Resumen Educación DE Adultos PDF

Title Resumen Educación DE Adultos
Course Educación Comunitaria y de las Personas Adultas
Institution Universidad de Sevilla
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Resumen Adultos. Profesor Emilio Lucio Villegas...


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1. Concepto de la educación de adultos. Para poder elaborar una definición sobre qué es la educación de adultos, antes deberemos pensar e investigar el concepto de adulto. Cuando pensamos en un adulto, nos suele venir a la imagen una persona madura físicamente, pero con lo dado en las clases de Educación comunitaria y de las personas adultas sabemos que existen otros rasgos a tener en cuenta para poder denominar a una persona como adulta. Hablamos de la edad, la experiencia, la autonomía y la madurez cuando nos referimos a esos rasgos mencionados. Por dar algún detalle acerca de estos elementos, con respecto a la edad podemos decir que es un criterio cultural; por ejemplo, mientras que una persona en España es adulta a los 18 años, en Japón no lo será hasta los 20, además es el criterio que menos nos interesa. La autonomía está, normalmente, ligada a la existencia de recursos. Si existe carencia de éstos puedes ver algo limitada tu autonomía. Esta sería nuestros elementos de la definición de persona. Sin embargo, no vale con eso solamente; si nos fijamos en la etimología, “Como es sabido, el término “adulto” viene del latín adolescente, “crecer”, que en su participio pasado da adultum, “el que ya ha crecido” (Monclús, 1990, p.49). Cuando buscamos lo que es la educación de adultos en general nos parece primordial la definición de la UNESCO, que en la Conferencia de Nairobi consideraba lo siguiente: La expresión educación de adultos designa la totalidad de los procesos organizados de educación, sea cual sea el contenido, el nivel o el método, sean formales o no formales, ya sea que prolonguen o reemplacen la educación inicial dispensada en las escuelas y universidades, y en forma de aprendizaje profesional, gracias a las cuales las personas consideradas como adultos por la sociedad a la que pertenecen, desarrollan sus aptitudes, enriquecen sus conocimientos, mejoran sus competencias técnicas o profesionales o les dan una nueva orientación, y hacen evolucionar sus actitudes o su comportamiento n la doble perspectiva de un enriquecimiento integral del hombre y una participación en un desarrollo socioeconómico y cultural equilibrado e independiente (UNESCO, 1977, 124). Esta definición engloba todo lo referente a la educación de adultos, lo que hemos ido viendo en clase y aquello que hemos investigado por nosotros mismos. He puesto en primer lugar esta definición porque me parecía la más completa y de la que podríamos extraer más fundamento. Sin embargo, no podemos olvidar otras definiciones que nos han resultado significativas a la hora de elaborar este ensayo. Expondremos dos: la primera de ellas es la correspondiente a Boyd y Apps, mientras que la segunda es realizada por Faure. Para Boyd y Apps (como se citó en Lucio-Villegas, 2005) es “cualquier serie planeada de incidentes, con una base humanista, dirigida hacia el aprendizaje y la comprensión por parte de los participantes a quienes se otorga el status social de adultos” (Jarvis, 1989, 48) Dicha definición aporta un matiz más, considerando que la educación de adultos tiene una base humanista y especifica que va dirigida a aquellos a quienes se otorga el status de adultos, confirmando lo dicho al principio de este apartado, que ser adulto es

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un término que tiene unas pautas más o menos marcadas dependiendo del país donde nos encontremos. La segunda definición que vamos a analizar es la de Faure, citada igualmente en Lucio-Villegas, 2005, que dice así: La educación de Adultos responde a múltiples definiciones; es el sustituto de la educación primaria para una gran parte de los adultos en el mundo; es el complemento de la educación elemental o profesional para numerosos individuos que sólo han recibido una enseñanza muy incompleta; prolonga la educación de aquellos a quienes ayuda a hacer frente a las exigencias nuevas del medio ambiente; perfecciona la educación de quienes poseen una educación de alto nivel; constituye, en fin, un modo de expresión individual para todos” (Faure el al, 1986, 289). Nos hace ver un aspecto que aún no habíamos tenido en cuenta. Todos los adultos no están al mismo nivel educativo, es decir, habrá adultos que requieran formación que no sepan ni leer ni escribir, mientras que habrá otros que tengan unas nociones básicas de la educación elemental y puedan saltarse este paso. Cuando hablamos de nociones básicas de la escuela elemental nos referimos a:    

