Etimología de la religión PDF

Title Etimología de la religión
Author Jose Cutipa
Course Micro-Economía
Institution Universidad Nacional de Ingeniería
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Etimología de la religión: La etimología del término «religión» ha sido debatida durante siglos debido a las dos interpretaciones que se han sostenido que además de ofrecer una propuesta acerca del origen de la palabra, subrayan alguna actitud religiosa. Antes de ser usada con un sentido relacionado con las divinidades, el término «religión» o «religioso» era utilizado para expresar un temor o un escrúpulo supersticioso. Así consta en textos de Julio César (De Bello Gallico VI 36) y Tito Livio (Historia de Roma desde su fundación IV 30). La primera interpretación relacionada con el culto es la del orador latino Cicerón que en su obra De natura deorum ofrece la siguiente etimología: «Quienes se interesan en todas las cosas relacionadas con el culto, las retoman atentamente y como que las releen, son llamados «religiosos» a partir de la relectura”. Esta etimología —filológicamente más correcta— subraya la fidelidad a los deberes que la persona religiosa contrae con la divinidad y por tanto está más relacionada con la justicia. La otra etimología propuesta por Lactancia hace derivar la palabra «religión» del verbo latino religare: «Obligados por un vínculo de piedad a Dios estamos “religados”, de donde el mismo término “religión” tiene su origen, no —como fue propuesto por Cicerón— a partir de “releyendo ”».Este segundo sentido resalta la relación de dependencia que «religa» al hombre con las potencias superiores de las cuales él se puede llegar a sentir dependiente y que le lleva a tributarles actos de culto. En su ensayo Del imperio romano, José Ortega y Gasset escribe «Cuando el hombre cree en algo, cuando algo le es incuestionable realidad, se hace religioso de ello. Religió no viene,

como suele decirse, de religare, de estar atado el hombre a Dios. Como tantas veces, es el adjetivo quien nos conserva la significación original del sustantivo, y religiosus quería decir ‘escrupuloso’; por tanto, el que no se comporta a la ligera, sino cuidadosamente. Lo contrario de religión es negligencia, descuido, desentenderse, abandonarse. Frente a relego está nec-lego; religente (religiosus) se opone a negligente».

Tipos de religiones: Existen diferentes clasificaciones de las religiones, según el criterio que se elija, por ejemplo: Por concepción teológica Teísmo: es la creencia en una o más deidades. Dentro del teísmo cabe distinguir entre: Monoteístas: aquellas religiones que afirman la existencia de un solo dios, que a menudo es

el creador del universo. Las religiones monoteístas más numerosas son el cristianismo y el islamismo. Otras más minoritarias son el judaísmo, noajísmo y el zoroastrismo o la fe bahai. Politeístas: creen en la existencia de diversos dioses organizados en una jerarquía o panteón,

como ocurre en el hinduismo, el shinto japonés, o las antiguas religiones de la humanidad como la griega, la romana o la egipcia. Pueden ser incluidas creencias a veces calificadas como animistas como el vudú del oeste de África, que contempla espíritus existentes en los elementos de la naturaleza, pero también diversas deidades. También cabe incluir aquí la mayoría de corrientes del neopaganismo moderno.

Heno teístas: el orientalista alemán Max Müller acuñó este término en el siglo XIX para

referirse a la creencia en un solo dios en la que se admiten otras deidades, como sucedía en la antigua religión egipcia especialmente con Akenatón. Aunque ya en la época de Muller resultó un término problemático,33 quedó con el tiempo incluido académicante dentro de politeísmo, panteísmo, etc., dependiendo del caso histórico. Actualmente, algunas sectas y cultos neopaganos han resucitado el término34 Dualistas: aquellas religiones que suponen la existencia de dos principios o divinidades

opuestos y enfrentados entre sí, aunque solo uno de ellos suele ser merecedor de veneración por sus fieles, mientras que el otro es considerado demoníaco o destructivo. Cabe incluir en esta categoría el maniqueísmo y el catarismo. No teístas: Hay religiones como el budismo y el taoísmo que no aceptan o no reconocen la

existencia de dioses absolutos o creadores universales, o bien les otorgan funciones menores o muy específicas (como, por ejemplo, la creencia taoísta en el emperador de Jade). En ocasiones, estas deidades son vistas como recursos metafóricos utilizados para referirse a fenómenos naturales o a estados de la mente. Panteísmo: es la creencia de que el universo, la naturaleza y Dios son equivalentes.

Por revelación Otra división que se utiliza consiste en hablar de religiones reveladas o no reveladas. Las religiones reveladas se fundamentan en una verdad revelada de carácter sobrenatural desde una deidad o ámbito trascendente y que indica a menudo cuáles son los dogmas en los que se debe creer y las normas y ritos que se deben seguir.

