Pec prehistoria - Semblanza Hermilio Alcalde del Río PDF

Title Pec prehistoria - Semblanza Hermilio Alcalde del Río
Author Oscar Farré
Course Arte Prehistórico
Institution UNED
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Semblanza Hermilio Alcalde del Río...


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Semblanza de Hermilio Alcalde del Río (1866-1947) Hermilio Alcalde del Río nació en la localidad de Villamediana (Palencia) en 1866 y murió en Torrelavega el 1947 (Cantabria). Fue un arqueólogo español. De pequeño se traslada junto a su madre a Torrelavega tras el temprano fallecimiento de su padre. En esta localidad lleva a cabo sus estudios de Enseñanza Media, desplazándose con posterioridad a Madrid para estudiar Arte en la Escuela Especial de Pintura, Escultura, Grabado y Arquitectura, que concluirá en 1891. De regreso a Torrelavega, con ayuda de la Asociación para el Fomento e Instrucción de Clases Particulares, funda la Escuela de Artes y Oficios, destinada a la preparación de obreros y artesanos, institución que dirigió hasta sus últimos días. Herbert Wendt le consideraba “uno de los primeros espeleólogos de España con sentido científico”. Su primer contacto con el arte rupestre paleolítico se produce durante la visita que realizan Henri Breuil y Émile Cartailhac en 1902 a la cueva de Altamira, representantes del Ministerio de Instrucción Pública de Francia. Finalizada la campaña de ambos investigadores tras un mes de trabajo, Alcalde del Río emprendió por su cuenta el estudio y la investigación de Altamira. Si bien carecía de preparación arqueológica, se dedicó con tesón a explorar la cueva en profundidad. Hombre de constitución ligera y ágil, pequeño y delgado, realiza en los siguientes meses una magnífica copia al pastel de las pinturas y grabados, situados en su exacta posición para reconstruir el panel igual que en el techo de la cueva. En 1904 comenzaron en Altamira las excavaciones más importantes realizadas hasta la fecha en un lugar paleolítico dirigidas de forma metódica. A la vista de los descubrimientos de arte rupestre paleolítico que se estaban sucediendo en Francia, Hermilio Alcalde del Río consideró que Altamira no debía ser un caso aislado en la región, por lo que a partir de 1903 inicia una intensa tarea de prospección por toda la comarca, con la colaboración del sacerdote Lorenzo Sierra que ha hecho que se conozcan más de noventa yacimientos del Paleolítico Superior en la Cornisa Cantábrica, de ellos cincuenta en la provincia de Cantabria. En 1903 descubre Covalanas y La Haza junto a Lorenzo Sierra, poco más tarde y ese mismo año, identifica el arte rupestre de El Castillo y de Hornos de la Peña. En 1905 Santián, en 1906, en compañía de Breuil, La Clotilde, en 1907 El Pendo y La Meaza, en 1909 Las Aguas y en 1911 la llamada galería C de La Pasiega, cueva descubierta por Hugo Obermaier en el transcurso de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en El Castillo. Pero su labor prospectora no se limitó al territorio de Cantabria, será el responsable de la identificación del arte rupestre en Asturias, con el descubrimiento en 1908 de las pinturas y grabados de El Pindal, Quintanal y Mazaculos. Ese mismo año, junto a Henri Breuil y Louis Mengaud, La Loja, y años más tarde, en 1912, San Antonio, a orillas del Sella, cueva que también será visitada ese año por Hernández-Pacheco, y un año más tarde por Breuil. Sus primeras publicaciones referidas al arte rupestre se inician en el año 1902, en una serie de artículos publicados en el diario El Liberal Montañés. En 1906 publica “Las pinturas y grabados de las cavernas prehistóricas”, obra que contribuyó al reconocimiento de investigadores como Breuil, Martel o Cartailhac, y en la que según el abate Breuil “se exponían nuevos e importantes descubrimientos hechos en las cavernas de Covalanas, Hornos de la Peña o El Castillo”. En este libro se acuñó por primera vez para la extraordinaria bóveda decorada de Altamira el sobrenombre con el que será conocida en adelante, “Capilla Sixtina del arte Cuaternario”. Henri Breuil realiza una pequeña crítica sobre sus calcos y Alcalde del Río la rebatió, argumentando que su pericia en la realización de los mismos supera la de Breuil “por su magisterio artístico y sus años de docencia”. La publicación de su estudio sobre las cuevas descubiertas hasta ese momento y sus insistentes cartas al prehistoriador francés acabarán fructificando en una estrecha colaboración entre ambos a partir de la visita de Breuil a Cantabria en 1906.

