Descartes primer trabajo primer parcial PDF

Title Descartes primer trabajo primer parcial
Author Marta Martín
Course Teología
Institution Universidad Católica San Antonio de Murcia
Pages 15
File Size 435.4 KB
File Type PDF
Total Downloads 57
Total Views 190

Summary

apuntes para añadir al primer trabajo de teologia sobre descartes tambien puede servir para el examen de etica (obligagorio) UCAM Cartagena...


Description

1

1. CONTEXTO La filosofía de Descartes marca el inicio la Modernidad. Descartes nació en La Haye en 1596. Recibió una educación matemática y humanística muy sólida en el colegio jesuita de La Flèche. Con veinte años se licenció en Derecho en la universidad de Poitiers. A partir de entonces comienza su andadura entre guerras y viajes durante casi diez años, hasta que en 1625 se establece en París. Cuatro años más tarde se traslada a Holanda, un lugar más abierto al pensamiento y, por tanto, más seguro para un pensador revolucionario como él. Allí escribe la mayor parte de sus obras hasta que Holanda deja de ser segura y la misma Universidad de Leyden lo acusa de blasfemo. Por esta razón, Descartes acepta la invitación de la reina Cristina de Suecia, que deseaba ser instruida en filosofía. En octubre de 1649 llega a Estocolmo donde el frío y la hora cruel de sus clases con la reina acaban fatídicamente con su vida. 1.1. CONTEXTO HISTÓRICO La filosofía de Descartes se desarrolla en tiempos de una profunda crisis que devasta Europa durante la primera mitad del siglo XVII. Este momento histórico se caracteriza por la quiebra de los fundamentos de todo lo anterior y el anuncio de lo nuevo. El orden medieval se ha descompuesto y empieza a vislumbrarse un nuevo orden. La crisis religiosa se inicia en siglo XVI con la ruptura de la cristiandad por obra de la Reforma protestante y la Contrarreforma católica, y se radicaliza en el siglo XVII, dando lugar a terribles guerras de religión como la de los Treinta Años, en la que intervino Descartes. El mundo medieval, basado en la unidad religiosa, había sido liquidado. La crisis se manifiesta a partir de ahí en todos los aspectos de la vida. En el ámbito demográfico se produce un descenso importante de la población, debido en gran medida a la guerra de los Treinta Años que asola Europa. Consecuencia de ello también, en el campo económico, es el inicio de un período de inestabilidad que tendrá como resultado las revueltas de campesinos, que protestan por la introducción de los impuestos reales. El resultado de todo esto fue la aparición del hambre y las enfermedades, especialmente la peste, que asoló a Europa. 1.2. CONTEXTO CULTURAL El control ideológico llevado a cabo por la Reforma y la Contrarreforma se completa, durante todo el siglo XVII, con una fuerte recristianizacíón por ambos bandos. En este contexto, el pensamiento de Descartes, muy crítico con la filosofía escolástica, que era la filosofía aceptada por la iglesia católica, y que además negaba el principio de autoridad, fue mal recibido. (También fue una de las razones por las que trasladó su residencia a Holanda, el país de mayor libertad intelectual de la época.). J u n t o a l o r e l i g i o s o , el Barroco e s e l o t r o e l e m e n t o c u l t u r a l característico del siglo XVII. Si el Renacimiento proclamaba la dignidad humana, el Barroco proclama la miseria de nuestra condición. Frente al 2