Las religiones no reveladas no definen su origen según un mensaje dado por deidades o mensajeros de ellas, aunque pueden contener sistemas elaborados de organización de deidades reconociendo la existencia de estas deidades y espíritus en las manifestaciones de la naturaleza. Por origen Otra clasificación de las religiones es por origen o familia. Las religiones se agrupan en troncos de donde derivan, por ejemplo: Usualmente se acepta que las principales familias de religiones son las siguientes: 1. Familia de religiones abrahámicas o semíticas. 2. Familia de religiones dhármicas o índicas. 3. Familia de religiones indoeuropeas 4. Familia de religiones iranias. 5. Familia de religiones neopaganas. 6. Familia de religiones tradicionales africanas. 7. Familia de religiones tradicionales nativo americanas.

Sectas o nuevos movimientos religiosos Algunas religiones de reciente creación tienen un estatus complejo, ya que no son reconocidas como religiones de manera universal. Según la antropología y la sociología, una secta o nuevo movimiento religioso es un grupo de personas con afinidades comunes: culturales, religiosas, políticas, esotéricas, etc. Habitualmente es un término peyorativo, frente al cual ha surgido el eufemismo «nuevos movimientos religiosos».

Aunque el vocablo «secta» esté relacionado con grupos que posean una misma afinidad, con el paso de los años ha adquirido una connotación relacionada con grupos de carácter religioso, a los que se califica como «secta destructiva». Estos grupos pueden tener un historial judicial en uno o varios países, por manipulación mental o por ser grupos de carácter destructivo. En algunos países, algunas de estas no están reconocidas o autorizadas. A menudo una secta está centrada en el culto personal al profeta o líder del grupo. La palabra secta se ha concebido derivada, principalmente, del latín sequi, ‘seguir’.

Porcentaje de religiones del mundo:

Historia de las religiones: Historia En la Grecia Antigua, los filósofos ya intentaban explicar el origen de las creencias. Critias (filósofo y militar espartano, discípulo de Sócrates) pensaba que la religión (y el temor a los dioses) se determinó para imponer a cada uno el respeto a la sociedad: disciplina, moral, sentido del bien y del mal. Lucrecio en De natura rerum, emite la hipótesis de que los hombres inventaron a los dioses para explicar las maravillas y los misterios de la naturaleza: para explicar lo que no controlaban. Los antropólogos, psicólogos y sociólogos mantienen para la mayoría estas dos explicaciones.

Hasta el siglo XX, la perspectiva dominante sobre el origen de la experiencia religiosa la sitúa en el sentimiento de espanto o miedo ante lo desconocido o aquello que escapa a una explicación racional. Este punto de vista se hizo famoso por los trabajos de Rudolf Otto.42Más tarde, Mircea Eliade propone el término de hierofanía como percepción de lo sagrado, en donde el impulso o sentimiento religioso está caracterizado por un sentimiento de insuficiencia ante la explicación de la realidad que ofrecen los sentidos y la razón humanas.43 La idea de hierofanía que propone Eliade asienta una oposición entre lo sagrado y lo profano que desplaza la anterior entre razón y miedo irracional. Este enfoque será el germen de un nuevo tratamiento en los estudios sobre la religión, y posibilitará su expansión en las principales universidades de Europa44

En las religiones más antiguas, algunos miembros de sociedades de cazadores-recolectores o agrícolas se aislaban, en un estado de privación sensorial para favorecer la aparición de visiones y sueños místicos.45A menudo diversos métodos o productos alucinógenos eran empleados, como activadores de estos procesos. Estas prácticas todavía existen en las diversas formas del chamanismo. Del mismo modo, inciensos y plantas especiales como el opio y el cornezuelo del centeno, con propiedades alucinógenas, se desarrollaron en los oráculos de Grecia, Egipto y Roma. Esta utilización de sustancias externas podemos encontrarla en la historia en el origen de muchas de las grandes religiones; como por ejemplo ocurre con los primeros desarrollos visionarios de los pueblos indoeuropeos hace más de 10.000 años,46 y que posteriormente se asentarían en el valle del Indo hace más de 4000 años.

En su evolución histórica, algunas religiones se irán sofisticando para observar nociones de pureza de cuerpo y espíritu que irán desterrando la alteración de la psique mediante sustancias externas. Las sustituirán los rituales, oraciones, y técnicas contemplativas que se convertirán en los facilitadores de la experiencia religiosa. Esta evolución, unida al triunfo o colapso de las diferentes civilizaciones que las acogen, y a la presión del medio social en el que se desenvuelven, explicarán en buena medida el futuro de las distintas religiones.

