Reconceptualizacion del Trabajo Social elementos introductorios PDF

Title Reconceptualizacion del Trabajo Social elementos introductorios
Author Cony Sanchez
Course Introducción al Trabajo Social (anual)
Institution Universidad Nacional de Luján
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En el marco de la reconstrucción histórica del Trabajo Social en
Argentina y América latina, un hito fundamental a considerar es el Movimiento
de Reconceptualización que se desarrolló a nivel latinoamericano en las
décadas de 60 y 70...


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Reconceptualización del Trabajo Social, elementos introductorios1. María Virginia Siede En el marco de la reconstrucción histórica del Trabajo Social en Argentina y América latina, un hito fundamental a considerar es el Movimiento de Reconceptualización que se desarrolló a nivel latinoamericano en las décadas de 60 y 70. Las transformaciones ocurridas en las formas de abordar lo social con el proyecto desarrollista y la propagación del método de Organización y Desarrollo de la Comunidad entre los trabajadores sociales latinoamericanos promovió la emergencia de un nuevo momento en la historia profesional del Trabajo Social Latinoamericano que es conocido como Reconceptualización. Como su nombre lo indica, durante las décadas de 60 y 70 el Trabajo Social latinoamericano comenzó a poner en cuestionamiento y debate las formas de conceptualizar e intervenir que hasta ese momento la profesión venía desarrollando. Estos cuestionamientos abarcaron desde la denominación profesional (Servicio Social o Trabajo Social) hasta la compresión de las particularidades de la sociedad capitalista en las sociedades latinoamericanas y el papel que hasta ese momento la profesión había cumplido. Elementos de contexto Como con cualquier proceso histórico, para entender la Reconceptualización es necesario retomar las determinaciones políticas, sociales, económicas, y culturales que le dieron origen. Para situarnos en las décadas de 60 y 70 es necesario considerar las reconfiguraciones en la organización mundial que se dieron después de la Segunda Guerra Mundial. El mundo había quedado dividido en dos grandes bloques: el occidental, capitalista, liderado por los Estados Unidos; y el oriental, comunista, liderado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. El enfrentamiento entre estos dos bloques se conoció como la Guerra Fría y su incidencia no sólo fue evidente en los procesos de alianzas y enfrentamientos entre países sino que saturaron todos los ámbitos de la vida cotidiana2. 1

Este texto es escrito como material didáctico a ser utilizado en la asignatura Introducción al Trabajo Social de la carrera de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Luján. 2

La amenaza permanente de que pudiera desencadenarse una tercera guerra mundial (nuclear) a partir del enfrentamiento entre EEUU y la URSS estaba latente y estructuró una serie de transformaciones culturales, políticas, económicas que se evidenciaban en varios aspectos de la vida social. Hacemos alusión, no solo a las disputas entre comunistas y anticomunistas, sino a toda una serie de percepciones y explicaciones del mundo donde el capitalismo era representado, a través de su líder, EEUU, como siendo el emblema de la libertad y la democracia y el mundo comunista era caracterizado como la expresión de la dictadura y la opresión. Esta visión que dividía el mundo entre los “buenos” y los “malos” se

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Este es el contexto que permite entender los fundamentos de la estrategia desarrollista promovida por los Estados Unidos en los países latinoamericanos tendiente a instalar la convicción de la posibilidad de mejorar las condiciones de vida y trabajo en el marco del desarrollo capitalista. No es objeto de este texto profundizar los elementos de contexto pero creemos que hay tres cuestiones que vale la pena destacar ya que directamente impactan en la compresión del Movimiento de Reconceptualización. Un primer elemento a destacar tiene que ver con la emergencia de la juventud como un actor social y político con identidad propia. La Juventud de las décadas del 60 y 70 tuvo un protagonismo particular en términos políticos y culturales que se expresó en diversos hechos que se constituyeron en hitos: el Mayo Francés, el Cordobazo, las manifestaciones contra la Guerra de Vietnam y fundamentalmente y como base de estos hechos la convicción de que, a través de la militancia y la participación política era posible transformar en un sentido revolucionario el mundo que la generación anterior les legaba. Esta convicción libertaria de los jóvenes de la época se expresó no solo en su activa participación política en diferentes instancias y organizaciones, sino también en sus expresiones culturales: el rock, el hippismo, el pacifismo, la promoción de la libertad sexual, entre otros. El segundo elemento está vinculado a las transformaciones ocurridas al interior de la iglesia católica. Con posterioridad al Concilio Vaticano II, surgió una corriente al interior de la iglesia católica que realizó una aproximación (relativa) al pensamiento marxista y que, posteriormente, dió origen a la Teología de la Liberación. El surgimiento de la experiencia de los curas obreros en Francia, impactó rápidamente en el sacerdocio latinoamericano que, en parte, promovió una nueva forma de entender la realidad de los pueblos oprimidos latinoamericanos y que se evidencia en el Documento de Medellín, el surgimiento de las Comunidades Eclesiales de Base y, en el caso de Argentina, el surgimiento del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Básicamente la transformación radicó en comprender y promover una aproximación de la religión católica y de la propia institución iglesia a los pobres que se evidenció en la expresión de la “opción preferencial por los pobres”. El acercamiento a la pobreza material y sus expresiones concretas fue promoviendo una nueva politización de los cuadros intelectuales de la iglesia (esta vez en abierta oposición al conservadurismo que caracterizó a la institución hasta ese momento); nueva politización que dialogó con algunas expresaba por, ejemplo, en las expresiones artístico-propagandistas que se vehiculizaban a través del cine americano con películas sobre espionaje internacional.