El mérito de sus investigaciones y publicaciones y el reconocimiento de aquellos investigadores le permitirán recibir el patrocinio del príncipe Alberto de Mónaco, en 1906 y 1909 se rubricaron sendos contratos de colaboración, por los que Alcalde del Río se comprometía a desarrollar una serie de excavaciones que financiaba el príncipe. Los materiales recuperados serían depositados en un museo local. Alcalde del Río cederá los derechos de publicación al príncipe Alberto, reservándose este la titularidad sobre los dibujos y publicaciones de la obra. Años más tarde, en 1909, junto a Lorenzo Sierra, se sufragarían las excavaciones en las cuevas de El Valle, Venta la Perra, Hornos de la Peña y El Castillo, reservándose el príncipe la propiedad de los objetos prehistóricos, que habrían de ser depositados en el Museo Público Español de la provincia de Santander. En 1910, después de las visitas del príncipe Alberto a las cuevas cántabras, apoyó la creación del Instituto de Paleontología Humana que se ubicó en París y a través del cual se canalizaron los apoyos del príncipe a Hermilio, quién colaborará con el Instituto, a pesar de sus diferencias con Obermaier, prehistoriador responsable de la excavación de la cueva de El Castillo. De la colaboración de Alcalde del Río con la institución francesa, en 1911 ve la luz la edición de “Les Cavernes de la Région Cantabrique”, obra cumbre de la prehistoria mundial. En sus 247 páginas, 258 reproducciones y 100 planchas, Alcalde del Río, Henri Breuil y Lorenzo Sierra sintetizan el estudio de las principales cavernas conocidas en la región, incluidas las asturianas Pindal, Mazaculos, Quintanal y la Loja. Esta obra, recientemente reeditada en colaboración con las administraciones autonómicas de Cantabria y Asturias, surge tras unos primeros pasos científicos, y donde la figura de Alcalde del Río destaca ofreciendo por vez primera con carácter monográfico el estudio de diversas cavidades con arte parietal, en un detallado registro documental de las figuras conservadas. Además, en los trabajos participaron algunos de los más prestigiosos prehistoriadores jóvenes de la época, como P. Teilhard de Chardin (París), Barón A. Blanc (Roma), Miles Burkitt (Cambridge), J. Nelson (Nueva York), F. Birkner (Munich) y R. Maliet (París). Alcalde participa en la fundación de la Real Sociedad de Historia Natural junto con Lorenzo Sierra y Jesús Carballo. La I Guerra Mundial pondrá fin a las actividades del Instituto de Paleontología Humana y a la colaboración de Alcalde del Río con sus investigadores. Aunque continuará manteniendo relación por correspondencia con Cartailhac y Breuil, se alejará lentamente de la investigación arqueológica, dedicándose por completo a la dirección de la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega, realizando además estudios etnográficos por el territorio cántabro. Entre 1920 y 1922 es elegido alcalde de Torrelavega. Fallece en 1947, tras lo cual, el abate Henri Breuil envía una sentida carta a su viuda e hijas: “tuve mucha alegría de encontrarle, la última vez en 1932, ya viejecito pero siempre con el mismo entusiasmo y el mismo corazón amistoso. Después de la última guerra, nos hemos escrito cariñosamente varias veces…”. Hombre discreto, “tan sabio como modesto”, su figura y obra es clave en los inicios de las investigaciones sobre arte rupestre tanto en Cantabria como en Asturias. “La noticia del fallecimiento de mi buen y fiel amigo acaba de llegarme, y me llena de tristeza por la larga amistad y tantos felices recuerdos de excursiones y buen trabajo entre ambos. Tuvimos juntos, entre 1906 y hasta 1914, unas largas temporadas de colaboración, de las mejores de nuestras vidas, que las lastimosas guerras han estropeado” (Henri Breuil, 1947). ♦ Fuentes: - Madariaga de la Campa, B. (2003) Hermilio Alcalde del Río. 1866-1947. Biografía de un prehistoriador de Cantabria. Ayuntamiento de Puente Viesgo, Obra Social de Caja Cantabria. - Fernández Vega, P. A.; García Díez, M.; Hurel, A. (2010) Las Cavernas de la Región Cantábrica (Cantabria). Centenario de las Excavaciones de El Castillo y de la fundación del Instituto de Paleontología Humana (París) – Fundación S.A.S. Alberto I de Mónaco. Gobierno de Cantabria. - De Escenas Cántabras (selección de cuentos) Hermilio Alcalde del Río. Colección Cantabria 4 Estaciones, Universidad de Cantabria. - Cueva de El Castillo. Centenario del descubrimiento. Diario Montañés 08/11/2003.

