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RESEÑA CINEMATOGRÁFICA – HISTÒRIA DEL CINEMA CLÀSSIC ANTONELLA MARCHESINI CASTILLO - 20166296

Antonella Marchesini Castillo 20166296

Història del Cinema: el Cinema Clàssic 2020/2021

Orson Welles (1915-1985) es recordado hoy en día por ser el autor de la que posiblemente sea la "mejor película de todos los tiempos", pero su carrera artística no fue fácil e implicó una serie de luchas que para André Bazin justifica muchos de sus resultados y procedimientos artísticos. En este libro es el estudio de Bazin sobre el trabajo del cineasta americano, desde su debut hasta Touch of Evil. Además, contiene una introducción escrita en 1978 por François Truffaut, otro gran admirador de Welles. Era hijo de un pianista e inventor, por lo que estuvo expuesto a las bellas artes desde una edad muy temprana. Comenzó su carrera profesional como pintor en Irlanda y allí vendió sus primeras pinturas. Más tarde su interés por el teatro se evidenció y empezó a trabajar como actor de teatro para el Gate Theatre de Dublín, con tan solo 15 años. A partir de entonces empezó a tener reconocimiento y más tarde fue a la radio con unas ideas muy peculiares. Hizo una adaptación de La guerra de los mundos en 1938 que provocó una histeria colectiva en la población americana de la época, que realmente pensaba que la Tierra estaba siendo invadida por marcianos. Este suceso hizo que los estudios RKO le ofrecieran un contrato para más tarde realizar Ciudadano Kane (1941). Ahí con la colaboración de Gregg Toland, mostró su experimentalismo cinematográfico, desarrollando una técnica visual barroca de ángulos bajos, gran profundidad de campo y techos expuestos, lo que precisamente hizo que André Bazin se interesara tanto por él. Welles fue un director, productor, guionista y actor y realizó la película con total libertad, con todas las facilidades de Hollywood. Desafortunadamente, fue la primera y última vez que estas circunstancias le ocurrieron a Welles. Su siguiente película, The Magnificient Ambersons (1942) tuvo la desafortunada oportunidad de ver a Orson Welles arrastrado fuera de la posproducción, ya que la Oficina de Asuntos Interamericanos exigió a la RKO y a Welles que hicieran un documental en Brasil (It's All True) con el propósito de promover las buenas relaciones diplomáticas con el país. Así, los productores de la RKO hicieron un uso oportunista del material de Ambersons, que fue sometido a mutilaciones de duración y pruebas de audiencia que llevaron a que la película se redujera de los 132 minutos originales a 87, sin que Welles tuviera la oportunidad de luchar por la versión original. Además, se creó un mito sobre Welles, viéndolo como una figura de una personalidad difícil y extravagante que dañó, de manera irreversible, su carrera cinematográfica. Volviendo a Ciudadano Kane, aunque fue aclamada por la prensa americana, fue herida en la taquilla por la guerra que el director tenía con William Randolph Hearst contra ella, basada en los evidentes paralelismos entre él y el protagonista, Charles Foster Kane. Bazin la defiende y la considera arte en un momento histórico en el que las películas de Hollywood para el pensamiento popular no lo son. Bazin defiende a Welles contra las acusaciones de George Sadoul de falta de originalidad, concluye con el pensamiento espiritualista que Welles, el artista moderno, ha dejado atrás (a través de sus películas) "una resonancia como nunca antes la habíamos conocido". Bazin hace una reflexión sobre el significado de la obra y la obsesión del autor con la infancia y las secuelas que puede tener en la vida adulta de una persona. Lo relaciona también con El Cuarto Mandamiento y con cómo estas dos representan testimonios críticos de la sociedad americana. Considera evidente este mensaje que quiere transmitir de obsesión con la infancia y la nostalgia que siente hacia ella. El personaje de Kane se respalda en esa imagen de magnate que tiene absolutamente todo y a todos bajo su control, dueño de grandes sumas de dinero y

