Dinámica Histórica de Egipto y Mesopotamia (Hojas de Víctor) PDF

Title Dinámica Histórica de Egipto y Mesopotamia (Hojas de Víctor)
Course Historia Antigua I
Institution Universidad de Cantabria
Pages 13
File Size 266.1 KB
File Type PDF
Total Downloads 65
Total Views 134

Summary

Apuntes de Mesopotamia y Egipto....


Description

EGIPTO 1. LA PREHISTORIA Y LOS PRIMEROS TIEMPOS DINÁSTICOS La neolitización del Valle del Nilo: En el neolítico egipcio encontramos las culturas de Fayum A y Fayum B en el Delta del Nilo. En esta época Egipto recibió claras influencias de la zona oeste (Sáhara) y las zonas meridionales (Sudán y Nubia). En este momento se dan las primeras domesticaciones en la zona de animales como cabras y ovejas, y de plantaciones de lino y trigo. Se piensa que todavía eran grupos seminómadas, pero también encontramos yacimientos de pequeñas viviendas en el Delta. En el sur encontramos la cultura Badariense. Se han encontrado concha del Mar Rojo, turquesas y cobre procedentes del Sinaí, que apuntan a un contacto con las rutas y wadis del desierto oriental y, a partir de ellos, con el mar. Todo parece indicar que hubo influencia de Nubia y Sudán. Encontramos las primeras figurillas y las primeras tumbas sencillas, simples fosas. En el IV milenio a.C., la cultura Badariense es sustituida por Naqadah I, su denominación procede del yacimiento de Naqadah, próximo a la ruta del Wadi Hammamat que comunica con el Mar Rojo. Es una época de la que conservamos multitud de objetos de toda índole. A partir del 3.500 a.C. se desarrolla la cultura Garzeense o Naqadah II y, más tarde, en torno al 3.000 a.C., tendrá lugar el periodo de Naqadah III. Se trata de una época donde las poblaciones convergen cada vez más en el valle fluvial debido al aumento de la aridez. Es un momento donde surgen conflictos por territorios y recursos naturales y donde surgen también las primeras jerarquizaciones y las primeras élites de la sociedad. Continúa la fabricación de objetos en piedra y cobre, cada vez más elaborados. También destacan los intercambios culturales y comerciales entre Egipto y Oriente Próximo. Egipto tuvo influencias de Mesopotamia y de las zonas palestinas y sirias. Hay dos rutas principales por las que pudieron darse estos contactos; una sería por el norte, a través del Delta y otra, una ruta marítima que uniría el Golfo Pérsico y el Mar Rojo, llegando al Valle del Nilo a través de la ruta del Wadi Hammamat. Por último, en el Delta destacan las culturas de El Omari y Maadi. 1

El nacimiento del Estado Faraónico Se conoce como Naqadah III, Protodinástico o Dinastía 0, al periodo final del Predinástico que conduce a los tiempos históricos y donde surgen los primeros nombres de jefes o caudillos (“protofaraones”). Se trata del momento en el que el Bajo Egipto y el Alto Egipto se unen bajo el mandato del que se considera el primer faraón y unificador del país, Narmer o Nermer. Se trata de una lucha entre las dos partes del país, que terminaría con la conquista del sur sobre el norte. En el depósito de Hierakómpolis, se han encontrado varios objetos, entre los que destacan la paleta votiva de Narmer. En ella se representa por primera vez a un rey con la corona blanca del Alto Egipto y la corona roja del Delta, dando a entender que Narmer fue el primer rey de las dos tierras, quien unificó el país. Otros símbolos de la paleta, como las dos bestias entrelazadas, sugieren esa unión, aunque también es un motivo que encontramos en Mesopotamia. La búsqueda de recursos y la lucha por la supremacía dio lugar a esa conquista del sur sobre el norte. Se trata de una época de guerras, donde los líderes son representados por animales violentos y con escenas donde ajustician a sus enemigos con mazas. Estos faraones de la Dinastía 0 están enterrados en la necrópolis de Ábydos. Aunque Narmer sea probablemente el artífice de la unificación y se le represente con las dos coronas, el primer faraón que gobernó todo Egipto con seguridad fue Aha, con quien empieza la Dinastía I. La época Tinita (Egipto Arcaico, Dinastías I y II, 3.020-2.675 a.C.) A comienzos del III milenio a.C. el Valle del Nilo aparece como un estado unificado bajo una sola autoridad. La civilización cuenta con elementos como la escritura, pero se trata de una escritura muy arcaica de carácter pictográfico. Estos monarcas fueron enterrados en Ábydos, de hecho, son llamados tinitas en alusión a la cerca ciudad de Tinis. Aunque Aha inauguró la Dinastía I, el miembro más importante de ésta es Den. Se trata de un faraón del que tenemos bastante información. Fue un faraón longevo, que coincidió con excelentes crecidas del Nilo. Fue impulsor de obras públicas, templos, etc. Durante su reinado aparece por primera vez el título de “Rey del Alto y Bajo Egipto” (Nesu-Bity). También, celebraba la “Fiesta de Sed”, una fiesta de regeneración y renovación de los poderes del monarca. 2