Comentario de la lámina 3.8 La clasificación establecida por el prehistoriador francés A. Leroi-Gourhan en su obra titulada Préhistoire de l'Art Occidental, y según los soportes en que fueron realizadas las obras y el tipo de uso previsto a los mismos, la lámina presenta tres piezas del arte mueble que son objetos para colgar, en concreto, tres rodetes, cuya utilidad principal es decorativa. El arte mobiliar paleolítico se entiende por todo el conjunto de objetos que poseen una grafía o representación de origen humano, y que tienen la capacidad de ser transportados por una persona. Se trata de objetos movibles que se pueden trasladar por el territorio, hasta distancias muy lejanas del lugar de producción. Los rodetes, discos o placas circulares han sido uno de los instrumentos en hueso que más debate han generado entre los arqueólogos a la hora de determinar su funcionalidad. Estos objetos son característicos del período Magdaleniense Medio (14.000-13000 BP) y se localizan en el área franco-cantábrica. Están elaborados sobre huesos planos de pocos centímetros de diámetro, entre 3 y 5, que presentan una perforación en el centro, haciéndola servir como centro desde el cual se atacaría el soporte con un buril y una cuerda, como si fuera un compás, y generalmente grabados con motivos decorativos en sus dos caras que pueden ser representaciones de animales o geométricos. En este período se reanudan los desplazamientos e intercambios a larga distancia y el arte mobiliar experimenta una eclosión sin precedentes. Los dos primeros rodetes perforados pertenecen al yacimiento de Laugerie-Basse (Dordogne, Francia) y fechados en el Magdaleniense Medio por la mayoría de los autores. La primera foto representa en su anverso al parecer una cabra joven, o gamuza, en actitud sedente o tumbada. Y el segundo rodete, representa en su anverso un toro o una vaca en su parte delantera o en tres cuartos. El rodete de las cabras o gamuzas, descubierto en 1868, el autor ha ordenado su espacio, como una miniatura, a adaptarse al marco y para ello ha creado un dorso-lomo formado, abultado, de modo que coincide aproximadamente con el contorno del rodete y formado por una corona de rayados cortos. Finalmente, el encuadramiento y la adaptación de la figura al marco ha sido subrayado mediante una serie de trazos angulosos que ejercen la función de marco añadido a la obra. No suficiente con el marco natural impuesto por el soporte, al autor le ha sobrado espacio, incluso para realizar un pequeño decorado a modo de marco indicado por unas sencillas líneas en el contorno. La línea dorso-lomo condiciona la desproporción no excesiva del resto de la figura. El abombamiento del dorso-lomo resulta de la supresión de la ondulante curva cérvico-dorsal que el animal debería haber ostentado. La distorsión afecta poco a la figura completa, puesto que el cuello y la cerviz han sido bien conectadas con el dorso. La técnica del grabado, de varios trazos que forman un todo en equilibrio, bien podría ser pintado. La cabeza es angular y cónica con unas orejas en forma de pico de dos trazos separados que ofrecen un espacio libre entre ambos y una se reduce prácticamente a un trazo oblicuo, con unos ojos realizados mediante una sencilla incisión y la cara rayada de arriba a abajo. Al igual que el cuello mediante un trazo abombado relleno de trazos largos y casi horizontales. Recurso aplicado con precisión para realizar también el dorso-lomo, con un rayado más continuo de trazos cortos y oblicuos relleno de trazos largos hasta el vientre. En las extremidades, los trazos gruesos que las conforman están desconectados entre sí, dejando un pequeñísimo espacio, que produce la sensación de movimiento. Y la cola aparece abierta y rayada. Los contornos están hechos a base de trazos sueltos, creando en conjunto una línea quebrada o rota. El rodete de los toros, el autor ha encajado la figura en la totalidad del espacio disponible, buscando en los bordes del rodete un apoyo para su dibujo. Es decir, el autor recorta y rompe el espacio establecido por el soporte, especialmente la cabeza, concretamente el morro, que indica el punto de contacto entre el extremo del animal y el borde del soporte. Concibe el espacio redondo en la misma forma que si fuera rectangular, no trata de adaptarse a él dando a la figura un papel dominante. El estilo es esquemático, dibuja una única línea definida de forma sencilla, sintetizando la figura en un plano recortado.