e q u i l i b r i o y a l a a r m o n í a renacentistas, el Barroco exalta el exceso y la desmesura. La vida se representa como un sueño o como una tragedia. En la literatura, Calderón de la Barca ahonda en esa idea en su obra La vida es sueño, al igual que se trasluce, en la obra de Shakespeare, su visión del mundo como tragedia. En España, se publica el Quijote para inaugurar el siglo XVII, mostrando la confusión entre lo real y lo imaginario, manifestando, en definitiva la ausencia de un criterio de certeza que nos permita distinguir lo verdadero de lo falso, la realidad de la ficción. Todo esto influye en Descartes, haciéndole desconfiar del conocimiento sensible y de la misma realidad. Frente a esa desconfianza, Descartes propondrá su método basado en la razón. Igualmente, la pintura barroca representa una nueva visión del mundo, trabajando la perspectiva individual en obras como las Meninas de Velázquez donde se muestra la importancia que está cobrando el sujeto en el mundo moderno. Al igual que Rembrandt, trabajan el claroscuro –nota esencial de la vida-, así como la humanización de los retratos. Por otro lado, la ciencia ha sido revolucionada definitivamente. La nueva cosmovisión iniciada por Copérnico, se asienta en el siglo XVII con Galileo. La tierra deja de ocupar el centro del Universo según la teoría heliocéntrica. El mundo queda unificado, se considera una gran máquina creada por Dios, cuyas leyes, expresables en lenguaje matemático, pueden ser conocidas. En palabras de Galileo: La filosofía [i.e., la física] está escrita en este gran libro —me refiero al universo— que permanece continuamente abierto a nuestra mirada, pero no se puede entender a menos que primero se aprenda a comprender el lenguaje y la interpretación de los caracteres en que está escrito. Está escrito en el lenguaje de las matemáticas y sus caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es humanamente imposible entender una sola palabra de él; sin estos, uno está dando vueltas en un oscuro laberinto.

Las claves del nuevo método de Galileo son, por tanto, observación y matematización (tanto del fenómeno como de la hipótesis explicativa), a los que se añade la comprobación experimental (de esa hipótesis explicativa). Razón y experiencia, las claves para la filosofía moderna, ya están dadas en el método de Galileo. 1.3. CONTEXTO FILOSÓFICO Aunque la filosofía de Descartes destaca por su originalidad, su pensamiento registra diversas influencias del ámbito filosófico de la época. La primera influencia viene de aquellas filosofías de la antigüedad griega que resurgieron en el Renacimiento, y más concretamente, del escepticismo, que Descartes utiliza metódicamente para después rechazarlo, y del estoicismo con el que comparte sus reglas provisionales de moral. El escepticismo renacentista no es una simple repetición del helenístico. Los temas clásicos de la relatividad y variabilidad de las opiniones costumbres, la subjetividad y el engaño de los sentidos o los errores de muchos razonamientos se plantean con un nuevo enfoque, determinado por las disputas religiosas y los descubrimientos geográficos, que traen consigo el conocimiento de culturas muy diferentes, y la pervivencia del dogmatismo escolástico medieval. Escépticos importantes fueron Miguel de Montaigne, al que leyó Descartes, Charrón y Francisco Sánchez. 3