Origen de la religión: Religión del paleolítico: La evidencia de un comportamiento religioso en los primeros humanos pre-Homo sapiens es irrefutable. Las sepulturas intencionales, en particular las que incluyen objetos, pueden constituir

una de las primeras formas detectables de práctica religiosa, puesto que, como Philip Lieberman apunta, puede significar una "preocupación por el fallecido que trasciende la vida diaria". Aunque exista polémica, la evidencia sugiere que los neandertales fueron los primeros homínidos en enterrar intencionalmente a los muertos. Muestras de ello son Shanidar en Irak, la Cueva de Kebara en Israel y Krapina en Croacia. Algunos estudiosos afirman, sin embargo, que estos cuerpos pueden haber sido manipulados por razones seculares. De igual forma, otros arqueólogos proponen que las sociedades del Paleolítico Medio, tales como las sociedades neandertales, también pueden haber practicado una primera forma de totemismo o de zoolatría, aparte de sus enterramientos (supuestamente religiosos) de los muertos. Emil Bächler en particular apunta (basándose en las pruebas arqueológicas de las cuevas del Paleolítico Medio) que sí existió un culto de los osos por parte de los neandertales del Paleolítico Medio. Lenguaje y religión Ciertos expertos apuntan a que la evolución del lenguaje supuso un prerrequisito para el origen de la religión. Philip Lieberman escribe que "el pensamiento religioso humano y el sentido moral religioso se apoyan claramente en una base lingüística", y que la presencia de objetos en tumbas y enterramientos indican que los primeros humanos poseían unas habilidades cognitivas distintas a las de los chimpancés. A partir de estas afirmaciones, el escritor científico Nicholas Wade concluye que el comportamiento religioso estaba ya presente en las poblaciones humanas anteriores a los movimientos migratorios fuera de África hace unos 60.000 años.

Teoría y ciencia de sistema en la religión: Ciencias de la religión y teología Las ciencias de la religión y la teología se diferencian entre sí respecto el objeto de su estudio y respecto del enfoque de base de ambas.

En tanto que disciplinas de carácter científico, las ciencias de la religión estudian el fenómeno religioso "desde afuera", con la perspectiva que da la consideración de un objeto de estudio desde el punto de vista del observador, no del observado; aunque también consideren necesariamente, por razones metodológicas, la imagen que el observado tiene de sí mismo "desde adentro" (alternancia entre las perspectivas emic y etic)

Las ciencias de la religión no se identifican con el objeto de su estudio, ni lo justifican, ni se ocupan de ponderar su valor intrínseco ni asumen como propias las verdades transcendentes de una u otra religión. Por el contrario, se ocupan de la investigación y sistematización de los aspectos observables de todas las religiones por igual, con referencia a su contexto histórico.

El investigador científico no tiene por qué ser ateo, y es indiferente que sea o no creyente de las religiones que estudia, ante las que debe desprenderse de todo prejuicio, buscando la objetividad; y entiende que, en buena práctica científica, cualquier dato, proceso o conclusión obtenidos de su trabajo son provisionales y están sometidos a falsación. Para la teología, por el contrario, no puede haber contradicción entre la realidad o la lógica y el texto sagrado (que por su propia naturaleza es

verdad revelada, y no puede ser falso ni contradictorio), lo que se presenta como una evidencia a priori. El teólogo es fundamentalmente un creyente.

Las "teologías" se definen respecto de una religión en particular, y respecto de las divisiones internas de cada una, incluso aunque puedan influirse mutuamente o estar emparentadas históricamente (teología judaica, teología cristiana -teología católica, teología ortodoxa, teología protestante, teología luterana, teología calvinista-, teología islámica -teología sunnita, teología chiíta-, teología budista, teología hinduista, teología sintoísta). Dentro de un determinado marco teológico se forman especialistas (sacerdotes, pastores, teóricos laicos, profesores de una religión en particular, predicadores, etc.) Para las ciencias de la religión, estos son a su vez objetos de estudio en tanto que actores o difusores de una creencia particular.

La diferencia no radica tan solo en el objeto de estudio, respecto del cual existen superposiciones, sino también en cuanto a una actitud inicial diferente: para el científico de la religión, cada religión no es más que una religión entre tantas otras. Pero, para un teólogo de esa religión, el análisis de una cuestión religiosa problemática debe hacerse desde la perspectiva propia frente a la ajena (el "nosotros" frente a "los otros" -identidad y alteridad-), partiendo de un presupuesto irrenunciable: que los fundamentos y conclusiones de su propia religión son los verdaderos, y que incluso, en algunos casos, cuando se fijan como dogmas, están fuera de toda discusión, controversia o reexamen, siendo únicamente objeto de una posible defensa o apologética. Que un teólogo tenga una crisis de fe, que le lleve incluso a cambiar de religión, o a fundar una nueva, no depende de un proceso racional, sino vivencial; es un acontecimiento espiritual, no científico; y supone un cisma, no un cambio de paradigma. El lugar propio de la teología es la Iglesia como comunidad de fe