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ideas marxistas y que se vinculó en términos nacionales con diversas expresiones de organización política junto a los sectores más pobres de nuestras sociedades. El tercer elemento, está muy vinculado con los dos anteriores y se relaciona con la emergencia de los que algunos autores denominan una Nueva Izquierda. La aparición de nuevas expresiones partidarias y sindicales por fuera de las tradicionales expresiones políticas de izquierda (vi nculadas a los lineamientos emanados de Moscú), amplió las posibilidades de inclusión de los jóvenes en nuevas estructuras de militancia, incluyendo el diálogo con los católicos. Las figuras de Ernesto Che Guevara, Fidel Castro y Mao Tse Tung, fueron fundamentales en la configuración de esta nueva izquierda al promover otras formas de procesos revolucionarios diferentes a los sostenidos por la URSS. En este contexto, la lucha armada apareció como posibilidad de estrategia revolucionaria para amplios sectores de jóvenes que optaron por tomar las armas en diferentes países latinoamericanos (Montoneros, Ejercito Revolucionario del Pueblo, Tupamaros, entre otros) En este convulsionado contexto mundial y latinoamericano, la profesión de Trabajo Social también vió interpelados los fundamentos que la sostenían hasta ese momento. Este proceso de cuestionamiento que se desarrolló al interior del Trabajo Social, es lo que se conoce como Movimiento de Reconceptualización. Reconceptualización del Trabajo social Este movimiento (y más adelante veremos porqué llamamos a la Reconceptualización de movimiento) tuvo dos vías de difusión preponderante: - Los Seminarios Regionales de Trabajo Social - Las Revistas de Trabajo Social Los Seminarios Regionales3 fueron encuentros de trabajadores sociales latinoamericanos que se realizaron en diferentes países y donde se establecieron los ejes del debate profesional4. Los Seminarios fueron organizados y sostenidos por jóvenes profesionales y estudiantes de Trabajo Social y expresaron inicialmente la 3 Los Seminarios regionales fueron siete: I realizado en 1965, Porto Alegre, Brasil; II realizado en 1966, Montevideo, Uruguay; el III realizado en 1967, General Roca, Argentina; el IV realizado en 1969, Concepción, Chile; el V realizado en 1970, Cochabamba, Bolivia; el VI realizado en 1972, Porto Alegre, Brasil; y el VII realizado en 1976, Lima, Perú. 4

Si bien, no fueron los primeros encuentros internaciones de profesionales en los que participaban trabajadores sociales latinoamericanos, lo que caracterizaba a estos Seminarios era que fueron promovidos sin el auspicio de ningún organismo supranacional (OEA, ONU, etc.).

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preocupación por construir un Trabajo Social latinoamericano. De este cuestionamiento inicial y en función del avance de los debates y propuestas, en cada seminario se fue promoviendo la superación de las posturas anteriores y la postulación de nuevas formas de entender la sociedad, al Estado, la realidad latinoamericana y al propio ejercicio profesional. Fueron encuentros masivos que se constituyeron en citas obligadas de aquellos que querían cambiar el Trabajo Social. Algo que caracterizó estos seminarios era que, además de asistir a conferencias y paneles con figuras emblemáticas que desarrollaban sus ideas, finalizaron con documentos en los cuales los participantes se pronunciaron en relación a la realidad y a la profesión. La segunda vía de difusión de la Reconceptualización fue la circulación, a nivel latinoamericano de dos revistas específicas de Trabajo Social, editadas en Argentina. Hoy en el Servicio Social/Hoy en el Trabajo Social, circuló entre los años 1965 y 19775y fue editada por la Editorial ECRO. Dirigida por trabajadores sociales, se constituyó en una de las vías fundamentales de difusión de las ideas reconceptualizadoras. Un elemento fundamental para destacar es que la aparición de esta revista promovió la circulación de textos referidos al Trabajo Social escritos por autores latinoamericanos. Hasta 1965, la mayoría de las publicaciones en Trabajo Social eran traducciones de escritos realizados en Estados Unidos y Europa. La segunda Revista, fue Selecciones del Social Work/ Selecciones del Servicio Social que fue publicada desde 1968 a 19786. Inicialmente la publicación dedicó gran parte de su contenido a la difusión de artículos traducidos al español y que habían sido publicados por la Revista norteamericana, Social Work, editada por la NASW (Asociación Nacional de Trabajadores Sociales de Estados Unidos). Paulatinamente se fueron incorporando artículos escritos por autores latinoamericanos. Ambas publicaciones alcanzaron difusión a nivel latinoamericano y se constituyeron en pilares fundamentales de difusión de las ideas reconceptualizadoras. Pero, qué fue el Movimiento de Reconceptualización del Trabajo Social en América Latina?

