Escultura del periodo Clásico PDF

Title Escultura del periodo Clásico
Course Arqueología Griega y Helenística
Institution Universidad de Málaga
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ESCULTURA DEL PERIODO CLÁSICO 1. PERIODO SEVERO (480-450 a.C.): A partir de ahora, no contamos apenas con originales por lo que hay que estudiar la escultura griega a partir de las copias romanas. Desde este momento ya nos se pueden realizar distinciones entre distintas escuelas, como ocurría en la escultura arcaica, fundiéndose en dos: la del Ática y la del Peloponeso. Las fuentes nos mencionan una serie de escultores pero no siempre se ha podido relacionar la obra con el escultor. Los ya mencionados Kritios y Euthydikos, escultores áticos de las primeras décadas del siglo V a.C. , son los más destacados en los primeras décadas de esta centuria. Al primero le debemos el Efebo, llamado de Kritios, (480 a.C.): con el cabello recogido o corto, la figura descansa sobre una pierna y desequilibra hombros y caderas; rompe la frontalidad, con la cabeza inclinada. Presenta el pecho y el torso más trabajado. A esta época corresponde también el “Grupo de los Tiranicidas” (477 a.C.): Las estatuas de Harmodios y Aristogeiton, creadas por Antenor, hubieron de ser sustituidas, tras ser robadas por los persas, por otras encargadas a Kritios y a Nesiotes. El nuevo grupo sólo nos ha llegado en reproducciones, por ejemplo en pintura de vasos, o bien en copias romanas. Son figuras más evolucionadas que el Efebo de Kritios, y así permite constatarlo fundamentalmente el modelado más blando. A Euthydikos le debemos una Koré (490 a.C.), conocida como la “Malhumorada”. Cabello largo, recogido en trenzas, y el llamado Efebo Rubio por la tonalidad amarillenta del cabello; con expresión sombría con ojos y párpados gruesos. Entre otros nombres, conocemos a Hageladas, fundador de la escuela de Argos. Autor de Zeus de Hítome (por encargo), realizada a principios siglo V. Según las fuentes, es considerado como maestro de los escultores Mirón, Fidias y Policleto. Durante este periodo se realizan numerosas estatuas de bronce: -

Auriga de Delfos: Dedicado por Polyzalos de Gela (tras la victoria en los juegos de 480 ó 474 a.C.). Cabeza con los ojos (pocos originales griegos los

conservan). Se ha discutido si era el mismo Polyzalos el representado. Es el auriga que conduce el carro. Se trata, posiblemente, de una ofrenda para celebrar la victoria en los juegos píticos. El grupo estaba formado por el auriga que sostiene las riendas de la cuadriga, los cuatro caballos, un guerrero detrás suyo -que podía ser el oferente- y un mozo de cuadra. La escultura está fundida en piezas separadas y soldadas posteriormente. Los ojos son incrustaciones de vidrio de color y todavía conserva restos de plata de la diadema y de cobre en los labios, elementos que conferían una mayor riqueza cromática. El Auriga de Delfos perteneció a un grupo del que sólo se ha conservado esta figura, fragmentos de un caballo y un pequeño esclavo que acompañaba al príncipe en el carro. Si bien es evidente que, aislada, esta estatua ofrece un aspecto diferente al que debía de presentar en el conjunto, es posible señalar algunos rasgos esenciales. A primera vista, la figura erguida, con la larga túnica y la actitud impasible, recuerda mucho las esculturas arcaicas. Pero esta impresión se corrige cuando miramos más atentamente. La marcada frontalidad que caracterizó a las esculturas arcaicas exentas, especialmente en los primeros tiempos, tiende aquí a desaparecer gracias a la introducción de matices que podrían pasar desapercibidos: los pies se sitúan oblicuamente respecto al cuerpo, el cual acentúa levemente la torsión lateral, de acuerdo con los brazos y cabeza; esta torsión se manifiesta en el juego de los pliegues de la túnica, los cuales ceñidos en la cintura y sueltos en el torso establecen un volumen que evita la rigidez columnaria. Este movimiento es, no obstante, mínimo, muy lejos del que realmente podía mostrar un auriga sobre un carro, es decir, no se trata de una obra realista, naturalista o representativa. El rostro está de acuerdo con esa disposición corporal; mantiene un gesto sereno en el que ha desaparecido la sonrisa, para dar paso a una expresión centrada, que destaca en unas facciones geometrizantes, pero con una fuerte "carnosidad" en los labios, pómulos y lóbulos nasales. La aparición de esta tímida movilidad ha producido efectos notables en la composición global de la estatua que, sin dejar de ser plenamente estructural, altera ya levemente la composición aditiva típica de las obras arcaicas. Ya cada una de las partes no se limita a estar al lado de la contigua, sino que incide en su conformación, exigiendo una coherencia del conjunto que va más allá de las coherencias

