Resumen tema 3. Cognición social. PDF

Title Resumen tema 3. Cognición social.
Author Veronica Guil
Course Psicología Social
Institution Universidad de Almería
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En este documento encontrarás resumido el tema 3 de interacción social. 1º de Trabajo Social en la UAL...


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TEMA 3: COGNICIÓN SOCIAL 1.COGNICIÓN SOCIAL Y NO SOCIAL. A la hora de estudio, la Cognición Social aplica los métodos y teorías de la Psicología Cognitiva a la Psicología Social. Esto es lógico, puesto que la investigación en Cognición Social analiza estructuras y procesos cognitivos pero aplicándolos a personas en lugar de objetos o conceptos abstractos. Esta es la razón por la que algunos autores han sostenido que no cabe distinción entre cognición social y no social. Sin embargo las personas y las cosas son diferentes en muchos aspectos: •

Las personas influyen en su entorno de forma intencionada, e intentan controlarlo de acuerdo a sus propios propósitos. Los objetos no.



Las personas son al mismo tiempo percibidas y perceptoras(juzgamos y nos juzgan). Los objetos no.



Las personas se parecen más entre sí que a cualquier objeto Esto implica que los demás pueden proporcionarnos más información sobre nosotros mismos que los objetos.



Las personas pueden cambiar cuando son objetos de cognición (cambiar tu conducta para generar cierta impresión en otra persona). Los objetos no.



Es más difícil comprobarla precisión cognitiva sobre las personas que sobre los objetos, puesto que muchas de sus características importantes no son directamente observables, sino que deben sen inferidas.



Para estudiar la cognición social es necesario simplificar la realidad, debido a la gran complejidad que caracterizan al ser humano.

Por tanto parece claro que el objeto de la cognición social es diferente del objeto de la cognición no social y estas diferencias tienen importantes implicaciones para nuestro funcionamiento en un entorno humano. Además y en relación con su origen social, la cognición es socialmente compartida entre los miembros de un grupo, sociedad o cultura, por ello ha evolucionado, ya que al ser compartida resultaba útil para la coordinación entre personas. Por otra parte, desde la investigación en Neurociencia Social se ha encontrado evidencia que sugiere la posibilidad de que la cognición social sea la actividad por defecto de nuestro cerebro cuando está en reposo.

2. EL ESTUDIO DE LA COGNICIÓN EN PSICOLOGÍA SOCIAL. La psicología Social ha sido diferente de la Psicología general, que estuvo durante décadas dominada por la doctrina conductista y centrada exclusivamente en el análisis del comportamiento. Lo que ocurrió en los años 70 fue que el tradicional interés de los psicólogos sociales por los procesos mentales cristalizó en una nueva perspectiva que promovió el desarrollo de numerosas teorías y métodos que permitían la observación directa e indirecta de esos procesos mentales de una manera científica.

Fiske y Taylor lo asocian con la aparición, dentro de la Psicología Social, de dos modelos de ser humano “pensante”. Según el primero de ellos, las personas somos como «científicos ingenuos», seres esencialmente racionales, que buscamos las causas de la conducta con un enfoque cuasicientífico, reuniendo la máxima cantidad de información relevante disponible y sacando conclusiones lo más lógicas posible. Este modelo tenía un carácter normativo o prescriptivo, es decir, señalaba cómo deberían pensar lógicamente las personas para encontrar las causas del comportamiento de los demás. El segundo modelo defiende que las personas no estamos tan preocupadas por a búsqueda científica de la verdad, sino que, dado que nuestra mente tiene una capacidad limitada para procesar la información, escatimamos esfuerzos y buscamos atajos para simplificar todo lo posible las cosas y encontrar soluciones rápidas. Años más tarde surge un tercer modelo se ser humano al que se empieza a considerar como un “estratega motivado”. Desde esta perspectiva las personas necesitamos dar sentido al mundo social que nos rodea y manejar una ingente cantidad de información, para lo cual recurrimos a diferentes estrategias, cuya elección depende muchas veces de factores no cognitivos.

3.ESTRATEGIAS PARA MANEJAR LA INFORMACIÓN SOCIAL Y ELABORAR JUICIOS. Los seres humanos utilizamos diferentes estrategias para lograr una eficiencia, y lo hacemos sin ser conscientes de ello. Rodríguez y Betancor, en su excelente revisión sobre el tema, las agrupan en tres categorías: 1. Estrategias mediante las cuales reducimos la información que tenemos que procesar. 2. Estrategias mediante las cuales reducimos la cantidad de procesamiento necesaria, organizando la información y recurriendo a conocimientos que ya tenemos almacenados. 3. Estrategias mediante la cuales reducimos o simplificamos los procedimientos cognitivos necesarios para poder procesar la información y elaborar juicios. 3.1. Atención selectiva. Una de las formas para reducir la información que hay que procesar es la atención selectiva, estrategia que consiste en fijarnos sólo en aquellos estímulos que nos resulten “salientes” o distintivos por alguna razón. La función adaptativa de la atención selectiva es obvia, puesto que los estímulos salientes suelen ser los que más información nos proporcionan en una situación y los que más útiles nos resultan. 3.2. Categorías, esquemas y ejemplares. Este es el segundo tipo de estrategias, aquellas que nos permiten recurrir al conocimiento que ya poseemos para reducir la cantidad de trabajo cognitivo necesario para procesar la información. Ese conocimiento previo está almacenado y organizado en una especie de estructuras cognitivas, que son representaciones mentales sobre conceptos o categorías de estímulos y que nos sirven para interpretarlos y para tener expectativas sobre ellos.

