Pedagogia del Aburrido PDF

Title Pedagogia del Aburrido
Author Romiy
Course Introducción a la psicología
Institution Universidad Católica de Santa Fe
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Pedagogía del aburrido, resumen de todos los apuntes dados...


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Pedagogía del aburrido Profesorado de Educación Primaria Nº 0528/09

Sujeto de la Educación Primaria Alumna: Mosser, Romina Evelyn. Profesora: Paupie, Laura.

¿Qué es la subjetividad? Tenemos entendido por subjetividad a cierta manera de hacer al mundo, con el mundo y es un modo también de hacernos con lo real, podemos decir que ésta sintetiza la idea que tenemos de la naturaleza o el mundo, donde le buscamos dar sentido dentro de distintos espacios sociales donde están constituidas las opiniones, creencias y saberes de los distintos sujetos. Dentro de la subjetividad podemos encontrar tanto a la subjetividad pedagógica como también a la mediática. De la Subjetividad Pedagógica, podemos tomarla como la tradicional también y esta forma lo que es la relación de los adultos con los niños, finalmente esta instituida y se da fundamentalmente a través de las operaciones de transmisión. Y, como Subjetividad Mediática la entendemos como un dispositivo con una capacidad instituyente, donde se puede ver a un nuevo tipo de sujeto. En nuestro caso, el alumno virtual. Dentro de estas se despliegan distintas operaciones, en el caso de la primera, podemos decir que dentro de lo que son los dispositivos escolares, se produce así la subjetividad pedagógica. Dentro de ésta hay operaciones que requieren del memorizar, lo cual nos lleva a hacer tareas esenciales y se instituye también como un efecto de las practicas pedagógicas, tanto como son el control de la lectura, el examen y la escritura, las cuales son prácticas que finalmente requieren del ya nombrado discurso pedagógico, el cual necesitamos que sea centrado en un punto y que este quiero en un solo lugar. Así mismo, en la actualidad, del mundo tecnológico, el querer preguntarnos el cómo usar la TV en la escuela está mal, porque se creía que no puede haber un uso pedagógico en ésta. En cambio en la mediática, esta misma terminó siendo resultado de querer darle a la TV un lugar importante de causa. Ésta como primera operación visible en la actualidad, que podemos ver, es el de conectarse y desconectarse de los chicos, observación la cual termina en una operación que no nos deja demasiada marca. Y se cree, que si no tenemos una comunicación instituida, lo que son las operaciones de recepción de sentido no van a estar para nada aseguradas, ya que, en un contexto disperso el problema de los chicos no es el de defenderse de la represión, sino el de generar formas de engancharse con algo que les permita constituirse pensando o habitando un flujo que no nos ofrece descanso. En estas operaciones se genera bastante densidad, que puede ser soporte a distintas experiencias. Finalmente tenemos al niño como un usuario de tecnologías que destituye finalmente lo que fue la subjetividad pedagógica. En la memoria, de lo que es el tiempo de subjetividad pedagógica, se ve que la escritura de los niños estaba sumamente deteriorada, y su imposibilidad de comprender el sentido de las distintas consignas que eran asignadas por el profesor fue el punto decisivo por el cual se comenzó a percibir que se trataba de un problema. Así se comenzaron a implementar distintas operaciones, para finalmente hacer al niño un usuario de memoria, y que nosotros podamos

