Corrientes Historiográficas PDF

Title Corrientes Historiográficas
Author Pili RG
Course Corrientes Historiográficas
Institution Universidad de Valladolid
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CORRIENTES HISTORIOGRÁFICAS TEMA 1: EL NACIMIENTO DE LA HISTORIA COMO DISCIPLINA HASTA EL SIGLO XIX. 1. Introducción: Historia e Historiografía. 1.1 - Conceptos principales. Historia: la historia es la unión de dos elementos, una sucesión de acontecimientos y una disciplina, una ciencia. De esta forma podemos señalar que el concepto de Historia seria la disciplina que analiza el devenir de la humanidad, ya que el sujeto de la Historia es el hombre. Historia y Filosofía de la Historia: la filosofía de la Historia es la ciencia que se dedica a reflexionar sobre el significado de la Historia. La teoría de la Historia también lo ha hecho, pero desde el conocimiento histórico. Ambas dos reflexionan sobre cómo ha de interpretarse la Historia. Así aparecen los cimientos para desarrollar la investigación histórica. Posteriormente a lo que se conoce como „El fin de la Historia‟, estas dos ciencias han desaparecido, generando un cierto individualismo. Historiografía: es la disciplina que se encarga de estudiar la producción escrita de la Historia. Tiene dos vertientes, es tanto la ciencia que indaga sobre lo que se ha escrito y como de la Historia, como la unión de historiadores con una misma nacionalidad, metodología e ideología, que se agrupan y se califican de una misma forma, por ejemplo, Historiografía francesa. 1.2 - El análisis histórico: el tiempo, el espacio, las materias y las fuentes. Todo análisis historiográfico parte de cuatro elementos: el tiempo, el espacio, las materias y las fuentes. Las visiones sobre el tiempo y espacio histórico: En principio, el tiempo histórico estaba marcado por grandes acontecimientos o hechos, incluso no es raro encontrar el tiempo dividido en reinados. A finales del siglo XVII y principios del XVIII aparece Cristóbal Cellarius, que observa que los hombres que le rodean no son los mismos que los del pasado, dividiendo el tiempo histórico en Edades. Para C ellarius lo que caracterizará el final o inicio de estas eras serán los grandes acontecimientos. Cada momento habría dado paso al siguiente con un gran acontecimiento, por ejemplo, la Época Antigua, con la caída del Imperio Romano, la Medieval con la caída de Constantinopla, o las tesis de Lutero, o el descubrimiento de América, la época Contemporánea con la Revolución Francesa, etc. Esta división va a ir incrementándose con algunos matices: por ejemplo, la Edad Media se ha dividido en varios momentos, la Alta, Baja, Media, o la Edad Moderna en Alta y Baja. Un cambio en la percepción del cambio histórico se va a producir en el siglo XIX con la aparición de Karl Marx. Marx, va a entender más allá de esa visión económica del capitalismo, que lo que caracteriza a toda la sociedad es la producción de bienes materiales, es decir, las cuestiones económicas. Así desarrollará su teoría de los modos de producción, definidos por unas relaciones