La segunda influencia viene del agustinismo, reactualizado por la reforma luterana. Descartes se asemeja a San Agustín en la importancia dada al sujeto, la misma expresión agustiniana si fallor, sum ( si me equivoco, existo ), se parece bastante al famoso cogito, ergo sum ( pienso, luego existo) de Descartes. Por otra parte, conviene resaltar la postura de Descartes ante la filosofía escolástica. A u n q u e l a d e s c a l i f i c a a b i e r t a m e n t e , n o e s c a p a z d e s u p e r a r p o r c o m p l e t o a l g u n o s d e s u s conceptos y planteamientos. Junto al Descartes revolucionario, sobrevive el Descartes tradicional que sigue usando la noción de sustancia para referirse al yo. El sistema filosófico que pretende es de carácter metafísico, organizado deductivamente en torno a las tres nociones metafísicas fundamentales: Alma, Dios y Mundo. A pesar de lo anterior, el pensamiento de Descartes no pudo penetrar en las universidades que, dominadas por la Escolástica, se cerraron a su influencia. No obstante, su pensamiento tuvo una gran resonancia. En el ámbito intelectual, durante gran parte del siglo XVII en Francia se librará una fuerte lucha entre cartesianos y escolásticos. Pero, sin duda, el debate filosófico más influyente en Descartes fue el que se generó a raíz de la quiebra del antiguo sistema aristotélico del mundo. El antiguo criterio de autoridad para defender la validez del conocimiento ha dejado de servir. Un cambio tan radical en la visión del mundo dirigió la reflexión hacia el método y la justificación del conocimiento. ¿Cómo podemos alcanzar un conocimiento seguro? Dos grandes escuelas se enfrentan al mismo problema pero ofrecen soluciones opuestas. Ambas se inspiran en la ciencia nueva de Galileo y en su método matemáticoexperimental. Cada una de estas corrientes de pensamiento resalta la importancia de uno de estos dos aspectos, el racional o el experimental. Ambas coinciden, primero, en considerar al sujeto como fundamental en la actividad cognoscitiva, y segundo, en el conocimiento es siempre conocimiento de ideas, no de cosas. Por tanto, el valor del conocimiento solo puede establecerse explicando cual es el origen de esas ideas. Aquí es donde surgen las grandes diferencias entre el Racionalismo y el Empirismo. El Empirismo es la vía iniciada por Francis Bacon (1561-1626) que se caracteriza fundamentalmente por considerar que el criterio de verdad y la fuente del conocimiento es la experiencia. Niegan la existencia de las ideas innatas. Asimismo defienden que el método de la ciencia es la inducción, es decir, la generalización a partir de casos particulares. Este método se encontrará con el grave problema lógico y práctico de la inducción. (Problema del pavo de Russell). El Racionalismo es fundado por René Descartes (1596-1650). El criterio de verdad y la fuente del conocimiento es la razón. El método de la ciencia es la deducción, es decir, extraer enunciados particulares a partir de premisas generales. Su gran problema es demostrar la verdad de las premisas. Para resolverlo, los racionalistas defenderán la existencia de las ideas innatas.

4

2. OBJETIVO Y PUNTO DE PARTIDA DE LA FILOSOFÍA CARTESIANA. Descartes parte del convencimiento de que la verdad y la certeza absolutas son alcanzables porque la razón humana es suficientemente poderosa. El objetivo de la filosofía cartesiana es alcanzar esa verdad segura, que entiende como un conjunto de conocimientos ordenados e interrelacionados. Para lograr su objetivo es precisa una renovación completa de la filosofía, como nos dice en el la primera parte del Discurso del Método, puesto que no encuentra en toda la historia de la filosofía nada que no sea objeto de disputa. Si no hay nada en filosofía que se resista a la duda, menos lo habrá en las demás ciencias que se basan en ella. Por tanto, el primer paso será establecer los principios de la verdad, de ahí que tome la decisión de poner en duda todo lo sabido hasta ahora, rechazando incluso la autoridad de Aristóteles y la Escolástica. En fin, rechaza como falso todo aquello de lo que pueda dudar. Decide partir de cero y confiar en la razón como único criterio. Ahora bien la razón necesita un método para dirigirse y alcanzar la verdad. La confusión que reina en la filosofía no se debe a la incapacidad de la razón sino al uso erróneo que se hace de ella. 3. LOS MODOS DE CONOCER DE LA RAZÓN. Descartes parte de que todos los hombres poseen la misma razón puesto que ella es su esencia y no cabe hablar de grados en cuanto a lo esencial. Así, las diferentes opiniones se deben a que no todos conducimos igualmente la razón. Se trata, pues, de dirigir bien la razón. Para poder encontrar el método adecuado para dirigirla, debemos saber cuáles son los modos de conocer de la razón. •

La intuición es una especie de “luz natural” por medio de la cual captamos de forma inmediata, y sin posibilidad de duda o error ideas simples absolutamente verdaderas porque son evidentes de por sí.



La Deducción es “toda inferencia necesaria a partir de otros hechos que son conocidos con certeza”, según Descartes. El punto de partida de la deducción son ideas simples evidentes, y partir de las cuáles se irán extrayendo todas las demás ideas, que formarán una cadena deductiva al modo de las matemáticas.