Alfabetización funcional Desarrollo personal Desarrollo socio-cultural Formación y actualización profesional (Limón, 1990, 282)

Es por esto por lo que la educación de adultos también deber jerarquizarse como está, por ejemplo, la educación obligatoria, que va por niveles para dar pasos que nos pueda hacer avanzar en nuestra formación. Por eso es por lo que la educación de adultos tiene que realizarse de manera individualizada, para garantizar el éxito de cada uno de sus alumnos.

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2. Finalidad Este apartado nos va a abrir los ojos con respecto a las necesidades que tienen las personas que requieren una formación en su etapa adulta, es decir, como nos decían o nos dicen nuestros mayores: “¿para qué estudiar a nuestra edad?” A esta pregunta clave vamos a responder en este punto del ensayo. Como comentamos en la introducción, la situación económica actual nos hace tener que estar más preparados y formados para poder conseguir un puesto de trabajo. Las personas comienzan a ser más competentes y, desde pequeños, nos aumentan nuestra formación mediante cursos extraescolares para que, a la hora de rellenar nuestro currículum, éste sea cuanto más extenso mejor. Pongamos un ejemplo: pensemos en una mujer de 40 años que se queda en paro, trabajaba en una tienda de ropa sin formación ninguna. Cuando empieza a buscar trabajo, se da cuenta que lo único que puede poner en su currículum es experiencia. Además, sabiendo que, con esa edad, normalmente no te cogen en una tienda de ropa. Por tanto, se plantea hacer algún curso o formarse para poder aspirar a otros puestos de trabajo. Esta es una de las finalidades de la educación de adultos, poder ofrecer las mismas oportunidades a todas las personas. La meta fundamental es trabajar en el desarrollo integral de las personas adultas, de forma que se facilite su colaboración y participación en proyectos de desarrollo de la comunidad en que viven, todo ello orientado a mejorar sus condiciones de vida, a través de la educación instrumental, de una formación y desarrollo personal, así como divulgar y, en determinados casos, proporcionar una capacitación laboral que facilite su inserción en el mundo del trabajo (Junta de Andalucía, 1988, 18).

2.1. El derecho de aprender sin límite de edad Hay personas que, incluso siendo profesionales de la educación, aún establecen tres etapas diferenciadas en la vida de cualquier persona. La primera, desde que nace hasta, mínimo, terminar la etapa obligatoria de la educación que sería la etapa correspondiente al estudio; la segunda, desde entonces hasta la edad de jubilación, etapa laboral, y la tercera, sería a partir de la jubilación y sería la de descanso. Este esquema es el que tenemos que romper por todo lo que hemos comentado anteriormente porque como dice Sáez Carreras, 1988, “el hombre es proyecto inacabado y la cultura siempre está superando su propio récord”. (Sáez Carreras, 1988, 170) No podemos ni debemos poner un límite al aprendizaje, sino que éste debería ser a lo largo de la vida, aunque es verdad que la capacidad de aprender que tenemos en nuestros primeros años de vida disminuye con el paso del tiempo. Para englobar todo lo que queremos decir con respecto a este apartado, mencionamos una cita de Sáez Carreras, 1988, en la que dice lo siguiente: Ésta no ha de centrarse en períodos concretos del devenir historiográfico, ni puede ser concebida de forma segmentada, sino como un sistema, un ejercicio en el tiempo equivalente a la duración de la vida. Cualquier país, que se precie de “pensamiento progresista” habla y planifica la educación de las personas adultas igual que la formación inicial de los escolares (Sáez Carreras, 1988, 170).

