TEMA 3 - Apuntes 3 PDF

Title TEMA 3 - Apuntes 3
Author Alfon VC
Course LITERATURA ESPAÑOLA
Institution Universidad Pablo de Olavide
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Profesor José María Fernández Vázquez...


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TEMA 3 LA CELESTINA Es la primera obra moderna de la literatura española (aunque todavía tiene restos del concepto medieval), Es la primera obra ciudadana y por tanto burguesa de nuestra literatura. Política La época de los Reyes Católicos representa en lo político un momento crucial. Los monarcas liquidan de golpe y con tajantes medidas aquello que había sido motivo de debilidad en los reinados anteriores de Juan II y Enrique IV. La rebelión feudal, la privanza de los favoritos, la anarquía anterior, los distintos grupos que ostentaban el poder en su zona son suprimidos por las medidas reales. Las ciudades va a empezar a tomar un papel fundamental en la nueva sociedad del siglo XV. También la conquista de Granada culmina con el proceso de unificación de España y también con la aniquilación de culturas distintas a la cristiana, musulmana y judía; el descubrimiento de América, la mayor influencia en Italia como fuerza política. La influencia italiana va a encauzar que la cultura grecolatina que se había ido introduciendo sin una lógica real termina imponiéndose de un modo decisivo, que sin embargo, no termina con elementos de la literatura tradicional castellana como serán los Romances o en obras de autores como el teatro de Juan del Encina. El latín se va a convertir en un idioma fundamental en la Corte de los Reyes Católicos y en las universidades se traen profesores italianos como serán Lucio Marineo Sículo o Pedro Martir de Anglería. Pero el culto por el latín, traerá también una admiración por toda la cultura italiana que triunfará en el Renacimiento. LA AUTORÍA DE LA OBRA La Celestina es una obra fascinante desde su propio origen material. Es muestra todavía de una incipiente industria editorial y con una concepción de la autoría moderna todavía no establecida de un modo total. De hecho tenemos dos obras, la primera titulada Comedia de Calisto y Melibea y la segunda titulada Tragicomedia de Calisto y Melibea hasta su denominación definitiva de La Celestina. Este cambio también es importante porque nos da una perspectiva diferente de la obra en relación con la sociedad que la lee. La primera obra de La Celestina que tenemos es Comedia de Calisto y Melibea publicada en Burgos en 1499 por el impresor Fadrique de Basilea. Faltan hojas al principio y al final del texto y no lleva título comenzando con el argumento del Acto I.

