Resúmen completo Temas 1-14.pdf PDF

Title Resúmen completo Temas 1-14.pdf
Author Sergio Gutierrez
Course Historia de la Filosofía Moderna y Contemporánea (Gª e Hª)
Institution UNED
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Resúmen completo Temas 1-14...


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Capítulo 1. La revolución científica y los cambios que inauguran la modernidad 1. RENACIMIENTO Y MODERNIDAD 1.1. De la Edad Media al Renacimiento Fue el pintor y arquitecto italiano Vasari (muerto en 1571) quien acuñó la palabra Rinascita (renacimiento), si bien fue Voltaire el que llamó Renaissance al período de transición entre la Edad Media y la Modernidad por considerarlo, no sólo una mera reproducción de lo antiguo, sino una época realmente renovadora y llena de creatividad y novedad. En ella aparecieron magníficos artistas, excelentes científicos, grandes descubridores, innovadores religiosos, navegantes, inventores, etc. Este renacer estuvo ligado a los intereses humanistas que proponían como ideal al hombre clásico, y esto es lo que dio origen realmente a lo que llamamos Renacimiento. Es en el Renacimiento donde nace propiamente el espíritu de la filosofía moderna y sus tentativas de renovación frente el pensamiento medieval, pues es en este período cuando aparece una nueva concepción del hombre y del Estado, se fundamentan las modernas ciencias de la naturaleza y se cambia el estilo de vida y las costumbres, todo ello bajo el influjo de la renacida cultura greca-latina. Del teocentrismo medieval se pasa al antropocentrismo moderno, lo que significa que el hombre se afirma ahora como ser terreno y mundano dentro de la naturaleza y de la historia. Para ello los humanistas eligieron como modelo el mundo clásico, de ahí su preocupación por hacer «renacer» la filosofía, la poesía y la moral antiguas, pues consideraban la cultura clásica como el mejor instrumento para educar para la felicidad, la convivencia y el progreso. Por otra parte, un acontecimiento sumamente significativo de esta época es la Reforma protestante, con la ruptura de la unidad monolítica religiosa del mundo medieval cristiano que lleva a cabo. El malestar se venía detectando desde el Cisma de Occidente, el destierro de los Papas a Avignon y la decadencia interna de la Iglesia que suponía la lucha por el pontificado y el poder temporal. Todo ello va a hacer nacer en las conciencias la necesidad de una reforma en profundidad, necesidad que es aprovechada por Lutero para presentar su nuevo programa: lucha contra la simonía y la corrupción eclesiástica, valor del libre examen, vuelta a las fuentes del cristianismo, lectura de las escrituras no mediatizada sino dejada a la libertad de cada conciencia, conveniencia de presentar la escritura en lengua vernácula (no sólo en latín) y por último su tesis central de que el hombre no tiene auténtica libertad pues la salvación no proviene de sus actos sino de la fe. Otros teólogos, dentro de la Iglesia, condenaron estas tesis, creando el movimiento de la Contrarreforma, que tuvo su exposición más clara en la fundación de la Compañía de Jesús y en el Concilio de Trento (1545-63), con el que se procura dar contestación a las acusaciones de Lutero y poner en orden a la Iglesia. Esta tensión dentro de la Cristiandad va a producir en Europa un largo período de luchas religiosas, las llamadas guerras de religión, que acabarán con la paz de Westfalia en 1648. 1.2. Factores que determinan el cambio de época En síntesis, estos serían, pues, los principales factores de innovación en los siguientes ámbitos: A) En el ámbito cultural son destacables acontecimientos como el Concilio de Florencia-Ferrara (1438), al que acuden sabios de Oriente conocedores de la lengua y la filosofía griegas y la trasmiten, así como la inmigración de sabios a Italia tras la caída de Constantinopla (1453). Esto hace que se impulse el estudio de los textos griegos dando lugar al Humanismo. B) En el capítulo de los descubrimientos hay que señalar el desarrollo de la cartografía, de las técnicas de navegación y el empleo de la brújula, que hacen posible la expansión marítima y comercial, el descubrimiento de América y el acceso a zonas