CASO Marita Verón - Carpeta de casos policiales obligatorios PDF

Title CASO Marita Verón - Carpeta de casos policiales obligatorios
Author Eric Szp
Course Periodismo Policial y Judicial C
Institution Universidad Nacional de Avellaneda
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Carpeta de casos policiales obligatorios...


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CASO MARITA VERÓN María de los Ángeles Verón, más conocida como “Marita”, es una joven tucumana que está desaparecida desde el 3 de abril de 2002, cuando tenía 23 años. Su caso fue emblemático en la lucha y visibilidad de las redes de trata en Argentina y Sudamérica, donde se descubrieron prostíbulos y asociaciones ilícitas que secuestraban mujeres jóvenes con el fin de explotarlas sexualmente. El 2 de abril de 2002, Marita, quien vivía en Las Talitas junto a su pareja, David Catalán, y su hija de 3 años, Sol Micaela, fue a una consulta médica en la clínica La Maternidad. El médico que la examinó, Tomás Rojas, la citó para el día siguiente. El 3 de abril, Marita salió de su casa y nunca regresó. Desde ese día, su madre Susana Trimarco y su padre, Daniel Verón, la buscarían incansablemente. El juicio por el caso de la joven desaparecida comenzó casi diez años después del suceso, el 8 de febrero de 2012. En la investigación, lograron reunirse 55 expedientes que sumaban más de 20000 páginas y 144 testigos, entre otras algunas chicas que habían logrado escapar de las redes de prostitución. Se acusaron a 13 personas, siete hombres y seis mujeres, vinculados al secuestro y la promoción de la prostitución. Durante el proceso, Susana Trimarco detalló los problemas y trabas que tuvo la familia a lo largo de la investigación por la desaparición de su hija: “Recorrimos hospitales, calles, hablamos con las amigas. Nada. En la comisaría no nos querían tomar la denuncia, porque decían que se había ido con un noviecito o con sus amigas. Después decían que no tenían papel para redactar la denuncia ni nafta para salir a buscarla en camioneta”. El caso de Marita Verón desnudó los vínculos que el Estado provincial tenía con siniestras asociaciones, como la que lideraba Rubén “la Chancha” Ale, el dueño de la remisería Cinco Estrellas, quien, lejos de ser un simple dueño de pyme, manejaba una flota de cientos de autos, había obtenido la adjudicación de una frecuencia del Comando Radioeléctrico y, según denunció la misma Trimarco en el juicio, el Subsecretario de Seguridad de Tucumán, Julio Díaz, confesó que Ale tenía “más autos y mejores armas que la policía” y que ellos debían buscar a Marita. Según la madre de la desaparecida, Diaz describió a Ale como “el veedor de la ciudad”. Luego, este último fue condenados por liderar una asociación ilícita dedicada al lavado de activos provenientes de la trata de personas con fines de explotación sexual y el narcotráfico junto a su hermano Ángel y su mujer María Jesús Rivero. Para esta resolución sería invalorable el testimonio de “Fátima”, una mujer rescatada de una red de trata quien denunció a otra mujer, Daniela Milhein, como su captora. Luego, sería la misma Milhein quien confesara que Ale la obligó a ejercer la prostitución cuando ella tenía 16 años.

La investigación de Trimarco pudo impulsarse gracias al Programa Nacional Antimpunidad, creado en el 2004 por el presidente Néstor Kirchner. Los familiares que trabajaban en ese programa tomaron el caso de Marita, acompañaron a Susana a Buenos Aires e interesaron a los medios de comunicación. A partir de eso, comenzaron los allanamientos y se desbarataron varios prostíbulos y whiskerías donde obligaban a chicas secuestradas a ejercer la prostitución. Se rescataron 120 chicas y reunir pistas sobre el paradero de Verón. Pero la controversia de la desaparición de la joven no terminaría allí: el 11 de diciembre de 2012, la Sala II de la Cámara Penal de Tucumán, integrada por los jueces Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano, absolvieron a los trece imputados de la causa alegando que los testimonios sobre los que se basaba la acusación no eran creíbles y eran contradictorios entre sí. No alcanzaron las miles de hojas de investigaciones, los cientos de testigos y las decenas de testimonios de chicas rescatadas de las redes de trata, quienes tuvieron que hablar frente a las amenazas, miradas y gestos de quienes fueron sus captores, secuestradores, violadores y golpeadores. Debido a la impunidad del fallo, el descontento social y las protestas revolucionaron el país. Finalmente, fue la Corte Suprema de Justicia de Tucumán quien consideró que la primera sentencia había valorado las pruebas “de un modo arbitrario, irrazonable y descontextualizado, exhibiendo una fundamentación meramente aparente” y resolvió condenar a diez de los doce acusados que quedaban vivos (Irma Medina falleció pocos meses después de su absolución). En abril de 2014, la justicia dispuso que por el secuestro y la desaparición de Marita Verón, la joven tucumana que en 2002 salió de casa de su madre para ir al hospital y nunca regresó sean condenados: José Fernando “Chenga” Gómez y su hermano Gonzalo a 22 años de prisión por el secuestro y la explotación sexual de la joven; Daniela Milhein y Alejandro González a 18 años, por retención y ocultamiento agravado de Marita para el ejercicio de la prostitución; Carlos Alberto Luba y Domingo Pascual Andrada a 17 años, María Azucena Márquez (conocida como la madama “Doña Claudia”) a 15 años, Humberto Juan Debertis a 12, y Mariana Bustos y Paola Gaitán a 10 años, en todos los casos como partícipes necesarios. Fueron absueltos María Jesús Rivero y su hermano Víctor por falta de pruebas. Finalmente, el 4 de marzo de 2017, todos y todas los condenados y condenadas de la causa fueron a prisión al quedar firme la sentencia....


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