Montaner - Resumen Después del movimiento moderno PDF

Title Montaner - Resumen Después del movimiento moderno
Author Nacho Herbel
Course HISTORIA
Institution Universidad Nacional del Litoral
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DESPUES DEL MOVIMIENTO MODERNO. ARQUITECTURA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX 1965-1977. La condición posmoderna En los años ’50 (inmediata posguerra) ha quedado manifiesta la continuidad del Movimiento Moderno, paralelo a la aparición de una nueva generación de arquitectos y los primeros indicios de someter sus principios a una revisión y critica. En la segunda mitad de los ’60, se evidencian cambios radicales y gran parte de la arquitectura muy lejos del MM. Nuevas corrientes y concepciones, herederas de esa tradición critica, a partir del trabajo de Archigram, Aldo Rossi y Robert Venturi, y más tarde Eisenman y Hejduk, con sus alternativas constructivas que abren nuevos caminos, nuevos horizontes, una nueva época. Estas nuevas propuestas metodológicas, son nuevos sistemas de entender y proyectar la arquitectura, nuevos métodos arquitectónicos. Su surgimiento está estrechamente relacionado con el florecimiento de nuevas metodologías de las ciencias sociales y, sobre todo, el pensamiento estructuralista, que surge por la generalización de las leyes de la lingüística. 1965 como el punto de inflexión y el inicio de una etapa cualitativamente diferente, de nuevas estrategias teóricas y proyectuales, se da por: la desaparición de los maestros (LC 1965; Mies, Gropius y Rogers 1969); y el paulatino cambio de coordenadas de los proyectos y obras que comienzan los arquitectos más jóvenes, trasladándose a Italia y EEUU, evidenciando un cambio total de las formas arquitectónicas. También en estos años se va generalizando la conciencia de encontrarse frente a una nueva situación, denominada en los ’70 como posmodernidad (1977, Jencks, El lenguaje de la arquitectura posmoderna, de las mayores evidencias y constataciones de la nueva etapa); quedando 1977 como el año que evidencia la consolidación de un nuevo periodo, de actitudes posmodernas ya asumidas. Uno de los argumentos básicos de la evolución del arte del siglo XX, el arte como cambio y novedad, entra en una evidente crisis. El mito de lo nuevo cede terreno ante la valoración de la tradición histórica y el sentido común. Teniendo como una prueba de la toma de conciencia la producción editorial de arquitectura. Entre 1965 y 1970 se producen gran cantidad de libros que ofrecen panoramas generales o locales de la arquitectura realizada entre los '50 y '60. Textos de carácter teórico como los de Lynch, Argan, Rossi, Venturi, Norberg-Schulz, Tafuri, etc., como un intento lucido, desde la crítica, de replantear los instrumentos y conceptos críticos para interpretar la nueva situación, en la que la “critica operativa” del MM y el utopismo pragmático de las vanguardias entraron en crisis. Otros hechos (sociales, políticos, culturales) avalan estos cambios. El símbolo máximo es el movimiento modernizador de la sociedad francesa que culmina en mayo de 1968 o la primavera de Praga, expresiones del ansia liberadora. Y también hechos más concretos, el fin de la ortodoxia racionalista, con el cierre de la Escuela de Ulm (continuación de la Bauhaus), poniendo fin a la concepción racionalista y purista del diseño; la demolición del conjunto residencial de St. Louis, en 1972, de Yamasaki, según criterios de housing, zonning, tipología de bloques, etc.; y el incendio rápido y aparatoso de la cúpula del pabellón de EEUU de Fuller, supuestamente ignífugo y posible paradigma de la arquitectura futura.

