Resumen El Orangután con sacoleva Francisco Gutierrez Introduccion y cap 1 PDF

Title Resumen El Orangután con sacoleva Francisco Gutierrez Introduccion y cap 1
Course Procesos Políticos Colombianos
Institution Pontificia Universidad Javeriana
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El Orangután con sacoleva Francisco Gutiérrez Sanín Introducción Colombia país democrático por más de hace cien años, pero con niveles de violencia. Esta viene de los gobierno de turno, sus aliados y han sobrevivido a cambios en gran escala en la economía cafetera a la cocalera y minera, sociales en niveles de inequidad que pasaron de ser altos-medios a extraordinarios, entre los peores del mundo. De una república rural a otra eminentemente urbana, políticos de un país bipartidista a multipartidista. Instituciones numerosas restauraciones del sistema de representación. Debajo de las prácticas civilizadas establecidas en la multitud de códigos que regulan nuestra vida pública, surgía un submundo violento y tramposo. El libro intenta describir y explicar en qué sentido y por qué nuestra democracia es un orangután con sacoleva. a) Los altos niveles de represión que afectaron a Colombia entre 1910 a 2010, pese a que había un sistema democrático. Esta represión ha sido extraordinaria, desde el punto de vista de la amplitud como de su repertorio, como del de la frecuencia de los ataques homicidas contra la población. Por razones conceptuales (prioridad) y metodológicas (accedo a datos) b) La cauda en ciclos de represión exterminadora durante dos largos subperiodos, La Violencia (mitad de la década de 1940 hasta comienzos de 1960) y el periodo de la guerra contrainsurgente, que comienza en 10980 y continúa hasta hoy c) La especificidad colombiana es una perspectiva comparada estipulando cuales aspectos no idiosincráticos pueden ser explicados por las teorías vigentes sobre la relación entre represión y democracia Los puntos a y b, junto con las características de nuestro régimen democrático, constituyen la “anomalía colombiana”. La represión es el uso o amenaza de uso de la fuerza por las autoridades del Estado o quienes la apoyan, contra opositores, para impedir, debilitar o prevenir su capacidad de oposición. Los posibles opositores son quienes el gobierno pueden coger como blanco. La relación entre paramilitarismo y el Estado ha sido objeto de controversia académica y política. La sociedad se divide entre quienes apoyan a las autoridades y quienes son sujetos activos de la represión La represión como los ataques contra las clases peligrosas van desde redadas de reclutamiento forzado hasta la destrucción física en las operaciones de “limpieza social”. Estas han sido masivas en los últimos años. Práctica policial de golpear, patear e intimidar jóvenes en los vecindarios populares que pasan el tiempo en una esquina, por considerarlos amenazantes o blanco fáciles. Sólo se tendrá en cuenta la represión política. Subestimar la represión, desde una posición de fuerza se puede decir que el país ha tenido durante todo este siglo niveles altos de represión para ser una democracia. Para definirlo como una democracia se tiene en cuenta que hay rotación de las élites políticas en el poder, como elecciones, prensa libre, parlamento, pesos y contrapesos institucionales. Colombia tiene una democracia atormentada, antiestética, manchada por sangre y otras sustancias menos nobles. Los altos niveles de represión impiden la clasificación del régimen colombiano como democrático. Hay que tener la institución encapsulada ahí, ya que si todo se mete en el mismo saco impide ver si efectivamente las reglas varían con determinados desenlaces

