Ensayo Sociologia - Sociología de la Pobreza PDF

Title Ensayo Sociologia - Sociología de la Pobreza
Course Sociologia
Institution Universidad Adolfo Ibáñez
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Profesor Hugo Rojas ...


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Constanza Sariego

Profesor: Hugo Rojas Corral

Ensayo: Sociología de la pobreza ● Introducción La pobreza es definida según el diccionario de la RAE como la “necesidad, estrechez y carencia de lo necesario para el sustento de la vida”. Puede ser entendida también bajo ciertos criterios como: estándar de vida, insuficiencia de recursos, carencia de seguridad básica, falta de titularidades, privación múltiple, exclusión, desigualdad, clase, dependencia y padecimiento inaceptable (Spicker,1999). La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) es el organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas responsable de promover el desarrollo económico y social de esta región y sus labores principales se concentran en el campo de la investigación económica. La CEPAL durante los últimos años ha realizado diversas actividades tendientes a examinar y definir métodos de medición de la pobreza desde una perspectiva multidimensional y analizar sus aplicaciones empíricas en diversos países de la región de América Latina. Estas iniciativas se ha llevado a cabo junto a tres instituciones con amplia experiencia en el área de la medición de la pobreza, como son: la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford, el Ministerio de Planificación de Chile y la Fundación Superación de la Pobreza. La pobreza, puede diferenciarse entre pobreza como tal y pobreza extrema. La diferencia entre estos conceptos, radica en que en la pobreza extrema es el estado más grave de pobreza, cuando las personas no pueden satisfacer varias de sus necesidades básicas para vivir, como la disponibilidad de alimento, agua potable, techo, sanidad, educación, saneamiento o acceso a la información. Este estado no depende exclusivamente del nivel de ingresos, sino que también se tiene en cuenta la disponibilidad y el acceso a los servicios básicos. A nivel nacional, según el último resultado entregado en 2015 por la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), Chile es el país que presenta el menor índice de pobreza en todo América Latina, con un 11,7%. Mientras que los países con mayor índice de pobreza son los ubicados en Centroamérica, incluyendo además a Colombia, Argentina, México y Bolivia, todos ellos con un índice de pobreza superior al 25% del país.

● Causas La pobreza es uno de los desafíos más grandes que tiene América Latina, y para superarla se debe considerar qué es lo que hace que una población sea o no considerada pobre. Dentro de este contexto, se ha podido identificar una diferencia que depende del lugar del cual se hable o investigue, ya que a través de diversos estudios se ha podido identificar que los niveles de pobreza son mayores en las zonas rurales que en las urbanas. Es por esto que, para explicar las causas de la pobreza, partiremos desde esta diferencia. La pobreza rural en América Latina es mayor que la pobreza urbana. El 38% de la población urbana es pobre en tanto que la pobreza rural llega al 61,8% de la población. Así mismo, la