del globo hasta entonces desconocidas. La utilización de la pólvora en las guerras fortalece el poder real frente al feudalismo nobiliario, pues los castillos de los nobles resultan abatibles ante los cañones. Por último, el descubrimiento de la imprenta facilita la expansión cultural, el acceso masivo a los clásicos por parte de los humanistas, y la circulación de textos bíblicos que favoreció la Reforma protestante. C) En el ámbito religioso se produce la rebelión luterana contra la Iglesia en 1517, que da lugar a la Reforma protestante, originada por factores de desintegración existente en el seno de la Iglesia ya desde el siglo XIV. En 1531 Enrique VIII se proclama jefe de la Iglesia Anglicana, separándose también de la autoridad pontificia de Roma. Y en 1539 se constituye, en el bando católico, la Compañía de Jesús, con la finalidad de combatir a los protestantes. Poco después da comienzo el Concilio de Trento. D) En el ámbito político-social se consolidan los Estados nacionales y las monarquías absolutas, y se produce un notable crecimiento de la burguesía y del capitalismo comercial. Todos estos

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acontecimientos se encuentran estrechamente relacionados entre sí, se condicionan recíprocamente ya que la cultura, la ciencia, la política y la economía no son ámbitos aislados en el seno de una sociedad. E) En el ámbito de la ciencia, desde mediados del siglo XVI hasta finales del siglo XVII tiene lugar la importantísima revolución científica cuyo resultado fue la transformación en profundidad de la imagen clásica y medieval del Universo, configurada, en el aspecto astronómico, por el sistema de Ptolomeo y, en el aspecto fisico, por la filosofia de Aristóteles. La estructura de tipo metafisico del mundo según ambos sistemas distinguía en él un ámbito sublunar, formado por los cuatro elementos (tierra, agua, aire y fuego), de forma esférica y en cuyo centro está situada la Tierra, de un ámbito superior, poblado de cuerpos luminosos esféricos perfectos e incorruptibles, formados por una quintaesencia y animados de movimiento circular perfecto y uniforme. La revolución científica destruye esta imagen ptolomeicoaristotélica en sus dos aspectos: el astronómico es superado por Copérnico con su sistema heliocéntrico, y el fisico por Galileo, siendo de fundamental importancia las aportaciones de Kepler y, más tarde, las de Newton. La elaboración del nuevo sistema supuso la creación de un nuevo método de trabajo. F) Por último, es también sumamente importante la reflexión que sobre el método del saber se suscita en este momento. De hecho, los orígenes positivos de la filosofia moderna no han de buscarse sólo en concepciones de nuevo contenido, sino también, y de manera importante, en una fructífera y original reflexión metódica de la que, en efecto, aparecerán nuevos puntos de vista en el tratamiento de los problemas tanto teóricos como prácticos. Esta preocupación por el método, común a los orígenes de la filosofia moderna, nace, sobre todo, en el campo de la investigación científica. Es junto a esa actitud de oposición a la escolástica y a sus interminables discusiones de conceptos, y partiendo de la infecundidad del silogismo que, en el mejor de los casos, sólo puede exhibir probando y refutando lo ya conocido o aplicarlo a lo particular, que se engendra el anhelo de un ars inveniendi, de un método de investigación, de un camino seguro para el descubrimiento de lo nuevo. 2. EL HUMANISMO 2.1. La oposición entre Ciencias y Humanidades En general, tanto el interés por la cultura del mundo clásico como el intento de recuperación de los sistemas filosóficos antiguos discurre independientemente del importantísimo avance en el campo de la actividad científica que tiene lugar también en esta época. Aquí es, por tanto, donde tiene origen la separación entre Ciencias y Humanidades. Concretamente los filósofos humanistas basan sus concepciones de la naturaleza y del hombre en los grandes sistemas filosóficos griegos, mientras que la actividad científica se desvincula abiertamente de la filosofia dando como resultado la constitución de la ciencia moderna. Al desarrollo de esta oposición