Resistencia al régimen de Trujillo. Trabajo final PDF

Title Resistencia al régimen de Trujillo. Trabajo final
Course Fundamentos de historia dominicana
Institution Universidad Autónoma de Santo Domingo
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGOAsignatura:Fundación de Historia Social DominicanaSección:112Alumno:Einar Jhellemny Capellán RosarioMatricula:100635807Maestro:Lic. Ramón Sención PeñaAsignación:Resistencia al régimen de Trujillo.Trabajo final.Rep. Dom. diciembre 2021. _Introducción.Este ensayo p...


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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO Asignatura: Fundación de Historia Social Dominicana Sección: 112 Alumno: Einar Jhellemny Capellán Rosario Matricula: 100635807 Maestro: Lic. Ramón Sención Peña Asignación: Resistencia al régimen de Trujillo. Trabajo final. Rep. Dom. diciembre 2021. _

Introducción. Este ensayo presenta la resistencia al régimen de Trujillo Cuando hablamos de una de las dictaduras presentes en Latinoamérica más cruel, despótica, misógina, tiránica, represiva, sangrienta y pisoteadora de los derechos humanos durante el siglo XX es difícil no pensar en la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Mientras estuvo en el poder exhibió una completa falta de escrúpulos utilizando el engaño y el fraude para lograr todo lo que se proponía. No siempre esto le funcionaba, por lo que recurría con igual naturalidad a la tortura y el asesinato. Gobernó la República Dominicana desde el año 1930 hasta 1961, su estadía en el poder fue muy prolongada y para esto se valió de presidentes títeres y de manipulación del poder político, a pesar de esto, el pueblo no tenía el valor de oponerse a su régimen ya que aquellos que lo hacían no vivían para contarlo. En 1930 hubo una crisis en el país y una revuelta contra el presidente Horacio Vázquez. Oficialmente Trujillo se mantuvo neutral, pero según algunas fuentes Trujillo empezó a planear un golpe de estado al mismo tiempo. A causa de las revueltas, Vázquez renunció a su cargo y se convocaron elecciones en que Trujillo se presentó como candidato. Trujillo tenía mucha influencia en las Fuerzas Armadas y la utilizó para presionar a los opositores a renunciar sus candidaturas. Según las fuentes, Trujillo usó métodos muy brutales, como encarcelamientos, golpeados e incluso asesinatos para eliminar sus oponentes y para ganar las elecciones. En realidad, ganó porque se quedó como único candidato. Sin embargo, no todo fue malo, durante su dictadura se crearon sólidas instituciones del Estado dominicano, se eliminó la deuda externa y alcanzaron los niveles más altos de independencia política y económica en el país durante el siglo XX. La educación fue uno de los sectores más beneficiados durante su mandatario, por el gran interés que tenía el gobierno sobre esta, proporcionando los mejores medios y recursos. La economía del país era buena, no obstante, no podemos ocultar el hecho de que Trujillo tenía un dominio predominante sobre este sector, por ejemplo, en la industria azucarera, donde ganaba el 60 % de la inversión, dejándole un 30% a Estados Unidos y 10% a la burguesía, sin mencionar, que de igual manera le iba muy bien en otros renglones de la

economía en los cuales también había invertido, como industrias, ganadería, bienes e inmuebles, etc. A pesar de la crueldad vivida en esta época, la dictadura de Trujillo es un acontecimiento histórico bastante interesante y para entenderlo mejor hay que conocer a fondo su transcurso y la huella que este dejó en la política, la historia, la economía y la vida de cada dominicano presente en esa época.

