecánica del sistema. De tal manera que la noción de sistema internacional nos permite integrar la doble lógica apuntada por Rosenau en el actual mundo de turbulencias....


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