saber que el mismo al recibir la información puede retenerla bastante tiempo en su memoria para luego poder utilizarla en su vida cotidiana. Pero, en la actualidad, la figura del usuario difiere a la imagen del niño que observa, escucha y recibe, como también interpreta los mensajes. Este ahora se mece más en un entorno informático mediático de un usuario y no ya no un tradicional destinatario infantil. El ‘‘mirar’’ la tele, mientras está haciendo algo, es no mirar la tele, ve zapping. Así mismo ninguna de estas operaciones no producen ni requieren a la memoria. Como también, ahora, ya no se trata a los chicos como simples cosas. Ellos piensan, pero piensan bajo una modalidad que no es la de conciencia, no es la de inducción ni es la de interferencia. El ponernos a pensar en la concentración o atención de los chicos nos hace mirar dentro de ellos (interiormente). Para así, nosotros poder saber qué es lo que necesitan El pensar en la concentración o atención de los chicos nos hace mirar hacia dentro de ellos, interiormente. Para así poder saber qué es lo que necesitan, que estímulos y operaciones podemos cederles para ayudar a su concentración y al final poder crear nuevos sujetos que puedan también mirar para su propio adentro. Que puedan finalmente reconocer, aprender a escuchar y a que puedan manejar toda la información pedagógica que escuchan. Podemos decir que el saber consiste fuertemente porque la institución nos provee dispositivos para hacerlo consistir tanto como: autores, bibliotecas, archivos, universidad. Las operaciones tradicionales de archivo producen la conciencia y la institución del saber en tiempos estatales, evitando así la dispersión: produciendo la subjetividad misma del usuario. Exteriormente el discurso mediático les produce actualidad, imagen y opinión. Acciones las cual requieren de exterioridad y descentramiento, recibiendo así información que no llega a interiorizarse y debe ser sometido a la mayor diversidad de estímulos posibles. El generar conciencia, consistió fuertemente porque la institución les provee dispositivos para hacer la consistencia, tales como: autores, bibliotecas, archivos y universidades. Las operaciones tradicionales de archivo también producen a la conciencia y la institución del saber en tiempos estatales, buscando evitar la dispersión: produciendo consigo la subjetividad misma del usuario. En el aspecto de conexión virtual, podemos ver que se producen dos efectos: la sensación de vacío y la dispersión. En ésta hay una percepción de parte de los chicos, muy frecuentemente vacía, de desorientación, de perdida de sentido o consistencia sobre lo que se lee o se escribe online. El problema final que podemos ver en ésta, está en la gran solidez y plenitud de la situación que nos encontramos conllevando actualmente. Hablando de descentramiento, vemos que es el niño el que termina centrando tanto su atención en algún rasgo determinado de un objeto o también alguna situación que termina

descentrando el resto de cosas que lo rodea. Éste también es un tipo de escritura que termina desdibujando los límites del mismo sujeto y de su experiencia de la exterioridad a él. Consistiendo así en dejar de tener por centro lo individual, siendo así la objetividad un mecanismo metódico donde se usa un control crítico, en el que el observador toma distancia de lo que quiere investigar, siendo así una investigación objetiva. Pensar al niño como sujeto de pensamiento y como sujeto de opinión. En el primero podemos decir que la televisión puede ser una situación de pensamiento, que finalmente se constituye sobre el mirar y no sobre el escribir o el hablar. Así mismo, ésta misma puede ser un soporte de experiencia y también potencialmente de construir la subjetividad. El chico, como sujeto de pensamiento debe pensar por sí mismo si lo que va a decir es adecuado, y si vale para la situación, y no tanto si vale para expresarse a sí mismo. Sabemos también, que una opinión es una palabra que no toca subjetivamente a nadie, como también que no genera efectos cohesivos. La opinión solo agrega más fluido al fluido, es decir no lo detiene, no lo cohesiona, no lo desacelera. Así es que la opinión no tiene ninguna regulación: es una descarga. Finalmente, por esto es que los docentes experimentan como se va disolviendo la autoridad en las condiciones actuales de fluidez, en el imperio de las opiniones y los sentimientos. Pensando en una diferencia entre ambas y sabiendo que no es de contenido, sino de funcionamiento, lo que hace diferencia entre un tipo de enunciado y otro es el procedimiento y no los temas que se tocan. Así, como sujeto de opinión puede participar ilimitadamente, de modo irrestricto, como sujeto de pensamiento no; es decir debe ajustarse a un principio de pertinencia. En la lectura de textos y la lectura de imágenes se veía que los chicos eran expertos en opinar, leer imágenes, tenían esas destrezas, pero estas mismas no les servían para habitar una situación universitaria. Es ahí cuando perciben una subjetividad, producida por el discurso mediático. En la lectoescritura contemporánea, sabemos que la lectura se da por un lado y la escritura por el otro, pensando también en los distintos tipos de soportes en los que se encuentran parados. Es así que el lectoescitor transcurre bajo operaciones que son de interpretación y en las cuales el sentido es decisivo. El sentido que cada sujeto produce con lo que recibe es el de ser mismo de ese sujeto. En el caso de la lectura de textos, tenemos al Manual Escolar, en el cual los estímulos están filtrados, jerarquizados y ordenados en un esquema conceptual Y si nos ponemos a preguntarles a los chicos, ¿qué es lo que leen?, ellos nos contestan : leemos revistas, leemos la tele, leen imágenes. En la televisión, vamos claramente lo poco que importa el sentido de lo que se ve. Y los chicos gracias a esto se vuelven meros espectadores de programas que a veces carecen de sentido.