El final de la Dinastía I es complejo y atentó contra la unidad del país. Los faraones de la Dinastía II, se enterraron en Sakkarah, abandonando Ábydos, e inclinándose hacia el norte. Hubo disputas entre nortes y sur, achacando a los faraones una atención excesiva al norte. Sin embargo, el último faraón de esta dinastía, Jasejemuy, recupera la unidad. Con la muerte de Jasejemuy termina la época Tinita y comienza el Imperio Antiguo. Tanto la Dinastía 0, como la época Tinita sientan las bases de muchos de los rasgos que permanecerán a lo largo de la historia de Egipto: símbolos, rituales, ceremonias, fiestas, aspectos religiosos, sociales y económicos. 2.

El Imperio Antiguo: la época de las pirámides (Dinastías III-V. 2.675-2.350 a.C.) Fue la época de las pirámides de Guizah, se trata de una época que dejó huella

en las generaciones posterior, por su grandeza. Este periodo cuenta con pocas fuentes escritas, exceptuando la Dinastía V, donde contamos con más fuentes. La Dinastía III (2.675-2.625 a.C.) Se trata de una nuevas dinastía, dada por la falta de heredero en la anterior, Jasejemuy en este caso. El faraón más relevante de esta dinastía será Djeser, quien construyó el conjunto funerario donde encontramos la pirámide escalonada de Sakkarah. Esta pirámide es el resultado de la superposición de mastabas, típicas de la época tinita. El complejo además de la pirámide contiene otros lugares, para otras actividades ajenas al enterramiento, como la Fiesta de Sed. Las pirámides escalonadas fueron frecuentes durante esta dinastía. La Dinastía IV: las pirámides de Guizah (2.625-2.500 a.C.) Cabe destacar al fundador de la dinastía Snofru, quien tuvo gran importancia, sobretodo, en el tránsito de la pirámide escalonada a la lisa. También es importante en este periodo las pirámides de Guizah, que corresponden a tres faraones: Keops, Kefren y Micerino. La Dinastía V (2.500-2.350 a.C.) Se da un auge de la religión solar y el dios Ra. Heliópolis cobra gran importancia, así como los templos solares.

3

Relaciones internacionales durante el Imperio Antiguo Durante el Imperio Antiguo, Egipto gozó de prosperidad, gracias a la protección natural de sus fronteras. Fue una época sin grandes rivales; tan solo tuvieron conflictos en los territorios limítrofes, expandiéndose hacia Nubia, Libia y Palestina, muchas veces en busca de recursos. El primer periodo intermedio (finales del III milenio) Entre las Dinastías VI y XI, Egipto atravesó una crisis o época oscura. Una época que contrasta con la estabilidad y prosperidad del Imperio Antiguo. El primer periodo intermedio se caracteriza por gobiernos inestables y conspiraciones, así como por faraones manejados por la nobleza y un desarrollo de los poderes locales frente a la autoridad faraónica. Se trata de un periodo de inestabilidad en el poder, donde se produce una lucha entre familias de la alta nobleza egipcia por tomar el control. 3. El Imperio Medio (2.008-1.630 a.C.) El ascenso de Tebas y la Dinastía XI (2.008-1.938 a.C.) El Imperio Medio significa la aparición brillante de Tebas en la historia de Egipto. Se trata de un lugar situado en una estratégica posición dentro del Alto Egipto. Tras las guerras entre las familias nobles por hacerse con el poder y la crisis del primer periodo intermedio, será Mentuhotep II, fundador de la Dinastía XI y del Imperio Medio, quien cierra políticamente este periodo. Este faraón asegura de nuevo las fronteras y restablece la supremacía del faraón. Por otro lado, lleva a cabo una reconstrucción interna, principalmente de los puestos funcionariales, y recupera tradiciones como la Fiesta de Sed. Durante la Dinastía XII, también se recupera la ruta de Wadi Hammamat, restableciendo así el comercio entre el Mar Rojo y el Golfo Pérsico. La Dinastía XII: el apogeo del Imperio Medio (1.938-1.759 a.C.) El Imperio Medio supone un periodo afortunado de la historia de Egipto, en el que la estabilidad y el buen gobierno del país permitieron un incremento del bienestar social, un notable aprovechamiento de recursos económicos y un estímulo claro de las artes y las letras. Fue una época de gobernantes eficientes con largos reinados.

