Tema 3: Crítica de la Escuela de Frankfurt. Teoría de la pseudocultura en la época del capitalismo post-industrial. PDF

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Mar Campayo Chaparra 53728078D

TEMA 3

Crítica de la Escuela de Frankfurt: Teoría de la pseudocultura como modelo globalizado de cultura en la época del capitalismo postindustrial. Europa, en el siglo XX, se encontraba sumida en la más absoluta de las barbaries que jamás había vivido, debido a los absolutismos, las guerras y todo tipo de exterminio que tuvieron lugar en aquel momento, lo cual tuvo como consecuencia directa la muerte de los grandes relatos (cristianismo, capitalismo, liberalismo e Ilustración). Como ya sabemos, todos estos hechos históricos fueron los que dieron inicio a la crisis de la Modernidad, pues se pusieron en entredicho a partir de entonces sus conceptos de razón, historia y sujeto. Como cabe esperar, en estos duros momentos que atravesaba el continente, en Europa reinaba un ambiente de desolación y pesimismo, pero, por supuesto, también nacieron voces de optimismo y esperanza. Entre ellas, destaca especialmente la de la Escuela de Frankfurt, nacida en 1923, que se puso como objetivo reinventar el concepto de razón, pues los frankfurtianos querían una razón íntegramente humana, hundida en las raíces del sentimiento. Para conseguirla, deseaban partir del ansia de vida feliz y del sueño de la emancipación. Sin embargo, no debemos pasar por alto que, para conseguir este nuevo concepto de razón que los frankfurtianos se proponen, deben basarse en la idea de una razón dialógica, que ponga en conexión teoría y praxis, sin dejar de lado la exigencia crítica que la Ilustración dio al concepto de razón. Este nuevo concepto de razón, conllevo la aparición de la razón crítica, en la cual la teoría, que ni renuncia a la humanidad ni separa acción y pensamiento, es la servidora de la praxis. Así fue como nació la teoría crítica de la sociedad, cuyo objetivo final era el desarrollo de una teoría que nos permitiera una sociedad sin explotación. Este fue uno de los núcleos de estudio de la Escuela de Frankfurt, especialmente de los filósofos Adorno y Marcuse. Sin embargo, el problema de la teoría crítica fue el mismo que el de la postmodernidad, ya que se basaba en la crítica a la sociedad, pero una vez criticada no aportaba nada nuevo. Por eso, los miembros de la segunda generación, cuyo máximo representante es Jürgen Habermas, superaron el pesimismo de la primera generación, aceptando la teoría crítica, pero dando también soluciones al respecto. Fue así como Habermas desarrolló la ética del discurso, cuyo gran principio era la reformulación del imperativo categórico de Kant, con el objetivo de discernir cuándo un discurso tenía validez y cuándo no. Sin embargo, lo que aquí verdaderamente nos interesa para estudiar el concepto de pseudocultura, es la primera generación de la Escuela de Frankfurt. Pero para ello, debemos

Mar Campayo Chaparra 53728078D entender primero un par de conceptos indispensables para la comprensión del término TEMA 3