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La Revista Hoy en el Servicio Social se publicó con ese nombre entre 1965 y 1971, momento en que pasó a denominarse Hoy en el Trabajo Social, denominación que mantuvo hasta su cierre en 1977. 6

La revista se llamó Selecciones del Social Work entre 1968 y 1970 y cambió su denominación en 1970 por Selecciones del Servicio Social, nombre que mantuvo hasta su cierre en 1978.

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La Reconceptualización fue un movimiento que puso en la agenda profesional la necesidad de revisar los presupuestos teóricos, políticos, metodológicos y operativos de nuestra profesión en consonancia con las transformaciones macro sociales que se desencadenaban en nuestro continente. Se pueden identificar (sólo a los fines analíticos) cuatro momentos en este Movimiento que se extendió a partir de 1965. El primer momento, que podemos situar entre 1965 y 1968, se caracterizó por un debate centrado en la búsqueda de construir un Trabajo Social latinoamericano. Los jóvenes profesionales de Argentina, Brasil y Uruguay (países que iniciaron el movimiento) comenzaron a poner en evidencia las dificultades que experimentaban en el ejercicio profesional adoptando los métodos y técnicas que se elaboraban en Estados Unidos (y cuya expresión más clara eran los tres métodos clásicos). Imbuidos de las ideas desarrollistas que imperaban en ese momento, estos jóvenes profesionales buscaron construir una forma de contribuir a los procesos de desarrollo que se estaban llevando a cabo en nuestros países. Desde una perspectiva política claramente desarrollista, estos trabajadores sociales promovieron la necesidad de mejorar la formación profesional (con la inclusión de conocimientos de sociología, antropología, educación, investigación social) en la convicción de que era indispensable formar trabajadores sociales que pudieran insertarse en los planes de desarrollo vigentes y propiciar, en el trabajo cotidiano con las comunidades en las cuales trabajaban, los cambios socio culturales y materiales que eran necesarios para mejorar las condiciones de vida de los sectores pobres de nuestros países. Entendían que los trabajadores sociales podían (y debían) constituirse en verdaderos “agentes de cambio” al promover la participación activa de los sectores pobres en la resolución de sus problemas a través de la ejecución de planes de autoayuda, educación popular y organización comunitaria. Estas ideas, sustentadas por los jóvenes profesionales, fueron percibidas con cierto resquemor por parte de los sectores tradicionales del Trabajo Social. En realidad, podríamos afirmar que exist ió un quiebre generacional que se expresó en el enfrentamiento entre estos nuevos profesionales y estudiantes y lo que ellos identificaban como “las viejas asistentes sociales” a las que les atribuían prácticas psicologistas, caritativas y filantrópicas, meramente intuitivas y sin fundamento científico. Esta adhesión al desarrollismo y al papel de agente de cambio de los trabajadores sociales se evidenció en los debates realizados en los tres primeros Seminarios Regionales y en los primeros números de la Revista Hoy en el Servicio Social.

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La realización del IV Seminario Regional en Concepción Chile en 1969 dió surgimiento a lo que podemos identificar como segundo momento de este movimiento y que se extendió hasta 1972. A esta altura, la reconceptualización traspasó los límites de los países que la iniciaron y se fueron incorporando sectores profesionales de otros países latinoamericanos. El tenor de los debates cambió radicalmente cuando en el IV Seminario Regional se comenzó a criticar, ya no al Trabajo Social Tradicional por sus prácticas intuitivas, sino que la crítica se centró en reconocer el carácter explotador del sistema capitalista, y el papel que hasta ese momento había cumplido la profesión en la adaptación de los sujetos a la sociedad7. En el marco de la participación política en distintas instancias de los jóvenes profesionales, comenzó a evidenciarse una influencia directa del pensamiento marxista en sus reflexiones y propuestas. Nuevas categorías comenzaron a formar parte del acervo profesional: explotación, dominación, alienación, liberación, revolución, organización y fundamentalmente comenzó a debatirse sobre la dimensión política del Trabajo Social. Esta incorporación de ideas provenientes del marxismo acentuaron aún más el quiebre generacional y el enfrentamiento entre estos jóvenes profesionales y los sectores conservadores del Trabajo Social8 que salieron a denunciar este proceso de politización del debate profesional identificando a sus líderes como expresiones del comunismo internacional operando al interior de la profesión. En rigor de verdad, la aproximación al legado marxista fue realizada, fundamentalmente a través de la formación militante que estos jóvenes tenían en distintas inscripciones partidarias y en las nuevas formas de entender la religión y la opción por los pobres al interior de la Iglesia Católica. Esta nueva forma de entender la sociedad y la profesión indefectiblemente implicó una crítica radical al desarrollismo y al papel imperialista desempeñado por los Estados Unidos en nuestro continente. La crítica se tradujo en la negación de la función de “agente de cambio” para el trabajador social y la postulación de la función “concientizadora” para los profesionales.

