Práctico - Trabajo minimalismo PDF

Title Práctico - Trabajo minimalismo
Course Historia das vangardas históricas
Institution Universidade de Santiago de Compostela
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Trabajo minimalismo...


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ÍNDICE1 Página Introducción

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Antecedentes

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(Ainhoa Martínez Martínez) El Movimiento Minimal

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(Silvia Iglesias López) Sol LeWitt

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(Esmeralda Alvite Prado) Evolución de Sol LeWitt

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(Paula Paz Millán) Análisis Comparativo

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Conclusiones

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Fuentes Documentales

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Anexo

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En el índice aparece la relación entre los nombres y la parte que ha realizado cada participante del grupo. En el resto de los casos, el apartado completo ha sido realizado por todos los participantes.

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INTRODUCCIÓN Antes de nada, a la hora de hablar del movimiento minimalista, debemos tener en cuenta que surge en un país determinado (EE.UU), en un momento concreto (década de los 60), y de la mano de un grupo de jóvenes artistas que tratan de crear una nuevo arte, basado en el concepto y no en la figuración. Además, es un arte que no surge con la finalidad de emocionar, simplemente busca que el espectador vea la obra y la entienda sin necesidad de tener un nivel de conocimiento tanto del autor como del movimiento. En este trabajo tratamos de ofrecer al lector de la mejor forma posible algunas de las características concretas que definen al minimalismo y a Sol Lewitt. Para un mayor entendimiento sobre el Minimal Art y la persona de Sol Lewitt, el receptor se podrá informar en el apartado de Anexos de las obras mencionadas durante el desarrollo de este discurso, así como en Fuentes Documentales, las obras consultadas, pese a la gran escasez de textos escritos sobre el minimalismo, Sol Lewitt, y otros autores de este movimiento.

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ANTECEDENTES Antes de centrarnos en los precedentes del movimiento minimalista, haciendo especial referencia al artista Sol LeWitt, es preciso recordar que desde mediados de los sesenta el adjetivo Minimalismo se ha estirado y ensanchado para cubrir un marco tan amplio de escultura y pintura (y otras formas de arte), que se han perdido cualesquiera que fuera los límites determinados que pudo alguna vez haber tenido. Casi cualquier obra de aspecto aproximadamente geométrico, vagamente austero, más o menos monocromático, y generalmente abstracto ha sido o es probable que se etiquetara como Minimal en un momento u otro2. Es por esto, que a veces resulta complicado trazar esa línea definitoria que hace que clasifiquemos una obra, o mismo un autor, dentro de una corriente estilística concreta. Hacia finales de los años sesenta el arte ya había dejado atrás los métodos clásicos para expresar su significado (es decir, puramente estética) para empezar a utilizar el lenguaje como herramienta para expresar lo que el arte empezaba a ser: una cuestión de ideas. Es por esto que ya en los sesenta el arte había entrado en ese reino de las ideas y el medio para expresar esas ideas era el lenguaje3. El mismo Sol Lewitt afirmaba que: “La obra de arte se puede entender como un hilo conductor que va de la mente del artista a la del espectador. Pero puede suceder que no llegue nunca al espectador, o que no salga de la mente del artista”.4 Esta postura declaraba implícitamente la vuelta de un impulso romántico del arte, el cual había ido quedando apartado en la modernidad tardía, aunque permanecía oculto a nivel inconsciente5. Es por esto que queda latente en el ideario de los artistas de esta época que un cambio en la forma de hacer y pensar era necesario y además, estaba ocurriendo.