y establecer los mecanismos que hacen algunas reglas se asocie con algunos desenlaces. Las reglas de juego de la democracia liberal contemporáneo son un importante avance civilizatorio un bien en sí, pero eso no es el fin de la historia, sino el comienzo. Se debe analizar si las reglas se relacionan con equidad, bajos niveles de violencia o represión o el desarrollo. En conclusión las reglas de juego deberían producir menores niveles de represión., es decir, garantizan menos represión. Por un lado, Colombia es país de América Latina que más ha gozado de estabilidad democrática, pero ha sido el más violento políticamente. Por otro lado, la democratización ha estado marcado por un incremento de violencia y represión, es decir, las aperturas del régimen producen represión., contrario a lo que generan los cierres. Así mismo, el país ha tenido dos ciclos de represión exterminadora, por represión exterminadora, en la que la destrucción física de civiles en situaciones de combate y su expropiación. Estos constituyen crímenes de Estado. Una represión ex exterminadora cuando: su repertorio incluye la destrucción física de las personas, acompañada de la expropiación masiva del patrimonio de las víctimas. Y la frecuencia de los ataques contra la población civil es muy alta, es posible que haya blanco dentro de la población que son golpeados de manera más intensa que la habitual. De los cien años estudiados, cincuenta son de represión exterminado, este dato revela la gravedad del problema. La caída en ciclos de represión tiene numeroso efectos adicionales sobre el tejido social, la configuración del Estado, inercias y rutinización de diversas prácticas dentro del Estado la sociedad. Incluye discurso en espacio público, pues permite que se desarrollen ideas eliminacionistas que reclaman el derecho de destruir físicamente al adversario civil, dada su maldad y peligrosidad intrínsecas o dada su conexión con el enemigo militar. Todo esto viene asociado a la obtención de réditos políticos y económicos para los agentes que implementan la represión, se puede caer en la suerte de collierismo invertido y plantear las lógicas del estado o de las coaliciones que lo apoyan, orientadas por la codicia y no por la ideología. El desarrollo de contenidos eliminacionistas en las dinámicas represivas no debe cegarnos ante el hecho de que la persistencia de los ataques contra la población civil constituye un rompecabezas en sí. La represión letal masiva tiene costos tangibles y no es fácil de sostener. La expropiación masivas de civiles acompaña a ofensivas homicidas desde arriba contra la población civil. Esta razón por la que en una democracia se disparen ciclos de represión exterminadora El caso colombiano es un desafío a la literatura de la teoría democrática, de la transición democrática y de la represión. El significado se puede aprender en una perspectiva comparada. En la medida en que la tercera oleada de democratización ha empezado a proliferar las demandas con altos niveles de violencia, las democratizaciones violentas, represivas, han sido objeto de estudios cualitativos. Colombia es un país de tercer mundo, pero en términos políticos pertenece a la primera ola de la democracia. Este hecho constituye una oportunidad para repensar nuestros problemas desde una perspectiva comparada, pero dialogando con la rica tradición de nuestras ciencias sociales. Se tomó desde 1910 a 2010, marca el reinicio de la política competitiva y termina en la presidencia más popular. En este tiempo el país ha sufrido ocho de dictaduras (1949 cuando se cierra el congreso hasta 1957 cuando se instala la junta de transición) cuatro

fueron de régimen militar. Pocos países en el mundo pueden exhibir una trayectoria semejante. Esto permite ilustrar y analizar el contraste entre la estabilidad de esas reglas y una represión. Abarcar un periodo tan largo tiene costos obvios. A medida que retrocede los documentos se vuelven más separados, esto incluso en donde el ejercicio interrumpido de prensa sin censura ofrece muchas fuentes de información y se aplica a posibles cuantificaciones de los fenómenos violentos. Antes de 1980 no hay acceso a ningún cuantitativo de violencia política nacional. Por eso, numerosas evaluaciones sobre las dimensiones de la violencia en diversos periodos son estimaciones genéricas. El texto debe arrojar luces sobre la malsana coexistencia entre la alta represión y democracia, y ayude a identificar acciones para irla superando La proposición básica En la medida en que las explicaciones desde la teoría de la paz democrática parecen insuficientes para dar cuenta de la anomalía colombiana, existe una explicación alternativa que involucra factores al nivel de la naturaleza del régimen político, pero por encima y debajo de él. Por debajo, del régimen y sistema político, la privatización de una parte sustancial de la provisión de la seguridad y del mantenimiento del orden público. Por encima, del régimen y sistema político, inequidad extrema junto con subespecificación de los derechos sobre la tierra. A nivel del régimen y el sistema, un tipo específico de agregación de intereses, un centrismo que genera sistemáticamente una clase de coaliciones en el poder que da grandes ventajas competitivas a la élites violentas Estas condiciones, de inicio y persistencia, generan una serie de inercias y de efectos indirectos de gran importancia. La implicación desafortunada de la cristalización de rutinas homicidas dentro del Estado y las coaliciones de gobierno superan los tres factores mencionados anteriormente, aquellas pueden seguir ejerciendo su influencia. Sin embargo, varios países han podido superar tradiciones similares deletéreas en periodos cortos y pasar de niveles de violencia política altos a niveles bajos. El estado colombiano es débil y la literatura social ha identificado numerosos sentidos y dimensiones en los que lo es. Uno de los problemas de las ciencias sociales colombianas es la relación entre debilidad del Estado y violencia. Ha resultado difícil especificar los mecanismos por los cuales la debilidad estatal se produce en violencia. La delegación de funciones claves de seguridad y guarda del orden público a actores privados. Una factura ha sido la privatización de la provisión de seguridad y de mantenimiento del orden público y a menudo de las agencias encargadas de desarrollar esas funciones. La policía hace entender la violencia, en el ciclo actual es el ejército. En ambos periodos actuaron muy diversas entidades que sufrieron diversos niveles de captura por parte de agentes privados, a veces vinculados con la criminalidad política. La privatización refleja formas de configuración del Estado que ha permanecido un siglo. La privatización de la provisión está vinculada con la inestabilidad y especificación de los derechos de propiedad de la tierra. Hay conexión entre la forma en que el Estado colombiano regula los derechos de propiedad y la violencia. Los derechos de propiedad sobre la tierra capturan una importante especificidad colombiana. El problema de los derechos de propiedad es que están distribuidos de manera inequitativa y están mal especificados.