La proporción de la parte delantera difiere sensiblemente, el toro está alargado ligeramente de modo que la cabeza queda un tanto empequeñecida con un cuello y un pecho demasiado alargados. Si hubiera que prolongar mentalmente el cuerpo del toro hasta la cola y las patas, la cabeza resultaría bastante pequeña. La causa de esta desproporción podemos encontrarla en la composición de la figura sobre el soporte, composición que ha debido realizarse estableciendo puntos fijos de antemano. El autor encajó en primer lugar algunos puntos claves que serían la cabeza, con su fragmento de morro recortado y el cuerno suelto y posteriormente la pata delantera. El resto debió ser hecho conectando los puntos preestablecidos. De este modo la pata delantera cayó demasiado lejos de la cabeza y hubo que añadirle el ondulante fragmento del pecho. En este caso encajó bien la cerviz tras la oreja pero hubo de alargar quizá innecesariamente la línea del dorso y el lomo. Concluimos que el autor no es experto en proporciones y este defecto es una consecuencia de sus planteamientos compositivos y técnicos. Destaca el rayado sostenido en una línea de contorno que parecería aludir al pelaje del animal y también en el pecho, con los trazos separados de forma regular con un estilo linealista, ya que no se ajusta al estilo general de la obra. Lo suyo habría sido una línea continua simple. La línea de la cerviz, la oreja y el cuerno del toro se distribuyen en una línea general como ocurre con el rayado. Y la pata en el cuerpo mediante una línea arqueada en doble trazo. Se han propuesto varias teorías sobre su uso, podrían ser desde botones, colgantes de adorno, instrumentos musicales, por ejemplo platillos que emitirían sonido al chocar unos contra otros, o bien primitivos taumatropos, que serían discos con imágenes en sus dos caras que al girar rápidamente debido al movimiento de cuerdas que lo atraviesan por la perforación generan una ilusión óptica. Como curiosidad, comentar que el taumatropo lo inventó John Ayrton en el año 1824. Además, es el precursor de otros instrumentos más complejos, el zoótropo y el praxinoscopio, precursores a su vez del cine. Si la función de estos rodetes es la de generar la ilusión del movimiento, estaríamos ante un invento paleolítico que dejó de utilizarse y cayó en el olvido hasta el siglo XIX. Hipótesis que trabajó el investigador francés Marc Azéma, de la Universidad de Toulouse-Le Mirail y especialista en representaciones rupestres, propuso en un artículo publicado en Antiquity en 2012 teorías sobre la representación de las técnicas del movimiento en el arte paleolítico y una nueva interpretación para los rodetes prehistóricos a partir del análisis del rodete del yacimiento de Laugerie-Basse, decorados con un herbívoro, en sendas posiciones diferentes. Defendía que en determinadas pinturas se apreciaban imágenes superpuestas que representan distintas secuencias del movimiento del animal que a la luz y movimiento de las antorchas, el reflejo de las llamas parpadeantes podrían sugerir un principio de animación cinematográfica. Los resultados de sus análisis fueron publicados en parte durante el 2010 en el libro “L´art des cavernes en action. Les animaux figurés, animation et mouvement, l´illusion de la vie.” El análisis se prolongó durante dos décadas, incluyendo el estudio de doce cuevas rupestres, tan representativas como Altamira, Lascaux, La Vache, Chauvet o Foz Coa. Se aislaron 52 figuras en las que se representaban dos o más figuras de un mismo animal, consiguiéndose determinar animales en carrera, al trote, y moviendo la cabeza o la cola. Parece que la nueva hipótesis de Azéma es bastante sólida, despejando algunas dudas. De forma común siempre habían parecido botones para cerrar la ropa, lo cual tiene su lógica ya que en el Magdaleniense proliferan las agujas, lo que indicaría la práctica de coser, pero tampoco tendría mucho sentido el hecho de que el botón estuviera decorado por ambas caras. La homogeneidad cultural del período Magdaleniense inclina en una sola función de estos discos que bien podría ser la de taumatropo que contribuiría por difusión a su expansión y no la textil. Por último, el tercer rodete descubierto por E. Piette, primer gran especialista de arte mueble paleolítico, en Mas d'Azil (Ariège, Francia), grabado que pertenece también al Magdaleniense Medio y muestra el hombre frente a oso. Esta pieza excepcional se realiza en el omóplato, en la cara más conocida, una representación en miniatura de la pata delantera de un oso que apunta hacia el

cuerpo de un hombre en una posición bípeda de perfil hacia la izquierda. El animal está en una posición ofensiva o defensiva. El hombre se encuentra en una actitud “en acción”, con la pierna izquierda levantada y el sexo está erecto, que sugiere el efecto de la motivación agresiva, interpretable como una reacción defensiva. Brazos extendidos hacia delante, lleva en su hombro derecho que parece un palo apuntando hacia el animal. El tema del hombre amenazado por un animal es muy raro en el conjunto iconográfico del Paleolítico Mobiliar. El original está expuesto en la Sala Piette del Museo Arqueológico Nacional. La imagen que se muestra a continuación es una animación que simula la ilusión del taumatropo de Laugerie-Basse (para verlo, antes de abrir el documento, hay que estar conectado a internet):

Fuentes: - Altuna, J.; Apellaniz, J. M. (1978) Las figuras rupestres de la cueva de Ekain (Deva, Guipúzcua). - Pales, L. (1969) Les gravures de La Marche. - Laugerie Basse – Dons Maps - Las técnicas del movimiento en el arte paleolítico - La marioneta de marfil de Brno (Moravia, 26.000 años) - Manual de arte prehistórico, José Luis Sanchidrián....


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