4

Por otro lado, hubo una reconstrucción de la imagen de la realeza y el faraón por parte de las Dinastías XI y XII, que había quedado dañada en el primer periodo intermedio. En la política exterior se consolidaron las fronteras de Nubia y la zona de Palestina. El segundo periodo intermedio: los Hicsos en Egipto Se trata de una de las etapas más oscuras de la época de Egipto. Al igual que en el primer periodo intermedio, se da una ruptura de la unidad del país y las disputas internas cortan la tradicional linealidad histórica egipcia. Los hicsos ocuparon las dinastías XIV, XV y XVI. La XVII ya corresponderá al linaje tebano que reconstruirá la unidad nacional. Este periodo de los hicsos será visto de manera negativa posteriormente, incluso en ocasiones se trata de una época que se intenta borrar de la historia o darle poca importancia. La invasión de los hicsos fue un golpe a la tradicional seguridad del país frente al exterior. Esto les impulsaría en un futuro a ser una potencia militar. Según el testimonio de Manetón, recogido en la obra de Flavio Josefo, la llegada de los Hicsos fue de forma violenta y dramática. Sin embargo, sabemos que la presencia y consolidación del fenómeno hicso en el Valle del Nilo fue mucho más paulatina de lo que sugiere Manetón. Los hicsos son un pueblo cuyo origen parece ser la zona de Palestina. Serían un pueblo de origen semita que se estableció en el Delta del Nilo, donde se encontrará su capital: Avaris. La llegada de los Hicsos a Egipto no fue un hecho aislado. De hecho, estamos ante un momento (II milenio a.C.) en el cual el Próximo Oriente está sufriendo cambios étnicos y lingüísticos. Estamos hablando de los amorritas formando gobierno en Babilonia y Asiria, así como los hititas en Anatolia y los hurritas en Mittani. Por lo tanto, los hicsos en Egipto serían el resultado de estos cambios étnicos en Próximo Oriente. Los hicsos no dominaron todo Egipto, sino que su zona de influencia fue el Delta y su entorno. De hecho, toleraron que se estableciera en el sur (Tebas) una dinastía egipcia, que más tarde, encabezaría la recuperación de la independencia.

5

Los hicsos, fieles a su origen extranjero, desarrollaron una política de relaciones internacionales de gran alcance, manteniendo relaciones con Nubia, Siria, Mesopotamia y el Egeo. Se trata de una actividad comercial sin precedentes en Egipto. Además, los hicsos se adaptaron a las tradiciones egipcias, pero también aportaron sus propias costumbres, propias de la zona sirio-palestina. Las novedades que introdujeron los hicsos en Egipto fueron materiales: aportando instrumentos musicales, joyas, cerámicas y mejoras metalúrgicas. Por otro lado, introdujeron innovaciones en las formaciones armamentísticas y militares: hachas, espadas, el arco compuesto asiático; incluso se les atribuye la introducción del caballo y el carro ligero de guerra en Egipto. La expulsión de los hicsos y el final del segundo periodo intermedio fue obra de la Dinastía XVII enraizada en Tebas. Los tebanos lograron mantener cierta autonomía en el sur tolerada por los hicsos, lo que dio lugar a una guerra entre ambos linajes. La derrota definitiva de los hicsos y su expulsión de Egipto debemos atribuirlo a Ahmosis. 4. El Imperio Nuevo (Dinastías XVIII-XX. 1.539-1.075 a.C.) Con el Imperio Nuevo entramos en uno de los más brillantes y atractivos periodos de la historia de Egipto, es un periodo de expansión, que disfruta de una coyuntura positiva en lo económico, en lo político y en lo cultural. Es un periodo bien documentado, una época de expansión imperial que, tras la liquidación de los hicsos, llevó a Egipto a tener un papel de líder en Oriente. Es la época del éxodo y para muchos la más representativa del Egipto faraónico. La Dinastía XVIII (1.539-1.295 a.C.) Tras la expulsión de los hicsos, Ahmosis aseguró las fronteras y reconstruyó las estructuras internas del país, fue un buen periodo para Egipto y Ahmosis sería recordado como el fundador del Imperio. Su sucesor será Amenofis I, primer faraón en separar su tumba del templo funerario, practica continuada durante el periodo. Además, es posiblemente el primer en trabajar en el Valle de los Reyes, en Tebas. Más tarde, gobernará Tutmosis I, uno de los grandes conquistadores del periodo, cuya imagen es la de un soberano guerrero. Llega hasta Siria y penetra en Nubia y marca la frontera en la IV catarata.