de producción entre clases sociales, la dominante y la dominada. En el caso del capitalismo, la clase dominante sería la burguesía, y la clase dominada el proletariado. El tránsito de un modo de producción a otro se producirá mediante la lucha de clases. Las dinámicas del mismo modo de producción van a provocar una tendencia a que los dominados se enfrenten a los dominantes. Así hablara de varios modos de producción: el primitivo, el asiático, antiguo, feudal y capitalista. El final del modo de producción capitalista, habría generado la aparición de la sociedad socialista bajo la dictadura del proletariado. Marx lo que realmente hace es romper el tiempo histórico de Celarius, al definir que el tiempo está marcado por los modos de producción. El siguiente paso en la ruptura en el tiempo histórico lo dará Braudell en relación con la Escuela de los Annales. Rompe con el tiempo histórico de Celarius y Marx, en su obra „El Mediterráneo‟, donde asegura que hay tres tiempos históricos, un tiempo corto, medio y largo. El largo será el que denominara „La larga duración‟, considerado como el importante, porque el tiempo corto va a ser el de los acontecimientos, el tiempo de lo político que va a considerar poco interesante, y el medio el de las coyunturas, con cuestiones interesantes pero con menos que el de larga duración, que es el de las estructuras. Lo que considera Braudell es que el tiempo largo permite al historiador analizar una serie de elementos que se mantienen. Tras la segunda Guerra Mundial se producen una serie de hechos que hacen ver a los historiadores que la realidad que están viviendo ha cambiado. Así aparecen los conceptos de tiempo presente o mundo actual. Es la época entre 1945 y la actualidad. Una segunda cuestión sería el espacio: toda obra histórica está enmarcada en un espacio. En un principio el espacio en la Historia va a ser de ámbito local, regional, o nacional. A partir del siglo XIX las Historias nacionales se potenciarán mucho. Una de las críticas que se le hace a Celarius es que la división es eurocéntrica, pero hay realidades fuera de esta. Así, la historiografía de corte marxista, van a ver un espacio más amplio. Al considerar que lo que interesa es la producción de bienes materiales, los marxistas van a comprender el espacio como una totalidad. De nuevo el innovador es Braduell: si bien en su obra amplía el tiempo histórico, va a ampliar también el espacio, lo que se denomina como Geo-Historia, interpretando que existen ciertos espacios geográficos con características comunes que van más allá de lo que podemos entender como espacios estatales. Entiende que todo el Mediterráneo tiene una serie de caracteres comunes que le unen. Por tanto defiende que hay que analizar el espacio histórico en la larga duración. La evolución de los temas y materias de la Historia: En un principio hablamos de que la Historia va a tratar cuestiones de Estado, diplomacia, relaciones internacionales. A medida que avanza el tiempo y entramos en el siglo XIX, va a haber un interés sobre la Historia económica y social, supeditado a la historia política, ya en el siglo XX apareciendo la Historia socio-económica. Otros temas que se han tratado son la Historia del Clero, la Historia del Pensamiento Político, etc., pero progresivamente lo que se ha producido ha sido una ampliación de unos temas. Los historiadores se han preguntado qué se merece ser recordado en la Historia, y han tratado de desarrollarlo. Así, desde la historiografía de corte socio-económico, ha habido ciertos cambios. El primero ha sido un acercamiento hacia los cotidianos, incorporando nuevos sujetos a la Historia, como por ejemplo la mujer. También hay un interés por la familia, por el matrimonio. También ha habido un cambio respecto al estudio de la historia económica: se han dejado de lado los grandes problemas económicos y se ha dado un acercamiento a lo cotidiano. Un tercer aspecto podría ser la aparición de la Historia de la Cultura, por ejemplo, la Historia de la Lectura, de la Ideología, de las Creencias. Posteriormente ha aparecido también la microhistoria, una rama de la Historia que se ha dedicado a estudiar el pasado a través de hechos muy concretos. Uno de los grandes ejemplos es Karl Ginzburg. Lo que hacían era lo siguiente: a partir de