incidencia de la pobreza extrema en las áreas rurales supera en más del 24% a la urbana. Dado el notable grado de urbanización de la región de América Latina (alrededor del 75% de la población vive en ciudades), ⅔ de los pobres vivían en el año 2002 en áreas urbanas y a su vez más de la mitad (el 53%) de los indigentes de la región también vivían en áreas urbanas. Sin embargo, estas cifras pueden llamar al engaño porque se basan estrictamente en las definiciones estadísticas de urbano y rural que se utilizan oficialmente en los países Latinoamericanos, pero que no necesariamente reflejan ni el sector rural ampliado ni el continuo rural-urbano (Ferranti, Perry, Ferreira, Walton & Coday, 2003). Cabe destacar que además de la pobreza, latinoamérica tiene otro problema, que está directamente relacionado con la pobreza, el cual es la desigualdad. La desigualdad se manifiesta a través de diversas maneras tales como diferencias de ingreso, el acceso a los servicios, el poder y la influencia y, en muchos países, el acceso al sistema judicial. En relación a esto, el Banco Mundial reportó, luego de analizar las encuestas de hogares, que el 10% de los individuos más ricos reciben entre el 40% y el 47% del ingreso total en la mayor parte de los países, mientras que el 20% más pobre, sólo recibe entre el 2% y el 4%. La marcada concentración del ingreso que prevalece en la mayoría de los países ha hecho que la región de América Latina sea considerada la más rezagada del mundo en este aspecto, incluso en comparación con regiones de menor desarrollo social y con niveles de pobreza más elevados (Escobar, 2006). Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la persistente desigualdad en la región no sólo incide en la posibilidad de reducir la pobreza con el crecimiento económico sino que, además, es un limitante al crecimiento de los países (Desarrollo, 2003). La desigualdad es un fenómeno que afecta a distintos ámbitos de la vida de las personas, tales como acceso a educación, la salud y los servicios públicos, el acceso a la tierra y a otros activos; el funcionamiento de los mercados de crédito y laborales formales; la participación en mercados de bienes y productos; el acceso a bienes de carácter público, la participación e influencia políticas y, por supuesto, los ingresos. A partir de esto podemos decir que la inequidad está relacionada con el alto nivel de desigualdad. Esto forma un círculo vicioso que conlleva a que las oportunidades que se crean por acciones públicas y privadas, sean capturadas por personas y organizaciones que están fuera de los niveles de pobreza y que producen, como consecuencia, una mayor concentración de activos en pocas manos, sin que los estratos pobres tengan oportunidad definida de acceder a tales activos (Escobar, 2006). Se debe considerar que el círculo vicioso que mencionamos anteriormente además es creciente, ya que los mayores niveles de inequidad se asocian a los mayores niveles de pobreza, lo cual hace pensar que existe una relación perversa que incrementa las condiciones y consecuencias desfavorables (Escobar, 2006) ● Aproximaciones a una solución Con la existencia de estos problemas, podemos identificar a su vez un gran desafío que va acompañado de modelos que podrían funcionar como posibles soluciones. Desde la década de los ‘90, la llamada globalización y un enfoque neoliberal que ha dominado actividades privadas y buena parte de las públicas, constituyen el marco genérico en que se plantean las estrategias y programas de disminución de la pobreza, planteadas con un enfoque que intenta pasar de lo general a lo particular. Su aplicación en América Latina ha generado la tendencia del “modelo único de la economía de mercado”, especialmente a partir de la “aceptación” del llamado consenso de Washington, que efectivamente contiene reformas y políticas uniformes que se pretenden aplicar sin mucha discriminación entre los países (Escobar, 2006). Dadas las modalidades del “neoliberalismo”, tales como la mundialización del mercado de capitales, la rápida ampliación del comercio internacional y la fuerte concentración en las

cadenas agroalimentarias, los países han tomado una serie de decisiones que ayudan a que estas se complementen no solo a nivel nacional sino que también a nivel internacional. Es así como se ha creado la Organización Mundial de Comercio y se han formalizado y puesto en práctica tratados de comercio, acuerdos regionales y mecanismos preferenciales para incrementar el comercio entre países Se debe tener en cuenta que las características generales del enfoque neoliberal se orientan hacia un cambio radical en el papel del gobierno, que en este ámbito pasa a tener un papel más de regulador y normativo, abandonando instancias de intervención directa, lo que dio lugar a programas de privatización de empresas de producción y servicios, frecuentemente con grandes ganancias para los inversionistas privados. Se debe tener mucho cuidado y no aplicar soluciones superficiales, considerando que hay que prestar atención a las causas y no a las repercusiones de estas. Por esto mismo, para generar cambios y soluciones en la pobreza se deben atacar a sus principales causas, dentro de las cuales y una de las principales es la inequidad social. Tal como se mencionó anteriormente, una de las soluciones es la liberalización del comercio, pero es necesario tener en cuenta un concepto importante,que son los factores domésticos. Los factores domésticos son complejos sistemas que tienen que ver con inversiones en infraestructura para la producción y el comercio, solución a los problemas de propiedad intelectual, mecanismos y procesos transparentes de adquisiciones del Estado, estándares y controles de calidad, sistemas confiables de control de sanidad portuaria, mecanismos de trazabilidad, legislación operativa sobre abusos laborales y sobre buenas prácticas de producción, por mencionar las principales. Estas condiciones domésticas hacen del comercio internacional una actividad excluyente, en la que pocos tienen libre participación y, especialmente, acceso a los excedentes generados por el ejercicio del libre comercio (Escobar, 2006). Es igualmente reconocido que muchas de las fuerzas de la globalización son desintegradoras. En la práctica, integran a los segmentos más dinámicos de la economía con el resto del mundo y dejan a los grupos y agentes más débiles rezagados. Estas fuerzas muy frecuentemente rompen la consistencia que debe existir al interior de cada país, especialmente en relación con la integración de las cadenas agroalimentarias, la cohesión social, el equilibrio entre lo que el país gasta y produce, la relación entre el ahorro y la inversión, entre presente y futuro, entre otros aspectos (Ffrench-Davis, 2004). Las aproximaciones de solución a los problemas de la desigualdad han tenido otro carácter. Después de un esfuerzo que fue poco serio en la mayoría de los países Latinoamericanos por modificar la distribución de la tierra a través de las reformas agrarias, el grueso de las acciones que buscan contrarrestar la desigualdad se denominan políticas sociales. La política social se ha entendido como una forma de intervención a nivel macro y que es iniciativa del Estado, en función de lograr algún tipo de justicia dentro de la sociedad concordante al modelo de desarrollo definido por el mismo Estado. En el largo plazo, busca incorporar en la población beneficiaria las herramientas necesarias para lograr su sustento en el tiempo, además de propiciar un desarrollo más humano de los individuos. En general, en los países de América Latina las políticas sociales de salud, vivienda, educación y seguridad social, constituyen herramientas fundamentales para el mantenimiento de la paz social y son un intento dentro del sistema de mejorar la equidad y la justicia social. A estas políticas se adicionan otras de carácter más estructural como los proyectos de infraestructura, que para el caso del ámbito rural, buscan disminuir los altos costos de transacción de los productores rurales, y contribuir a hacerlos más eficientes y competitivos (Ramírez, 2003). Por su parte, el desarrollo se refiere a la capacidad que tiene cada persona para elegir el modo de vida que más valora y desea llevar a cabo, hay una tarea inmensa de la sociedad para facilitar el acceso y establecer un abanico de oportunidades de elección o el conjunto de libertades de que