entre ciencias y humanidades contribuyeron los siguientes factores: 1) El impulso dado a la observación y a la experimentación por los filósofos y científicos nominalistas desde el siglo XIV; 2) El descubrimiento de los científicos griegos, concretamente de Arquímedes, que ofrece un modelo de ciencia que será seguido por Galileo, y del Pitagorismo, que impulsó nuevamente la idea, abandonada bajo la influencia de Aristóteles, de que el Universo posee una estructura y una ordenación matemática y que, por tanto, las leyes que rigen los fenómenos naturales son formulables matemáticamente. Esta idea es desarrollada por Copérnico y Kepler; 3) El progreso de las matemáticas, que se une a esta visión matemática del Universo y de los fenómenos naturales dando lugar a la nueva Física. y frente a este auge de las ciencias, los humanistas recuperan con énfasis a los filósofos griegos en los siguientes términos: a) El Platonismo florece especialmente en la Academia de Florencia, fundada y protegida por los Médicis. Los principales autores son: Pleton que escribe una obra sobre las semejanzas y diferencias entre las filosofías de Platón y Aristóteles; el cardenal Besarion; Marsilio Ficino que traduce al latín y comenta las obras de Platón y Plotino; y Juan Pico Della Mirandola, famoso por su Discurso acerca de la dignidad del hombre. b) El Aristotelismo se halla escindido en dos corrientes: la averroista (Universidad de Padua) y la alejandrinista. Sus principales representantes son: Martin Nifo, Pedro Pomponazzi, Jacobo Zabarella y César Cremonino. c) El Estoicismo, Epicureísmo y Escepticismo también encuentran seguidores en el Renacimiento. Los más importantes son: Justo Lipsio que escribe una Introducción a la Filosofia Estoica; Lorenzo Valla que escribe un Tratado acerca del Placer en el que defiende el Epicureísmo; Miguel de Montaigne, Pedro Charron y Francisco Sánchez entre los seguidores del escepticismo.

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2.2. Antropocentrismo y naturalismo La originalidad de los filósofos renacentistas no ha de buscarse, pues, tanto en los sistemas que profesan (filosofia griega) cuanto en la actitud que adoptan ante el hombre y la naturaleza. Frente al teocentrismo medieval, que consideraba a Dios como punto de referencia absoluto de todo, aparece una actitud que considera al hombre como tal punto de referencia. El humanismo busca un nuevo modelo de hombre ideal con arreglo a las siguientes características: Educación de las capacidades naturales humanas y desarrollo de la personalidad; cultivo e importancia concedida a los valores estéticos; individualismo. También se insiste en la importancia del aspecto natural del hombre y del mundo y se olvida el destino sobrenatural y el más allá tan omnipresente en la cultura medieval. Esta actitud naturalista aparece por igual en las distintas corrientes filosóficas renacentistas. Por ejemplo, en el Aristotelismo se muestra en las siguientes tesis: Pomponazzi, como buen averroísta, niega la inmortalidad del alma individual, de lo que deduce que el hombre no tiene un destino sobrenatural. Por tanto no debe esperar recompensa en el más allá a una vida virtuosa. Zabarella y Cremonino coinciden en una exaltación de la naturaleza, de su fuerza y su valor que la hacen digna de estudio y aprecio por sí misma y no meramente como algo creado cuyo estudio sirve para elevarse hasta Dios. En el Platonismo se manifiesta el naturalismo del siguiente modo: Se ve en la filosofía platónica una especie de religión natural y no una filosofia acorde con el Cristianismo tal como la vieron los platónicos medievales y fundamentalmente San Agustín. La filosofia moderna se ocupará insistentemente en el siglo XVIll del tema de la religión natural, estrictamente racional y sin dogmas. El platonismo renacentista constituye un claro precedente de esta idea. Se exaltan la libertad y la dignidad del hombre, frente a la antropología cristiana agustiniana que mantenía la idea de que el hombre estaba corrompido por el pecado y necesitaba la gracia de Dios para ser bueno y libre. En el Renacimiento, el Protestantismo subraya el carácter corrompido de la naturaleza humana. El hombre no es libre de hacer el bien, todas sus obras son malas, sólo la fe y la gracia pueden salvarlo. El Humanismo, en cambio, defiende la tesis de que el hombre es naturalmente bueno, libre y digno. Ambas tesis volverán a aparecer en el siglo XVIII en relación con el tema del origen y naturaleza de la sociedad: Rousseau recogerá la tesis de la bondad natural del hombre, y Hobbes la contraria. 3. LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA 3.1. La astronomía heliocéntrica 3.1.1. Nicolás Copérnico En el prólogo de su obra De revolutionibus orbium coelestium, dedicada al papa Paulo III, Copémico hace notar cómo el sistema ptolomeico, continuamente modificado para ponerlo de acuerdo con los resultados de nuevas observaciones, se había hecho ya tan complicado que era necesaria una interpretación más sencilla de los movimientos planetarios. Y continúa diciendo luego cómo, leyendo obras griegas, se tropezó con la idea de Aristarco de Samos de que podía ser la Tierra la que se moviera alrededor del Sol. Copémico se tomó en serio esta idea y se aplicó seguidamente a examinar con detalle las consecuencias que se derivarían en caso de ser cierta. Se queda entonces con la última esfera, la de las estrellas fijas, pero la deja quieta y coloca el Sol en su centro en lugar de la Tierra. Supone entonces que los planetas se mueven en círculos concéntrico s alrededor del Sol, en el orden siguiente a partir de éste: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Saturno. La Luna gira a su vez alrededor de la Tierr a. Una vez formulada esta hipótesis básica puede Copérnico explicar también la aparente rotación diaria de los cielos en torno del Polo, la cual se explica suponiendo que es la Tierra la que cada día realiza una rotación completa alrededor de su propio eje. La Tierra tiene además, sin que ello presente dificultad ahora, un tercer movimiento, el pequeño cambio de dirección de su eje, llamado de precesión y descubierto por el griego Hiparco. Copérnico fue, pues, capaz de explicar los principales fenómenos solares y planetarios sin dificultad. Pero su sistema no podía contar con la aceptación general sólo por sus méritos de sencillez y elegancia, sino que era preciso que no contradijera ninguna de las observaciones realmente visibles de los movimientos planetario s por insignificantes que fueran. Y esto ocurría. La razón de esta contradicción, puesta luego de manifiesto por Kepler, era que Copérnico seguía aceptando la idea griega de que la geometría celeste tenía que estar dominada por las figuras del círculo perfecto y la esfera. El mismo Copérnico se desanimó al comprobar tal contradicción y volvió a admitir, aun dentro de su sistema, los epiciclos ptolomeicos, con lo que quedaba empañada la belleza intelectual y simple de la idea básica de su sistema.

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3.1.2. Johannes Kepler Fue, pues, Kepler quien impulsó definitivamente el heliocentrismo. Adoptó y defendió la astronomía copernicana y su noción central de que la tierra gira con los demás planetas alrededor del Sol, dirigiendo su interés a eliminar la necesidad de los epiciclos ptolomeicos y los rudos procedimientos geométricos que afeaban el sistema. Tras años de trabajo, en 1609 formuló dos leyes que regulaban el movimiento de Marte en conformidad con los hechos, y que diez años más tarde se generalizaban a los demás planetas. Tales leyes eran: 1) Los planetas se mueven en elipses, con el Sol en uno de sus focos. 2) La línea que une el centro de cada planeta con el del Sol barre áreas iguales en tiempos iguales. Queda, pues, con Kepler explícitamente diseñada la imagen moderna del mundo que presenta a éste como un maravilloso mecanismo de relojería regido por leyes inmutables y necesarias. Faltaba, sin embargo, explicar científicamente algo fundamental: cual era la causa por la que todo ese sistema se movía. Kepler contestaba a ello místicamente mezclando para ello la ciencia con cierta especulación religiosa. Sin embargo era la fuerza magnética de atracción como causa física lo que Kepler necesitaba, causa que no llegó a describirse matemáticamente hasta Newton. 