Categorías. El término categoría se refiere a un conjunto de estímulos que consideramos que tienen algo en común. Estas incluyen personas, grupos, roles u ocupaciones, conductas, interacciones, situaciones, y en definitiva, cualquier tipo de estímulo que se relevante para la forma de expresarnos. El proceso de categorización (la asignación de un determiando estímulo a una categoría) es automático, se produce nada más percibir el estímulo, y facilita el procesamiento de la información al agruparla en función de su semejanza. En dicho proceso se produce el llamado “principio de acentuación” , que consiste en resaltar semejanzas percibidas entre los miembros de una misma categoría, como más semejantes entre sí de lo que percibimos a los miembros del endogrupo (grupo al que pertenecemos). Es decir, al establecer a distinción “nosotros-ellos”, “ellos” nos parecen todos iguales, mientras que “nosotros” tenemos cada uno nuestros rasgos diferenciadores (heterogeneidad endogrupal). El efecto de homogeneidad relativa del exogrupo se produce sobre todo en situaciones de competición entre grupos, y se ha explicado como resultado del mayor conocimiento que tenemos de nuestro propio grupo, que nos permite diferenciar mejor entre sus miembros. Por ejemplo, un ejecutivo se percibe como más parecido a otro ejecutivo que a un ama de casa. Los esquemas sociales. Un esquema es una estructura cognitiva independiente que representa el conocimiento abstracto que tenemos acerca de un objeto, una persona, una situación o una categoría, y que incluye las creencias sobre las características de esos estímulos y las relaciones que se establecen entre dichas características. Por ejemplo, es probable que un alumno que comience a estudiar psicología en la UNED tenga un esquema sobre dicha universidad, aunque sea muy simple, que incluya información sobre cómo funciona la enseñanza a distancia, así como de las materias que se imparten. Los esquemas sociales son abstracciones mentales almacenados en la memoria que representan un conocimiento global. Gracias a la información almacenada que contienen sobre distintos estímulos sociales o categorías, nos ayudan a interpretar la información social que recibimos y guían nuestro procesamiento de esa información.



Esquemas de personas: es el conocimiento global y abstracto que tenemos almacenado acerca de individuos concretos, de tipos de individuos o de grupos, de cómo son esas personas y de como se comportan. Aquí se incluirían las llamadas teorías implícitas de la personalidad, que son creencias a menudo inconscientes de que ciertos rasgos o ciertos comportamientos van juntos (por ejemplo, si vemos una persona que es ordenada, supondremos o inferiremos que será también disciplinada y metódica en el trabajo).



Esquemas de roles: estos esquemas contienen información sobre cómo son y cómo se comportan las personas que ocupan un determinado rol en el grupo o en la sociedad. Esto nos permite comprender y tener expectativas sobre las metas y acciones de esos individuos y saber cómo debemos interactuar con ellos. (profesor, líder, tus padres).



Esquemas de situaciones: en este caso, se trata de información sobre secuencias típicas de acciones en situaciones concretas. Indican lo que se espera que ocurra en un determinado lugar o situación.



Esquemas del yo: este tipo de esquemas incluye as ideas más distintivas y centrales que tenemos de nosotros mismos. Cada persona posee múltiples autoesquemas, uno por cada faceta de su autoconcepto. Estos son mucho más complejos que los esquemas de personas.

Los esquemas se pueden adquirir a través de los demás o por la propia experiencia con estímulos pertenecientes a las distintas categorías. Los esquemas se activan de forma espontánea cuando nos encontramos con un estímulo perteneciente a la categoría a la que se refieren. Una ves activado un esquema, éste dirige nuestra atención hacia la información relevante. Estos funcionan como un filtro, de forma que se percibe y se recuerda fundamentalmente la información que es consistente en nuestros esquemas. Los ejemplares. Los esquemas no son el único modelo de representación mental que se ha propuesto desde la Psicología. El conocimiento previo sobre el mundo también puede estar almacenado como ejemplares, es decir, como estímulos o experiencias concretas, no sólo como generalizaciones abstractas. Esos ejemplares pueden ser personas, o aspectos de una persona, como rasgos de personalidad o conductas concretas. Lo que hacemos en este caso es almacenar los ejemplares más representativos de una determinada categoría. Cuando utilizamos la información almaenada en ejemplares, no pensamos en un grupo específico a partir de esquemas abstractos, sino que recurrimos a ejemplos concretos de este grupo, que hemos obtenido a partir de nuestra experiencia previa directa o indirecta. Aunque aquí hemos destacado las diferencias entre el uso de esquemas generales y el de ejemplares concretos, en realidad las personas utilizan una mezcla de ambos tipos de representaciones mentales.