A partir de los ’60 se asiste a una situación de gran diversidad, con posiciones contrapuestas, corrientes fundamentalistas, deseosas de recuperar valores históricos, enemigas de experimentalismos tecnológicos, propuestas hipertecnologicas, voces a favor de una arquitectura alternativa y ecológica, etc. Se pierden las esperanzas de una visión continua y homogeneizada, y se entra en un universo intelectual del pluralismo y la discontinuidad. Nuevo funcionalismo y arquitectura como expresión tecnológica Contemporáneamente a esta revisión formal, eclosionan tendencias arquitectónicas en países industrialmente más avanzados (Gran Bretaña, Alemania, EEUU y Japón), planteando una recuperación del espíritu optimista de la tecnología propio de las vanguardias. Sobre todo por las nuevas posibilidades tecnológicas de un periodo de prosperidad, desarrollo y crecimiento de los países capitalistas. Lo cual amplia el campo de actuación del hombre industrial, reflejándose en las propuestas arquitectónicas, mucha veces fantasiosas (carrera espacial, arquitecturas sobre el mar y en el espacio cósmico). También el campo de la producción constructiva presenta un gran salto cualitativo, las posibilidades de cálculo, proyección y producción de estructuras, y otros instrumentos, permiten avanzar en la experimentación de estructuras para rascacielos, acercando a la arquitectura con métodos navales, aeronáuticos y automovilísticos. Además, los nuevos materiales, permiten realizar todo tipo de prefabricados tridimensionales, produciendo arquitectura como cualquier otro objeto de consumo, integrándola totalmente a leyes de fabricación en serie y alcanzando la perfección de cualquier pieza industrial. Las propuestas más radicales: el grupo Archigram. En la arquitectura, este optimismo tecnólogico genera todo tipo de propuestas, pragmáticas hasta fantasiosas. Las más exageradas fueron las de Archigram, un grupo de Gran Bretaña, creado en 1960, por participantes de dos despachos de arquitectura (Cook, Crompton, Chalk; Green, Herron, Webb), quienes editaron entre 1961 y 1970 la revista del mismo nombre, divulgando proyectos, muchas veces irrealizables, como composiciones metafóricas pertenecientes a un mundo ilusorio, pero que a partir de sus planteamientos formales actuarían como referencia básica para la arquitectura contemporánea. Una propuesta neofuncionalista, de fantasías de los sueños tecnológicos. Los arquitectos adscriptos a ella parten de una serie de principios, la confianza en la racionalidad intrínseca en la tecnología y la ciencia, idea de progreso ilimitado y de sentido evolutivo de la historia que aparece en la base de los proyectos del MM, sigue vigente en ellos a pesar de las numerosas críticas que aparecen en los ’70 hacia el crecimiento industrial y la idea de progreso ilimitado. Se plantean la necesidad de recuperar el espíritu pionero y rupturista de los primeros maestros, sobre todo los futuristas italianos. Otra idea básica es la confianza en los nuevos materiales y las nuevas disponibilidades tecnológicas, como medio para superar todas las condicionantes de la arquitectura tradicional, fachadas, cubiertas, entradas, y demás elementos arquitectónicos, resueltos de una nueva manera, dentro de nuevos organismos formales.

Plantean la posibilidad de una arquitectura desechable y producible como cualquier objeto de consumo. Los planteamientos de Archigram se basan en identificar la libertad de elección con capacidad de consumo de todo tipo de productos, la arquitectura se convierte en un kit sustituible, una pieza transportable. Las propuestas de Archigram son como una síntesis entre cultura pop inglesa y la asimilación optimista de los progresos tecnológicos, una alianza entre las técnicas comunicacionales y las utopías tecnocráticas; pero al mismo tiempo la continuidad de propuestas radicales de innovación tecnológica como a finales de los ’20, por Fuller. Sus miembros irán planteando diversas propuestas, desde pequeñas células intercambiables, a gigantescas ciudades en el espacio; lo que muestra la influencia de la ciencia ficción, los viajes espaciales y los comics. Los proyectos poseen una tendencia hacia el nomadismo de la vida humana, y proyectaran pensando en el ideal de una emergente cultura urbana nómada altamente cualificada. En 1966 Green ya contaba con diversas soluciones de vivienda capsula, proponiendo un mundo intercambiable, de células habitables, transportables y enchufables en megaestructuras existentes. El siguiente paso se presentaba por torres tecnológicas con diversos tipos de vivienda capsulas soladas a ellas. En 1964, Cook proyecta la “plug-in city”, paradigma formal de la ciudad en el espacio. Entre 1963-1964 Herron proyecta las “walking cities”, enormes ciudades