Silabo Psicologia DEL Delincuente PDF

Title Silabo Psicologia DEL Delincuente
Author Andrea Valverde Paucar
Course Patologia
Institution Aliat Universidades
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SILABO DE CRIMINALISTICA...


Description

SÍLABO PSICOLOGÍA DEL DELINCUENTE I.

DATOS GENERALES: 1.1.MÓDULO FORMATIVO

: INDENTIDAD Y MISTICA POLICIAL

1.2.AÑO DE ESTUDIO

: PRIMER AÑO

1.3.ESPECIALIDAD

: ORDEN Y SEGURIDAD

1.4.HORAS SEMESTRALES

: 48 HORAS

1.5.HORAS SEMANALES

: 3 HORAS

1.6.CRÉDITOS

: 3 CRÉDITOS

1.7.PERIODO ACADÉMICO

: VI

II. SUMILLA La Asignatura forma parte del Currículo de Estudios de las Escuelas Técnico Superiores de la Policía Nacional del Perú, a través de sus Unidades de Aprendizaje se imparte el conocimiento teórico –práctico de de los antecedentes de la psicología del delincuente; teorías científicas; comportamientos psicopáticos (trastornos disóciales de la personalidad; perfiles psicológicos y sociológicos delincuenciales. Así, como s técnicas utilizadas en la investigación criminal.

III.

UNIDAD DE COMPETENCIA VINCULADA AL MÓDULO Al finalizar el semestre, el alumno estará en la capacidad de: A. Reconocer y analizar el origen y los aspectos teóricos relacionados con la Psicología del delincuente. Identificar las diversas teóricas científicas sobre las características de los delincuentes. B. Describir y conocer los rasgos psicopáticos de individuos con conductas antisociales. C. Conocer el proceso de evaluación de la credibilidad de las declaraciones y testimonios. D. Identificar, valorar y aplicar los conocimientos, teniendo en cuenta el principio según el cual, los delincuentes no dejan de ser personas humanas.

IV.

CAPACIDAD Al terminar el proceso de enseñanza – aprendizaje los estudiantes de la

Promoción Espartanos 2017 – II de la EESTP – Ica, serán capaces de dominar las teorías y factores de la conducta delictiva, conocerán la psicopatología de área psicológica asociada a la imputabilidad. Así mismo, manejarán las técnicas básicas de la psicología del testimonio las cuales serán una herramienta para enfrentar el quehacer cotidiano de su labor de investigación.

V.

CONTENIDO SEMANAS PRIMERA 05 – 09 – 2019

CONTENIDOS ψ Psicología criminal: concepto y aplicación

ámbito de

ψ Perspectiva histórica SEGUNDA 12 – 09 – 2019 TERCERA 19 – 09 – 2019 CUARTA 26 – 09 – 2019 QUINTA 03 – 10 – 2019 SEXTA 10 – 10 – 2019

ψ Los distintos enfoques criminológicos ψ Enfermedades mentales con incidencia en la actividad delictiva ψ Trastornos de personalidad ψ Parafilias PRIMER EXAMEN PARCIAL

SÉPTIMA 17 – 10 – 2019

ψ Aspectos psicológicos de la intervención policial en situaciones de crisis

OCTAVA 24 – 10 – 2019

ψ El interrogatorio policial

NOVENA 31 – 10 – 2019 DÉCIMA 07 – 11 – 2019

ψ Entrevista a víctimas y testigos de hechos delictivos ψ La entrevista cognitiva ψ La hipnosis de investigación ψ Las técnicas poligráficas ψ La autopsia psicológica

DÉCIMO PRIMERA 14 – 11 – 2019 DÉCIMO SEGUNDA 21 – 11 – 2019

ψ Predicción de la conducta violenta SEGUNDO EXAMEN PARCIAL

DÉCIMO TERCERA 28 – 11 – 2019 DÉCIMO CUARTA 05 – 12 – 2019 DÉCIMO QUINTA 12 – 12 – 2019

ψ El asesino en serie: concepto y distinción con otros tipos de asesinos múltiples. ψ El violador sistemático: concepto y tipos ψ El análisis criminológico de la escena del crimen como técnica de investigación ψ Introducción al perfil criminológico