Snow en “La problemática autoría de La Celestina“ afirma que debía existir una edición anterior de La Celestina en torno a 1494, que probablemente no pudo escribir Rojas por su juventud y que sería la que inspirará las diversas versiones de la obra. Canet sugiere que La Celestina primera fuera un libro de carácter universitario y colectivo de filosofía moral, pues nadie iba a editar un libro a un joven licenciado en leyes y que el famoso libro se acabe en las vacaciones se realmente un trabajo estudiantil de verano. En 1500, en Toledo y 1501 en Sevilla se editan otras obras con el título Comedia de Calisto y Melibea con la Carta del autor a un su amigo, los versos acrósticos donde se atribuye la obra a Fernando de Rojas, el argumento de la obra, los dieciséis actos y unas coplas del corrector Alonso de Proaza que explican cómo debe leerse el acróstico. En 1502 aparecen cinco ediciones con el nombre de Tragicomedia de Calisto y Melibea, salvo una edición de Sevilla que aparece con el nombre de Libro de Calisto y Melibea y la puta vieja Celestina. En estas ediciones se añaden un prólogo del autor después de las octavas acrósticas y otras tres octavas al final antes del texto del corrector. Se aumentan cinco actos más la obra, pero entre los actos XV y XVI, llegando así a los definitivos 21 actos. La autoría de la obra tampoco es un asunto de menor importancia, aunque sería irrelevante para considerar a la obra como una pieza clave en la historia de la literatura española. En la “Carta del autor a su amigo” se afirma que el autor del primer acto es distinto al autor de los autos restantes que lo terminó en quince días. En los acrósticos se explica que el autor fue el Bachiller Fernando de Rojas y fue nacido en la Puebla de Montalbán. En las ediciones de la Tragicomedia se alude que posiblemente fueran Juan de Mena o Rodrigo de Cota. Las dudas de la autoría surgen en torno del conocimiento libresco que se percibe en el libro tal vez exagerado para un joven estudiante, según Snow. Para refutar la idea de la autoría de Rojas, se arguye que en su momento ningún escritor contemporáneo alude a Rojas en sus obras, sobre todo si se tiene en cuenta el éxito que tuvo la propia obra con sucesivas ediciones. El problema pues surge en torno a la dualidad o la unicidad de la autoría de la obra. Hoy no se discute que Rojas fue autor, total o parcial, de la obra. Durante mucho tiempo, la misma existencia de Rojas estuvo puesta en entredicho hasta su confirmación con documentos de la zona de Talavera y Toledo. Hoy se sabe que existió, que nació en La Puebla de Montalbán, que fue Bachiller en Leyes, ejerció de alcalde mayor en Talavera de la Reina y era de origen converso. Rojas otorgo testamento en Talavera, el 3 de abril de 1541 con lo cual su muerte fue casi inmediata. Sus restos fueron encontrados en la Iglesia del Monasterio de Madre de Dios. La duda de la autoría se centra pues en la autoría del acto I y de los cincos añadidos en 1502 hasta los 21, que salvo excepciones nadie duda de la autoría de Rojas. Es cierto que estos actos son de una calidad inferior. En la edición de 1526 de Toledo aparece un

auto más conocido como Auto de Traso, que nunca se le atribuyó a Rojas, ni a los autores inmediatos. Se le atribuye a un tal Sanabria y desapareció en el corpus establecido de la obra. En el siglo XVI se creía que el acto I era de otro autor, gracias a la opinión de Juan de Valdés en su Diálogo de la lengua; pero se han encontrado varios documentos históricos en La Puebla de Montalbán donde definen a su vecino Rojas como autor de La Celestina, en el siglo XVIII, Blanco White defiende la autoría única y será Menéndez Pelayo quien defienda esa autoría única, solapando cualquier opinión en contra. En el siglo XIX, la existencia del propio Rojas es negada por cierta crítica foránea. A partir de los años 20, empiezan a aparecer voces que defienden la doble autoría, basadas en aspectos lingüísticos como Castro Guisasola, Menéndez Pidal – en pugna con Menéndez Pelayo – , Criado del Val, Bataillon, Martín de Riquer que un interesante análisis observa las dificultades de localización entre el primer acto y el resto. Deyermond en una opinión mucho más ecléctica, pero no exenta de razones lógicas defiende la escritura de un mismo autor en diferentes momentos creativos. García Valdecasas expone recientemente con una teoría interesante que el autor anónimo escribió los autos I-XIV, y Rojas sólo escribió los autos XV y XVI y el resto de los cinco autos. Se basa en criterios escénicos y teatrales, pues considera que la obra está escrita para representarse claramente. El problema radica en que no explica de un modo convincente el lugar más adecuado para dicha representación. Snow considera que los datos para afirmar que Rojas es el verdadero autor de la obra son escasos y frágiles, y que se debe descubrir al verdadero humanista autor de La Celestina. GÉNERO DE LA CELESTINA El carácter dramático de La Celestina parece imponerse dado la inexistencia de partes narrativas, pero su gran extensión en 16 o 21 autos, la hace imposible de representar, al menos en su versión original. La primera denominación triunfante fue el género ad hoc de novela dialogada o novela dramática. Sin embargo, esta denominación implica graves contradicciones. Si es novela no es drama, si es drama no es novela; el drama es acción o actuar y la novela es narración o contar. En La Celestina lo narrativo no existe, todo es acción porque todo lo hacen los personajes. Aquí no estamos ante el ensayo dialogado tan propio del Renacimiento, porque es ficción. La libertad de espacio y tiempo que existe en la obra de Rojas es más propia de la novela, pero no podemos olvidar que también estamos ante un género incipiente que no podría servir de modelo para un autor supuestamente ingenuo como se nos hace ver en las páginas prologales. La obra debería considerarse en sí como una obra de carácter experimental, y tal vez única, que como mucho se podría asimilar a la comedia humanística de inspiración latina de Terencio donde se pensaba más en la lectura de los textos por distintas