Los partidos políticos han sido ancho, más el liberal que el conservador. Los partidos centristas admiten gente de muchas tendencias., los partidos se estructuran por facciones que expresas matices ideológicos, entonces las fuerzas que están más cerca entre sí pueden coordinarse sin abandonar el partido. Las facciones fueron capaces de incorporar a actores represivos y criminalizados, cuando eran de centro o centro izquierda. Las fuerzas apostadas en posiciones centrales en el Estado y el sistema político intercambiaron favores con dichos actores, recibiendo sus votos y ofreciéndoles a cambio acceso a la toma de decisiones y a la impunidad. El centralismo agrega preferencias y en prácticas de captura de justicia por agentes políticos y privados. El centro en Colombia es incluir de manera estructural a agentes con acceso a armas y a especialistas en la violencia. Esto ofrece ventajas a los agentes violentos. Los mete dentro del establecimiento dándoles acceso a todos los beneficios de están en la legalidad. Los agentes violentos tiene una agenda especial que está ligada a la seguridad y en que se mueven en un ambiente en la que esta sufre de un amplio grado de privatización, les ofrece puntos de entronque institucionalizados, rutinizados y explícitos con las agencias de seguridad del Estado. Por la división del trabajo, el sistema político trata a las demandas de los agentes violentos como un caso especial más que puede y debe tramitarse en los mismos términos mundanos y prosaicos. Si los agentes violentos tienen entronques con las élites económicas y con el Estado, gozarán de sesgo a su favor en el momento en el que el sistema procese sus demandas. El centralismo carece de anticuerpos para combatir las presiones de los agentes extremos, lo que ha neutralizado su potencial civilizatorio. Es evidente la coexistencia estable entre represión frecuente y brutal y democracia. Están interrelacionadas y producen sinergias. A través de las características de nuestro centrismo se puede entender el activismo de sectores dirigentes extremos en pro de la privatización de la seguridad tanto éxito. Esa fractura explica las inercias represivas que se han instalado dentro del modo de operar de diversas agencias de seguridad. Solo la combinación de derechos de propiedad sobre la tierra inequitativos y su asignación a través de un sistema político competitivo pero que da ventajas estratégicas a los extremistas y a los actores con conexiones ilegales se puede entender la persistencia de incentivos para el ejercicio de la violencia desde el Estado. Sin la especificidad de nuestro centrismo no se ce como se puede explicar el hecho de que caímos en un ciclo exterminador en medio de la democracia y la democratización. Además de por qué y cómo algunos cierres se produjeron en paralelo con la disminución de muchas variables criticas de violencia represiva. Mas allá de los ataques contra la población civil debilitan la posición de los políticos y agentes democráticos a favor de los más extremos. El desafío es explicar por qué el equilibrio represivo sirve a los agentes no represivos. La doble vía implícita en el problema se podrá afirmar que se ha avanzado en la explicación de la anomalía. La inequidad extrema puede actuar contra la democracia y la paz social. a) Colombia tiene la definición de sus derechos de propiedad sobre la tierra, privatización de la provisión de la seguridad, y el largo predominio del centrismo violento. Estos factores generan inercias. B) esos tres factores no solo no debilitan la política competitiva, sino la refuerzan c) la combinación de democracia alta y alta represividad constituye un equilibrio pegajoso, es decir, optimo local. Los costos para

salir de él son altos, incluso si todos los agentes estuvieran involucrado se podría salir de él.