3.2. La nueva física: el mecanicismo Para poder combatir las múltiples objecciones que se levantaron contra el heliocentrismo, era precisa una explicación fisica (mecánica) al hecho de que los planetas se comportaran geométricamente como habían dicho Copérnico y Kepler. Para ello la fisica aristotélica resultaba inadecuada, tanto en sus contenidos como en su método. La nueva mecánica va a fundarse esencialmente en la resurrección de una idea de los atomistas griegos, los cuales sostenían que los átomos, una vez en movimiento continuaban moviéndose uniformemente y sin necesidad de motor, a menos que chocaran con otros átomos. Esta idea había sido refutada por Platón y Aristóteles en base al sentido común para el que los cuerpos no se mueven sino mientras están sometidos a la acción de un motor, primero o segundo. La idea de que los cuerpos vayan a seguir moviéndose indefinidamente hasta que algo los detenga no es una idea de sentido común. Ahora, sin embargo, el principio aristotélico fundamental de que todo lo que se mueve se mueve por algo y de que sin fuerza actuante no hay movimiento va a ser sustituido por la ley de inercia que afirma que todo cuerpo permanece en su estado de reposo o de movimiento uniforme rectilíneo a menos que obre sobre él alguna fuerza. La fórmula «si no hay fuerza actuando no hay movimiento» queda sustituida por esta otra: «si no hay fuerza actuando no hay cambio de movimiento». Por otra parte, al abandonar la idea de las esferas cristalinas y al concebir a los planetas como cuerpos sueltos en movimiento por el espacio vacío, la regularidad de sus movimientos se convierte en un enigma asombroso. Si no hay esferas que controlen el movimiento planetario, ¿cuál es la ley que rige su movimiento ordenado? La nueva fisica podrá demostrar que tal ley no es sino la de gravitación universal. 3.3. La mecánica de Galileo La aportación revolucionaria de Galileo consistirá en la configuración de la mecánica como teoría matemática del movimiento, poniendo de manifiesto la efectividad de un nuevo método para la fisica. El movimiento había sido tratado por Aristóteles en su Física desde un punto de vista metafisico, y era concebido en su esencia como la corrección de una deficiencia, es decir, como un tender hacia (potencia) la perfección (acto). El movimiento es el paso de la potencia al acto. El objeto de la nueva mecánica no será la esencia del movimiento, es decir, las causas de que algo esté en movimiento o las razones por las que deja de estado, sino sus propiedades susceptibles de tratamiento matemático. La característica del método de Galileo será pues describir matemáticamente el movimiento en lugar de explicado, desechando todas aquellas cualidades no matematizables como puramente subjetivas y no científicas. La mecánica describe así matemáticamente los tres tipos básicos de movimiento: 1) Movimiento uniforme: es aquel en el cual las distancias recorridas por el cuerpo en movimiento durante cualesquiera intervalos iguales de tiempo son iguales entre sí. 2) Movimiento uniformemente acelerado: es el que se da en la caída libre de los graves y queda definido así: un cuerpo está uniformemente acelerado cuando partiendo del reposo adquiere durante intervalos iguales incrementos iguales de velocidad. 3) Movimiento de los proyectiles: resulta de la composición de dos movimientos: uno natural, el de caída, y otro violento, el horizontal de la trayectoria primera del proyectil. El espacio recorrido equivaldrá a la diagonal del paralelogramo de fuerzas (gravedad y empuje). En este tratamiento matemático del movimiento es la razón quien rige la observación. La simple observación de estos tres tipos de movimiento no los muestra tal como han quedado definidos. Por ejemplo, no se

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comprueba la definición dada al movimiento de caída de los graves lanzando objetos desde la torre de Pisa, pues lo que aquí se nos mostraría sería una relación entre aceleración y espacio no susceptible de tratamiento matemático, en lugar de la relación entre tiempo y movimiento que sí lo es. La base, pues, de la nueva física no es la experiencia sino el experimento como proyecto m...


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