disponen, de manera efectiva, las personas. Ésta es una tarea que seguramente puede encabezar el Estado, a través de su capacidad de generar políticas públicas y facilitar servicios y bienes de carácter público. No es, sin embargo, una tarea exclusiva de ese componente de la sociedad; requiere la participación decisiva del sector privado y de la sociedad civil. ● Conclusión y reflexiones A partir del análisis realizado, resulta fundamental recalcar ciertos puntos. Por un lado, si bien pueden existir múltiples causas que deriven en pobreza y que es de suma importancia que sean tratadas, la brecha entre los sueldos reportada por el Banco Mundial nos permite hacer una profunda reflexión, ya que si el 10% de las personas más ricas de los países de América Latina reciben entre el 40% y el 47% de los ingresos totales, y el 20% más pobre reciben solo el 2% a 4% de los ingresos totales, es algo de lo cual no podemos estar ajenos ni exentos, la mala e injusta distribución de los dineros en distintos países es claramente uno de los mayores detonantes de la pobreza, por lo tanto, mientras los ciudadanos y los Gobiernos de estos países sigan permitiendo y haciendo oídos sordos con este tema, los índices de pobreza difícilmente podrán disminuir. En base a esto, es posible señalar que el modelo neoliberal implementado en algunos países ha sido visto como una alternativa a la superación de la pobreza y vistas las cifras en Chile, esta implementación efectivamente ha tenido resultados beneficiosos en relación a esta superación. Sin embargo, uno de los resultados de este modelo también radica en la inequidad y desigualdad que puede ser vista principalmente en la concentración de activos. Consideramos que es de suma importancia que los Estados interfieran en asuntos que ayuden a que estas diferencias disminuyan en cuanto a educación, salud y vivienda, y de este modo, las personas podrán tener más y mejores oportunidades, ya que como fue señalado anteriormente, este sistema más liberal contribuye al surgimiento de nuevos talentos e ideas.

Bibliografía -

Escobar, G. (2006). ¿ Requiere América Latina un Nuevo Estructuralismo para Enfrentar la Pobreza y Desigualdad?. Debates y temas rurales, (6), 5-31. de Desarrollo, B. I. (2003). Reducción de la pobreza y promoción de la equidad social. Documento de estrategia. De Ferranti, D., Perry, G., Ferreira, F., Walton, M., & Coday, D. (2003). Desigualdad en América Latina y el Caribe:¿ Ruptura con la historia. Washington, DC, Banco Mundial (BM). Ffrench-Davis, Ricardo. (2004). Globalización y crecimiento con equidad. Revista Foro, Nº 36, Santiago de Chile: Fundación Chile 21. Ramírez, Eduardo. (2003). Estructura y evolución de las políticas de lucha contra el hambre y la pobreza rural en América Latina. Santiago de Chile: RIMISP. Spicker, P. (1999). Definitions of poverty: eleven clusters of meaning. The international glossary on poverty. London: Zed Books, 150-62....


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