En: Batchelor, D. Minimalismo. Madrid: Ediciones Encuentro, 1999, pp. 6-7. En: Morgan, R. Del arte a la idea, ensayos sobre arte conceptual. Madrid: Ediciones Akal, 2003, p.11. 4 Ídem., p. 9 5 Ibídem

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Rastreando los antecedentes de este movimiento, somos conscientes de que a finales de los años cincuenta empezó a germinar una nueva sensibilidad que proponía una alternativa al impulso subjetivo del action painting. Empleando métodos de división simétrica y de repetición anticompositiva, así como superficies materiales gruesas, los autores de la época como Frank Stella, Ralph Humphrey o Jo Baer, se embarcaron en una simplificación radical del proceso pictórico.6 En los casos de los principales representantes del movimiento minimalista, Donald Judd, Dan Flavin o Sol LeWitt, dicha reducción se tradujo en la producción de relieves y objetos que ampliaban la calidad perceptiva de la pintura a las tres dimensiones7. Así se inscribía Sol LeWitt al movimiento minimalista, reduciendo sus composiciones a formas elementales. A pesar de estas nuevas alternativas impulsadas desde el action painting, podemos decir que realmente no existe ningún precedente como tal para realizar este tipo de estructuras artísticas. Los nuevos movimientos que surgieron a finales de los años cincuenta contribuyeron al desarrollo de nuevas maneras de ver el arte; y entre ellas el minimalismo. De esta manera, podemos decir que el arte minimal es un movimiento artísticos sin precedentes en la historia, y aunque no podemos encontrar movimientos similares precedentes sí podemos hallar dos autores que posiblemente marquen el principio del arte minimal. Quizás el punto de partida del surgimiento y desarrollo del movimiento minimalista fue Malevich y las vanguardias constructivistas. Podemos considerarlo como un punto de partida en el sentido de que Malevich, máximo representante del suprematismo, defendía la abstracción geométrica en la Rusia del siglo XX, que tenía como objetivo la búsqueda de la supremacía de la sensibilidad pura en el arte 8. Esta vanguardia constructivista encajaba a la perfección con los ideales de simplificación radical del proceso artístico que defendían los minimalistas; en el sentido de que los rusos buscaban la construcción de sus obras a través de formas geométricas perfectas y universales. Los minimalistas encontraron en las estructuras su objeto preferido para expresar sus ideas. Rastreando los antecedentes de estos objetos podemos encontrar similitudes de éstos con la Columna sin fin, del artista rumano Brancusi. En La columna sin fin, Brancusi 6

En: Meyer, J. Arte minimalista. New York: Phaidon, 2005, p. 47.

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Ibidem. 8 En: Museo Thyssen-Bornemisza http://www.museothyssen.org/thyssen/ficha_artista/383

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levanta una estructura alargada de 29,33 m en forma de espiral, sujetada desde el suelo hasta el cielo. ¿Por qué no consideramos la obra de Brancusi minimalista, si en ésta se ven todos los preceptos de este movimiento? La diferencia que hay entre Brancusi y los minimalistas reside en el hecho de que los últimos procuraban no tener ningún tipo de artilugio que sujetara sus obras, a diferencia de Brancusi. De esta manera, si vemos la obra en un golpe de vista podríamos decir que es minimalista pero somos conscientes de que al tener ésta una estructura metálica en su interior, deja de ser minimalista. No se trata de esta manera, de la suma de un módulo sino que lleva la unión de un conjunto de la obra interior que impide pertenecer a esta obra al movimiento minimal; pero que hace que se convierta en uno de sus precedentes fundamentales. Es importante destacar el paso de la guerra para entender los precedentes del movimiento minimal y a la vez para entender al artista minimalista Sol LeWitt9. Al finalizar ésta se fue a vivir a Nueva York, donde se matriculó en el Cartoonists and Illustrators School (Escuela de Dibujantes e Ilustradores), ahora Escuela de Artes Visuales. Trabajo en la edición de revistas y como diseñador gráfico en el estudio del arquitecto I. M. Pei. Esta última experiencia fue clave para la posterior utilización de colaboradores para ejecutar sus diseños: en las palabras del propio LeWitt “Un arquitecto no coge una pala y empieza a poner los cimientos de un edificio, ni coloca cada ladrillo. Sigue siendo un artista”10 Esta frase es especialmente reveladora, puesto que sabemos que el ardid de recurrir a la imagen minimalista ha tenido un inusitado éxito en la arquitectura de los años setenta. La idea del espacio en la arquitectura ha estado influenciada por los preceptos del arte minimalista, traducido en reducción de obras a formas geométricas elementales en el minimalismo como estilo arquitectónico. Con respecto a sus creaciones artísticas, éstas fueron diseñadas para estimular tanto el intelecto como el ojo del espectador. En sus obras, LeWitt explora un sinfín de maneras de utilizar ideas, métodos y sistemas predeterminados para crear formas físicas y visuales. Aunque empezó su carrera artística como pintor, LeWitt adquirió cierta