5

4. EL MÉTODO. Conocida la estructura de la razón y su modo de conocer estamos en condiciones de elaborar el método. El método, dice Descartes es el conjunto de reglas ciertas y fáciles mediante las cuales el que las observe no tomará nunca nada falso por verdadero, y, no empleando inútilmente ningún esfuerzo de la mente sino aumentando siempre gradualmente su ciencia, llegará al conocimiento verdadero de todo aquello que es capaz. En la 2ª parte del Discurso formula los cuatro preceptos en los que finalmente ha resumido el método: El primero, la evidencia, lo formula así: no admitir jamás ninguna cosa por verdadera en tanto yo no la conociese con evidencia que lo era: es decir evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención1 , y no comprender nada más en mis juicios que lo que se me presentase tan clara y distintamente en mis juicios que no tuviese ocasión de ponerlo en duda. De esta forma queda formulado el criterio de verdad o certeza. Algo es verdadero si es evidente, es decir si posee claridad y distinción. La claridad es la nítida presencia de un conocimiento en la mente, y la distinción es el hecho de que algo se presente perfectamente separado de todo lo demás. El segundo, el análisis, que nos propone dividir los problemas que se nos presente hasta reducirlos a ideas simples, claras y distintas, aprehensibles por la intuición. El tercero, la síntesis, nos explica la vía de la deducción que consiste en conducir en orden mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y fáciles de conocer, para ascender poco a poco como por peldaños, hasta el conocimiento de los más compuestos. El cuarto, la enumeración, tanto del análisis como de la síntesis, y consiste en hacer recuentos y revisiones al análisis y a la síntesis para estar seguros de no omitir nada.

1La

precipitación consiste en aceptar como evidente lo que es confuso y oscuro, por no detenerse lo suficiente. La prevención es el error contrario, consiste en no aceptar como evidente algo que se nos muestra clara y distintamente. Ambas son actitudes contrarias que llevan al error, pero no es la razón sino la voluntad la que falla.

6

5. PONGAMOS EN MARCHA EL MÉTODO. 5.1. La duda metódica. No olvidemos que el objetivo de Descartes es encontrar verdades absolutamente ciertas. Para encontrarlas elabora el método, y el primer momento de aplicación del método es la duda metódica. Se le llama así porque no se trata de una duda real, existencial, sino de un instrumento metódico para alcanzar verdades evidentes. La duda metódica cuestiona todo aquello que se ha tenido por verdadero y rechaza todo aquello de que sea posible dudar. Tres serán los motivos de duda aducidos por Descartes y que escalonadamente alcanzan mayor radicalidad: A. Duda sobre la fiabilidad de los sentidos: Los sentidos nos ponen en contacto con el mundo material. Sin embargo, a veces nos engañan, como ocurre cuando sumergimos un palo en el agua y lo vemos quebrado aunque no lo está. Puesto que quien me engaña una vez puede engañarme más veces, debo dudar de la fiabilidad de los sentidos, y por lo tanto, debo rechazar su conocimiento como totalmente cierto. Así pues, dudamos de que las cosas sean como las percibimos pero, ¿debemos dudar también de la existencia de las mismas cosas que percibimos? B. Duda de la realidad misma: Distinción entre el sueño y la vigilia. A veces tenemos dificultad para distinguir el sueño de la vigilia. Tenemos sueños tan vivos que los tenemos como reales. Igualmente podría ocurrir que estuviésemos soñando y tomásemos el sueño por realidad. Así, no sólo debemos dudar de que las cosas sean como las vemos sino de la existencia misma de las cosas, que son el objeto de estudio de la física. C. Duda de las verdades matemáticas: Hipótesis de Genio Maligno. Hemos dudado de los sentidos y de la realidad, pero aún dormidos, dos más dos son cuatro. Pero Descartes añade un tercer motivo de duda aún más radical y extremo, tanto que él la denomina Duda Hiperbólica. Podemos imaginar que exista un genio maligno que me hace tomar las cosas falsas por verdaderas (¿cuántas veces nos ocurre al resolver ejercicios de matemáticas?). Esta duda impide defender la certeza absoluta de las matemáticas. Recapitulando, la duda radical exigida por el método le ha llevado a rechazar el conocimiento en su totalidad, desde las percepciones sensibles, pasando por la existencia del mundo, hasta las mismas verdades matemáticas. Pero no perdamos de vista que la duda es provisional, una exigencia del método, un camino para lograr la verdad. Así dice Descartes en la Segunda Meditación: Arquímedes, para trasladar la Tierra de un lugar sólo pedía un punto de apoyo firme e inmóvil: así yo también tendré derecho a concebir grandes esperanzas, si por ventura hallo tan sólo una cosa que sea cierta e indiscutible.

