Tema 3: La cultura de masas PDF

Title Tema 3: La cultura de masas
Author Javier Hernandez
Course Introducción a la Sociología
Institution Universidad Católica San Antonio de Murcia
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Tema 3 resumido para examen...


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TEMA 3 La cultura de masas Teorías de la Comunicación

Pedro Luis Pérez Díaz Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación

Universidad Católica San Antonio de Murcia - Tlf: (+34) 968 27 88 00 [email protected] - www.ucam.edu

Teorías de la Comunicación

1.- Primeras perspectivas sobre la relación de medios y sociedad 2.- El concepto de “masa” 3.- Cultura de masas y cultura popular 4.- Apocalípticos e integrados Bibliografía

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Teorías de la Comunicación

1.- Primeras perspectivas sobre la relación entre medios y sociedad El siglo XX puede ser definido como “la primera edad de los medios masivos”. Especialmente en las dos o tres primeras décadas del siglo, las posibles influencias de los medios sobre la gente generaron tanta fascinación como alarma. Las ideas que emergieron y suscitaron debate entonces pueden ser agrupadas en tres perspectivas: 

La cuestión del poder de los “nuevos” medios de comunicación



La cuestión de la integración o desintegración social que podían causar



La cuestión de la ilustración pública que podían ayudar a mejorar o destruir

1.1. El poder de los medios masivos La creencia en el poder de los medios comenzó con la observación del gran impacto y penetración que tenía la prensa popular. Estaba financiada mediante publicidad y se caracterizaba por presentar noticias sensacionalistas. La propiedad de estos poderosos medios estaba concentrada en manos de unos pocos magnates (W. R. Hearst, J. Pulitzer…). Durante la I Guerra Mundial, la prensa y el cine se usaron con el objetivo de beneficiar los objetivos bélicos de los países implicados en la contienda. Esta impresión se vio reforzada con el uso que hicieron la Unión Soviética y la Alemania nazi de la propaganda como forma de legitimar sus totalitarios gobiernos.

Los medios están invariablemente relacionados de algún modo con las estructuras económicas y políticas. Es lógico, puesto que cualquier medio tiene un coste y un valor económico y es objeto de competición para su control y acceso. Además, están sujetos a una regulación legal, política y económica. Se les ve como instrumentos de poder por su potencial para influir de modos muy diferentes.

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Teorías de la Comunicación Esa impresión se mantuvo bajo la creencia de que la publicidad de masas era efectiva moldeando la opinión e influyendo en el comportamiento.

1.2. Comunicación e integración social Los teóricos sociales de finales del XIX y principios del XX fueron conscientes de la gran transformación que se estaba produciendo cuando la lenta, tradicional y comunitaria vida rural se fue convirtiendo en la más acelerada y secular vida urbana. La teoría social del momento planteó la necesidad de nuevas formas de integración que plantaran cara a los problemas causados por la industrialización y la urbanización. En Estados Unidos, la inmigración a gran escala procedente de Europa en las dos primeras décadas del siglo suscitaron gran cantidad de preguntas sobre la cohesión social y la integración. El vínculo entre cultura popular y la integración social eran fáciles de percibir tanto en términos negativos (criminalidad e inmoralidad) como en individualizantes (soledad, pérdida de creencias colectivas). Crimen, prostitución, pobreza y dependencia fueron asociados entonces con el anonimato, el aislamiento y la falta de certezas de la vida moderna. Mientras que los cambios fundamentales eran sociales y económicos, era posible señalar a los periódicos, las películas cinematográficas y otras formas de cultura popular (música, libros, revistas, comics) como potenciales fomentadores del crimen y el declive de la moralidad, así como del desarraigo, la impersonalidad y la falta de sentimiento de pertenencia a una comunidad. Pero una también se esperaba una cohesión positiva por parte de los medios de comunicación. Los medios masivos eran una fuerza potencial para lograr una nueva forma de cohesión, capaz de conectar a los individuos dispersos en una experiencia compartida de lo local, lo urbano y lo nacional.