En: Lewitt, S. Sol Lewitt: catálogo de la exposición, 13 junio-15 septiembre, 2002. A Coruña: fundación Pedro Barrié de la Maza, D.L. 2002, p. 136. 9

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Ibidem.

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relevancia por primera vez como escultor en Nueva York a mediados de los sesenta, momento en el que el arte minimalista empezaba a sustituir al expresionismo abstracto como el movimiento imperante en los círculos artísticos. El expresionismo abstracto de artistas como Pollock o De Kooning tendía a resaltar factores psicológicos que motivaban al acto creativo y la libertad de gestos de la mano del artista a la hora de ejecutar la obra. Aunque en su momento había sido considerado un movimiento revolucionario, muchos de los artistas jóvenes de la época pensaban que el expresionismo había agotado sus posibilidades.11 El minimalismo, por el contrario, con su vocabulario de sobrias formas geométricas y sus materiales industriales, hacía hincapié en el objeto de arte como un fin en sí mismo, carente de toda referencia subjetiva externa, al declarar que la esencia de la experiencia artística se hallaba en la apreciación de los elementos formales de una obra de arte. Es por esto, que es importante centrarnos en algunos aspectos concretos de este artista minimalista para entender mejor los precedentes de este movimiento. Entre sus influencias personales se encontraban algunos de los movimientos artísticos de la primera mitad del siglo XX, tales como el constructivismo ruso, la Bauhaus y De Stijl, que utilizaban vocabularios visuales de formas geométricas a la hora de crear sistemas de arte que abarcaban todos los medios.12 Otras influencias, aunque no podemos situarlas dentro de los precedentes peor gozan de una especial importancia para entender los nuevos derroteros que iba tomando este movimiento, son sus influencias contemporáneas que van de la mano de autores como Jasper Johns, Josef Albers y los cuadros de Ad Reinhardt, además de los trabajos de investigación sobre series de fotografías consecutivas llevados a cabo por Eadweard Muybridge en la segunda mitad del siglo XIX.13

Ídem., p. 21. En: Lewitt, S. Sol… op., cit., p. 22. 13 Ibídem.

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EL MOVIMIENTO MINIMAL El origen de este movimiento se encuentra entre 1963-65, en un grupo de artistas de Nueva York que exhiben de forma independiente obras tridimensionales. Nacen como reacción a la pasión del Expresionismo Abstracto y contra el Pop Art. Para varios críticos tenían en común lo suficiente para ser discutidas, exhibidas, y por otra parte, hechas públicas, como algo parecido a un movimiento. En sus orígenes, tuvo varios nombres: “Arte ABC”, “Arte reiterativo” y “literalismo”, sin embargo fue el término “Arte Minimal” o “Minimalismo” la etiqueta que se ha adherido al movimiento. El movimiento se bautiza con el libro/ensayo “Arte Minimal” de Richard Wollheim, de 1965, una paradoja, ironía del destino, que no hable de ninguno de los artistas cuya obra viene a calificarse más tarde como “Minimal”. Este concepto se refiere a todo aquello reducido a lo mínimo y esencial, despojado de todo elemento sobrante. Se entiende esto mejor si tenemos en cuenta que el término es una traducción transliteral del inglés, de minimalist, minimista en español, que se refiere a usar lo mínimo, minimal, en inglés. Antes de comenzar a hablar de arte minimalista, debemos tener en cuenta que los artistas implicados en este movimiento no se veían a sí mismos como grupo, de hecho el movimiento minimalista como grupo cohesionado de personas que reconocen serlo nunca ha existido para ellos, en el mejor de los casos decían que llamarlos así era un término sin sentido y en el peor que era una denominación frustrantemente errónea. Este arte produce un cambio, cambia substancialmente lo que el arte podía parecer, como podía hacerse y de que podía estar hecho. Permanece y fue importante porque unas tres décadas más tarde una gran parte del arte está constituido sobre los mismos materiales y por significados similares, hecho o no para servir a los mismos o similares fines. Las obras de estos artistas son de las más imaginativas e interesantes que aparecen en la década de los 60. Su obra es típicamente abstracta, tridimensional, modular, geométrica, preconcebida en su diseño e industrial en su ejecución. Hay una ambivalencia entre autonomía y síntesis, escultura y ready-made, lo gráfico y lineal. No hay un claro consenso entre lo que es el Arte Minimal y lo que ha sido. No hay un acuerdo sobre lo que las obras de este movimiento pueden significar o representar, y a 7