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2.2. Barreras y condicionamientos En este punto enlazaremos el tema que estamos tratando con el grado en Pedagogía, ya que atendiendo a las barreras que estas personas pueden tener y las metas que quieren alcanzar podremos hacer un plan de mejora o una propuesta de intervención. Pero antes de ello, comencemos a analizar los condicionamientos sociales que pueden tener. Actualmente la sociedad cambia a un ritmo acelerado el cual no podemos frenar y tenemos que adecuarnos a ello sabiendo que la educación, poco a poco, también tendrá que hacerlo. Aparentemente, ¿esto qué tiene que ver con la educación? Cambian también los métodos de estudio o los de enseñanza. Relacionamos esto con la educación de adultos ya que nuestros mayores han estudiado como lo hacíamos nosotros de pequeños, con un libro, un cuaderno para coger apuntes, lápiz y boli y el profesor dando su explicación apoyado simplemente en el libro. Una persona adulta, cuando quiera empezar o retomar sus estudios, se tiene que enfrentar al cambio de estos roles viendo como, por ejemplo, el profesor basa su explicación en una proyección de PowerPoint. Bien es cierto que los adultos podrían retomar los métodos de enseñanza tradicionales, pero, en parte, deben prepararlos para el mundo de hoy en día que es, básicamente, tecnológico. ¿Pueden aprender a convivir con estos modelos? Claro que pueden, pero como hemos dicho antes, la capacidad de aprender va disminuyendo y será una tarea más laboriosa. Además de esto, no sólo cambia la metodología, sino también los objetivos que ésta tiene, que no son los mismos que cuando ellos estudiaban, por lo que hay que saber motivarlos y hacerlos partícipes de lo que están aprendiendo, de tal manera que entiendan por qué es necesario aprender X cosa. Todo esto lo resume Quintana (citado en Ferrández y Puente, 1992) de la siguiente manera: La educación es cosa de la sociedad, de modo que ésta determina sus fines, le proporciona sus contenidos, sus medios, sus condicionamientos y hasta sus estímulos. La sociedad pone en marcha ese proceso colosal a nivel general, y con tanta presión que alcanza a todos y cada uno de sus miembros (Quintana, 1977, 79).

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3. La importancia de la educación de adultos Con todo lo mencionado hasta ahora entendemos que realmente la educación de adultos juega un papel primordial en nuestra sociedad, siendo ésta uno de los pilares básicos para nuestro futuro. En este apartado del trabajo resumiremos cómo empezamos a darle importancia a este tema, gracias a las primeras conferencias realizadas para tratar la educación de adultos y, además, describiremos cuál ha sido el desarrollo que ha tenido en España.

3.1. Conferencias realizadas para tratar la Educación de adultos Todos los temas de gran relevancia para las sociedades deben ser tratados de alguna manera por los países que estén interesados o por aquellos que quieran aportar algún elemento que consideren importante para el buen desarrollo del tema a tratar. Con respecto a la educación de adultos, contamos con cuatro conferencias internacionales de las que podemos extraer algunos datos de interés. La siguiente información relacionada con cada una de las conferencias la obtenemos gracias a Monclús (1990), con la que hemos podido desarrollar lo siguiente: La primera conferencia se celebró en Dinamarca, en el año 1949 y contó con 106 participantes. En esta reunión se trataron aspectos como los fines que debería perseguir la educación de adultos, el contenido que debería tener, los métodos y las técnicas que se podrían utilizar, es decir, abarcaron algunas cuestiones básicas sin las que no podrían darle impulso a este ámbito de la educación. La segunda conferencia se celebró en México, en el año 1960. En dicha reunión hicieron “tocar el fondo” para poder resaltar la educación para adultos. Con esto queremos decir a que manifestaron la preocupación que tenían por la situación que tenía en ese momento esa educación y concienciaron acerca de la importancia de poder resurgir. A esta reunión asistieron 177 participantes. La tercera se celebró en Japón, en el año 1972, con 364 participantes. Es en esta reunión donde se reconoce que la educación para adultos es una necesidad y una parte de la educación, es decir, que no es una parcela aparte, sino que, junto con la educación primaria, secundaria, etc., conforman la globalidad de la educación. La cuarta se celebró en Francia, en el año 1985, con la asistencia de 841 participantes. Esta conferencia es la resume y da estructura a todo lo acordado en las tres conferencias anteriores. Se especifica el término “educación de adultos” para referirse al tema tratado y se acuerdan los objetivos que debe alcanzar. Tras el análisis de esta información podemos sacar unos elementos de gran importancia:  