6

Tras la muerte de Tutmosis I y Tutmosis II, llega un paréntesis de 20 años, en el cual gobierna la mujer de este último, Hatshepsut. Ésta, será reina de Egipto como regente del nuevo soberano, Tutmosis III. Hatshepsut se hará enterrar en el Valle de los Reyes con su padre, Tutmosis I. Tras Hatshepsut, llega al poder Tutmosis III, uno de los mayores conquistadores de la historia de Egipto. Siguiendo los pasos de Tutmosis I, alcanza el norte de Siria y se enfrenta directamente a Mittani, la gran potencia de la zona en ese momento. Además, fue un gran constructor, destacando sus obras en Karnak y también, fue un soberano culto y letrado, interesado por el arte y el conocimiento. Para algunos egiptólogos fue “el faraón más grande que ocupara el trono de Egipto”. Los sucesores inmediatos de Tutmosis III suponen quizá el momento más clásico y de prosperidad sostenida de todo el Imperio Nuevo. El estado se halla sólidamente asentado y la riqueza afluye desde Nubia y Asia. Amenofis II será el sucesor de Tutmosis III. Sus campañas asiáticas y sus enfrentamientos con Mittani lo presentan de nuevo volcado en política exterior. Tutmosis IV presenta, por el contrario, grandes cambios. El ascenso imparable de los hititas hace que Mittani y Egipto, aproximen sus posiciones y se repartan pacíficamente Siria y Palestina. El siguiente faraón será Amenofis III, será un reinado próspero, pacífico y largo, que se basará en las buenas relaciones con Asia y, en especial, Mittani. La época de Tell El Amarna y la figura de Ajenaton (Akhenaton) El reinado de Amenofis IV es de los episodios más problemáticos. Este faraón siguió la estela de su predecesor, Amenofis III, e instaura un fuerte culto al sol. Amenofis IV escoge un lugar en Egipto Medio, un lugar virgen, no tocado por la acción humana y libre así mismo de la presencia de otras divinidades. En este lugar, edificará su nueva capital, base de operaciones y foco desde el que llevará a cabo la reforma religiosa, cerca de la actual Tell El Amarna. Este faraón cambio su nombre de Amenofis por el de Ajenaton, también nombre de su capital. Ajenaton junto a su mujer, Nefertiti, llevaron a cabo una reforma religiosa centrada en el culto al disco solar Atón (Athum). Se trató de una especie de monoteísmo, en el cual se despreciaron al resto de dioses.