un caso concreto sacaban conclusiones de cuestiones generales. Por otro lado, la ecohistoria se dedica a estudiar la influencia del clima sobre la evolución histórica. A final del siglo XX ha habido un retorno a la Historia Política, con una visión desde la Historia del Poder y de la Cultura. El desarrollo y ampliación de las fuentes históricas: Antes del siglo XIX todo análisis histórico se basaba en la erudición, es decir, había grandes eruditos que establecían una serie de cuestiones históricas y estas eran repetidas. Lo que casi no había era investigación archivística, por lo que no se analizaba documentación, y su grado de veracidad era escaso. A principios del XVII comienzan a abrirse algunos archivos para los cronistas. Con la aparición del racionalismo, se va a buscar desarrollar la veracidad dentro de la Historia: esto viene vinculado a esta ampliación al acceso a los archivos, que se produce como tal en el siglo XIX. En este momento van a considerar que si no hay documentación escrita no hay Historia, si no se apoya en estos documentos, no es veraz. Esta Historia estará vinculada al campo de lo Político e Institucional. En el siglo XX se van a ampliar las fuentes de la Historia en un sentido que trasciende el mero documento, apareciendo así las obras literarias de ficción, que dan información interesante sobre el pasado o la Historia. También empieza a desarrollarse el uso de la correspondencia, que debe ser utilizada de forma crítica porque muchas veces no conocemos el significado verdadero de la carta. Relacionado con la Historia del mundo presente, aparecen también nuevas fuentes documentales, como las novelas, pero también los documentales y las películas de ficción. Estas fuentes evidentemente tienen también bastantes problemas porque son subjetivas, entonces deben ser analizadas de forma crítica para evitar tendencias extrañas. 2. La historiografía desde Heródoto hasta la Ilustración. 2.1 - La historiografía en la época clásica. Aparición de la historiografía clásica griega: los logógrafos en los siglos VI-V a.C. Desde que el hombre es hombre, se ha interesado por construir una historia que recuperase los hechos de sus ancestros. En definitiva, busca hacer una historia que tenga el papel de genealogía colectiva. En aquellos pueblos que no conocían la historia, o lo hacían de forma limitada, va a aparecer a través de la transmisión oral, una historia que buscará rememorar los principales acontecimientos de la gens. Un ejemplo son los Edda Vikingos, recopilaciones medievales de mitología vikinga, historias orales que en la Edad Media se recopilan de forma escrita. Con el desarrollo de la escritura, aparece la Historia escrita, para ser exactos en las culturas mediterráneas, siendo famosas las tablillas de Ur o de Uruk, o las de Egipto. El siguiente paso se produce en el siglo VI-V a.C., en concreto en Israel. Esta Historia escrita va a seguir desarrollándose aquí, donde se generará una preocupación por el pasado, y sobre todo por preservar la conciencia histórica colectiva de este pueblo. En estos mismos momentos será cuando se desarrolle la historiografía clásica griega. La aparición de la historiografía griega está vinculada al desarrollo cultural que se produce en Grecia en esos siglos y que va a generar la aparición de la filosofía, la geometría, o la aritmética. Esto, a su vez, está relacionado con los cambios en el sistema económico griego, que pasará a ser monetario y mercantil, con los cambios políticos de las polis, que pasaran de los gobiernos aristocráticos a las tiranías o las democracias y con cambios socioreligiosos que van a conformar todo este ambiente permitiendo el inicio de la historiografía clásica. Éste, se sitúa en el grupo de los logógrafos, escritores de la zona de Asia Menor. Estos autores van a ser anteriores a Heródoto y serán los primeros que desarrollen una historiografía alejada del mito y la leyenda. Serán los primeros en desarrollar una historia lógica y orientada a la

