Desmitificación de la neuropsicopedagogía PDF

Title Desmitificación de la neuropsicopedagogía
Course Teoría literaria
Institution Universidad del Atlántico
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Revista Electrónica de Educación y psicología Numero 4, diciembre del 2006 DESMITIFICACIÓN DE LA NEUROPSICOPEDAGOGÍA

Jennifer Delgado Suárez

Resumen Los vertiginosos cambios sociales y científico-técnicos han impactado de manera decisiva en la forma de concebir la pedagogía actual, propiciando la aparición de campos multidisciplinares novedosos que pueden brindar una perspectiva más integral sobre su objeto de estudio, tal es el caso de la Neuropsicopedagogía. Sin embargo, las resistencias ante

estos cambios proliferan, sobre todo

porque los educadores se enfrentan a una teoría amalgamada producto de la extrapolación parcializada de los resultados de las neurociencias y la neuropsicología a la pedagogía. Sería vital, en este sentido, un análisis pormenorizado acerca de cómo debe perfilarse la Neuropsicopedagogía desde una teoría histórico-culturalista para lograr la potenciación del estudiante desde un conocimiento más personalizado y acorde a las exigencias de la sociedad. Palabras Claves: Neuropsicopedagogía, aprendizaje, funcionamiento nervioso

Summary Vertiginous social, scientific and technical changes have a huge impact in pedagogical conceptions, that's why new disciplines appear to offer an integral perspective above its objective of study. Neuropsychopedagogy is an original area of knowledge, however resistances proliferate because various professors confront an amalgam of results applied to pedagogy from neuropsychology and neurosciences. So, a detailed analysis about Neuropsycopedagogy based in an historical-cultural theory could contribute to develop an individual education. Key words: Neuropsycopedagogy, learning, nervous functioning

El surgimiento de la Neuropsicopedagogía

Revista Repes

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Revista Electrónica de Educación y psicología Numero 4, diciembre del 2006 La pedagogía como ciencia que dirige la formación, educación, instrucción y desarrollo de los ciudadanos de una sociedad no puede desenvolverse ajena a los cambios socio-económicos y científico-técnicos que tienen lugar en el contexto histórico-cultural en el cual se inserta; en aras de responder y propiciar los mismos y en consonancia con las crecientes demandas sociales, la pedagogía necesita una imbricación cada vez mayor con las distintas disciplinas del conocimiento científico, sobre todo si las mismas le proporcionan una visión más integral del ser humano que facilite su abordaje desde una teoría heurística. De hecho, actualmente se plantea la necesidad y a la vez el advenimiento de una Nueva Pedagogía concebida por Barroso como una “disciplina en que confluyen aportaciones diversas sobre su objeto de estudio: educación” (1987, citado en Barrios & Marjal, 2000). Un ejemplo ineludible de esta integración lo constituye la unión de la pedagogía y la psicología acaecida en la década de los años '20 del siglo anterior, dando lugar al nacimiento y desarrollo de nuevos campos del conocimiento que redundan en un enriquecimiento tanto a nivel empírico como teórico para ambas disciplinas. Sin embargo, la relación con la Neuropsicología data apenas de los años '80 del pasado siglo, aunque debe señalarse que la idea de una educación basada en las propiedades de la cognición y el cerebro humano como órgano de conocimiento se remonta a las últimas décadas del siglo XIX: “El único modo de conseguir que la enseñanza sea eficaz es el que consigue hacer pensar al educando; el objeto de la enseñanza no es tanto proveer de conocimiento, cuanto en poner en actividad los órganos capaces de adquirir conocimiento. Es necesario saber que la naturaleza racional del hombre tiene leyes y órganos y funciones propias, se desarrolla paulatinamente en periodos bien determinados que harían que el ser humano llegara al más alto grado de racionalidad si se respetarán escrupulosamente.” (Hostos,1890 citado en Villarini, 2004). Independientemente de la existencia previa de estas ideas, el carácter eminentemente clínico que adquirió la Neuropsicología en sus inicios al centrar sus esfuerzos en establecer relaciones entre las zonas dañadas y las funciones psíquicas superiores (véase Cárdenas, 2004) constituyó una de las múltiples razones que condujeron a una tardía unión “legitima”. Sin embargo, posteriormente al ser