Desarrollo En 1930, Rafael Leónidas Trujillo era jefe del Ejército del presidente Horacio Vázquez, cuando un movimiento cívico, encabezado por Rafael Estrella Ureña, amigo y colaborador suyo, desplazó del poder al presidente. Trujillo venció en las siguientes elecciones de mayo de 1930. Inmediatamente llegó al poder, Trujillo continuó con un ambiente de represión instaurado a través de la banda La 42. Esta banda se encargaba de perseguir a todos aquellos opositores del régimen trujillista. Trujillo pudo liquidar algunos focos de rebelión dirigidos por los caudillos Desiderio Arias y Cipriano Bencosme, a quienes derrotó y asesinó. Una parte de la oposición decidió irse al exilio para poder preservar su vida. Trujillo se propuso a lograr que todo el país estuviese de acuerdo con su gobierno, hasta así llegar a la hegemonía política en todos los sectores de la vida nacional. Por eso impuso un régimen de terror basado en la persecución, la tortura y el asesinato y creó un sistema de espionaje, vigilancia y control. El sistema de espionaje se basaba en personas, que vivían una vida normal como cualquier republicano, pasaban información importante sobre las acciones de los ciudadanos a los organismos de seguridad, estos espías se le denominaban “Calieses”. Se crearon centros de tortura donde eran llevados los opositores del régimen, como La 40. Las personas empezaron a desaparecer y esto se convirtió en algo muy común. Para poder proteger a tu familia, la única opción que tenías era el mantener una actitud pasiva porque no solo tú sufrirías las consecuencias, sino, cada miembro de tu familia que sea muy cercano a ti, incluyendo a tus amistades cercanas.

En tres meses Trujillo pacificó el país tras la fuerte represión desatada contra una población desarmada desde los años de la ocupación norteamericana. La nación fue sometida a un régimen de mano dura, con una policía secreta que controlaba a los opositores. Una vez asentada la mecánica del Partido, y durante los primeros años, Trujillo se deshizo de los caudillos locales, sembró el terror en cuantas ocasiones dudó de que se le respetara y perpetró la mayor masacre de la historia del país en octubre de 1937. Entre cinco y veinte mil haitianos fueron pasados a cuchillo, para que parecieran peleas entre campesinos. Los motivos fueron varios: desde satisfacer el más mezquino racismo de las élites dominicanas, al temor de Trujillo a ser impopular si los haitianos restaban empleos a los dominicanos y a los frecuentes conflictos entre trabajadores en una frontera cada vez menos definida. Pero todavía pudo frenar Trujillo el escándalo con una cuantiosa indemnización, como compensación por los “incidentes fronterizos”, sin reconocer nunca la matanza. Trujillo empezó a tomar e incrementó la inversión en el ejército tanto en personal como en armamento. Para recaudar fondos, y para su propio prestigio y conveniencia personal, interfirió en todas las empresas y negocios del país y en todas las ramas de la producción con la práctica de extorsionar y amenazar cuando se le presentaban dificultades, logrando acumular una considerable fortuna. Trujillo, no solo se blindó con un gran ejército y medios materiales, sino que puso en marcha un creciente método de intimidación y extensión del terror a cualquier simple ciudadano que se manifestara contra el régimen. Así comenzaron a ser frecuentes los secuestros, asesinatos, desapariciones de personas, dentro del país y en el extranjero, hasta convertirse en la práctica normalizada durante todo el mandato de Trujillo. Era obvio que el régimen trujillista estaba llegando a su fin, había ganado el rechazo de todo aquello que al principio lo apoyaba y adulaba; Estados Unidos, la Iglesia Católica, la fuerza militar, etc. Sin embargo, Trujillo tenía muy en claro que esto no le favorecía para nada y tenía que tratar de verse bien internacionalmente, por eso utilizó a presidentes títeres para poder fingir internacionalmente un Estado de democracia. Debido a los problemas que le trajo la matanza de los haitianos, decidió no postularse para las elecciones 1938, como ya había mencionado antes, sino que Jacinto Peynado tomó la presidencia. Murió en 1940 y el vicepresidente Troncoso toma la presidencia.