individuales. El juego de cintura, el torso y las caderas, por ejemplo, es en este sentido muy ilustrativo, todo él dominado por el ligero movimiento del cuerpo, que en ningún momento se ve, pero se "trasluce" en la disposición de los pliegues y el ritmo de la caída de éstos. Desde el punto de vista técnico, se realiza fundiéndola por piezas. Modelo en madera, a tenor del estudio de los pliegues del chitón del auriga. En los pies se pueden ver las venas, tendones... Se utiliza además la plata para la tenia (diadema); cobre para los labios, y pasta vítrea de distintas tonalidades para los ojos. ¿Procedencia? Se realiza en talleres suritálicos. -

Poseidón (ó Zeus) de Artemision (470 - 460 a.C. ): Aparece en 1928. Esta imagen no tiene elementos asignables ni a Poseidón ni a Zeus, de ahí la duda. En su identificación Hoy se considera más probable que sea Zeus: Una pierna adelante, y la otra atrás, una apoyada en el suelo, la otra ligero sostén. El dios se dispone a lanzar el tridente, motivo del que se vale el escultor para plasmar la belleza del desnudo varonil, al tiempo que reflexiona sobre cómo veían los griegos a los dioses. La composición es sumamente equilibrada y armoniosa; el ritmo ágil. Se considera una obra procedente de un taller peloponésico. La vista buena es de frente. Cabeza inclinada ligeramente: ojos vacíos, cabello largo en trenzas y recogido sobre la nuca. Barba muy poblada. Postura igual a uno de los Tiranicidas, a Aristogiton. Es típico también de este periodo la realización de bronces plenos de pequeño tamaño.

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Bronces de Riace (450 a.C.). Hallazgo casual en 1972, en el mar jónico. Estas estatuas de bronce están atribuidas a varias escuelas y autores, entre ellos a la escuela de Praxiteles, a la del mismo Fidias, y sobre todo a Pitágoras de Reggio, cerca de donde se encontraron. Fechada entre los años 460 y 430 a. C. Las estatuas son dos esculturas exentas, conocidas popularmente como el guerrero viejo y el joven, encontradas en el Mar Jónico, en las costas de Riace, muy cerca de Reggio Calabria. Seguramente el barco que las transportaba sufrió un naufragio, y toda su carga, ha permanecido en el

fondo del mar hasta 1972, año en el que fueron rescatadas. Ambos guerreros presentan una posición muy parecida, la pierna derecha recta, sosteniendo la mayor parte del peso del cuerpo, y la izquierda ligeramente flexionada. El brazo izquierdo está doblado formando un ángulo de 90, seguramente para aguantar un escudo, mientras que el derecho, más estirado a lo largo del cuerpo, seguramente sujetaba una lanza o una espada. Ambas formaban parte de un grupo escultórico, y estaban diseñadas para ser vistas de frente. La figura B presenta el pelo corto y completamente recogido, como para adaptar un casco, mientras que el guerrero A tiene el pelo largo sujeto por una cinta. Ambos tienen añadidos de otros materiales, como el cobre de las pestañas y los labios, la plata de los dientes y el marfil de los ojos. El escultor demuestra un enorme conocimiento de la técnica de la cera perdida y de la proporción en las imágenes. La postura es muy natural, y al mismo tiempo amenazadora, ojos de mirada fija, boca entreabierta, sin duda las figuras estaban destinadas a impresionar al pueblo. El trenzado del pelo y la barba, la poderosa musculatura, el relieve de la piel, donde son visibles los grandes músculos, venas y tendones, son también un prodigioso estudio de la anatomía humana. Ambas estatuas tienen el indudable valor de ser de las pocas obras originales que se pueden observar tal como eran las esculturas clásicas de bronce. Seguramente las estatuas están realizadas en el mismo taller, participan de características muy reconocibles del llamado estilo severo, que tuvo a Policleto como su punto culminante y al contraposto como la técnica postural más habitual. - Trono Ludovisi: Relieves descubiertos en 1877 en Roma. Realizado en mármol griego, parece ser que proviene de taller suritálico. La designación trono es convencional y responde a la forma de la pieza que consta de una cara principal y dos alas laterales. La cara principal, aquí reproducida representa con toda probabilidad el Nacimiento de Afrodita, que emerge del mar ayudada por las Horas. El relieve es muy bajo y se desarrolla casi en un único plano. La combinación de torso frontal y cabeza de perfil en la figura de Afrodita evoca una fórmula preclásica. En los laterales del Trono encontramos a una Sacerdotisa y a una Flautista, respectivamente.