DÉCIMO SEXTA 19 – 12 – 2019

EXAMEN FINAL

VI.- RECURSOS DIDÁCTICOS: El docente para el desarrollo de la asignatura empleará los siguientes equipos materiales: A. EQUIPOS: Retroproyector, video grabadora, computadora, proyector multimedia. B. MATERIALES: Para el desarrollo temático se utilizarán ayudas audiovisuales, fuentes de información, así como hoja de práctica para los talleres. Proveerá separatas a los educandos, así como empleará transparencias o videos para reforzar las técnicas de enseñanza. Pizarra acrílica, plumones, proyector, laptop, diapositivas, separatas, lecturas, hojas de trabajo, obras literarias y otros.

VII.-METODOLOGÍA A. Las técnicas de enseñanza se orientan a la interacción permanente docente – educando, enmarcadas en la cultura participativa, el trabajo en equipo y el método de laboratorio. B. Se promoverá la práctica permanente e intensiva de los contenidos mediante la realización de talleres, en los que se facilitará la exposición de los conocimientos adquiridos. C. El desarrollo de los contenidos curriculares será eminentemente objetivo mediante el empleo de organizadores visuales. D. Así mismo, se utilizan estrategias de enseñanza y aprendizaje, éstas son un conjunto de secuencias integradas por actividades, técnicas y recursos educativos que se interrelacionan en el tiempo y en el espacio pedagógico con la finalidad de lograr los aprendizajes y el dominio de las capacidades, en los módulos educativos.

● ● ● ● ● ●

Inducción – Deducción. Demostración. Descubrimiento. Dinámica de equipos. Exposición de casos. Lluvia de ideas.

VIII.- EVALUACIÓN ✔ El sistema de calificación es vigesimal y la nota mínima aprobatoria para las unidades didácticas es 13. ✔ Se tomará en cuenta una evaluación inicial (prueba de entrada); una evaluación de progreso (permanente durante el desarrollo del módulo) y una evaluación de salida (igual a la suma de los promedios de cada indicador general considerado en el módulo, un indicador actitudinal y un examen final). ✔ Se utilizará instrumentos de evaluación de acuerdo a la naturaleza de los ítems a tener en cuenta. ✔ Se considera aprobado el módulo, siempre que se haya aprobado todas las unidades didácticas respectivas y la experiencia formativa en situaciones reales de trabajo, de acuerdo al plan de estudios. ✔ Los estudiantes podrán rendir evaluaciones de recuperación a fin de lograr la aprobación final de las unidades didácticas dentro del mismo periodo de estudios, considerando criterios de calidad académica y de acuerdo a los lineamientos establecidos en el reglamento institucional. La evaluación de recuperación será registrada en un Acta de Evaluación de Recuperación. ✔ La evaluación extraordinaria se aplica cuando el estudiante se reincorpora a sus estudios y tiene pendiente entre una (01) o tres (03) asignaturas / unidades didácticas para culminar el plan de estudios con el que cursó sus estudios, siempre que no hayan transcurrido más de tres (03) años. La evaluación extraordinaria será registrada en un Acta de Evaluación Extraordinaria. ✔ Si el estudiante de la carrera desaprueba tres (03) veces la una misma unidad didáctica será separado del IEST. ✔ El estudiante que acumulara inasistencias injustificadas en número mayor al 30% del total de horas programadas en la Unidad Didáctica, será desaprobado en forma automática, sin derecho a recuperación. ✔ La evaluación será permanente, se considerará las técnicas y los instrumentos de evaluación de aprendizaje. ✔ Promedio de las evaluaciones por indicador tendrá peso tres (03). ✔ El examen final que será evaluado por el Área de Asuntos Académicos e Investigación tendrá peso cuatro (04). Indicadores de Logro : Examen Final :

(PIL) Peso 3 (EF) peso 4

✔ El promedio final de la UD se obtendrá asi: PF= PIL3 + EF4 7

IX.- FUENTES

DE INFORMACIÓN

ψ

BERGALLI, Roberto y otros. 1983. El Pensamiento Criminológico I. EditorialTemis. BogotáColombia.