7

Tras la muerte de Ajenaton, se dará un periodo confuso, en el cual surge la figura del famoso Tutankamon, quien dio los primeros pasos para volver a la ortodoxia y normalizar la situación, tras el paréntesis de Amarna. Su reinado fue corto pero dinámico: abandonó Ajenaton, para residir en Tebas o Menfis, volvió a la tradición de enterramientos en el Valle de los Reyes y restauró la tradicional religión egipcia. La dinastía termina con el acceso al trono de Horemheb, funcionado militar experimentado. Los Ramésidas (Dinastías XIX y XX. 1.292-1.095 a.C.) Horemheb escogió adecuadamente a su sucesor, Ramsés I. Los Ramésidas instalarán la capital en el Delta oriental (la célebre Pi-Ramsés), donde estuvo Avaris, una ciudad más próxima al teatro de operaciones que suponía Asia en su política imperial. Realmente el fundador de la dinastía fue su hijo y sucesor Seti I. Tanto él como Ramsés II mandan grabar listas de reyes de Egipto, para reafirmar su legitimidad. En esta lista son omitidos los soberanos de Amarna, por su poca piedad hacia las divinidades. Seti I se enfrenta a los hititas y restablece la frontera al norte de Siria. Por otro lado será un gran constructor de templos. Su sucesor será Ramsés II uno de los mejores faraones de la historia de Egipto. Construyó la nueva capital Pi-Ramsés, su esposa fue la ilustre Nefertary. Llevó a cabo trabajos de restauración en las pirámides de Guizah y Sakkarah. Tuvo gran actividad en la política exterior, luchó contra los libios y otros pueblos que amenazaron el Delta, pero sobretodo, desarrolla una gran actividad en Nubia, extrayendo recursos y construyendo templos como Abu Simbel. Su gran poco de actividad militar fue la franja sirio-palestina, disputándose Siria con el Imperio Hitita, destacando la batalla de Kadesh, batalla bien documentada donde parece que los hititas se hicieron con el control de zona. En este momento surge Asiria como potencia. Esto unido a la amenaza de los Pueblos del Mar, lleva a Egipto y los hititas a firmar una alianza. La Dinastía XX está marcada por Ramsés III, último gran soberano de Egipto, vencedor ante los libios y los Pueblos del Mar, salvando a Egipto. A finales del II milenio a.C. se produce una situación de cambio y crisis, hay un gran movimiento de pueblos y el mundo del bronce desaparece. Hititas, mittanios y casitas desaparecen y aparecen otros pueblos como los arameos. Muchos de estos cambios son provocados por los Pueblos del Mar. Sin embargo, el Egipto Ramsés III preserva la independencia y las costumbres del país. Tras este último gran faraón, vendrá una larga lista de reyes con el mismo nombre, hasta Ramsés XI.

8

MESOPOTAMIA 1. Los comienzos de la cultura en el Próximo Oriente Prehistoria Sin duda, Oriente Próximo es uno de los lugares más importantes históricamente; en especial, durante la prehistoria y la Antigüedad. Se conservan en la zona grandes yacimientos desde época neolítica, donde destacan las excavaciones de Çatal Hüyük; hasta la época de la cultura del Obeid, pasando por el Calcolítico. Durante estos últimos periodos de la prehistoria, se fueron fraguando lo que en época antigua serán las primeras civilizaciones de la historia. Protohistoria o periodos arcaicos del Próximo Oriente (3.400-2.850 a.C.). Época protosumeria. Cultura de Uruk Después de la prehistoria, llega un periodo conocido como la época protosumeria o periodos arcaicos. Se trata de un periodo que abarca desde el 3.400 al 2.850 a.C. aproximadamente. Es un momento de gran crecimiento para la zona, que vino acompañado de la aparición de la escritura, el sello cilíndrico (cilindro grabado con motivos que representaban a los dioses o contenían símbolos de poder), la división del trabajo, nuevas formas de organización socio-política, etc. Por otro lado, surgirán las primeras ciudades-estado que estarán constantemente en conflicto por hacerse con la supremacía de Mesopotamia. Por último, cabe destacar, los intercambios comerciales y los contactos culturales entre las ciudades-estado mesopotámicas y otras zonas como Egipto y el entorno del Indo. También, se dieron contactos culturales y comerciales por parte de la cultura de Uruk con otras zonas como Elam, Siria y Susa. 2. Historia de la antigua Mesopotamia Fase I (2.850-2.000 a.C.) Simbiosis sumerio-semita Periodo protodinástico Se trata de una época donde se consolidan las ciudades-estado, entre las que destacan: Kis, Umma, Lagash, Uruk y Ur. Muchas de ellas situadas en la zona sumeria. 9

Se erigirán los primeros dirigentes o reyes, en cuyo entorno nacerán las primeras burocracias palaciegas. En el protodinástico II, las ciudades serán amuralladas, hecho relacionado con los conflictos acaecidos entre las diferentes ciudades-estado, bien fuera por recursos como el agua o por territorios limítrofes. Cabe destacar la rivalidad e...


Similar Free PDFs