También podemos decir que esto es una modalidad de lectura que no está del todo institucionalizada. Dentro de ésta lectura de imágenes no encontramos con el Video Juego en el cual se ejerce una multiplicación que no para hasta saturarse. Yendo por los procesos de educación nos encontramos con la operación de transmisión y con el diálogo. En uno el adulto le transmite al niño un saber que va a poder usar en el futuro, que le será útil en su vida adulta. Pero si no hay sucesión generacional establecida ni idea de progreso, el saber se vuelve inoperante, se vuelve un obstáculo. Siendo ésta actividad meramente una relación, por ejemplo alumno-maestro. Donde el menor tiene que seguir al mayor con completa estrictez, sin poder opinar al respecto de la información con la que esta interactuando. Y, en el otro lo que es el trabajo de comunicación termina permanentemente construyéndose de las condiciones que se están constituyendo en las reglas de la situación. Esto al final es constituirse en una situación de diálogo. El diálogo es opuesto a la transmisión, al saber. Es una operación subjetiva si puede juntar a un adulto con un niño, es decir, si se produce como un modo de ligadura con la infancia. Ni el adulto ni el niño están constituidos previamente al diálogo. Así podemos decir que el dialogar con un niño es lo opuesto a educarlo. Educar a uno siempre es saber sobre él y hacer algo que se sabe que necesita y va a necesitar en el futuro Con el dialogo y la transmisión vienen dos tipos de autoridades, autoridad instituida y que se transfiere por el saber reconocido y la autoridad por confianza. La autoridad instituida, o estatal, era emanada de un lugar, siendo general institucional y sistemática. Perder la autoridad no significa que el lugar de autoridad haya desaparecido: si un padre o maestro pierde la autoridad, esa pérdida no se cuestiona al principio ni el lugar de la autoridad. La autoridad se instituye y se transfiere, no incluyendo a la confianza es ésta. La relación de transferencia con otro y la suposición de que ese otro sabe es la operatoria misma de institucionalización del saber. En cambio en la autoridad por confianza se creía que el modelo de autoridad ya no sirve para pensar en qué tipo de sostén requieren los vínculos de aprendizaje en la fluidez. Se sugiere así pensar una nueva autoridad bajo el régimen de confianza. La confianza, se genera en el sostén que ofrecen los proyectos, en la consistencia de propuestas. Esta es focal.

Siendo así que la figura del gestor y el coordinador se terminan basando más en la confianza y no ya en el saber, la confianza finalmente es una regulación contractual entre dos. No es instituida sino aleatoria. No se confía por un principio, por transferencia o delegación institucional, sino que se confía porque mediante distintas operaciones, el otro se hace necesario para mí. Finalmente se tuvo que redefinir el sentido de la confianza en un entorno en el que ya no es viable la transferencia de saber, si la relación con los otros ya no se juega en la transferencia, se utilizó la palabra, la cual tiene un estirpe moderno. El testimonio, aquí, es una actividad desconfiguradora de la situación. Todas estas actividades, requerían un esfuerzo, el cual es un componente que estuvo presente en nuestra tradición pedagógica. Los que fueron educados en las instituciones pedagógicas hacían el esfuerzo, desarrollaban una tolerancia entrenada en la espera de obtención de resultados. El discurso pedagógico del esfuerzo les exigía poder sostener algo más allá de que nos conectemos o nos divirtamos. Y uno aceptaba ese esfuerzo por ver el resultado, aunque actualmente ese esquema está agotado. Es ahí que una nueva preocupación se desplaza de que se enseña a porque no se puede enseñar. El educar es transferirle algo a otro. Y a su vez, eso que se transfiere debe tener la cualidad de ser transferible a otras situaciones. El adulto puede garantizar el proceso de aprendizaje, y cuando el chico se aburra y no quiera seguir, está ahí para decirle "hace el esfuerzo, que más adelante te va a servir" En cambio algunas prácticas cotidianas, estaban saturadas de estímulos; entonces la desatención o la desconexión son modos de relación con esas prácticas o esos discursos sobresaturados de estímulos. Cuando los chicos dicen que se aburren, un modo de entenderlo es pensar que hay mucha estimulación y poca capacidad de enganche con los estímulos que vienen. Proporcionándonos estímulos. En ese par conexión/saturación se juega gran parte del tipo de operaciones que un espectador o un usuario tiene que hacer para poder habitar la relación con la información. El chico produce una densidad de información y desacelera el flujo; pudiendo generar el hedonismo, es decir una satisfacción inmediata en lo que esté realizando. Cuando más se pueda multiplicar la conexión, más tiempo el estímulo puede ser alojado en el universo del espectador. Pensar en la motivación y el aburrimiento, con el paso del tiempo la motivación de los chicos fue decayendo, tanto por el cambio de tendencias como el cambio generacional.