ψ

CEDRO, Revista científica "Psicoactiva" Nº 06. Lima 1989

ψ

CEDRO, Revista científica "Psicoactiva" Nº 10. Lima 1993

ψ

CÉSPEDES V, Meleucipo, Psicología Aplicada a la Formación y Función Policial, ED. Amauta, Lima- Perú, 1994.

ψ

CONGRESO DE LA REPÚBLICA: "Violencia cotidiana en niños y jóvenes del Perú. Causas, consecuencias y recomendaciones". Lima, 1998.

ψ

De la Garza G., Fidel y otros. "Adolescencia marginal e inhalan tes. Medidas preventivas. México D.F., 1988

ψ

DSM, Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, hoy

ψ

DSM-IV de la APA (American Psychriatic Association). 1994.

ψ

ESPINOZA VÁSQUEZ, Manuel. “Criminología”. Edit. Rhodas. Lima – Perú. 1998.

ψ

FLETCHER, Connie (1990), Policías, Ed. Atlántida, Argentina.

ψ

GARRIDO GENOVÉS, Vicente. "Pedagogía de la delincuencia juvenil". Barcelona, 1990

ψ

Gerencia de Centros Juveniles del Poder Judicial. "Sistema de Reinserción Social del Adolescente Infractor". Lima, 2000.

ψ

HIDALGO JIMÉNEZ, Humberto. “Psicología Forense: Raíces psicológicasdel delito”. Edit. San Marcos. Lima – Perú. 1996.

ψ

Ley Nº 27337 "Código de los Niños y Adolescentes". Lima, 2000.

ψ

MUÑOZ M, Luis (1988), Psicología Criminal, Lima, Perú

ψ

OLIVERA DÍAZ, Guillermo. 1987. Criminología Peruana. Talleres Gráficos.

ψ

OMS, Organización Mundial de la Salud. "Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros problemas de Salud" (CIE-10).1992.

ψ

ORELLANA WIARCO, Octavio. 1993. Manual de Criminología. EditorialPorrúa. México.

SEMANA Nº 1 PSICOLOGÍA CRIMINAL: CONCEPTO Y ÁMBITO DE APLICACIÓN ¿Qué entendemos por “psicología criminal”? La lógica impone comenzar el curso con el planteamiento y la respuesta a tan aparentemente sencilla cuestión. Y digo aparentemente sencilla porque, en efecto, responder a ella supone adentrarse en un debate que se inició hace ya más de un siglo y continúa en la actualidad. De la psicología criminal se han enunciado innumerables conceptos, dependiendo de la orientación teórica de quienes los formulen. Mi propia definición “académica” (si se me permite la expresión) sería ésta: la psicología criminal es aquella rama de la psicología incardinada en la ciencia criminológica que se ocupa de estudiar y explicar la génesis del delito, la personalidad y motivaciones del delincuente y aportar medidas para su prevención, control, tratamiento y reinserción. Pero a nosotros, pragmáticos como nos corresponde ser por nuestra profesión, nos interesa únicamente un concepto o idea que sirva para ilustrarnos con sencillez y claridad. Por ello he optado por una sencilla: desde mi punto de vista, la psicología criminal es la ciencia que estudia el comportamiento humano en relación al delito. El ilustre Dr. García-Pablos apunta muy acertadamente que la psicología analiza el comportamiento delictivo como cualquier otro comportamiento humano normal, por estimar que no existe diferencia cualitativa alguna entre uno y otro desde el punto de vista estrictamente conductual. Este concepto, amplio y no restrictivo, permite incluir en el ámbito de esta disciplina no solo el estudio de la conducta del delincuente, sino también el análisis de todo aquello que rodea el hecho criminal, a pesar de la corriente de pensamiento actual, que, sin embargo, opta por separar la psicología criminal (o