Todas las reuniones fueron convocadas por la UNESCO. En cada reunión había más participantes que en la anterior, es decir, el tema cada vez resulta de mayor interés para los países.

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3.2. El desarrollo en España Hasta este momento hemos dado un concepto general sobre la educación de adultos, junto con elementos referentes al concepto sin especificar. Aunque, casi todo lo relacionado con el tema de la educación, teóricamente sabemos que debe llevar unas bases globales y universales por el bien de todos los alumnos, sabemos que a la hora de la práctica cada país o cada región adecúa estas bases según su situación. Es por esto por lo que queremos saber el desarrollo que, tras las conferencias explicadas anteriormente, tuvo la educación para adultos en España. Cuando revisamos la legislación relacionada con este tema, encontramos que la ley más significativa en nuestro país en cuanto a este tema es la Ley Moyano de 1857. En su artículo 106 señala, con referencia al gobierno: “Igualmente fomentará el establecimiento de lecciones de noche o de domingo para los adultos cuya instrucción haya sido descuidada o quieran adelantar en conocimientos”. En el 107 dice: “en los pueblos que lleguen a 10.000 almas habrá precisamente una de estas enseñanzas y además una clase de dibujo lineal y de adorno, con aplicación a las Artes mecánicas” (Lucio-Villegas, 2005, 75). Con esta ley es cuando empieza a darse importancia a la educación para adultos con la especialización de que estas clases se harán de noche, manteniendo así un poco la barrera entre la educación “ordinaria” por así decirlo y la educación de adulto, porque cuando lo normal sería que pudieran recibir las clases por la mañana o, en todo caso, por la tarde, la acaban recibiendo de noche en aulas que son prestadas para este fin. Sin embargo, ésta no es la primera referencia que se hace a la educación de adultos en la legislación española. La primera alusión se encuentra en el Reglamento General de Instrucción Pública de 1821 que, en su artículo 120, indicaba, al tratar de la educación femenina, que en las escuelas públicas de niñas se enseñarían a las mujeres adultas “las labores y habilidades propias de su sexo” (García, 1997, 25). Es curioso que, la primera referencia a la educación de adultos en España, sea mención a mujeres. Pero esta no es la única alusión antes de la primera ley mencionada. En este caso se trata de la Ley de Instrucción Primaria de 1838. Se limitaba a decir, en su artículo 37, que el gobierno procuraría “la conservación y el fomento de las escuelas de adultos”, y su Reglamento a indicar; en el preámbulo, que para los que superaran la edad determinada para la enseñanza primaria -6 a 13 años- deberían crearse escuelas de adultos (García, 1997, 25). Una vez analizada la legislación, nos interesa ver las características que tiene este ámbito de la educación en España. Para ello nos basamos en las palabras de García (1997) que nos resume de una manera muy explícita cómo empezó a desarrollarse la educación de adultos, viendo elementos que aparecían en las leyes citadas previamente e incorporando otros nuevos. Las escuelas de adultos no se conocen todavía en España sino como establecimientos destinados a suplir la falta de instrucción primaria en los que han dejado de adquirirla durante su infancia. Como escuelas que sirven de complemento a las elementales, ya para afirmar a los jóvenes en la instrucción adquirida, ya para ampliarla en los ramos