En el 1947, en que Trujillo pago o la deuda externa. Eran yerra el hombre más rico del país. Dueño de empresas, fábricas, haciendas, y otros negocios, su poder sobre la población dominicana total. Era el que poseía más poder, era el dueño del territorio dominicano. La misma situación volvió a ocurrir en el año 1952 cuando la presidencia pasa para el hermano de Trujillo, Héctor Trujillo, para mostrar una aparente democracia. En el año 1957, Héctor Trujillo gana de nuevo la presidencia pero era muy obvio el régimen dictatorial, así, lo remplazó Joaquín Balaguer, siendo este el último presidente títere del dictador. La centralización del poder y las riquezas obstruyeron el desarrollo económico y social del país. Una de las primeras conspiraciones realizadas desde el exterior contra el dictador fue: La expedición de Cayo Confites fue un movimiento militar contra Rafael Trujillo originado en Cuba en 1947 que promovió la invasión armada para derrocar el régimen. Sin embargo, Trujillo se informó de que estaban planificando esto en su contra y presionó al gobierno cubano para que no apoyara a los dominicanos y que frustrara los planes de los conspiradores. La expedición de 1959 fue descubierta y se volvió un completo fracaso en términos militares; trajo consigo conciencia al pueblo dominicano de modo que se formó un grupo clandestino de denominado. El 25 de noviembre fueron asesinadas las hermanas Mirabal por el mandato de Trujillo, porque las mismas se oponían al régimen y eran una amenaza para el gobierno. El ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo se produjo el 30 de mayo de 1961, causado por conspiradores familiares de las dominicanas. Cabe resaltar, que definitivamente el gobierno estaba atravesando una crisis masiva, ya que los EE: UU estaban totalmente de acuerdo en salir del régimen trujillista, ellos tenían este enunciado en sus mentes y lo expresaron ante los dirigentes “Trujillismo sin Trujillo”, ya que, a ellos le gustaba la austeridad que este ejercía, sin embargo, era un opresor excesivo y quería mantener el país bajo su antojo, y no hicieron resistencia a la revolución que los dominicanos hicieron para ajusticiar al dictador. El 24 de octubre de 1960 se celebró el cumpleaños de Trujillo, por lo que le organizaron un desfile llamado «El desfile del millón», el propósito del evento era reafirmar la popularidad del dictador.

Aunque no se logró lo cometido, ya que el pueblo estaba totalmente desencantado de todo lo concerniente a la dictadura, ya para esa fecha el pueblo había salido a las calles derrumbar todo aquello que le recuerde al tirano. En estos tiempos nos damos cuenta de que, las dictaduras lo único que traen consigo es dolor y mucho sufrimiento al pueblo que esta subyugado, porque la libertad de expresión, los derechos y privilegios que como seres humanos poseemos, deben ser respetados por cualquier persona que esté superior a nosotros en algún ámbito, sobre todo si es el gerente de una nación completa. Como dominicanos en ese entonces actuamos posterior a un asesinato que consternó el país completamente. Los hechos nos llaman a la conciencia… a pensar si los gobernantes de nuestros tiempos están actuando paralelamente o están siguiendo la misma trayectoria que el dictador Trujillo, ¿Está permitiendo nuestro gobernante que nuestros derechos sean violentados? O ¿está protegiendo la libertad de cada individuo que conforma el país? Sin duda alguna, como dominicanos que conocemos la historia no está bien que cometamos los mismos errores que nuestros antepasados vivieron, es necesario que se busque la manera de que nuestro país sea libre en todos los ámbitos, que haya equidad y que la justicia reine ante todas las circunstancias. Los intentos de derrocamiento de Trujillo: Constanza, Maimón y Estero Hondo (14 de junio de 1959) Las expediciones contra el trujillismo de 1959 fueron denominadas así porque un numeroso grupo de exiliados entró al país desembarcando en el poblado de Constanza y en las playas de Maimón y Estero Hondo. Provenían de La Habana, donde el Gobierno cubano había apoyado al Movimiento de Liberación Dominicana (MLD). El Movimiento y su brazo armado, el Ejército de Liberación Dominicana, se habían fundado en La Habana en marzo de 1959, integrados por la fusión de varias organizaciones de dominicanos en el exilio y una representación de ellas se había trasladado a para recabar el apoyo del presidente Rómulo Betancourt, quien contribuyó con la suma de 150.000 USA$. Habían llegado de diferentes lugares dispuestos a combatir contra Trujillo, instalándose primero en la capital cubana y pasando después al campamento de entrenamiento situado en Mil Cumbres, liderados por el capitán Enrique Jiménez Moya, jefe militar de la expedición, y José Horacio Rodríguez Vázquez, comandante del campamento.