personas que a su representación escénica y los personajes de la vida real pasa a ocupar las páginas de las historias literarias. La denominación de comedia humanística es la más extendida para la definición genérica de la obra, es más se podría decir que es la primera comedia humanística escrita en una lengua vulgar. LA SOCIEDAD EN LA CELESTINA La Celestina es un cuadro ajustado y vivo de la sociedad donde se produce a finales del siglo XV y toda la obra va a girar en torno a la sociedad y a la mentalidad social de los personajes. Es una obra social. Sin la sociedad que describe no se entiende, esta obra que no se debe leer nunca en clave de historia de amor imposible. Como dice Maravall: “La Celestina nos presenta el drama de la crisis y transmutación de valores sociales y morales que se desarrolla en la fase de crecimiento de la economía de la cultura y de la vida entera de la sociedad del siglo XV”. El primer aspecto que hay que tratar es el carácter converso de los personajes. No existe en la obra ninguna referencia a que Calisto o Melibea sea alguno de ellos converso y que por eso no se podría llevar a cabo el supuesto matrimonio como mandaban los cánones de la época donde Calisto a quien adornaban las virtudes propias de un caballero –al menos externamente- se dirigiera a pedir la mano de una doncella – algo menos que pudorosa- a su padre. Y si existiera ese carácter converso, en la realidad no estaban impedidos los matrimonios entre cristianos viejos y conversos. La solución más lógica que pueda imponerse parece ser de razón literaria: las historias fáciles no interesan. Curiosamente, cuando se habla de un avanzado Rojas se le niega mayor: en una historia para escribir tiene que atrapar desde un principio y no vale la solución de matrimonio pactado. En cualquier caso, Rojas pretendía reflejar una sociedad donde las relaciones amorosas ya no se entendía como una mero asunción del matrimonio. Melibea prefiere ser una buena amante, antes que una mala esposa. Se plantea una historia de pasiones amorosas conforme al criterio de amor cortés que anula al matrimonio y que se puede ver en la discutida escena del halcón perdido en el primer acto de claro sabor cortés, pero con un avance hacia una inconsciencia moral que acaba con la muerte de los protagonistas. Se pasa del amor cortés al amor carnal. Ningún personaje tiene unos propósitos más heroicos o desinteresados que otro personaje. Rojas independiza los sentimientos del estamento social. Los criados hasta ese momento no eran dignos de amor, o al menos del reflejo del amor pues el único amor posible era el amor cortés y ahora se refleja un amor mucho más real. En cierto modo hay una democratización del amor. El amor se muestra como debilidad, como una fuerza irrefrenable que aliena a las personas y conlleva un desorden moral que termina en la muerte que se manifiesta como el final del goce de vivir. Es una muerte cruelmente real.