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que tienen mayor aplicación a cada localidad, no han logrado establecerse; y aun, bajo el primer aspecto, no encuentran tampoco grades simpatías. En el año de 1850 estaban reducidas a 264, cuya enseñanza suele darse voluntaria y gratuitamente maestros de las escuelas de niños en algunos pueblos, y en otros mediante una módica gratificación o sin más ganancia que las retribuciones de los concurrentes. Las lecciones son al anochecer y algunas veces los domingos; aunque esto último sucede con poca frecuencia al oponerse a ello las costumbres de los pueblos (García, 1997, 26-27).

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4. ¿Cómo aprenden? Como hemos mencionado anteriormente, los adultos pueden aprender igual que los jóvenes, sin embargo, no lo suelen hacer al mismo ritmo. Todos hemos oído que los niños son como esponjas, lo absorben todo muy rápido; ésta es una cualidad que con el tiempo va disminuyendo y, por tanto, aprender para un alumno es un hecho que requiere de un mayor esfuerzo. Si de por sí, la escuela es un espacio de gran diversidad, ya sea social, cultural, etc., una clase donde los alumnos sean adultos conforman un espacio de mayor diversidad aún, la clase no es homogénea por lo que tienen que realizar una educación más individualizada, atendiendo la historia o experiencia de cada uno y las capacidades o dificultades que pueda tener, para así poder ofrecerle una mejor educación y de mayor calidad. Y el adulto aprende de manera distinta a como lo hace el niño y el adolescente, máxime si éstos se mueven en un contexto escolar o afín. No tienen, propiamente hablando, un maestro que les indica aquello que deben seguir para pasar de un estado anterior a un estado definitivo de madurez (Monclús, 1990, 60).

5. Ámbitos de la educación Como sabemos, la educación tiene tres ámbitos diferentes que son educación formal, educación informal y educación no formal. Con respecto a la educación formal, que es “aquella que se realiza en instituciones que tienen una explícita intención educativa, y con unos objetivos explícitamente educativos. Se trata del sistema escolar en instituciones especializadas de formación.” (Lucio-Villegas, 2005, 38), por ejemplo, existe el acceso a la Universidad para mayores de 25 años. Por ejemplo, en la Universidad de Sevilla, para acceder a una plaza un alumno mayor de 25 años necesita pasar una prueba de acceso y cumplir, al menos, 25 en el año que se realiza la convocatoria. En la tabla que se muestra a continuación observamos los datos de personas mayores de 18 años que realizan algún curso de enseñanza de adultos en la educación formal, donde vemos que, la mayoría, requiere una formación de Educación Secundaria, es decir, conocen y tienen las competencias que se adquieren en la educación básica o elemental y necesitan o quieren ir más allá.

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Las cifras de la educación en España. Estadísticas e indicadores. Edición 2010. 2010, 218.

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La educación no formal es “un proceso educativo realizado, generalmente, en instituciones que no tienen objetivos explícitamente educativos, aunque las actividades desarrolladas sí tienen una especifidad educativa” (Lucio-Villegas, 2005, 38). En el ámbito de educación para adultos existen, por ejemplo, cursos de alfabetización, que son a nivel extra escolar en los que ofrecen un apoyo a estas personas. En cuanto la educación informal, que: Se trata de acciones en las que la acción, el agente o el proceso no aparecen separados, independiente o diferenciadamente como forma educativa. O bien cuando el proceso, en su parte educativa, no presenta un perfil delimitado, aislable o distinguible de otras acciones no educativas (Lucio-Villegas, 2005, 39). Esta educación es la que sucede sin darnos cuenta, mediante la socialización, que hace que por actividades informales y cotidianas aprendamos cosas que no sabíamos y que, realmente, no ...


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