criminológica, utilizando un término más preciso) de otras ramas de la psicología que tradicionalmente han venido formando parte de su tronco común, tales como: La psicología jurídica o legal (aquella que se ocupa de estudiar los principales fenómenos psicológicos relativos al proceso judicial, tales como testimonio, percepción, memoria; así como la psicología de todos los intervinientes en el proceso: jueces, policías, testigos, imputados,...). La psicología forense (íntimamente relacionada con la anterior, se encarga del peritaje psicológico mediante la evaluación de áreas tales como la psicopatalogía, la capacidad intelectual, la personalidad, el riesgo de reincidencia o el grado de sinceridad). La penitenciaria (dedicada a estudiar el comportamiento de los reclusos y la influencia de la privación de libertad sobre el mismo). La policial (lo que yo denomino la investigación psicológica del delito, terreno en el que me muevo). Esta clasificación, en modo alguno cerrada, puede resultar polémica, ya que dada la tendencia a la superespecialización imperante en la actualidad, ciertas ramas de la psicología criminal reclaman su “independencia”, debate estéril y sin demasiada importancia a mi juicio. Dado nuestro común interés profesional, nosotros nos centraremos obviamente en aquellos aspectos de la psicología criminal más directamente relacionados con la actividad policial y de mayor aplicación práctica en aquella. No obstante, me parece conveniente comenzar por unas nociones generales sobre el tema con el ánimo de despertar, cuando menos, la curiosidad sino el interés por algunas cuestiones sobre la génesis del delito y del delincuente, y fomentar la reflexión y el debate sobre ellas.

PERSPECTIVA HISTÓRICA Los últimos meses del año 1.888 fueron conocidos en la Inglaterra victoriana de finales del siglo pasado como “el otoño del terror”, debido a una serie de brutales crímenes cometidos por un misterioso y tristemente famoso asesino conocido como “Jack el Destripador”, cuya identidad, todavía hoy, sigue sin conocerse. Posiblemente, si los sufridos agentes de Scotland Yard encargados de

la investigación hubieran contado con los conocimientos que actualmente ofrece la Psicología Criminal para la investigación de delitos similares, el resultado hubiera sido diferente. Pero justamente en aquella época se despertaba el interés científico por esta disciplina, que comenzó su andadura de la mano de criminólogos por un camino paralelo que hasta hace muy pocos años no confluyó con el de los sucesores de aquellos primeros policías encargados de identificar, perseguir y capturar a los muchos asesinos múltiples que pueblan las páginas de la crónica del crimen. Pero unos años antes, y para movernos en el marco históricoadecuado, se produjeron diversas aportaciones al saber criminológico quetuvieron su influencia en el posterior desarrollo de la psicología criminal, provenientes de distintos campos empíricos, que veremos someramente: La fisonomía: recupera una vieja idea del acervo cultural, ya bienexpresada muchos siglos antes en el famoso “Edicto de Valerio”: cuandotengas dudas entre dos presuntos culpables, condena al más feo. Y en el siglo XVIII, un juez napolitano estableció como precedente procesal la siguiente fórmula: “Oídos los testigos de cargo y de descargo, y vista tu cara y tu cabeza, te condeno…”. Para la fisonomía, alma y cuerpo se hallan en íntima relación, de modo que las deformidades somáticas se corresponden con vicios y defectos anímicos, espirituales. El primer sistematizador de los conocimientos fisionómicos, Della Porta, ya señaló algunos caracteres somáticos “de índole criminal”. Otro insigne representante de esta disciplina, Lavater, asoció ciertas capacidades y cualidades con determinadas regiones corporales, y aportó su particular visión del “hombre de maldad natural”, al que describe como: “tiene la nariz oblicua en relación con la cara, el rostro deforme, pequeño y color azafrán; no tiene puntiaguda la barba; tiene la palabra negligente; los hombros cansados y puntiagudos; lo ojos grandes y feroces, brillantes, siempre iracundos, los párpados abiertos, alrededor de los ojos pequeñas manchas de color amarillo y dentro pequeños granos color de sangre brillante como el fuego, revueltos con otros blancos, círculos de un rojo sombrío rodean la pupila, o bien ojos brillante y pérfidos; y seguido una lágrima