Representa a la diosa Afrodita emergiendo de las aguas con la ayuda de las Gracias, probablemente. Se trata, al parecer, de su nacimiento, o quizás del baño de la diosa. Aquí la simetría casi total es contrarrestada, sin embargo, por leves divergencias, principalmente por el rostro de perfil de Afrodita, ladeado a la izquierda. Esta obra es uno de los ejemplos de simetría y variación en el arte griego, de manera comparable a como ocurre en la literatura. En la manera de componer griega funcionan dos tendencias contrarias que permanecen en equilibrio: el gusto por la simetría y el gusto por la variación. Es decir, que el griego ama la simetría sin caer en la monotonía, y gusta de la variación sin caer en la falta de armonía. Es la misma estructura que tiene el Himno Homérico a Afrodita, poema en donde se describe el baño de la diosa asistida por las Gracias, lo que podría estar representado en este relieve. El Trono Ludovisi es una de las mejores muestras de las manifestaciones suritálicas del Estilo Severo. A ambos lados de la escena principal del trono donde se representa el nacimiento de Afrodita, se encuentran dos figuras femeninas: una sacerdotisa y una flautista, uno de los primeros desnudos femeninos que encontramos en el arte griego.

2. ALTO CLASICISMO

MIRÓN Escultor, pero sobre todo broncista, de mediados del siglo V a.C. Considerado de la escuela ática. Las fuentes hablan de él como une escultor prolífico empeñado en reproducir la realidad, preocupado por la simetría, aunque le reprochan el desinterés por reflejar emociones. Aventajado alumno de Ageladas, la parte más interesante de su obra es la que se inscribe dentro del primer periodo clásico, en el que sus obras muestran un interés por la representación de las tensiones del cuerpo humano en el movimiento contenido. Son muchas las obras que se le atribuyen, sin embargo sólo tres con seguridad: Atenea y Marsias, el Anadoumenos y el

Discóbolo Esta última es su obra más destacada, y la conocemos por diversas copias romanas en mármol, la mejor de las cuales se encuentra en el Museo delle Terme en Roma. Residió fundamentalmente en Atenas y es muy probable que participara en el Partenón. Realizó una Vaca para la ciudad de Atenas que parecía real ya que sus obras, especialmente las animalísticas, venían marcadas por un naturalismo exacerbado. El Discóbolo (460 a.C.): Esta obra es lo máximo en técnica de contraposto: un pie, y sólo las puntas de los dedos del otro. Músculos en máxima tensión. La transición del estilo severo a la época clásica plena o madura está representada por Mirón, gran escultor y broncista de extraordinario prestigio. Representa un avance decisivo en el estudio del movimiento violento, de la tensión muscular consiguiente y de la integración de la figura en el espacio, en el momento de lanzar el disco. Representa un notable avance en la representación del movimiento, rompiendo con la formalidad y el hieratismo de la escultura griega anterior. Para ello se elige el momento crítico en el que el atleta se dobla hacia delante, en una postura de gran tensión y concentración, antes de girar para lanzar el disco. Decimos que el momento es crítico por varios motivos, en primer lugar podemos observar que la posición del cuerpo es inestable, sólo se comprende en un contexto de movimiento continuado, en segundo lugar la colocación de brazos, piernas, tronco y cabeza responden al justo momento de iniciar el esfuerzo final de salida del disco, todo el cuerpo se tensa y concentra para dar la mayor velocidad posible al disco. El equilibrio es también intencionalmente crítico, es un momento puntual, como una foto realizada a alta velocidad, congelando el tiempo. Sin embargo, la expresión de la cara no se corresponde con el esfuerzo del momento, y que a pesar del evidente movimiento, la composición sigue pecando de una cierta frontalidad. Grupo de Atenea y Marsias: Pausanias nos habla de ella, pero no dice quien era el autor, sólo la obra. Es Plinio quien sirve para atribuirla a Mirón. Sátiro que mira la flauta que Atenea ha tirado.