LA MAGIA EN LA CELESTINA La magia es la gran ciencia en el primer Renacimiento. Celestina es una alcahueta. Se ha vinculado a Celestina como bruja, pero en caso de ser algo más que una mera curandera, estaríamos ante una hechicera, pues la bruja tiene ramificaciones rurales y se vinculaba con lo demoníaco algo que no está tan claro en la obra. Ni siquiera la invocación a Plutón deja de ser un mero soporte escénico para dar un toque de veracidad en una época llena de superchería. También se puede entender como verdadera alegoría del mal. La verdadera magia de Celestina está en el manejo de la debilidad humana –que viene precedida de una degradación moral- que permite hacer con el resto de personajes lo que considera oportuno. Russell defiende encarecidamente la magia como un elemento motor de la obra, sin la cual no se entendería y explica todo el proceso de degradación moral de Melibea hasta el suicidio. Este sería para este estudiosos y otros el verdadero fin último de la obra con la denuncia y el aviso de los lectores a magos, brujas, hechiceros, nigromantes… Y Celestina usa de esas artes químicas para conseguir su propio provecho. Celestina confunde a Melibea con sus drogas químicas: “que me comen este corazón serpientes dentro de mi cuerpo”. El problema de interpretación surge en el momento de explicar el cambio de Melibea. Para algunos este cambio se debe exclusivamente a la magia celestinesca, para otra parte de la crítica es una muestra del cambio social donde la doncella que se ve recatada no quiere esperar para disfrutar el goce amorosos. PERSONAJES DE LA CELESTINA Celestina es utilitaria. Sirve aquello que le da provecho sea el bien, sea el mal. Busca su propia conveniencia. Celestina es simplemente la marginalidad. La muerte de Calisto es mucho más absurda porque viene desde el mundo de lo marginal. Celestina tiene agudaza e inteligencia en el dominio de los seres que la rodean y sabe sacar provecho de cada uno de ellos. Calisto está dominado por la pasión amorosa. Sin bebedizos, lo que no deja nunca de engrandecer la obra es que todo se puede interpretar en varios sentidos; esa es la verdadera maravilla de la obra. Calisto es un loco de amor y también un egoísta. Calisto no es un don Juan, no quiere jugar al amor quiere poseer, consumir y paga. ¿Se prostituye Melibea? ¿Es una pupila de lujo de la vieja alcahueta? El amor es un sustituto de la guerra, es una actividad depredativa. La clase ociosa juega a la caza amorosa. Calisto no quiere casarse con Melibea, la quiere disfrutar y luego dedicarse a la caza como demuestra el hecho que tiene caballos y halcones. Ese afán de localizar la acción en Salamanca se debe al hecho de intentar buscar una ocupación a Calisto, que rico, no está en la casa familiar y por tanto se le supone estudiante en la universidad por excelencia y donde estudio el propio Rojas..

Pero Calisto es fundamentalmente ocioso, por ser rico. Calisto por ser rico es altivo y se niega escuchar a Pármeno, que lo aprecia hasta que se ve rechazado por Calisto La apariencia externa de caballero de Calisto se ve ridiculizada con una muerte absurda al caerse de una escala, pero también es ridiculizad por sus propio criados. Es el azar quien decide. El accidente se vincula a la clase trabajadora, la muerte noble de lucha ha desaparecido. Muestra un amor desordenado y pasionado que lo lleva a una muerte vil. La pasión de Calisto es puramente carnal. La muerte violenta está ligada al deshonor. Melibea posee una resolución más práctica y precisa, que en cierto modo la aleja del papel de recatada doncella. Ella es la que lleva, sea o no por brebajes, el peso de la historia amorosa desde el rechazo inicial a su entrega final. La temporalidad de la obra se ha puesto muchas veces en entredicho por ese cambio aparentemente repentino en la evolución del personaje. Melibea una vez que se entrega a Calisto lo hace sin ningún tipo de escrúpulos. La muerte de Melibea la condena eternamente con su suicidio. Es una muerte inmoral. Melibea es el único personaje que no tiene ningún rasgo cómico, ninguna debilidad, ninguna duda absolutamente real a lo largo de la obra. Es sin duda el gran personaje de la obra junto con Celestina. Es una obra de mujeres que marcan sus fuerzas y sus destinos. Los criados tienen un papel especialmente relevante en la obra. Como señala Maravall, son auténticamente origínales en la historia de la literatura y por supuesto se alejan del modelo del gracioso del teatro del siglo de oro que estaban dominado por una idea señorial de un nuevo honor. Los criados no son espejo de Calisto y Melibea, tienen su propia historia y luchan por sus propios intereses. La Celestina abre un mundo diverso y múltiple donde no solo existe la clase elevada, sino empieza a existir una sociedad de clases bajas. El desorden moral está provocado por el desorden social y se viene abajo la jerarquía de cosas divinas y humanas. Los criados mantienen la fidelidad a sus señores en cuanto estos pagan sus servicios. Los criados pasan de vínculo personal a la vinculación económica. No se trata de una rebelión contra los señores, sino de un aprovechamiento de la situación establecida. El criado no se siente inferior al señor que sirve. Se siente necesario para el buen vivir de sus señores y exigen derechos y obligaciones mercantiles. Cobra y se pagan. La huida final no se puede entender por mera cobardía, sino más bien por egoísmo: no estoy obligado a más. Los padres de Melibea son Pleberio y Alisa. Pleberio se muestra como un padre cariñoso, atento y en cierto modo liberal a la hora de la elección del matrimonio por parte de su hija. Es un burgués rico que vive de sus negocios, poderoso armador, culto y conmovedor.Alisa, madre ingenua y despreocupada, se muestra más orgullosa de su hija que afectuosa con ella, de hecho Areusa critica la primera visita de Celestina y como Alisa no interviene para evitar males mayores. Pleberio burgués rico y