colocada a los ángulos interiores; las cejas rudas, los párpados derechos, la mirada feroz y a veces de través”. A pesar de su nulo valor científico, la fisonomía ostenta el mérito de llamar la atención sobre el protagonismo del hombre delincuente como individuo. La frenología: Continúa en el siglo XIX la senda de la fisonomía, constituyéndose en precursora de las modernas neurofisiología y neuropsiquiatría. Propugna la teoría de la localización: cada función anímica tiene un asiento orgánico en el cerebro, y en el cráneo se manifestarían signos externos inequívocos de las mismas. Así, la causa del crimen reside en malformaciones y disfunciones cerebrales, que pueden investigarse a través de la observación del cráneo. El fundador de esta disciplina, el médico francés Gall, diseñó su conocido mapa cerebral provisto de treinta y ocho regiones en las que residirían las facultades anímicas del individuo, y veintisiete órganos u organizaciones cerebrales. La teoría criminológica de Gall sostenía que el crimen puede ser causado por un desarrollo parcial y descompensado del cerebro que ocasiona una hiperfunción de determinado sentimiento: el robo, por ejemplo sería causado por un anómalo desarrollo del instinto de propiedad. La frenología cuenta con un insigne estudioso español: el mallorquín Cubí y Soler, que en su retrato del criminal tiene en cuenta rasgos psicológicos de la personalidad además de los signos anatómicoscerebrales. La

psiquiatría:

En

los

comienzos

de

su

consolidación

como

disciplinacientífica autónoma, a finales del siglo XVIII, sus pioneros se enfrentaron a un importante desafío: distinguir los enfermos mentales de los delincuentes. Así, pronto se

sustituyen las

primeras tesis

que atribuían la

génesis del

comportamiento criminal a la denominada locura moral (término inicialmente acuñado por el psiquiatra inglés Prichard en la primera mitad del siglo XIX y que fue aceptado por la comunidad criminológica de la época para referirse a una especie de déficit del núcleo moral de la personalidad, no relacionado con enfermedad mental alguna), imperantes hasta el momento, por la de la personalidad criminal, hipótesis que afirma la existencia de la personalidad, entendida como un conjunto de rasgos, específicamente criminal. De este modo,

la Criminología comienza a tomar en cuenta la personalidad del individuo como factor determinante de delincuencia y desviación cuando en el ámbito de la psicología se entiende que en todo individuo su comportamiento y actitudes dependen del funcionamiento de su personalidad individual. La personalidad es entendida como algo complejo formado por distintos componentes en interrelación y, a su vez, en relación con el medio ambiente exterior social, cultural y normativo. La antropología criminal: Para esta disciplina, el delincuente pertenece a una subespecie humana inferior, degenerada, mórbida. Es un tipo atávico, hipoevolucionado, cuyo cuerpo y mente exhiben estigmas que le delatan. Los primeros antropólogos que se dedicaron al estudio del hombre criminal y las causas de su existencia sustentaban dos teorías al respecto: la degeneración que ciertos factores o circunstancias desfavorables podían provocar en el curso de pocas generaciones, y la teoría evolucionista de Darwin según la cual la supervivencia de la especie depende de la adaptación de los más fuertes. La moderna psicología criminal tiene sus antecedentes históricos en el siglo XIX con el positivismo criminológico (corriente de pensamiento criminológico caracterizada por su fuerte tendencia determinista, según la cual la conducta del hombre se halla sometida a la ley de la causalidad y determinada por un complejo d procesos físicos y sociales. Así, y en palabras de Ferri -uno de los máximos representantes de esta escuela- la libertad humana es una “ilusión” subjetiva) cuando con sus famosos estudios sobre el “criminal nato” el profesor Césare Lombroso pretendía demostrar, mediante la observación y la medición, supuestas degeneraciones mentales atávicas que conformaban al “delincuente nato”, proporcionando un fuerte impulso a la antropología criminal que hizo que el estudio del delincuente pasara a depender de la biología y de la medicina. Lombroso asumió en sus inicios los postulados de la antropología criminal que acabamos de mencionar, para evolucionar integrando finalmente la epilepsia como causa del atavismo que hace perder el sentido moral, dando así ...


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