Como indican J. M. Abreu Cardet y E. Cordero Michel, aunque no hay datos concretos de la actitud de Fidel Castro al respecto de una ayuda directa a los dominicanos, si se sabe que ascendió a teniente a Jiménez Moya y lo incorporó a la tropa; y, cuando fue herido, poco después, lo promovió a capitán. Seguramente no era un antecedente baladí que Fidel Castro hubiera sido uno de los participantes en Cayo Confites, en 1947, que logró huir y no entregó las armas ante la derrota. Un auténtico desafío a Trujillo Junto a los combatientes, encontramos documentada la presencia de apenas cuatro mujeres que recibieron entrenamiento militar al igual. El proceso de democratización en 1961 República Dominicana mostraba notables transformaciones en diferentes aspectos. La población superaba los tres millones de habitantes; la división territorial y política del país también había cambiado considerablemente, y de doce provincias que había en 1930, ahora, tras la desaparición del tirano, el país contaba con 25 provincias y un Distrito Nacional. Asimismo, una moderna infraestructura vial comunicaba las diferentes regiones del territorio nacional, que ya no estaban tan distanciadas como en los tiempos anteriores a la Primera Ocupación Militar Norteamericana de 1916, lo que posibilitaba un mayor intercambio comercial y social entre diferentes pueblos. La muerte violenta de Rafael L. Trujillo, el 30 de mayo de 1961, no significó el derrumbe inmediato de la dictadura. De hecho, Ramfis, el hijo mayor del tirano, junto con sus tíos Héctor Bienvenido y José Arismendi Trujillo, la alta jerarquía militar así como algunos políticos e intelectuales que durante muchos años le habían servido fielmente a su familia, hicieron todo lo posible por conservar el control del gobierno al precio que fuera necesario. Una de las primeras medidas del gobierno conformado por Ramfis Trujillo y Joaquín Balaguer fue gestionar que los Estados Unidos colaboraran para que la Organización de Estados Americanos levantara las sanciones económicas impuestas al país desde agosto de 1960. Para atraerse las simpatías de la administración de John F. Kennedy, el gobierno dominicano desplegó una estrategia de apertura política, permitiendo el retorno de los exiliados y, al mismo tiempo, propiciando un ambiente favorable para el nacimiento del partidismo político.

En el plano político, por primera vez después de 30 años de férrea tiranía, los dominicanos comenzaron a disfrutar las ventajas de la libre expresión del pensamiento y del pluralismo político a través de la existencia de varios partidos políticos. Se rompía así la obligatoriedad, que imperó a lo largo de la dictadura, de pertenecer a un partido único, que es una de las características de los regímenes totalitarios, como el que implantó Trujillo en República Dominicana. Así, durante las primeras semanas de julio de 1961 tres organizaciones políticas iniciaron sus actividades públicas: el Partido Revolucionario Dominicano, fundado en Cuba en 1939, cuyo líder principal era el escritor Juan Bosch; el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, dirigido por el doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, y cuyo nuevo nombre fue Agrupación Política 14 de Junio; y la Unión Cívica Nacional, institución mayormente integrada por la clase media y alta, presidida por el doctor Viriato A. Fiallo. Poco después surgieron otros partidos minoritarios que contribuyeron a la educación política de los dominicanos en el ejercicio de las libertades públicas al tiempo de darles la oportunidad de escoger por su propia voluntad al candidato de su preferencia para dirigir los destinos nacionales. Los seis meses transcurridos entre junio y noviembre de 1961 fueron turbulentos y traumáticos. Mientras, por un lado, el Gobierno trujillista aplicaba una política de terror y violencia en plena luz del día, por el otro, la naciente oposición política comenzaba a perder el miedo frente a los organismos represivos (como el Ejército, la Policía Nacional y sobre todo el Servicio de Inteligencia Militar, SIM). Las protestas públicas, cada vez más masivas, fueron multiplicándose en todo el territorio, exigiendo la salida del país de los Trujillo, la renuncia de Balaguer y de los principales colaboradores del antiguo régimen. Los días 18 y 19 de noviembre de ese año constituyeron el punto final para los remanentes del trujillismo. En la Base Aérea de Santiago, el general Pedro Ramón Rodríguez Echavarría se pronunció contra los Trujillo y lo mismo hizo el general Andrés Rodríguez Reyes en la capital. Pero ya Ramfis Trujillo había decidido abandonar Santo Domingo con destino a París, Francia, cosa que hizo el día 18, siendo seguido por sus tíos y otros familiares, que se dirigieron hacia otros países. Pero antes de viajar al extranjero, Ramfis Trujillo, en persona, se trasladó a una finca propiedad de su familia llamada Hacienda