4. EL PROCESO DE INFERENCIA Y EL EMPLEO DE HEURÍSTICOS.

La Cognición social no sólo consiste en recibir, procesar y recuperar información social. Además de comprender la realidad que nos rodea y poder predecirla, en nuestra vida diaria constantemente tenemos que hacer juicios y tomar decisiones, para lo cual la información que podemos conseguir del medio muchas veces no es suficiente. Esto nos obliga a ir más allá de esa escasa información, es decir, a hacer inferencias. Por ejemplo si tenemos que elegir aun compañero de clase para realizar un trabajo, lo que haremos será realizar inferencias a partir de la información disponible y con esos datos, inferimos quien puede ser un bueno compañero para hacer un trabajo en equipo. Los psicólogos sociales han planteado el estudio del proceso de inferencia desde dos perspectivas distintas: una centrada en los pasos que deben seguirse para realizar una inferencia correcta (sería la perspectiva normativa del científicoingenuo), y la otra interesada en cómo las personas hacen realmente las inferencias (la perspectiva estratégica e intuitiva del indigente cognitivo y, más tarde, del estratega motivado). Veamos cómo entiende este· proceso cada una. Modelo normativo: 1. reunir información, lo que implica decidir cuál es relevante para el juicio que tenemos que hacer y cuál no. 2. seleccionar, entre todos los datos que hemos reunido, los que más se adecuen al objetivo. 3. Integrar los datos seleccionados y combinarlos para hacer un juicio. Para que la inferencia se correcta es necesario aplicar una regla de decisión adecuada, teniendo en cuenta todos los elementos de información seleccionados. Esto es lo que deberíamos de hacer, pero las personas no solemos ser tan sistemáticas. ¿Por qué hay tanta diferencia entre lo que deberíamos hacer y los que realmente hacemos? La respuesta la propone la perspectiva intuitiva del indigente cognitivo. Nuestro sistema cognitivo tiene sus limitaciones, que afectan a la memoria a corto plazo y a la memoria de largo plazo. Partiendo de esa premisa, la complejidad y el volumen de la información que hay que considerar, así como la incertidumbre que muchas veces caracteriza esa información, hacen que resulte poco realista pretender utilizar estrategias tan exhaustivas para la realización de juicios. Por eso, echamos mano de los recursos que tenemos, y uno de los más potentes es el conocimiento almacenado en nuestra memoria a largo plazo (esquemas y/o ejemplares). De ahí que nuestras inferencias estén muchas veces influidas por las creencias y teorías previas, lo cual no es malo en principio, pero sí lo es cuando esas creencias y teorías sesgan el proceso.

Los heurísticos. Son atajos mentales que utilizamos para simplificar la solución de problemas cognitivos complejos, transformándolos en operaciones más sencillas. Las personas utilizamos inumerables reglas de este tipo casi constantemente. Heurístico de representatividad. Empleamos este heurístico para hacer inferencias sobre la probabilidad de que un estímulo (persona, acción, suceso…) pertenezca a una determinada categoría, es decir, que sus características sean relevantes o encajen en esa categoría, basándonos en su semejanza con otros elementos típicos de dicha categoría. (por ejemplo: cuando quieres que una persona se integre en tu grupo de amigos intentas buscar las semejanzas de esa persona con el grupo para saber si encaja o no). Heurístico de accesibilidad o disponibilidad. Este heurístico se utiliza para estimar la probabilidad de un suceso, la frecuencia de una categoría o la asociación entre dos fenómenos. La estimación se basa en la facilidad o rapidez con la que vienen a nuestra mente ejemplos específicos de ese suceso, categoría, o asociación, es decir, en su accesibilidad, si se nos ocurren muchos casos de ese suceso o categoría será porque es muy frecuente o muy probable. Por ejemplo para saber si hay más gente de derechas o de izquierdas en Almería recurriremos a nuestras personas más cercanas, y según los datos que saquemos de ahí elaboraremos nuestra propia estadística y conclusión. Heurístico de anclaje y ajuste. Cuando tenemos que hacer juicios en situaciones de incertidumbre, podemos utilizar este heurístico para reducir la ambigüedad, tomando como referencia un punto de partida que después ajustamos para llegar a la conclusión final. Si queremos estimar cuántos estudiantes se presentarán a los exámenes de esta signatura, nos basaremos en el número de alumnos e que se presentaron el año pasado y haremos el ajuste correspondiente teniendo en cuenta el número de matriculados de ambos cursos. Este se utiliza con mucha frecuencia en situaciones sociales, funcionando a modo de hipótesis de trabajo para comprender la realidad, probablemente porque la conducta social es a menudo ambigua y genera incertidumbre. Cuando podemos, nos usamos a nosotros mismos como ancla pero, si esto no nos sirve, nos basamos en la conducta o las características de otra persona o, incluso, en detalles irrelevantes de la situación. Heurístico de simulación. Es la tendencia de las personas a estimar la probabilidad de que un suceso ocurra en el futuro o haya ocurrido en el pasado basándose en la facilidad con que pueden imaginarlos. Aunque está muy relacionado con el heurístico de accesibilidad, la diferencia es que en este último la estimación de la frecuencia o probabilidad de un suceso se basa en la facilidad con que nos vienen a la mente ejemplos de ducho suceso, mientras que el heurístico de simulación de basa en

