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1 COMENTARIO DE LA PELÍCULA “LA VISITADORA DE CÁRCELES” “La visitadora de cárceles” es una película basada en hechos reales, inspirada en el siglo XIX, una época en la que la sociedad española todavía estaba sujeta a las rígidas cadenas del Antiguo Régimen. La trama se ubica en España, más concretamente en La Coruña, ciudad natal de la protagonista, Concepción Arenal, una abogada, escritora y humanista que en 1863 es nombrada visitadora de cárceles. Dándose cuenta de las penosas condiciones de vida y el maltrato que sufrían las presas, decide abordar una reforma para recuperar la dignidad de las mismas, enfrentándose a numerosas figuras de poder para lograr sus objetivos. La película se inicia con la paralización de la ejecución de la viuda de Taro, una presa condenada por el presunto homicidio de sus hijos, historia que será el hilo conductor de la trama, alrededor del que paralelamente se irán desarrollando todos los progresos realizados por Concepción Arenal en la vida penitenciaria y la transformación que estas mejoras supusieron de cara a integrar a estas personas en la sociedad. Doña Concepción en sus primeras visitas tan solo se dedica a observar las condiciones en las que viven las reclusas con tal de captar las necesidades que hasta el momento no se habían cubierto. Así logra apreciar falta de calzado, las condiciones insalubres de las celdas, falta de formación tanto en empleados como en cautivas, abusos de poder, violencia, jornadas excesivas de trabajo no remunerado, carencia de alimento, sobornos y sobretodo falta de libertad dentro de su condición de presas. A propósito de los principios de acción, estos se concentran en: provisión de ropa, alimento y enseres, formación y abono de una pequeña gratificación por sus servicios. La respuesta ante estos preceptos por parte de los empleados y del director del centro penitenciario, es presuponer que los esfuerzos de Arenal son en vano y que la única manera de mantener el orden en el centro es mediante la violencia. De hecho, así se lo hace entender el director del centro cuando le hace las primeras propuestas: “Esas mujeres solo entienden a golpes” “Una cosa es hacer beneficencia a los pobres y a los huérfanos, y otra muy distinta es perder el tiempo con estas zarrapastrosas. Con zapatos o sin ellos, delincuentes son y delincuentes morirán”. Pese a las reticencias, Arenal logra sus propósitos y con el tiempo demuestra que no es así y que es posible que las reclusas cambien sin recurrir a la violencia. Ella les devuelve la esperanza y les enseña justo lo contrario a lo que aprendían en su ausencia, que como todos, son personas y que por lo tanto, tienen derechos. La relación entre las protagonistas, Concha y la viuda de Taro, en un principio es inexistente, pues la convicta está en estado de shock desde la muerte de sus hijos y no se comunica, y Arenal lo que expresa es su compasión hacia ella y las dudas acerca de la autoría del crimen que son las que le llevarán a investigar acerca de lo ocurrido. Con el tiempo, la condenada gracias a la confianza que la visitadora le transmite y a un recuerdo desencadenado por el llanto desencadenado del bebé de otra reclusa, despierta de su estado. Sale de su celda, se atreve a relacionarse con el resto, y se da cuenta de que la violencia que antes reinaba en el centro, ahora ya no existe. Finalmente, colabora al esclarecimiento de los hechos.

2 Durante la obra, las resaltan expresiones con las que el señor Garrido, director de la cárcel, justifica injusticias que estaban aconteciendo en su prisión como por ejemplo la de los sobornos: “el presidio imita al mundo exterior, tanto vales tanto tienes” a lo que doña concha contesta que precisamente “la escasez de alimentos es lo que provoca los sobornos”. Asimismo, Garrido también descalifica a Florentina, una presa joven y tierna condenada por hurto doméstico, insinuando que el niño que ha concebido es fruto de la prostitución que según él ejercía antes de morir. A lo que Concha, replica: “No creo que el niño haya venido al mundo por gusto de su madre”, frase que deja evidencias del abuso de poder que se había estado cometiendo y por la que el director no busca responsabilidades. Concha comenta en la cena con Don Álvaro, el contratista, y los demás comensales, que “todas las clases sociales deberían disfrutar del saber”, y durante la película observamos cómo actúa acorde a sus palabras y culturiza y enseña a las reclusas. Es impactante la lectura que se realiza en la primera visita: "Probad a hacer una cosa buena aunque sea muy pequeña, y sobretodo, dejad de hacer una cosa mala. Si blasfemais, por ejemplo, no os digo que dejéis de blasfemar, pero si antes lo hacíais 20 veces, que ahora sean 19". Por último, es de reseñar, la frase que cierra el filme: “Odia el delito y compadece al delincuente”, que resume tanto la esencia de la película como de la figura protagonista. Concepción Arenal no solo transformará la vida de las prisioneras sino también la de Goyo Blanco, el cabo de vara del presidio. Un hombre áspero, duro e impetuoso que comenzará siendo responsable de la violación de Florentina y de ejercer violencia y que tras la muerte de Florentina será ejemplo de cambio, pues dejará atrás su pasado y acabará formándose, gracias a la persistencia de la señora Arenal a través de las clases de lectura para adultos y la instrucción para los empleados a las que anteriormente no tenía voluntad de asistir. No será el mismo caso del señor Garrido, que en lugar de mantenerse a favor de las mejoras que se estaban haciendo, se posiciona con don Álvaro e intenta sabotear la labor de Doña Concepción buscando beneficios y poder. Las magdalenas serán quienes se encarguen de dar sustento físico y moral, hablar con ellas, instruirles, y guiarles al salir del presidio. Ellas son las responsables de que se consiga llevar a cabo las nuevas medidas que se propondrán, serán las que suministren los zapatos, los alimentos y los colchones, entre otras cosas, y quienes ayudarán en la formación de las reclusas. En conclusión, “la visitadora de cárceles” es un filme que invita a indagar sobre una gran figura como lo fue Concepción Arenal, así como a reflexionar sobre la época que se vivía por aquel entonces, porque como la visitadora dice en una de sus cartas a su amigo Jesús de Monasterio: “A veces damos nombre de favor a la justicia y creemos de muy buena fe que fuimos buenos y generosos cuando no hemos sido más que justos”. Sin restarle méritos por ello, podemos decir que es una heroína simplemente por impartir justicia y ser compasiva. A

3 nivel personal, la película invita a replantearnos si realmente somos justos, e incita a seguir sus pasos....