razón, lo cual les llevará a intentar buscar como elemento característico la veracidad histórica. a partir de los logógrafos se van a desarrollar Heródoto de Halicarnaso y Tucídeces. Heródoto de Halicarnaso (c. 485-c. 424 a.C.) y Tucídices (c. 460-c. 400ª.C.) El principal libro de Heródoto son los nueve libros de Historia, ya que cada uno de los libros está dedicado a una musa. Una de sus características será evitar los componentes mitológicos o las leyendas, algo que nos recuerda a los logógrafos, y que no es casual, ya que también es de Asia Menor. En esta obra explica las Guerras Médicas entre los griegos y los persas que se producen en el siglo V, por lo tanto toma un tema del cual él es contemporáneo, un tema de corte político y militar, algo interesante porque será una de las características de la Historiografía clásica en general. Heródoto sostiene que hace una Historia de hombres, no de Dioses, eliminando por lo tanto estos aspectos. Además, hace una serie de descripciones sobre las costumbres o creencias, sobre geografía, sobre instituciones, de los pueblos que han ido conquistando los persas, una Historia socio-cultural. El método de Heródoto es narrar acontecimientos que él ha vivido, y si hay algo que no ha visto acude a los testigos. Es interesante ya que busca una fuente indirecta. De esta forma Heródoto considera que este es el único método que puede dar veracidad al discurso histórico sobre acontecimientos del pasado cercano. Hoy en día, se le considera „El padre de la Historia‟, pero eso no fue nunca así, incluso en el siglo XIX fue bastante denostado. Por lo tanto, está muy relacionado con los logógrafos, en el sentido de que elimina esa cuestión de leyenda, pero impone un método nuevo, que es su método propio basado en la observación directa o de testigos. En cierta medida este método será el que pase a utilizar el otro autor de la Historiografía clásica griega, que es Tucídices. Tucídices es ateniense y de la segunda mitad del siglo V. Es famoso por su Historia de la Guerra del Peloponeso entre los espartanos y los atenienses por la hegemonía de Grecia. En este caso, también toma un tema que conoce, y contemporáneo. La metodología de Tucídices es la misma que Heródoto, habla de acontecimientos que ha vivido personalmente y sino emplea fuentes fidedignas y que contrastan. Cambia en que plantea su obra desde un punto de vista meramente político y militar. Será el autor de referencia para la historiografía greco-romana e incluso será recuperado en el siglo XIX. Época de crisis de la historiografía clásica griega. Polibio (c. 200-c. 118 a.C.) y Plutarco (45-123 d.C.) Después del siglo V se producirá una época de crisis. Nos interesa señalar que aparecen una serie de autores que sirven como nexo entre la Historiografía clásica griega y la romana. Estos autores son Polibio y Plutarco. Ambos autores escriben sobre Roma y para los romanos. La obra de Polibio se llama Historia, y en ella se dedica a explicar la expansión del Imperio Romano por el mundo conocido, tratando de analizar las causas de la misma. Plutarco escribe Vidas paralelas, en la que contrapone la figura de Alejandro con César. Entronca con la tradición clásica griega, tomando a políticos militares.

Esta historiografía tendrá una triple función: -

Es una fuente de instrucción moderna. Contribuye a la formación y educación del que lee la obra. Proporciona entretenimiento intelectual, es decir, el placer de la lectura.

Historiografía clásica romana. Será una copia de la historiografía griega. Los autores que habría que destacar serán Julio Cesar, Cayo Salustio, Tito Libio, y Cornelio Tácito. Los tres primeros son autores del siglo I a.C., mientras que el último es del siglo I d.C. Este tipo de Historia narraba relatos verosímiles, que no veraces, sobre temas políticos y militares contemporáneos. Estas obras tienen un objetivo educativo y legitimador, por lo que decimos que son verosímiles pero no veraces, ya que esto no suele importarle en exceso a la Historiografía romana. Estos cuatro autores, como la Historiografía romana en general, van a vincular bastante la cuestión del relato histórico, con la política, ya que en Roma, al contrario que en Grecia, hay un estado mucho más asentado, y desarrollado, que lo que son las polis griegas, y frente a la veracidad griega, aquí encontramos parcialidad. Las cuatro características generales de la Historiografía clásica son: -

Hace una Historia contemporánea. Tiene una temática determinada, vinculada con lo político y lo militar. No conciben los cambios históricos a largo plazo, por lo que la Historia es una Historia del tiempo inmediato y no una Historia de larga duración. Estaban convencidos de que todo cambio era cíclico.