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Revista Electrónica de Educación y psicología Numero 4, diciembre del 2006 reconocida como ocupación de trabajo y con el avance de la neuroimagenología, se amplia su campo de acción estudiando el dinamismo entre los procesos psíquicos y su funcionalidad apareciendo de manera casi inmediata, en 1996, el término Neuroeducación que sugirere “(…) una forma de intersección entre las ciencias de la educación y las neurociencias.” (Bator, 2005). No obstante, debe acotarse que este vocablo tal y como es concebido en la actualidad, amplía el campo de acción de la pedagogía hasta llegar a difuminarlo y restringe a su vez los resultados de las investigaciones sobre el sistema nervioso humano a el área de las neurociencias. De esta forma, el término Neuropsicopedagogía es más explícito, enmarcado e integrador al concebirse como “(…) el ejerciciotrabajo interdisciplinario acerca del procesamiento de la información y la modularidad de la mente en términos de Neurociencia cognitiva, Psicología, Pedagogía y Educación, que lleva a cabo el profesional de formación multi-interdisciplinaria y con fines educacionales.” (Montes de Oca, 2006). “La Neuropsicopedagogía integraría el efecto sinérgico del conjunto de conocimientos propios de la Neuropsicología y la Psicopedagogía, potenciando la resultante del concepto “psico” en sus más heterogéneos ámbitos de estudio. Esta Neuropsicopedagogía, a través de los comprensión del funcionamiento de los procesos mentales superiores (atención, memoria, función ejecutiva…), de las explicaciones psicológicas y de las instrucciones pedagógicas, pretende ofrecer un marco de conocimiento y acción íntegro para la descripción, explicación, tratamiento y potenciación de los procesos de enseñanzaaprendizaje que acontecen a lo largo de la vida del alumno, promoviendo una formación integral con repercusiones más allá de la institución educativa y del período temporal y tipo de aprendizaje que establece como válido.” (De la Peña, 2005).

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Por supuesto, estas ideas constituyen aproximaciones a lo que puede ser una nueva rama multidisciplinar impulsada por las primeras aplicaciones en el campo pedagógico de los descubrimientos neuropsicológicos en relación con los trastornos de aprendizaje en niños. Sin embargo, aunque el cerebro lesionado continua siendo centro de atención para la Neuropsicología,

Si bien es cierto que la proliferación de los neologismos terminológicos se presenta como una pandemia moderna que generalmente conduce a una yuxtaposición de los vocablos que se desarrollan como categorías ambiguas y polisémicas; en ocasiones es imprescindible una redefinición terminológica en aras de obtener una mayor identificación de los nuevos espacios multidisciplinarios, tal es el caso de la neuropsicopedagogía.

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Revista Electrónica de Educación y psicología Numero 4, diciembre del 2006 al ampliar sus investigaciones hacia la actividad nerviosa normal abarcando las diferentes etapas evolutivas del ser humano, se desarrollan una serie de teorías acerca del funcionamiento neuropsicológico sano que han impactado en el ámbito educativo promoviendo numerosas reflexiones, y en algunos casos, reconceptualizaciones en torno a los resultados de la educación. La teoría del cerebro Trino propuesta por Maclean (1983, citado en Barrios & Marjal, 2000) constituye un indudable ejemplo de lo antes expuesto al develar la existencia de tres estructuras diferentes que conforman la totalidad del cerebro: el sistema neocortical, el sistema límbico y el sistema reticular que, aunque son distintos en estructura, trabajan interconectados constituyendo una jerarquía de tres cerebros en uno. Estos resultados han sido incorporados en los trabajos de Sternberg con la teoría

triárquica de la inteligencia, la teoría de las inteligencias múltiples de

Gardner y la inteligencia emocional de Goleman que si bien han propiciado una nueva mirada de la pedagogía hacia la necesaria dirección de los procesos afectivos de los estudiantes y la ampliación o flexibilización hacia la potenciación de sus capacidades individuales, persiste aún la dicotomía cognitivo-afectivo y la parcelación en la forma de concebir la psiquis, haciendo que los profesores, e incluso el currículo, se centren en aquellos tipos de inteligencia que son requeridos e imprescindibles para lograr el desarrollo exitoso de la profesión excluyendo otros prototipos de inteligencia igualmente válidos para el desempeño en otros contextos. Debe acotarse en este punto que, indudablemente cada profesión va a desarrollar unas habilidades más que otras, unas capacidades más que otras; sin embargo, debe tenerse especial prudencia con aquellas habilidades y capacidades que se están potenciando porque: “En este momento estamos formando a nuestros alumnos para profesiones que en dos o tres décadas puede que no existan o sean una refundición de otras (…) los expertos en prospectiva social estiman que cerca de la mitad de las

profesiones actuales

desaparecerán, al menos tal como se conciben en la actualidad, y que habrá otras tantas nuevas.” (Saiz, 2002, 6-7). De esta forma, intentando desarrollar una pedagogía más integradora, se ha incursionado en el modelo del Cerebro Total propuesto por Hermann (1989, citado en Barrios & Marjal, 2000) quien integra la teoría del Cerebro Trino y de la Especialización Hemisférica de Sperry postulando la