con pies telescópicos que utilizan para moverse por el agua. Los dibujos de las mismas acercándose a Manhattan muestran la pretensión de plantear una modernidad alternativa a la consagrada en Nueva York, imagen contundente de la ambición y lo optimista de las propuestas. Aunque todo lo que se imaginaba tenía como referencia hechos y objetos reales, transformados y cambiados de tamaño. Las propuestas de Archigram son consecuencia del ambiente más innovador de Londres de los ’50, de allí sus coincidencias con los grupos posbélicos, pero diferenciándose en que estos cayeron en cierto romanticismo existencialista, y el terror a la cara siniestra de la tecnología. Archigram en cambio, se mostró menos crítico, tal vez por manifestarse en el clima de la abundancia y la opulencia de los ’60. En varios casos, esta arquitectura parte de una imitación superficial, evocativa, formalista, epidérmica y mimética del mundo de la ciencia y la tecnología, y no de una rigurosa interpretación de las leyes de la ingeniería, un alto conocimiento científico y experimental de las posibilidades de los nuevos materiales y tecnologías, de una conciencia de los problemas estructurales de las nuevas tecnologías. Archigram y los arquitectos tecnológicos lanzaron un reto histórico, proponiendo el abandono del reducto artístico de la arquitectura, artesanal e histórico para entrar en el mundo de la producción industrial. idea a la cual solo adscribirían algunos pocos, la mayoría (Khan, Rossi, Venturi) seguirían defendiendo los elementos culturales, históricos, simbólicos, humanos y diferenciadores de la arquitectura respecto a las estrictas leyes de la producción industrial y material.

Los metabolistas japoneses Tras la 2GM, además de la nueva presencia norteamericana y latinoamericana en el panorama internacional, aparece otro foco, Japón. A partir del MM, la arquitectura japonesa destaca por su adscripción al Estilo Internacional y por el inusitado vigor formal, que se comienza a enriquecer a partir de los ’50, con la capacidad de integrar el MM japonés con elementos formales de la arquitectura tradicional. Todo reforzado formalmente con la utilización brutalista de la técnica del hormigón armado, la violencia formal, la ostentosa geometricidad elemental, la esencialidad y el riguroso planteamiento estructural. En las propuestas de los ’50 destaca la enorme influencia del LC brutalista, en especial en la obra de Tange y otros integrantes de la “nueva escuela”. A ello, contribuirá el proyecto que LC realizaría para el Museo de Arte Moderno en Tokio (1954-1957). Toda la obra de Tange muestra desde una crítica al funcionalismo a partir de la exaltación de las formas estructurales, como una voluntad de recuperar cierto naturalismo perdido. Este proceso de experimentación formal se produce codo a codo con un proceso de occidentalización de la cultura, la economía y las costumbres. La rápida modernización y capitalización de las grandes ciudades permite en los ’50 el rápido despegue de una arquitectura funcionalista y desarrollista, poco critica de los modelos internacionales, pero que a partir de los ’60 aparecerá con nuevas formulaciones, con una plataforma común ofrecida por la sintaxis racionalista y mostrando una arquitectura japonesa con un lenguaje personal y preciso. La búsqueda de un nuevo tipo de ciudad que Tange lleva a cabo, también encuentra su expresión en las propuestas de los Metabolistas. Este fue un grupo creado en 1960 (mismo año que Archigram) por la influencia de Tange, maestro de la nueva escuela. Su creación constituye el momento más destacado y culminante de la evolución de la arquitectura moderna en Japón. El mismo plantea desde propuestas de diseño industrial, hasta de urbanismo, en las cuales los avances tecnológicos y los sistemas de agregación de capsulas residenciales sean el elemento básico. Los planteamientos surgen como reacción a la falta de planificación urbana, a un arquitectura aislada, a la expresividad individual y el caos urbano. Sus integrantes pensaban en organismos a escala urbana, ciudades aéreas, unidades agrícolas, unidades residenciales móviles o estructuras helicoidales. La brutalista exaltación estructural es llevada a la escala de la ciudad. Con su nombre, el grupo pretende expresar la visión de la sociedad como un continuo desarrollo y mutación del proceso vital y tecnológico. La nueva escala dimensional propone recuperar mayor libertad y proponer utopías alternativas. Este nuevo tipo de aglomerado de espacio público y privado encuentra su expresión en la Expo de Osaka (1970), con un gran conjunto arquitectónico que dispone de una plaza gigante cubierta con una malla metálica reticular, como la primera expresión del auge y modernización de la arquitectura japonesa.