la facilidad con la que podemos imaginar o reproducir mentalmente un suceso que no necesariamente ha tenido lugar. Este heurístico se utiliza para predecir hechos futuros y también para inferir la causa de un suceso que ya ha ocurrido.

Resumiendo, a través de la exposición de los diferentes heurísticos revisados en este apartado se ha puesto de manifiesto que son estrategias realmente útiles para evitar la sobrecarga de nuestro sistema cognitivo en las innumerables ocasiones en las que tenemos que hacer inferencias para emitir juicios o tomar decisiones. 5. PROCESOS COGNITIVOS AUTOMÁTICOS Y CONTROLADOS. Una las principales razones de su utilidad es que se pueden emplear de forma automática cuando las circunstancias o nuestras metas en cada situación lo exigen. En nuestra vida realizamos numerosas actividades y reaccionamos ante diversas situaciones de forma automática y sin ser conscientes de ellos, lo cual es enormemente adaptativo para desenvolverse en contexto habituales. Para que esto ocurra, es decir, para que una respuesta llega a ser automática, es necesario que la información se haya procesado de forma repetida. Si lo aplicamos al terreno social, el procesamiento automático de la información que recibimos sobre distintas personas o grupos puede tener efectos tanto

en las creencias como en el

comportamiento, Un ejemplo muy claro lo tenemos en el obstáculo que supone la activación de los estereotipos de género para el desarrollo laboral de las mujeres. En principio se consideró que los procesos automáticos y los controlados eran opuestos e incompatibles entre sí, y que se diferenciaban en cuatro aspectos fundamentales(“los cuatro jinetes de la utomaticidad”): a consciencia, la intencionalidad, el control y la eficacia.

PROCESOS AUTOMÁTICOS

PROCESOS CONTROLADOS

No conscientes

0

No intencionados

0

Fuera del control voluntario

0

No implica ningún esfuerzo y consume pocos recursos cognitivos

0

5.1. Procesos preconscientes.

En el punto más extremo de automaticidad se sitúan lo procesos preconscientes, que tienen lugar totalmente fuera de la consciencia pero afectan a la elaboración de juicios y a la conducta. Un ejemplo de proceso preconsciente es la percepción subliminal, es decir la que ocurre cuando la información nos llega por debajo del umbral de la consciencia y, aunque la procesamos, ni siquiera recordamos haberla visto.

La influencia de la percepción subliman es especialmente probable cuando los estímulos subliminales son social o personalmente relevantes, cuando no hay otros estímulos supraliminales que se opongan a ellos y cuando se presentan inmediatamente antes del estímulo que hay que juzgar. Las personas pensamos y nos comportamos de forma preconscientes hacia otros continuamente, juzgándolos en términos de rasgos, o de estereotipos, o simplemente reaccionando de forma instintiva nada más verlos. 5.2. Procesos postconscientes. En este caso,se tiene conciencia de que se ha percibido y procesado la información, pero no se es consciente de su influencia en juicios y respuestas posteriores. La vida diaria nos proporciona multitud de ejemplos sobre este tipo de procesos, uno de ellos es como influye nuestro estado de ánimo en nuestros juicios y nuestra conducta hacia los demás. 5.3. Procesamiento dependiente de metas. Este tipo de automaticidad no es plenamente automático en la medida en que requiere un control intencionado inicial en función de las metas y motivaciones. Sin embargo, una vez iniciado, las personas pierden el control sobre este proceso. El primer ejemplo de este tipo de automatismo, son las inferencias espontáneas sobre rasgos de personalidad. Las personas tendemos a inferir rasgos de personalidad en los demás a partir de la observación de su comportamiento. Este tipo de inf...


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