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patrimonio incalculable, que jamás será derrotado. Toda esta imagen sirve como tapadera y realmente se encierra en una pequeña bola de cristal con nieve dentro que le recuerda a la última vez que sintió lo que era un hogar y la felicidad. Siente verdadera frustración y se respalda en todas esas cosas estrafalarias a lo largo de su vida, hasta que llega a la vejez. Este es el momento en el que vuelven todos los recuerdos de cuando le arrebataron de los cálidos brazos de su madre e intentaron sustituir ese hueco con un simple trineo, “Rosebud”. Tal es la importancia de esto que lo dice en sus últimas palabras y concluye que de nada sirve conquistar el mundo si lo que ha perdido es la infancia. El Cuarto Mandamiento es la película que confirma esto, en la que el personaje principal, Tim Holt, tiene la misma obsesión que Kane. Aunque el contexto sea diferente, digamos que se adapta la misma obsesión a esto y resulta lo mismo. Lo que ya evidencia aún más esta fijación es la manera en la que este tema se introduce, con mucho detallismo y con elementos como la nieve, que representan la pureza que después es arrebatada. Bazin concluye el tema afirmando que sus obras son atormentadas y todos estos ejemplos lo demuestran, por la voluntad que tiene de representarlos. De alguna manera Ciudadano Kane marca un principio en las películas de autores dentro del pleno apogeo del sistema de estudios, donde los productores tomaban decisiones, y los directores, escritores y actores se consideraban como un trabajador secundario. La reflexión que hace es que Welles al ser un niño prodigio pudo embelesar a Hollywood y se ganó el control total de su película. Por lo tanto, las restricciones bajo las cuales trabajaban otros directores de Hollywood adorados por los críticos de los Cahiers no se aplicaban a Citizen Kane. Al mismo tiempo, Bazin estaba más interesado en cómo una cámara era diferente de un bolígrafo o un pincel. Desde su punto de vista, todo arte representativo refleja la necesidad humana básica de capturar y plasmar la realidad. El arte busca rescatar al mundo de la fugacidad y la corrupción para contrarrestar el paso del tiempo. Sin embargo, la pintura y otras artes visuales sólo conservan una impresión simbólica del mundo filtrada a través de la subjetividad y el punto de vista de un artista. La cámara, por otro lado, tiene el poder de registrar y preservar eventos reales en el tiempo y el espacio por medio de un proceso fotográfico independiente de la interpretación humana. Otras artes visuales sólo sugieren la realidad; una fotografía es la realidad. Bazin creía que lo mejor del cine residía en su poder de realismo. Era ciertamente consciente de que todos los cineastas dependen de algún nivel de artificio o ilusión, pero prefería que esas técnicas fueran limitadas y no tan evidentes, aunque nunca puedan ser eliminadas. En una palabra, creía que el cine debía expresar y comunicar la fe en el mundo, en lugar de distraerlo con trucos llamativos. Las técnicas de las que Bazin desconfiaba incluían el montaje como cortes rápidos entre tomas cortas, y el uso de un enfoque superficial para dirigir la atención del espectador a un lado o a otro. Estas técnicas, para él, disminuían el testimonio del cine sobre la integridad del tiempo y el espacio continuos. De manera algo paradójica, Bazin creía que cuanto más fielmente presentaba una película el mundo real, más espacio quedaba para la ambigüedad y la libertad, ya que se dejaba que el espectador decidiera por sí mismo lo que era importante y dónde mirar, en lugar de dejarse llevar por lo que te fuerzan a ver o sentir. A pesar de todo esto Bazin no estaba en contra de la creatividad. Al contrario, creía que el realismo del cine le da un mayor poder creativo porque se conecta directamente con el poder de la creación misma del propio espectador, que se crea uno propio. En Citizen Kane, Bazin vio