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Revista Electrónica de Educación y psicología Numero 4, diciembre del 2006 existencia de cuatro formas diferentes de procesar la información en el cerebro humano en correspondencia con el funcionamiento de los cuatro cuadrantes cerebrales derivados de la división entre hemisferio izquierdo y derecho y las mitades límbica y cerebral. La clásica interpretación pedagogica de esta teoría lo constituyen los estilos de aprendizaje basados en el funcionamiento de los diferentes cuadrantes cerebrales: a partir de estos descubrimientos el profesor debe presentar los contenidos de diferentes maneras de forma que el conocimiento se haga más accesible al estudiante a partir de sus peculiaridades en el funcionamiento cerebral; sin embargo, un punto vital producto de la comprensión parcelada de estas teorías lo constituye la necesidad no sólo de hacer más accesible la información sino de desarrollar a su vez aquellas zonas menos utilizadas por cada estudiante. El cerebro posee sin duda alguna plasticidad, pero requiere de la problematización y el ejercicio para elaborar nuevas conexiones que le permitan un funcionamiento más eficiente. Más cercana en el tiempo aparecen las ideas de Beauport y Díaz que, estando más cercanos a las neurociencias y basándose en estudios sobre los neurotransmisores, afirman que el pensamiento es la conexión resultante entre axón y dendrita, la sinapsis; y que por lo tanto, al aumentar las conexiones se aumenta el intelecto. Estas ideas resultan una comprensión reduccionista ya que, entre la multiplicidad de objeciones que pueden realizarse, salta a la vista que toda conexión establecida no necesariamente debe tributar al buen desarrollo del intelecto sino incluso que su exceso puede ser índice de pensamientos rumiativos que menguan los recursos cognitivos del sujeto estableciéndose puntos de excitación corticales demasiado fuertes. Además, no puede olvidarse ni por un momento que no es el cerebro aislado quien piensa o aprende sino la persona como totalidad, portadora de ese sistema nervioso y en constante interrelación con su medio. La programación neurolingüística, surgida a principios de los años '70 del siglo pasado, puede decirse que constituye un intento de integrar los avances de la neuropsicología y la pedagogía haciendo énfasis en los procesos comunicativos. Esta teoría, sin duda alguna, constituye una visión optimista que varía el rol del profesor y el estudiante; sin embargo, poco a poco ha ido perdiendo su fundamento neuropsicológico adscribiéndose a enfoques positivistas que la han desligado de la base material y de las potencialidades reales del cerebro.

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Revista Electrónica de Educación y psicología Numero 4, diciembre del 2006 En sentido general, estas investigaciones no logran captar el funcionamiento integrado del Sistema Nervioso Central aportando datos aislados que generalmente conllevan a un reduccionismo químico encerrado en la existencia de los neurotransmisores o a un biologicismo centrado en la estructura. A su vez, resulta interesante la dicotomía subyacente a la aparente unidad cognitivo-afectiva promulgada. No obstante, estas teorías han abierto el camino hacia la integración neuropsicología y pedagogía enfatizando en los resultados limitados de la educación contemporánea basada sólo en la mitad de la neocorteza, según términos de Hermann, dejando a un lado el resto de las potencialidades del cerebro. La pedagogía cuanto más, se ha basado en las investigaciones sobre la mente de los sujetos pero no en los conocimientos sobre sus procesos neuropsicológicos. De esta manera, no puede aspirarse a una educación totalmente desarrolladora de las potencialidades del sujeto hasta tanto no se hayan superado una serie de deficiencias en el orden teórico-metodológico entre las que se encuentra: la dirección indirecta, y en algunas lamentables ocasiones inadecuada, de los procesos psíquicos superiores que sienta una de sus múltiples bases en la incomprensión pedagógica acerca del funcionamiento de las funciones corticales superiores de los estudiantes, así como en el desconocimiento de los cambios internos que se producen a partir del aprendizaje. Debe acotarse en este punto que, extender los resultados de la Neuropsicología a la pedagogía no constituye un "neurologismo"; lo que por supuesto, sería un despropósito inconmensurable sino una herramienta teórico-práctica para la evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje, el diagnóstico del estudiante y por supuesto, a la vez, facilitaría y encauzaría el proceso de dirección de la enseñanza a través de un conocimiento más profundo del ser humano.

