PEC II Prehistoria I - PEC I PDF

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Nombre: Elena Apellidos: Domínguez Matilla Centro asociado: UNED Bizkaia

EJERCICIO 1 La figura es un rodete o disco circular, encontrado en Laugerie Basse, en Francia. Este objeto se sitúa en la época del Pleistoceno Superior, en el periodo interestadial Wurn IV y es característico del final del Paleolítico Superior Europeo, (40.000-10.000 años AP) y forman parte del tecnocomplejo magdaleniense medio (15.500-13.500 años AP). Coincide con el final del último periodo glacial, de clima muy frio. El paleolítico superior se inicia en Europa con la llegada del Homo Sapiens al continente europeo. Esta especie posee unas cualidades tecnológicas y sociales más desarrolladas que el neandertal, así como una capacidad cognitiva más compleja. Por lo que los neandertales, cada vez más aislados entre sí, acabaron extinguiéndose. El magdaleniense se da en Europa occidental y central, entre 18.000-10.000 AP. Se desarrolla a lo largo del tardiglaciar, con un clima más templado en el que se intercalan algunos intervalos frios del Dryas. En el magdaleniense, progresivamente se va reduciendo el tamaño de los útiles líticos y se da un gran desarrollo de la industria ósea y el arte. Dentro del magdaleniense, este rodete esta datado en el magdaleniense medio y se da en la Península Ibérica, Francia, Bélgica, sur de Alemania y Polonia. En esta época se produce un alto grado de desarrollo económico y social, un mayor grado de sedentarización. En lo que respecta al arte, hay un auge considerable del arte mueble y del adorno corporal, como por ejemplo estos rodetes óseos perforados. En general los rodetes se han fabricado a partir de superficies planas seguramente proporcionadas por un trozo de hueso de omoplato de cérvido, utilizando una técnica de grabado simple, realizando con un punzón o buril de corte fino, un surco único. El dibujo representa a un animal cérvido, grabado en ambas caras, una el cérvido en reposo y otra en movimiento. Y tiene una sola perforación central. Este tipo de animales (cérvidos) están bastante representados, sobre todo en zonas de bosques templados, que favorecen la expansión de este tipo de animales, durante las

fases más cálidas del tardiglaciar, abarcando la zona mediterránea y el sudoeste europeo. En el grabado del rodete se puede apreciar varias características de la época magdaleniense medio, como, por ejemplo, el dinamismo animal comentado antes, que se ve en la postura de las patas, representando el reposo y el galope. Otra característica es la representación del suelo en forma de muescas, ubicando a la figura en el espacio. Dentro del espacio dispuesto, se ha obligado a la figura a adaptarse al marco y para ello se ha dibujado un lomo abultado, extraño, forzado, de modo que coincide aproximadamente con el contorno del rodete. La adaptación del dibujo al marco previo ha sido subrayada por una serie de muescas, trazos angulosos que ejercen esa función, de marco. Es característico también del magdaleniense medio el trazo estriado en los grabados y la perspectiva uniangular. El auge del arte mueble en el magdaleniense medio se puede apreciar en la cantidad de objetos encontrados en los yacimientos datados en esa época. El arte mueble abarca objetos tridimensionales de pequeño tamaño que podían ser transportados. Esas piezas se diferencian de otros instrumentos cuando se considera que ha existido una acción artística en su elaboración, cuando se ha representado en ellos motivos geométricos, pero también se han encontrado representaciones de animales y figuras humanas. Como soporte se han empleado variedad de materiales, fáciles de manipular y encontrar en el entorno cotidiano, como por ejemplo piedras, huesos, ámbar. La forma del soporte es modificada por acciones tales como el desgaste, perforación, el recorte. La técnica más habitual para representar un motivo sobre un material parece haber sido el grabado directo con buril. Los rodetes tienen casi siempre grabados geométricos, idiomorfos o zoomorfos. Son escasos en la península ibérica. En este rodete llama la atención el grabado por las dos caras, y en dos momentos diferentes. Se cree que tenía un uso estético, decorativo para reproducir la ilusión óptica del movimiento del galope del animal, haciéndolo girar rápidamente alrededor de una cuerda introducida por el agujero central. Esto nos puede demostrar un cerebro inteligente, no solo para la supervivencia, si no también para el arte estético, con desarrollo intelectual e imaginativo. En el tecnocomplejo siguiente al magdaleniense, el aziliense, hay un repertorio limitado de piezas de arte. Las representaciones se limitan a huesos decorados con incisiones

lineales. Los hallazgos más característicos de esta cultura son los cantos pintados. Estos cantos reflejan una imaginación artística muy alejada del magnífico arte mueble magdaleniense, pero no por ello hay que restarles importancia.

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