comerciante (tópico literario: mis naves). Estas naves de las que habla en su planto, muestran la riqueza y se ha intentado ubicar en una ciudad con mar o río. Los padres con su preocupación por el matrimonio representan lo convencional en la obra que precisamente refleja el amor fuera del matrimonio. TEMAS DE LA CELESTINA El egoísmo se manifiesta también en el individualismo. Areusa, la criada de Melibea, es tremendamente individualista. Areusa odia a Melibea por ser rica. En la obra se observa un claro enfrentamiento entre Melibea y Areusa. Areusa no se cree que las virtudes sean por linaje. Lo bueno, lo malo, la felicidad todo se mide conforme a la riqueza. Esto también tiene que ver mucho con la libertad. La nueva clase no acepta la servidumbre, sino el intercambio económico. Es el reflejo del nuevo hombre –sin importar la clase social – que lucha por hacerse cargo de su propio destino y la fortuna que era un término ligado al honor y a la fama, se sustituye por el azar. Pero también en esta obra destaca que por primera vez los secundarios, Elisa, Areusa y Pleberio, y por ende toda la sociedad secundaria, es la que sobrevive. El dinero es uno de los grandes temas de la obra lo que la sitúa en ese cambio de siglo. El dinero o la riqueza convertible es el modo de pago habitual en la obra. Esto también se observa en las referencias continuas al consumo. Los ricos son los grandes burgueses. Cuando entran en contacto con la aristocracia llevan un status que no está basado en la nobleza sino en la riqueza. Asimilan bienes y nobleza. Forman una nueva clase ociosa, que lo ostentan y también su beatería. Sin embargo, esta nueva clase rica y ciudadana, no tiene nada que ver con las grandes “casas” que se autoabastecen y son respetados por los miembros que la integran. Vemos que Calisto acude al mercado y sus criados, en especial Sempronio no lo respeta, sino le ofrece sus servicios a cambio de bienes económicos. En el caso de Calisto, el rico determina la nobleza. Se invierte el proceso del honor a la riqueza, ahora es de la riqueza al honor. El honor es otro gran tema del libro. El honor, el deber, la fama, el puesto social a finales del siglo X está presente en La Celestina. La obra es un ejemplo del desconcierto moral. La clase de los señores, clase dominante es la responsable de la estructura de la sociedad. En la tradición literaria, lo trágico estaba ligado a lo aristocrático, heroico, personajes de grandes sentimientos, a la clase elevada; mientras que lo cómico se unía con lo popular, lo antiheroico, ajeno a la grandeza del alma. Estaba falto de decoro y con un final desfavorable. Esta dualidad desaparece en La Celestina. La crisis social se muestra en el hombre individual. INTENCIÓN Y SENTIDO EN LA CELESTINA En todo el libro se descubre una enseñanza moral sobre las cosas humanas. Se puede considerar que La Celestina es un libro didáctico, pero no de una didáctica impersonal y

tintes moralizantes, sus personajes tienen caracteres claramente marcados, todos el...


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