menudo hay interpretaciones notablemente divergentes. Varios críticos lo presentan como apoteosis del “idealismo moderno”, y en algunos casos lo ve reñido con los logros de la mejor modernidad. Para otros, como Foster, es una “crítica post moderna de las condiciones institucionales y discursivas”14. Para Baker “una reacción clásica contra la exuberancia Romántica y la auto celebración de la pintura Expresionista Abstracta de los 50”15. Las formas cúbicas o de apariencia de caja regular de LeWitt o Judd [Figura 1], son habitualmente clasificadas de “idealistas”, “racionales” y “clásicas”, y sin embargo otros críticos ven justamente lo contrario en la misma obra, algo “sensual”, “irracional” y “obsesivo”. Hay quien cree que el minimalismo resume “un mundo sin fragmentación, un mundo de Unidad sin costura”16, y a otros se les muestra como “un mundo sin centro, un mundo de substituciones y transposiciones de ninguna forma legitimadas por las revelaciones de un sujeto transcendental”17. También se ha considerado análogo de la contracultura de los 60: “ateo, comunista, materialista”18; y también como arte del status quo, revelando “la cara de la autoridad, la cara del padre”, algo sacado de la teoría de Chave, de 1990, una teoría difícil de admitir, muy condicionada. Los puntos comunes de las obras, con toda esta variedad de interpretaciones, son las composiciones tridimensionales relativamente sencillas, basadas en un formato cuadrado, cúbico o rectangular. En la mayor parte de la obra suele haber una unidad básica, un módulo que se repite, para crear una forma regular global [Figura 2]. Son bastante literales, los materiales no se disfrazan ni manipulan para parecer algo que no son. No se separan del espacio del espectador, no se usan ni plintos ni nada por el estilo, se ponen en plano sobre la pared o directamente en el suelo. Además la huella personal del artista se elimina y los materiales son más industriales que artísticos en el sentido tradicional. La mayoría de las obras de este movimiento fueron hechas en los 60, en la segunda mitad de esta década, y todas fueron realizadas en Nueva York, por hombres de poco más 14

Cita sacada del libro Minimalismo , de David Batchelor, mencionado en la bibliografía. Ídem. 16 Ídem: dentro de este se menciona que es una cita de Colpitt, 1990. 17 Ídem: dentro de este e menciona que es una cita de Krauss, 1977. 18 Ídem: dentro de este menciona que es na cita de Carl Andre.