Atenea coge una flauta, pero piensa que al tocar deformaría su rostro, y tira la flauta. Marsias la recoge y entra en competición con Apolo; con el previsible resultado para Marsias. Atenea muy joven, con casco corintio, y la indumentaria, un peplo sin apertura. Las miradas de ambas figuras convergían en el suelo creando la típica composición en V de esta época. Aparece la diosa ataviada con un peplo ceñido al cuerpo y casco corintio, mostrando claras semejanzas con el relieve de la Atenea Pensativa de la Acrópolis, atribuida a Fidias. Atenea pensativa (460 a.C.): Relieve de la diosa Atenea vestida con túnica ceñida con un cinturón. Se muestra abstraída en sus pensamientos y apoyada en una lanza, además de tener ligeramente curvada su cabeza hacia adelante. Este es uno de los mejores y más sugerentes relieves áticos de esta época. Atenea viste peplo, se toca con casco corintio y reflexiona abstraída ante una estela. En este relieve hemos de ver el estilo típico de finales de la primera mitad del siglo V y un estadio artístico próximo al de la Atenea Prómachos (guerrera) de Fidias, un original de bronce del que sólo conocemos imitaciones. POLICLETO (460-420 a.C.) Discípulo de Fidias, aunque según otros lo fue de Ageladas de Argos. Importante obra escultórica que compagina con una parte teorizante , en la que proporciona tipos y deja escrito obra que no se conserva prácticamente, tan sólo referencia del físico griego del siglo II, Galeno, que nos habla de esa obra de Polícleto. El célebre canon de Policleto es la plasmación práctica de los principios teóricos formulados por el gran maestro de Argos en un libro desgraciadamente perdido, llamado precisamente "Kanon". Posiblemente en la obra del Doríforo, debió aplicársele las directrices que él vierte en esa obra. Doríforo (440-430 a.C.): canon de Polícleto. Se conservan una serie de copias, aunque posiblemente con reelaboraciones en época romana. Punto de referencia (Canon), copias diversas en diferentes materiales.

Se suele repetir con razón que el Doríforo da forma a la máxima aspiración de los escultores griegos, que era la perfecta proporción dentro de un ideal naturalista. Efectivamente, Policleto es el último escultor interesado por el viejo problema del kouros y el que consigue dar una nueva expresión al contraposto, cuestión fundamental para enjuiciar su trayectoria artística. Como es sabido, el sistema de proporciones del Doríforo se basa en la aplicación de sencillas y antiguas relaciones o módulos aritméticos, como la altura total determinada por 7 cabezas, y otros geométricos que nos son desconocidos. El factor numérico juega, por tanto, un papel decisivo en la expresión rítmica de la simetría, aunque ésta es algo más. Es un conocimiento riguroso del organismo humano obtenido a base de una detallada observación, hecho que explica la importancia del otro principio rector, la "diarthrosis" o articulación, el engranaje de piezas y miembros en el conjunto del cuerpo. Ahora bien, si alineamos al Doríforo junto a precedentes como el Aristodikos y el Efebo de Kritios , valoraremos las innovaciones introducidas por Policleto, sobre todo, en lo que se refiere al ritmo oscilante en forma de S del Doríforo, como si una corriente dinámica fluyera por todo el cuerpo. El equilibrio entre los efectos de carga y descarga del peso del cuerpo es lo que da al Doríforo ese dinamismo único que es consecuencia de la tensión y de la placidez. El influjo de esta obra creada hacia el año 440 a.C. se deja sentir muy pronto. Discóforo (450-440 a.C.): A diferencia con el Doríforo, ésta es una obra de juventud que, a diferencia de la anterior, tiene los dos pies en el suelo. Brazo sujetando el disco y no a punto de lanzarlo, como en el caso anterior. Representa a un atleta joven, musculado , una imagen ideal, en el momento de reflexión. Sus estatuas no son retratos de personas concretas, pero podría representar a Hermes, dios de la palestra. Diadúmeno (430-420 a.C.): Tras el Doríforo, este autor entra enana época de madurez, cuyo mejor representante será el Diadúmeno. En ella se mantiene el ritmo alternante, pero se reducen las proporciones y se da a la composición una forma más cerrada. Comparado con el Doríforo, el Diadúmeno se concentra más en la acción, perfectamente definida mediante

el recurso de ceñirse la cabeza con una "taenia", que los copistas repetirán e interpretarán a su antojo. Por otra parte, el Diadúmeno acredita un cambio de mentalidad en el maestro, más suavizada y, si se prefiere, más humanizada, cambio que se atribuye al influjo ático y fidíaco. Amazona (430 a.C.): Según Plinio, se celebró una especie de certamen para decidir quién realizaba la mejor amazonas. A él se presentaron cuatro escultores: Fidias, Policleto, Krésilas y Phradmón, escultor éste último del que no volvemos a saber nada. Cuenta Plinio que el jurado lo compusieron los mismos concursantes y que el escrutinio se realizó por el curioso procedimiento de dar el premio a la segunda obra más votada, supuesto que cada cual se daría a sí mismo el lugar de honor. El triunfador fue Policleto, seguido de Fidias. Herida en el pecho, la Amazona de Policleto se retira con una mano el chitón de la parte dañada y con la otra se apoya en una lanza, por lo que el ritmo y la forma de la composición se aproximan a los del Diadúmeno; la única variante es la cabeza, que gira en la dirección de la pierna exonerada. La redondez de la cabeza, el tratamiento del pelo y las proporciones del rostro siguen también la parte iniciada en el "Kanon" y proseguida en el Diadúmeno.

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