La última actuación en conjunto del grupo fue en el Concurso Internacional de viviendas en Perú, en 1968. Y las dos obras culminantes en el fenómeno de las utopías urbanas son obra de Tange: el plan del MIT para Boston y el plan Bahía de Tokio. El segundo se trata de una gran ciudad como expansión de Tokio, organizada por un eje cívico suspendido en el agua, y una gran cantidad de núcleos residenciales verticales autónomos. El Plan para Boston, realizado por los estudiantes del MIT cuando Tange impartía un curso de urbanismo, es un claro antecedente del proyecto. Ambos parten de la búsqueda de un nuevo modelo de asentamiento urbano. La ciudad lineal de Mijutin o el Pla Obus también son un claro ejemplo del antecedente del eje cívico. Ambas propuestas de utopías megaestructurales, Tange destruye el resto del orden tradicional de la ciudad. pero a partir de los ’70, va perdiendo capacidad de innovación e intensidad. Sus proyectos se vuelven repetitivos y faltos de capacidad de acercarse a la escala humana y el desarrollo de los detalles, como consecuencia de una arquitectura megalómana y gigante, que solo permite prestar atención a la composición general. La arquitectura de Tange y de los metabolistas serán el más importante resultado del florecimiento de la arquitectura japonesa; la cual tendrá, a partir de los ’70, peso mundial expresado por sus integrantes. Shinohara con una peculiar vía conceptual, Ando con una arquitectura minimalista de volúmenes puros de hormigón armado, Maki con una obra atemperadamente ecléctica, Kurokawa, con una arquitectura de alta tecnología. Todos herederos de los planteamientos metabolistas y discípulos de Tange, y responsables de la realización de importantes proyectos fuera de Japón. La arquitectura neoproductivista Además de los proyectos y propuestas radicales, a finales de los ’50 se realizan en los países más desarrollados edificios que utilizan al máximo las posibilidades de la alta tecnología, aportando importantes innovaciones, edificios realizados de manera pragmática y situados en los tejidos de las grandes ciudades. El desarrollo más grande se dará en Gran Bretaña y, sobre todo, en EEUU. En Gran Bretaña se desarrolló una corriente solida de arquitectura high tech, influida por las fantasías de Archigram, pero basadas en un gran rigor y pragmatismo. En 1967, el equipo de Foster sea posiblemente el más emblemático de esta arquitectura, que sin renunciar a los aspectos lúdicos e imaginativos de Archigram, busca el rigor de las realizaciones prácticas, la versatilidad de las especializaciones técnicas y la elegancia del diseño industrializado. De todas maneras, inicialmente se trata de una arquitectura tecnológica impositiva e intolerante respecto al medio, continuando con la prepotencia de la arquitectura del MM. Foster realizo un edificio adaptado al medio de manera excepcional en la Willis Faber and Dumas, pero en su proyecto regional para Alajero en la isla de La Gomera, se basa en proponer un cambio de clima en la zona, prefiriendo cambiar el ambiente antes de interpretarlo y valorizarlo. En otras ocasiones, la arquitectura tecnológica propone crear un propio clima dentro del interior del edificio, como por ejemplo en la Ford Foundation de Roche y Dinkeloo, o la Climateoffice de Fuller y Foster.