(cristiandad, umma), y de ello se deriva que la Iglesia tiene que poder establecer de forma autorizada criterios para la reflexión teológica, tanto si son rígidos como si son abiertos (magisterio de la Iglesia, sacerdocio universal y libre interpretación de la Biblia, etc.) Tales posturas conllevan necesariamente implicaciones metodológicas diferentes, pero cualquiera de ellas, incluso la del ecumenismo, es también radicalmente divergente al de las ciencias de la religión, que no solo considera todas las religiones en un pie de igualdad, sino que no se vincula a ellas. Incluso aunque los estudios teológicos no excluyan los métodos científicos, el hecho de que su empleo se vincule indisociablemente al cuerpo doctrinario de una profesión de fe en particular, hace que la cientificidad de la teología sea, para ella misma, un rasgo meramente instrumental, no esencial (philosophia ancilla theologiae -"la filosofía es esclava de la teología"-).

San Jerónimo, uno de los Padres de la Iglesia occidentales, traduciendo la

Lutero en Erfurt, encontrando argumentos bíblicos para la doctrina de la justificación por la fe. Óleo de Joseph Noel Paton.

San Gregorio Nacianceno "el Teólogo", uno de los Padres de la Iglesia orientales, en un mosaico bizantino.

Santo Tomás de Aquino triunfa sobre un abatido Averroes ante un auditorio universitario compuesto por dos laicos y dos religiosos (uno con hábito de dominico -como el propio Tomás- y otro franciscano o agustino), en una tabla de Giovanni di Paolo.

Filosofía de la religión:

La filosofía de la religión es una rama de la filosofía que tiene por objeto de estudio a la religión, la espiritualidad, como una manifestación humana consciente y reflexiva sobre el sentido trascendente de la existencia y el mundo, lo que incluye sus argumentos sobre la naturaleza, la existencia de Dios, el problema del mal, dando cuenta de su universalismo en tanto que ha prevalecido considerablemente en la historia de las culturas humanas, como también sobre la relación entre la religión y otros sistemas de valores como la ciencia.

Se advierte la distinción entre la filosofía de la religión y la filosofía religiosa,dado que la última alude a un saber que se considera inspirado y guiada por su Dios y su religión, como puede ser la filosofía judía, filosofía cristiana, y la filosofía islámica.

El término "Filosofía de la Religión" no dio comienzo general en Occidente hasta el siglo XIX, cuando se empleó para referirse a la articulación y crítica de la conciencia religiosa de la humanidad y sus expresiones culturales en el pensamiento, el lenguaje, el sentimiento y la práctica.

Antecedentes históricos La consideración de la religión como un objeto de estudio, y la perspectiva comparativa de distintas religiones se remonta por lo menos a la Grecia arcaica (Jenófanes, Hecateo de Mileto -siglo VI a. C.-) y clásica (Heródoto -siglo V a. C.-).

Entre los romanos, Cicerón analizó el fenómeno religioso en De natura deorum ("Sobre la naturaleza de los dioses", 45 a. C.) desde una perspectiva más filosófica que científica (una crítica al epicureismo).

En la Edad Media, investigadores islámicos estudiaron las creencias y prácticas religiosas zoroastriananas, judías y cristianas. La primera historia de las religiones que se conoce es el monumental Kitab al–Milal wa al-Nihal ("El Libro de los credos y las sectas") de Muhammad alShahrastani (1127). En la cristiandad latina Pedro el Venerable (abad de Cluny en la primera mitad del siglo XII) se interesó por el estudio del islam y encargó una traducción latina del Corán.

La religión en las ciencias sociales entre los siglos XIX y XX El estudio de las religiones en tanto que disciplina académica autónoma es relativamente reciente, y su mayor extensión no se produjo hasta los años 1960 en Estados Unidos, con la presencia destacada de Mircea Eliade en la Universidad de Chicago (1957-1986), que definió el concepto de lo numinoso. El movimiento fue favorecido por el creciente interés que suscitaban en Occidente las religiones no cristianas, que provenía del exotismo y orientalismo propios del romanticismo del siglo XIX y se intensificó desde el primer tercio del siglo XX con la crisis de valores producida por la revolución relativista, la Primera Guerra Mundial, los nuevos movimientos socio-políticos (totalitarismos soviético y fascista), la crisis de 1929 y la pérdida de confianza en la idea de progreso. Históricamente, estuvo precedido por la convergencia entre los trabajos eruditos de filólogos, investigadores de distintas ciencias sociales y los específicamente dedicados a la religión, que se produjo a lo largo del siglo XIX.

Las primeras cátedras universitarias donde comenzó a estudiarse la religión bajo un ángulo científico fueron establecidas a partir del último cuarto del siglo XIX. Max Müller fue el primer profesor de estudio comparativo de las religio...


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