Es así que el mundo de los coleccionistas por ejemplo cambió completamente. Ya que los chicos no pueden terminar de coleccionar una serie de figuritas porque siempre aparece algo nuevo que hace caer lo anterior. Esos chicos que en la obsolescencia en la que caen rápidamente las cosas con las que juegan, tienen un malestar propio con la generación de la infancia informacional que otros tenían, esos chicos hoy en día tienen que lidiar con la evaporación y no contra la represión institucional. La intervención a los chicos que se cortaban pasó por la cohesión, como también por proponer experiencias cohesivas con los chicos. Y gracias a la decadencia de su motivación es posible que se produjera el aburrimiento. El cual estaría representando la figura de alguien que aparece como una pista de información por la que pasan los estímulos y no se puede componer respecto de nada. El síntoma del aburrimiento, nos indicaba que el sujeto no estaba producido en una institución análoga a la universidad sino que en una institución que era radicalmente otra, es decir con otra lógica, otra gramática: en otras palabras el discurso mediático. No hay que preguntar en modo general por las causas de las cosas violentas o de riesgo que hacen los chicos. Sino que, en cada situación en particular hay que ver si esto está motivado por el aburrimiento mismo. Es así que por ejemplo podemos ver que los chicos se hacen cicatrices entre ellos, las mantienen abiertas, como también se hacen tatuajes o piercing en locales, por el hecho del aburrimiento. Ante la dispersión general en la fluidez, el dolor los hace sentir, los hace existir. Vemos estas operaciones de los chicos como una posible respuesta al fluir y a la intrascendencia, hay muestras de que este sufrimiento es causado por el aburrimiento. Es ahí cuando comienza a preguntarse sobre el aburrimiento de los chicos, los cuales vienen con una experiencia de lectura de imágenes que no están atravesados por la cultura de la letra. Finalmente, la relación de los chicos con la información se da en la conexión con la información y no por la transmisión, se da en el estar ahí y en las operaciones que se hacen para habitar esa situación. Siendo así que podemos decir que el niño es un usuario de tecnologías que destituye finalmente a la subjetividad pedagógica. El análisis y síntesis implica operaciones como la memoria, el retener distintos pretextos y estímulos el tiempo suficiente para luego enlazarlo con otros elementos. Para así ellos mismos puedan analizar las situaciones que los rodean y poder crear una síntesis de toda la información que consumen. Y, cuando se comenzó a repensar la idea de habitar, es que se tuvo que repensar la subjetividad del investigador, que estaba constituido en la experiencia de investigar. Es ahí

cuando se comienza a pensar la relación de los chicos con el internet, y es también cuando nosotros nos constituimos como usuarios virtuales. ‘‘Mi hijo de cinco años juega a video juegos de pelea, después de perder las dos primeras veces, moviendo la palanca es cuando entendió el funcionamiento de la imagen y en su tercer intento pudo ganar. Desarrollando una velocidad tanto mental, física y visual con esa acción.’’ Y gracias a los juegos es que ellos pueden por ejemplo tener un registro de la información que están viendo mucho más rápido, el cual puede o no ser contenido. El pensamiento demora la reacción y la conexión permite operar en la velocidad, considerando a esto como un nuevo método de pensamiento. Es decir que los chicos ahora desarrollan más velocidad motriz que pensamiento consciente y racional. Si jugas, te educas sin darte cuenta, miras televisión pero al mismo tiempo aprendes algo. Pero este registro de información no dura mucho en la mente del chico si no está constantemente en práctica y al final se llega a sustituir por otro tipo de información....


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