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de 30 años y blancos. A menudo, y en grados variables, es un arte decorativo, luminoso y lleno de color. Hay varias cuestiones presentes en él, por lo tanto, cuestión de género (en este caso masculino), de etnicidad (en este caso blancos) y de clase (obrera, industrial, de las fábricas), que no pueden ser suprimidas ni olvidadas. En resumen, los materiales industriales; las unidades modulares; los diseños reticulados, simétricos o regulares; la franqueza en su uso y aplicación, en la presentación de los materiales; y la usencia de artesanía, ornamentación o composición ornamental, son el punto de partida de los artistas minimalistas. En muchos casos las diferencias pesan más que las semejanzas, y debemos discutir la obra de cada artista también por separado. Hay cinco artistas clave: Carl Andre, Dan Flavin, Donald Judd, Sol LeWitt y Robert Morris. La obra “Objetos Específicos”, de 1965, sería una especie de manifiesto del minimalismo, que nunca tuvo esa finalidad. Los términos “pintura” y “escultura” se convierten por aquel entonces en problemáticos, y no solo para estos artistas. Donald Judd diría: “más de la mitad de la mejor obra de los últimos años no fue ni pintura ni escultura”19, prefieren el término “obra tridimensional” o “objetos”. Sol LeWitt también se esforzó por distinguir estas obras de una tradición de la escultura, y se referirá a ellas, en cambio, como “estructuras”. Solo Carl Andre continuaría usando el término “escultura”. Centrándonos en pintura y escultura, que son las artes más cultivadas, aunque sus artistas les den otros nombres, podemos decir que son composiciones simétricas que evitaban el “equilibrio” a la vez que ayudaban a acentuar la singularidad de la totalidad, todo sobre la idea de un arte de partes orgánicamente relacionadas. Hay una progresiva descentralización, des-humanización y materialización de la superficie de la pintura. Los lienzos apenas son tratados, son casi monocromos, simplemente reticulados. Buscan desenfocar la atención a través de la simetría y de los conjuntos donde cada pequeña parte es una muestra de lo que encuentras en la otra parte. Es un espacio pictórico que está concebido como algo exterior y no interior. Según las reflexiones sobre el arte de los 60 de una variada gama de artistas y escritores, podemos profundizar más en este tipo de arte y en cómo era visto en su época.

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Ídem.

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Johns indicaba una preferencia por “elementos exteriores, objetivos, despersonalizados, convencionales, preformados”20, y Cage acentúa que no eran las ideas, sino los hechos, los apropiados para un arte que simplemente era un “lugar donde estaban las cosas, como sobre una mesa o en una ciudad vista desde el aire”21. Estas afirmaciones de los 60, sin embargo, no se podrían aplicar a la obra de artistas contemporáneos a los minimalistas, como Andy Warhol, obras que desde 1962, con la incorporación de imágenes impresas, con retículas repetidas y múltiples, sacadas de los fotogramas publicitarios, anuncios y periódicos, tenían un aspecto a la vez impersonal y superenfático. Greenberg, para el que ninguno de estos artistas tenía un interés especial, acentúa la importancia de la indiferenciada superficie de la pintura de posguerra, y parecía encaminarse a una dirección material cuando en 1954 afirma: “El cuadro se ha convertido ahora en una entidad perteneciente al mismo orden de espacio que nuestros cuerpos; ya no es el vehículo de un equivalente imaginado de ese orden. El espacio pictórico ha perdido su interior y se ha convertido en todo exterior. El espectador ya no puede refugiarse en el espacio del cuadro desde su propio espacio”. Si algo tenían en común todas estas reflexiones, era su misma fuente: el reconocimiento del Expresionismo abstracto, y las obras de Pollock, Newman, Rothko y Still en particular. Esto no quiere decir que les diesen la misma importancia, por supuesto, aunque tomasen algo de esta obra. Las primeras obras pictóricas de artistas como Rauschenberg, Stella y Louis, pueden mostrar las amplias posibilidades dentro de la pintura. Podemos destacar que es el grado de una tradición de la pintura, más que de la escultura, lo que le preocupaba a estos artistas y escritores. Como ya comentamos, más que hablar de escultura minimalista, debemos hablar de “estructuras” minimalistas, o de “objetos específicos”. Su obra ocupa un espacio para el que no hay un sitio lógico, un espacio entre la escultura y el “ready-made”. Éste es el porqué de ...


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