Una neuropsicología desde la pedagogía: hacia un enfoque potenciador del ser humano

“Aún cuando la pedagogía tiene sólo razón de ser, gracias a las peculiaridades del Sistema Nervioso humano, el estudio de éste desde un perspectiva pedagógica es prácticamente inexistente” (Barrios & Marjal, 2000, 7) La pedagogía ha carecido de una aplicación contextualizada de la neuropsicología, los estudios del cerebro para la pedagogía han de partir del análisis del proceso de enseñanza-

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Revista Electrónica de Educación y psicología Numero 4, diciembre del 2006 aprendizaje y contemplar las peculiaridades del currículo de manera que desde un conocimiento situado se puedan propiciar cambios certeros que realmente conduzcan a un desarrollo del sujeto desde un basamento científico. Sin embargo, el principal error no ha sido estudiar al ser humano extraído de su verdadero contexto educativo sino aplicar de manera aislada desde una teoría amalgamada y poco coherente los resultados de la neuropsicología; en este punto sería más acertado hacer referencia a la extensión de los resultados obtenidos predominantemente en el área de las neurociencias que, aunque entronca con la neuropsicología, no es ella en sí misma acercándose más a las ciencias biológicas que a la psicología propiamente dicha. Al respecto Andrews (1997) alerta sobre el verdadero problema de la aplicación de la neuropsicología o neurociencias para la pedagogía: “(…) la aplicación prematura o selectiva de las investigaciones del cerebro puede ser peligrosa o contraproducente. Si encontramos que existen diferencias en los cerebros de las personas que son menos exitosas en algunos aspectos de la educación, es bastante fácil asumir que la actuación educacional se determina por las contribuciones fijadas y limitadas de un cerebro deficiente. ” Aunque sin lugar a dudas los adelantos en este campo pueden conducir a reconceptualizaciones de la práctica pedagógica más profundas que las que se han dado hasta nuestros días; es necesario preguntarse hasta dónde las transformaciones pedagógicas que se están produciendo conducen al desarrollo

o

a

cuestionamiento,

la

inhibición

primicia

de

de

las

muchos

potencialidades más,

sería

nerviosas

uno

de

los

de los campos

estudiantes. de acción

Este de

la

neuropsicopedagogía; sin embargo antes es necesario vencer una serie de resistencias, sobre todo en el ámbito pedagógico, propias de todas las situaciones de cambio que se presentan de manera relativamente

vertiginosa.

“Una

de

las

grandes

dificultades

para

constituir

un

dialogo

interdisciplinario es este casi vértigo que sentimos cuando debemos analizar un objeto desde una perspectiva radicalmente distinta a la que estamos acostumbrados.” (Villarini, 2004, 8). Es por esto totalmente válido retomar la idea de que es tarea de la neuropsicopedagogía desarrollar una teoría heurística donde puedan insertarse de manera creativa los resultados que se obtengan en el área de las neurociencias y la neuropsicología, teniendo en cuenta que ambas áreas intentan comprender al

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Revista Electrónica de Educación y psicología Numero 4, diciembre del 2006 ser humano desde perspectivas diferentes a la que debe desarrollar la neuropsicopedagogía. En este punto es vital una pregunta: ¿Qué puede brindar hoy la neuropsicología a la pedagogía en aras de la integración?: No aprende el sistema nervioso sino la persona como totalidad: ubicar esta máxima en el primer lugar no constituye un simple azar sino el resultado de una clara intencionalidad enfocada a eliminar desde el primer momento todo neurologismo posible; antes de comprender cómo puede desarrollarse neuropsicológicamente el aprendizaje es preciso tener en cuenta que no aprende el cerebro sino el ser humano como una totalidad integrada por sus peculiaridades biológicas, sociales e incluso por sus propias formaciones psicológicas consolidadas. El aprendizaje es siempre producto de una interrelación sumamente compleja de estos aspectos donde cada cual desempeña roles diferentes pero de similar importancia para lograr la eficacia educativa. El aprendizaje es un proceso mediatizado socialmente, en una primera instancia se hallan los elementos culturales que en muchas ocasiones restringen o diversifican el conocimiento y las destrezas necesarias para insertarse exitosamente en la sociedad y en un segundo momento se encuentra el desarrollo de los propios instrumentos y los significados con los que el sujeto interactúa a través de su relación con los otros y en su actividad. A la vez, el aprendizaje halla una mediación en las formaciones psicológicas desarrolladas, en los sentidos construidos por el propio sujeto, en los estilos de aprendizaje que se han utilizado con anterioridad y en las peculiaridades del sistema nervioso, centrándose en este último un importante mediador enca...


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