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Es en este momento en que, los sectores más progresistas de la profesión, postulan fundar una “nueva profesión” que se diferencie del Servicio Social que entendían había nacido para promover la adaptación. Postulan que esta nueva profesión debe llamarse Trabajo Social y las modificaciones de los planes de estudio de las unidades académicas donde este sector era predominante comenzaron a llamar a la profesión con la nueva denominación. Hasta el día de hoy ambas denominaciones conviven haciendo alusión a la misma profesión. 8

Liderando a estos sectores conservadores del Trabajo Social Latinoamericano encontramos al Secretariado latinoamericano de la UCISS (Unión Católica Internacional de Servicio Social) y como canal de difusión fundamental de estos sectores funcionó la revista Selecciones del Servicio Social de Editorial Humanitas.

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Básicamente, las ideas presentes sostenían que la sociedad capitalista era una sociedad explotadora y que “el pueblo” debía tomar conciencia de su situación de explotación para desencadenar, a partir de su propia organización política, un proceso revolucionario. Acá queremos destacar que estas ideas no surgen del debate profesional en sí mismo, sino que son la expresión, al interior de la profesión, de los debates y conflictos que se procesaban a nivel societal. La consolidación de la Revolución Cubana, la figura militante del Che Guevara, las transformaciones en el pensamiento social de la Iglesia, las luchas independentistas de algunos países africanos, la contundente organización de los trabajadores a nivel sindical y político a nivel regional y la politización de la juventud en general, indefectiblemente debían impactar en nuestra profesión. A partir de 1973 se puede identificar un tercer momento atravesado por este Movimiento y que la mayoría de los autores identifican como de crisis y que se extendió hasta 1975. El desarrollo de posiciones y posturas antagónicas al interior de la profesión era cada vez más evidente y se expresaba en los enfrentamientos en los distintos Seminarios y al interior de las diferentes unidades académicas que formaban trabajadores sociales y que modificaban sus planes de estudio. Los sectores más conservadores de la profesión criticaban a los líderes del movimiento catalogándolos de “militantes” y acusándolos de desprofesionalizar el Trabajo Social al confundir militancia y ejercicio profesional. Vale destacar que los cuestionamientos encaminados por los sectores más conservadores no se realizaron hacia el Movimiento de Reconceptualización en sí, sino que eran dirigidos a algunos sectores (los más progresistas) ya que en este momento la Reconceptualización del Trabajo Social estaba impuesta de tal forma en la agenda profesional, que todos los sectores de la profesión se identificaban como Reconceptualizadores. Esta heterogeneidad de posturas que se autoproclamaban como formando parte de la reconceptualización es lo que le da la configuración de Movimiento. En forma simultanea, en nombre de la reconceptualización, se promovían ideas reformistas modernizantes para la profesión e ideas con una clara intención de ruptura con la concepción clásica de la profesión. Este nivel de enfrentamiento entre sectores conservadores y progresistas que se daba al interior de la profesión fue expresión también de los enfrentamientos que se procesaron en la sociedad. La instalación del golpe militar de Pinochet que derrocó el gobierno socialista de Salvador Allende en Chile, fue la primera expresión del avance de las dictaduras militares que azotaron la región en esos años. En 1975, la mayoría de los autores que escribieron sobre el Movimiento definieron que la Reconceptualización había llegado a su fin, fundamentalmente por la crisis al interior de la profesión y por la imposibilidad de sostener los debates de manera abierta a medida que la represión y censura se instaló en los países latinoamericanos.

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Parra (2002) sostiene que existió un cuarto momento que atravesó el Movimiento de Reconceptualización y que se extendió entre 1976 y 1982. Lo que caracterizó este momento es el traslado de los debates y los centros de difusión del mismo a nuevos países, fundamentalmente Perú, ante la imposibilidad de expresión política en el resto de los países. La centralidad de Perú, radica en que, en el año 1974...


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