7

5.2. El cogito: primera verdad y criterio de certeza. La duda metódica no lleva a Descartes al escepticismo sino que será a partir de esa duda radical de donde extraerá la primera certeza absoluta: la existencia del sujeto que piensa: pienso, luego existo. Esta verdad resiste incluso a la duda del genio pues el hecho de ser engañado o de dudar prueba su verdad. Cogito, ergo sum es una verdad inmediata conocida por la intuición, en la que se da una percepción inmediata de la verdad, y por la que se capta inmediatamente la relación necesaria entre el pensar y el ser. Esta primera verdad será el punto de apoyo firme e inmóvil a partir del cual iniciar la reconstrucción de la filosofía como ciencia. Y es que esta primera verdad no sólo nos informa de la existencia del sujeto sino que aporta conocimiento sobre ese yo, que es una cosa que piensa, res cogitans. Pero el cogito, además de ser la primera verdad, es también el modelo de toda la verdad, el criterio de certeza. A partir de este modelo, podemos establecer que las cosas que, como el cogito, percibimos clara y distintamente son todas verdaderas.

8

5. 3. Teoría de las ideas. La aplicación del primer principio del método y la intuición han dado como resultado la primera verdad. A partir de ella, habrá de deducir la existencia de la realidad extramental. El yo es una cosa pensante, y el objeto del pensamiento son las ideas, no las cosas. Sólo se tiene certeza de la existencia mental de esa idea, pero no de que el contenido de esa idea tenga realidad extramental. En este primer momento, el yo se encuentra encerrado en sí mismo, es el momento del solipsismo de la conciencia. Para demostrar la realidad extramental, Descartes procede a analizar la naturaleza de las ideas, y distingue entre ellas un doble aspecto: • •

Las ideas en cuanto modos de pensamiento, en cuanto actos mentales. Las ideas en cuanto imágenes que representan algo, lo que Descartes llama su realidad objetiva.

Las ideas, en cuanto actos mentales, son todas iguales, pero, si atendemos a su contenido podemos distinguir tres tipos de ideas. a) Ideas adventicias: Parecen provenir del exterior, siendo su causa la percepción sensible. Sin embargo, no se ha demostrado su existencia fuera de la mente. b) Ideas facticias: La imaginación las construye a partir de las anteriores (idea de sirena, de centauro,…). Tampoco pueden servir para demostrar la realidad extramental. c) Ideas innatas: Son pocas pero muy importantes. No significa que nazcamos con esos conocimientos de manera consciente, sino que son ideas connaturales a la razón porque ésta posee una predisposición natural a formarlas. Brotan de manera natural de nuestro pensamiento. La más importante es la idea de infinito. Descartes busca una idea de la que pueda deducir su existencia objetiva a partir de su existencia subjetiva como idea. Así se fija en la idea de infinito, una idea que no puede ser causada por nada exterior al pensamiento mismo, ni por este, y por tanto, debe ser innata. Esta idea de infinito, Descartes la identifica con la idea de Dios, el único capaz de soportar tal predicado. Por esto concluye que la idea de Dios es una idea innata. Este punto es esencial. A partir de la idea de Dios, demostrará la existencia del mundo. Pero antes habrá de demostrar la existencia de Dios a partir de la misma idea de Dios.

9

5. 4. Argumentos para la demostración de la existencia de Dios. a) El argumento de la causalidad aplicada a la idea de Infinito: Dios. Puesto que la idea ha de tener una causa proporcional a ella misma, la idea de infinito no puede haber sido causada por mí mismo que soy finito sino que debe haber sido causada por un ser cuya realidad sea proporcional a esa ide...


Similar Free PDFs