María (en las proximidades de Haina), y allí, junto con algunos de sus más cercanos colaboradores, asesinó a los seis héroes de la conjura del 30 de mayo que desde junio guardaban prisión en las cárceles de la dictadura, donde padecieron las más espantosas torturas. Ellos fueron Salvador Estrella Sadhalá, Luis Manuel Cáceres Michel (Tunti), Roberto Pastoriza Neret, Huáscar Tejada, Pedro Livio Cedeño y Modesto Díaz Quezada. El martes 30 de mayo de 1961, a las 9:45 de la noche, en el kilómetro 9 de la carretera de Santo Domingo a San Cristóbal, el auto en el que viajaba Trujillo fue ametrallado en una emboscada urdida por Modesto Díaz, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de la Maza, Amado García Guerrero, Manuel «Tunti» Cáceres Michel, Juan Tomás Díaz, Roberto Pastoriza, Luis Amiama Tió, Antonio Imbert Barrera, Pedro Livio Cedeño y Huáscar Tejeda. El vehículo recibió más de 60 impactos de bala de diversos calibres, de los cuales siete impactaron el cuerpo del dictador causándole la muerte. Su chófer, Zacarías de la Cruz, recibió varios impactos, pero no perdió la vida, aunque fue dado por muerto por los ajusticiadores. Las armas proporcionadas por la CIA habían sido ocultadas por el estadounidense Simón Thomas Stocker «Wimpy», como también se le conocía, propietario del único supermercado del país y residente en la República desde 1942, fue contactado por la CIA bajo el nombre en clave de «Héctor». Stocker rehusó la remuneración de la CIA por sus esfuerzos, aduciendo su convicción moral. Las armas fueron ocultadas por más de dos meses, a riesgo personal y de su familia, dentro de un armario pequeño de su estudio, en su residencia privada, hoy ya demolida y que estuvo ubicada en un solar en el lado sur de la avenida Independencia, próximo a la avenida Máximo Gómez. Algunos afirmaron que dichas armas nunca llegaron a las manos de los organizadores del ajusticiamiento, debido a la supuesta falta de una autorización explícita de la CIA para su entrega. Esta opinión fue contradicha por testimonios de viva voz, comunicados por Stocker a familiares y personas de confianza, afirmando que las armas fueron entregadas por él a un dominicano, después de haberlas ocultadas en su propiedad, según su relato. No obstante, esa versión fue negada por el único sobreviviente del ajusticiamiento, el general Imbert Barrera.

El interés de Estados Unidos en acabar con Trujillo se debió a que la represión de su gobierno podría desembocar en una revolución filocomunista en República Dominicana, similar a la Revolución cubana, que fue una consecuencia del rechazo del pueblo cubano al dictador Fulgencio Batista. La familia de Trujillo trató de huir con el cuerpo del dictador en su yate «Angelita», pero no fue posible. Su funeral, realizado el 2 de junio del mismo año, fue el de todo un estadista; una larga procesión lo acompañó desde el Palacio Nacional hasta la localidad de San Cristóbal, donde fue enterrado. Miles de personas de todos los estratos sociales desfilaron ante el féretro con los restos de Trujillo. Tan pronto la población se enteró de que la familia Trujillo y algunos de sus colaboradores más cercanos habían huido del país, la alegría fue colectiva. A lo largo del territorio nacional muchedumbres se lanzaron a las calles a festejar la trascendental noticia, mientras otros grupos se dedicaron a derribar bustos, estatuas, letreros, en fin, to...


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