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una "revolución en el lenguaje de la pantalla", una que hizo saltar por los aires las convenciones de la narrativa estándar de Hollywood de la época a través de técnicas como el enfoque profundo, las tomas prolongadas, la iluminación claroscura y los inusuales ángulos y movimientos de cámara. Aunque Citizen Kane no fue pionera en estas técnicas, Bazin argumentó que les daba un nuevo significado y poder. Utilizando el enfoque profundo o la gran profundidad de campo (manteniendo los objetos en primer plano y el fondo nítidos al mismo tiempo) y las tomas prolongadas, Citizen Kane pudo utilizar una sola toma donde otra película podría haber necesitado cuatro o cinco, manteniendo así lo que Bazin llamó una "unidad de imagen en el espacio y el tiempo". Uno de los ejemplos más obvios es la escena clave en la que el joven Charles es visto a través de la ventana de la pensión de su madre jugando en la nieve, sin saber que el resto de su vida está siendo decidida por tres adultos en su interior. Bazin incluso encuentra satisfactorio el artificio de Hollywood en algunas de las técnicas más artificiales de la película, como el uso dramático de luces y sombras (claroscuros) y ángulos de cámara inusuales que revelan los techos de los decorados. (La mayoría de los sets de Hollywood no tenían techos porque el equipo de grabación de sonido y la iluminación estaban suspendidos por encima. Kane superó esta dificultad en algunas escenas estirando la tela sobre los sets, creando "techos" que eran translúcidos y permeables al sonido). El ciudadano Kane derribó todas esas expectativas y al hacerlo, con todo su artificio, hizo realidad las esperanzas de Bazin de un realismo cinematográfico en un grado extraordinario. Orson Welles era un hombre de muchos talentos, un trabajador insaciable y un creador versátil, según Bazin, que trata de examinar a este enigmático personaje que causó controversia en todas las áreas a las que se hizo socio. Desde sus primeros días en el escenario hasta el director general de la Compañía de Teatro Mercury, Welles se presenta como un increíble joven comediante con proyectos ambiciosos, preparado para viajar y admirador de la literatura clásica. Welles hace así frecuentes idas y venidas entre el cine y el teatro, América y Europa; va a donde queremos que vaya. de él y sus ideas. Este lado inusual está bastante bien representado a través de una búsqueda minuciosa de obstáculos y algunos éxitos. Comerciales (como actor) que Welles conocía. Este estudio de Bazin está estructurado por períodos cronológicos, y el autor inserta algunos análisis de la película para las películas insignia, hasta llegar a la parte de las entrevistas. Añade el texto de una entrevista apareció poco antes en el Cahiers du Cinéma y fue dirigida por Bazin, durante el Festival de Cine de Cannes. Welles entonces hace un balance de su carrera, sus decepciones; corrige algunas interpretaciones de su obra, y luego discute apasionadamente su profundo amor por Shakespeare y su desilusión con la máquina de Hollywood. Se descubre a un hombre de muchas facetas, que ama a Michel de Montaigne y a Marcel Pagnol, mostrando una gran integridad artística e intelectual.

En mi opinión si Bazin hubiera vivido otros 40 años, se habría sentido profundamente decepcionado por la evolución de Hollywood en las últimas décadas. En lugar de progresar hacia

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el inalcanzable ideal de Bazin de "cine puro", las películas han ido en la dirección opuesta. Hoy en día el fenómeno de creación en serie que tenía Hollywood ha cambiado de fórmula pero al final el resultado acaba siendo el mismo, que es la fácil comercialización complaciendo los gustos del momento. Esto es totalmente legítimo y lógico si lo que se quiere es tener beneficio económico, solo que ahora está aún más alimentado por la cultura pop y digamos que son de “menor calidad”. Obviamente existen géneros cinematográficos hoy en día que no tienen ese afán de llegar a ser conocidos mundialmente, sino todo lo contrario, ser apreciados por pocos pero ser apreciados bien. Esto me hace preguntarme como se seguirá escribiendo la historia del cine y cuáles de esas películas pasarán a la historia como las mencionadas, que para mi gusto merecen totalmente el reconocimiento histórico que tienen hoy en día. Quizá la historia se repite y nosotros somos los que no apreciamos el cine de nuestro momento pero, con el paso del tiempo adquiera su valor cinematográfico como Ciudadano Kane que fue repudiada en su estreno.

BIBLIOGRAFÍA • Bazin, A., Truffaut, F., & Cocteau, J. (1978). Orson Welles: A critical view (p. 133). New York: Harper & Row....