“pseudocultura”. El primer concepto que debe quedar claro es el de cultura, para lo cual usaremos la definición dada por Blanca Muñoz. Según dice, la cultura es el centro normativo y simbólico de toda sociedad y cada cultura posee unos valores que los individuos interiorizan. En este proceso de interiorización es en lo que se centra la teoría crítica, ya que su objetivo es denunciar los sistemas ideológicos enmascaradores que consolidan los principios de dominación, como ocurrió con la ascensión de Hitler al poder, hecho que, de acuerdo con los frankfurtianos, dio inicio al nacimiento de la pseudocultura. También es importante, antes de estudiar la pseudocultura en sí, conocer los factores principales que la causaron en el contexto de la sociedad post-industrial. La primera de ellas fue la aparición y enorme desarrollo de los medios de comunicación de masas, cuyo papel en la mentalidad y cosmovisión de las personas es primordial. La segunda causa fue el triunfo de la ideología dominante, la neoliberal de mercado, cosa que ha supuesto la mercantilización de todos los procesos sociales, incluída la conciencia, en pos de la obtención de un beneficio. La última, pero no menos importante, fue que tuvo lugar una identificación de la ideología dominante como estructura material y económica. Este último factor se entiende perfectamente mediante la teoría estructuralista de la sociedad de Marx, que es el último concepto que necesitamos aclarar antes de entrar en la definición de pseudocultura. Según la teoría de Marx, todas las sociedades humanas tienen la misma estructura, aunque diferente contenido. Además, se trata de una estructura doble, o lo que es lo mismo, realmente se trata de dos estructuras: la supraestructura y la infraestructura. La supraestructura consiste en la ideología dominante, que está por encima de la sociedad. Está compuesta por elementos como el arte, la filosofía y la cultura. En términos de la escuela de Frankfurt, podemos decir que la dimensión de la supraestructura corresponde a la dimensión normativa de la realidad, puesto que nos indica cómo debe ser la sociedad. Por otro lado, la infraestructura (dimensión fáctica) viene constituida por el modo de producción económica de la sociedad, sobre el cual se construye dicha sociedad. Marx considera que el modo de producción económica viene determinado tanto por las fuerzas materiales de producción (toda fuerza y elemento material que se usa para producir un bien económico) como por las relaciones sociales de producción (cómo se organiza la sociedad en el momento de producir un bien económico).

Mar Campayo Chaparra 53728078D Sin embargo, lo que realmente interesa a Marx no son las partes de la estructura de la sociedad, TEMA 3

sino la relación que existe entre ellas, que, según dice, es dialéctica, pues ambas partes chocan entre ellas. Este choque entre opuestos, es el que nos permite un mayor entendimiento de la realidad, ya que cuando se opone una tesis a una antítesis, se obtiene una síntesis totalmente nueva. Resumidamente, lo que Marx pretende decir es que la infraestructura determina la supraestructura y esta, a su vez, fundamenta la infraestructura. Una vez hemos contextualizado y explicado estos conceptos, podemos finalmente centrarnos en explicar qué entendemos por pseudocultura. De acuerdo con la definición que Adorno y Horkheimer dieron a este concepto, la pseudocultura es el nuevo modelo cultural surgido de los mass media y de las industrias dedicadas al ocio de masas organizadas mediante la Sociedad de Consumo, cuya consecuencia directa es el rebajamiento de los procesos intelectuales y sensitivos del receptor, ya que su capacidad de análisis causal y crítico queda anulada, convirtiendo a dicho receptor en un individuo pasivo y, a fin de cuentas, desindividualizado. Por tanto, lo que ocurre con la pseudocultura es que, al nacer el capitalismo post-industrial, la infraestructura funciona como supraestructura ideológica y la verdadera superestructura queda reducida a infraestructura. Es decir, la economía ha pasado a ser normativa, porque así lo ha querido la ideología dominante, con lo que se ha convertido en una normatividad fáctica; mientras que la cultura queda subordinada a la economía, por lo que se convierte en una facticidad normativa, o lo que es lo mismo, en una pseudocultura. En resumidas cuentas, podemos decir que a partir del siglo XX, la ideología ha resultado ser la economía. Como cabe esperar, la pseudocultura ha tenido ciertas consecuencias muy importantes, como la pérdida de la percepción de la causalidad. Pero la que más destaca es la pérdida de la dimensión normativa de la realidad (valores abstractos), dada la gran cantidad de concentración espiritual que se ha perdido como consecuencia de la extrema simplificación de los productos culturales. De este modo, nuestra realidad, que siempre ha sido bidimensional, ha quedado reducida a la unidimensionalidad, es decir, a la dimensión fáctica (hechos comprobables), lo cual beneficia enormemente al fenómeno de la pseudocultura. Así, podemos concluir que la unión de todo lo explicado ha culminado en una sociedad que, pese a poseer unos medios científicos y técnicos hiperdesarrollados, lo único que obtiene son psicologías

arcaicas

y

comportamientos

claramente

psicopáticos.

Es

así

como,

desgraciadamente, la sociedad ha acabado por basarse en la competitividad y el individualismo posesivo....