Stirling también desarrolla una arquitectura atractivamente tecnológica y declaradamente influida por LC y los constructivistas soviéticos. En Inglaterra, la cantidad de arquitectos que aprovecharían las posibilidades estructurales de los nuevos materiales seria amplia. Una de las obras más representativas y de mayor calidad fue la de Hodgkinson, el conjunto residencial Brunswick Center de Bloomsbury, 1968-1972. Pero el país que más ampliamente desarrollo una arquitectura productivista, que aproveche al máximo las posibilidades plásticas y materiales de la tecnología, seria Norteamérica. Rascacielos y edificios terciarios serían los bancos de prueba de una arquitectura cada vez más transparente, hermética, climatizada, interactiva, resistente, ligera, ágil, versátil y atractivamente tecnológica. A lo largo de los ’70 Roche y Dinkeloo desarrollaron una serie de hitos dentro de la arquitectura de oficinas que se basaban en el alarde tecnológico y la experimentación de formas volumétricas puras. Esta arquitectura también se desarrollara en países como Alemania, con aportaciones como la de Frei Otto. Caracterizada por un optimismo tecnológico en la base de la mayor parte de la arquitectura realizada con medios industrializados en los países de Europa del Este. A España también llega, con Oriol Bohigas, con un desarrollo de tecnologías artesanales adecuadas a un medio modesto y planteamientos pragmáticos. También en Latinoamérica se implantara, sobre todo entre los ‘50 y ’60, una arquitectura llamada “del desarrollo”, cuya muestra más explícita será el Banco de Londres y América del Sur de Testa, Sánchez Elia, Peralta Ramos y Agostini (1960-1966). La fortuna tecnológica de los años setenta Dos obras de los años ’70 son resultados claros de los planteamientos más radicales de los ’60. La Torre Nagakin capsula en Tokio (1971-1972), de Kurokawa es una aplicación práctica de la idea de ciudad en el espacio y de la lógica de la agregación de células prefabricadas presentes en las fantasías de Archigram y del Metabolismo. Kurokawa consigue obtener mediante medios simples y el mínimo repertorio formal, la máxima impresión de avance tecnológico y de ciudad enchufable e intercambiable. Y el Centro Georges Pompidou, de París (1972-1977), constituiría la más brillante y popular consecuencia de esta eclosión de la arquitectura de la alta tecnología. Para dicho edificio se convocó a un concurso internacional, ganado por Rogers, antiguo socio de Foster, y Renzo Piano. Ya en las bases del mismo, se establecía la necesidad de una propuesta de un nuevo tipo de edificio urbano, contenedor homogéneo capaz de alojar todo tipo de funciones relacionadas a la cultura y el ocio. Las megaestructuras y la crisis del optimismo tecnológico Los planteamientos de los años ’60, tendientes a buscar nuevas formas arquitectónicas a partir de nuevas posibilidades tecnológicas, tendrán en la década siguiente su manifestación a partir de una nueva propuesta tipológica próxima a los experimentos metabolistas: las megaestructuras. A ello se une la preocupación por la dimensión urbana y la búsqueda de edificios que actúen a escala

gigante, algo previamente anunciado por Sant’Elia y LC. Otro planteamiento base es la multifuncionalidad de los edificios. Las nuevas estructuras de H°A° y A° permitieron la construcción de grandes complejos compactos, con funciones diversas, de posibilidad de crecer y que actúen a una escala mayor. Sus más importantes condiciones son el tamaño colosal, la posibilidad de crecimiento e intercambiabilidad y la multiplicidad de funciones y unidades, con cierto carácter lúdico y futurista. A lo largo de los ’70 se plantearon mucho de estos edificios. Pero debido a la crisis formal de la arquitectura moderna esta tipología entra en crisis. A fines de dicha década, se evidencia cierto agotamiento del optimismo tecnológico, y sus propuestas realizadas en base a la repetición de elementos y espacios prefabricados, dejarían de tener continuidad debido a su alto coste. Los edificios de gran altura, los rascacielos, los símbolos de lo más espectacular de la arquitectura del MM empieza a ser duramente criticado por las distors...


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