2.2- La época medieval. Cambio en la visión sobre la Historia con el cristianismo: contemplación de la voluntad divina. Con la progresiva desintegración del Imperio Romano, en los siglos IV y V, y la aparición del cristianismo que se convierte en religión oficial del Estado Romano, va a haber una ruptura total con la Historiografía clásica. Durante este momento se hará Historia cristiana, una Historia cristiana que considera a la Historia la contemplación de la voluntad divina, cuyo objetivo será la salvación del hombre (por Dios) en un marco temporal que iría desde la creación hasta el juicio final pasando por la venida a Jesucristo a la tierra. Así aparece lo que se ha denominado la interpretación figural. Sostiene que el desarrollo de los hechos históricos no se debe a una evolución progresiva del tiempo o de unas determinadas causas sino que se debe a un plan establecido por Dios. Por lo tanto lo que hacen los historiadores cristianos es cargarse el logos de la historiografía clásica, en definitiva, volver a las Edda o a cualquier tipo de modelo histórico mitológico o divino. Esta es la ruptura con la historiografía clásica, por lo que no tiene como objetivo la veracidad, eso es secundario. Como consecuencia de ello, habrá un tiempo histórico cristiano, con tres fases: creación, llegada de cristo, y juicio final. Su temática será principalmente medieval, pues hablará de crónicas de tipo universal, de historia eclesiástica, vidas de santos, de carácter político, que analizaran las nuevas monarquías que van conformándose en la época medieval y obras sobre los pueblos que ocupan el espacio de la cristiandad tras la caída del Imperio Romano. El modelo de Historia que se establece con el cristianismo va a perdurar durante mucho tiempo: su gran modelo es San Agustin de Hipona, y tendrá preponderancia hasta Hegel. En la Ilustración surgirá una Historiografía diferente pero ese poso del cristianismo tendrá una importancia grande. La

Historiografía cristiana será finalista ya que prevé un final. Además, el centro será Dios y no el hombre. Eusebio de Cesarea (c. 269.339) y San Agustín de Hipona (354-430) Eusebio de Cesarea es un Historiador vinculado al emperador Constantino y hace una Historia eclesiástica en la que narra la Historia desde Jesucristo hasta Constantino. Su otra obra son Las crónicas, en las cuales expone la visión cristiana del tiempo histórico pero llevándolo a unos límites exagerados, en el sentido de que construye tablas en las que compara hechos bíblicos, listas de soberanos asirios egipcios, la periodización de las olimpiadas griegas, y las series de magistrados romanos. En definitiva lo que viene a hacer es una invención tremenda, ya que compara hechos de la Biblia, con otros hechos. Lo que sucede es que este tipo de cronología va a durar mucho en la versión cristiana. El gran constructor de la Historiografía cristiana es San Agustínde Hipona. Es un autor a caballo entre el siglo IV y el siglo V d.C. y además escribe dos obras principalmente, Las Confesiones y La Ciudad de Dios. Expondrá que Dios es el rector principal de la Historia y que acceder al pasado es algo sumamente complicado. La Historia para San Agustín no será más que en definitiva un elemento que muestre la acción de la voluntad de Dios en la tierra, una voluntad de Dios que estará centrada sobre todo en castigar el vicio de los pecadores y premiar la virtud en ese marco de tiempo histórico entre la creación y el juicio final. Para San Agustín la Historia tendrá un carácter de instrucción moral, y no explicará los hechos históricos mediante causas, sino que volverá a decir que todo está determinado por el designio divino. De esta forma, mientras que cuando hablábamos de Heródoto hablábamos de un autor que hacía Historia de hombres y no de dioses, en este caso sería al revés. Siglos VI al IX: surgimiento de los historiadores de los pueblos germanos. Tras ellos habrá un cambio en torno a los siglos VI y IX, apareciendo unos historiadores que se dedicarán a un tema diferente. El tema en el que se van a centrar en definitiva es la aparición de esos pueblos germanos que tras la ruptura del Imperio Romano han ocupado el espacio europeo y están conformando una serie de reinos germánicos. Algunos de estos autores serían Jordans, Veda el Venerable, Pablo el Diácono o Isidoro de Sevilla. Lo que caracteriza a las obras de estos autores, y de otros, es la utilización de un estilo sencillo, la búsqueda en cierta medida de la ver...


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