Breve observaciones metodológicas Poniendo en cuestión dos supuestos cruciales Se dice que los altos niveles de represión en el país no tiene pregunta de investigación. Si el sistema se enfrenta a una amenaza, responde con violencia, es su naturaleza de elite o de la sociedad. Esto lleva a que la solidaridad orgánica, es decir, la comprensión del sistema social como perfectamente contenido y de las elites como elementos de dicho sistema carecen de contradicciones mutuas y de problemas de acción colectiva. La violencia no tiene costos. Es posible que la represión disminuya con el grado de acuerdo ente elites económicas y políticas, esto implica que las facturas y desacuerdos entre ellas, son un punto fundamental para entender por qué la represión ha sido tan intensa en Colombia. Esto inhabilitaría al organicismo estricto como herramienta para entender los ciclos y variaciones de la violencia represiva. Los costos de la violencia, se parte del supuesto de que la violencia tiene costos, su uso generalizado se puede atribuir a la maldad intrínseca, intolerancia o carácter reaccionario. Sin embargo, al represión tiene muchos costos y salvo en circunstancias extraordinarias los gobernantes los evalúan cuidadosamente. Se distingue seis clases de costos que tiene un gobierno en un curso de acción represivo. El primero es la respuesta de la continuidad internacional. Este factor ha aumentado de importancia en los últimos veinte años. En ocasiones las elites económicas pueden llegar a la conclusión que es mejor hacer las cosas por las buenas que por las malas. En segundo lugar, los ataques a la población implican la habilitación de miles de especialistas en violencia. Esto significa delegar poder a hombres armados y difíciles de controlar. Esta operación es riesgosa, algo que los políticos son conscientes. Tercero, el ejercicio sistemático de la violencia contra la población tiene un efecto redistributivo dentro de la coalición del gobierno, puede generar tensiones en su interior. Es fuente de problemas de acción colectiva. Elites y oligarcas han sufrido han sufrido divisiones, dramáticas, alrededor del grado y modalidad de represión aplicados durante diversos periodos. Cuarto, la represión puede implicar costos personales, tanto para los políticos como para los operadores que respaldan la represión masiva. Quinto, puede producir desorganización política y social que termina afectando a las élites, o simplemente disparar respuestas revolucionarias. Sexto, puede implicar mayores riesgos, cuanto usa la fuerza se producen efectos irreparables y se activan una serie de peligros y de daños emergentes. La probabilidad de perder una elección puede ser mayor que la de perder una batalla, los costos de esta pueden llegar a ser mucho más altos. Es ingenuo cree que la represión no paga, los intelectuales liberales solo puede atribuir la violencia a la irracionalidad. La decisión de reprimir y más hacerlo en gran escala, nunca se da sin fricción y que casi siempre es lo suficientemente grande como para que haya que

tomarla en cuenta. En casos especiales no se puede hacer un análisis serio sobre la represión sin tomar la fricción en cuenta. Los agentes tienen objetivos estratégicos, no necesariamente económicos ni individuales, y para alcanzar esos objetivos son capaces de analizar y plantear. Un agente de esta clase entenderá que el uso de la fuerza puede dar acceso a muchos bienes y objetivos, es costoso y riesgoso. El material empírico y sus limitaciones Primero, inevitablemente cada periodo está documentado con fuentes comunes y heterogéneas, lo ideal es que pudieran extenderse a todos lo periodos pero no es posible, por factores como: a) una prensa libre y competitiva durante casi todo el siglo, un factor idiosincrático en el mundo en desarrollo y muy fácil de subestimar pero de crucial importancia. B) información interrumpida sobre diseños institucionales relativos a la configuración del Estado, en áreas relacionada con conflicto y seguridad. C) literatura secundaria y evaluaciones de contemporáneos, aumenta en densidad a medida que uno se va acercando al presente se encuentra desde el principio del periodo. D) archivos personales, expedientes judiciales, expedientes judiciales Por parte de la “documentación a parches”, fuentes heterogéneas. A) cuantificación, todas las usables en violencia política comienzan a mediados de 1980, esto deja por fuera el periodo de La Violencia, y la posibilidad de hacer comparaciones cuantitativas entre los dos ciclos exterminadores. El vacío es difícil de llenar, las primeras cuantificaciones sobre la violencia son débiles, están a niveles altos y lo hace inutilizables, y aportan un corpus de evidencia que no se puede corroborar. Por otro lado, la violencia corresponde al periodo en que el país dejó de tener prensa libre, cualquier recuento sobre el tema recogerá más efectos de la censura que los que tuvieron lugar que aquellos en donde la información es genuina b) Información a nivel de las agencias de seguridad. Los archivos de las propias agencias de seguridad o los ministerios donde están adscritas son una fuente rica sobre dinámicas de represión en el país. Sin embargo, solo están desclasificadas hasta 1983, de manera que el periodo que queda por cubrir por esta fuente es la guerra antiinsurgente. No se hace un estudio, solo se presenta la narrativa. Aunque en periodos mas cortos es posible hacer evaluaciones mas formales sobre el nivel de represión o la relación entre la actividad paramilitar y el Estado, para los cien años resulta imposible. Para hacer las evaluaciones de niveles de presión, se pueden tomar archivos de línea continua sostenida de ataques contra la población civil por parte de las autoridades gubernamentales y sus aliados, fue alta durante los cien años de estudio y generó dinámicas exterminadoras. Los años de represión tuvieron un nivel alto. El modo de gobierno de la democracia implica tener un margen de maniobra sustantivo para poder matar civiles. Que se constituya en algo mucho más com...


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