1.3. La comunicación como educadora de masas El espíritu de comienzos del siglo XX condujo a este tercer conjunto de ideas sobre la comunicación de masas: los medios podían ser una nueva fuerza de ilustración pública, complementando y continuando la labor de la escolarización universal, las bibliotecas y la popularización de la educación.

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Teorías de la Comunicación Los reformistas políticos vieron un potencial positivo en los medios y éstos también vieron en sí mismos la capacidad de propagar información e ideas, exponer la corrupción política y proveer entretenimiento inofensivo a la gente ordinaria. En muchos países, los periodistas estaban profesionalizándose cada vez más y adoptando códigos éticos para una buena práctica. La labor democrática de la prensa de informar se fue reconociendo cada vez más. Las nuevas instituciones radiofónicas fundadas en la década de los ‘20 y los ‘30 en Europa tenían una misión cultural, educativa e informativa, aparte de promover la identidad y la unidad nacional. El debate sobre si los medios masivos son beneficiosos para la ilustración y la educación de la ciudadanía sigue vivo hoy, debido a que los medios son también empresas que, en su búsqueda de beneficios en un mercado competitivo, a veces priorizan determinados contenidos de entretenimiento porque tienen más valor de mercado que los contenidos educativos o artísticos.

1.4. Los medios como chivo expiatorio A pesar de todos estos escenarios positivos y negativos, la tendencia a lo largo de los años ha sido a culpar a los medios y demandar que hagan algo por solucionar los males de la sociedad. El elemento más constante ha sido acusarlos de generar ciertas percepciones negativas, especialmente por las representaciones que hacen del crimen, el sexo y la violencia, que tanto se vinculan con los trastornos morales y sociales. A estas oleadas de alarma se les ha llamado “pánicos morales” porque existe poca evidencia de que los medios causen ese efecto directamente, lo cual no quiere decir que éstos puedan eludir las responsabilidades que tienen con la sociedad. Nuevos males de los que se ha acusado a los medios: protestas políticas violentas, xenofobia y un supuesto declive de la democracia a favor de la apatía política y el cinismo. En el plano individual, los nuevos posibles daños incluirían el fomento de: depresión, codicia, obesidad (y su opuesto) y lasitud. Internet ha sido el más reciente objeto de esta alarma, por ser sospechoso de espolear la pedofilia, la violencia y el odio, además de ayudar a las redes de terrorismo internacional. Lo paradójico es que son los propios medios los que habitualmente dan cobertura a este tipo de “pánicos”.

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2.- El concepto de “masa” La mezcla del prejuicio popular y la teorización social formó un sustrato sobre el que se edificó la investigación sobre los medios, donde se formularon y probaron hipótesis y se desarrollaron teorías de la comunicación más precisas. Esas interpretaciones sobre el poder de los medios (ya fueran positivas o negativas) tenían algo en común: todas aceptaban que los medios ejercían una fuerte influencia. Esa percepción le debía mucho al concepto de “masa”. Aunque el concepto de “sociedad de masas” no se desarrolló por completo hasta después de la II Guerra Mundial, las ideas fundamentales ya circulaban desde finales del XIX. La sociedad de masas es una forma de describir la sociedad en la era moderna e industrial. La población se concentra en ciudades, trabaja en líneas de producción, se siente alienada y reemplazable. Los más tempranos usos del término acarreaban una connotación negativa. Hacía referencia a la gente común, sin educación, ignorante y potencialmente irracional, turbulenta y violenta.

Como estudiamos en el Tema 1, la característica más obvia de los medios masivos es que están diseñados para llegar a “muchos”. Las audiencias son vistas más como un gran agregado de consumidores más o menos masivos, lo que afecta a la relación entre emisor y receptor. El emisor es una organización o un comunicador profesional (periodista, presentador, etc.) empleado por esta. Si no, la voz pertenecerá a otro agente de la sociedad a quien se le da o vende acceso a los canales mediáticos (publicistas, políticos, expertos, etc.). La relación es inevitablemente unidireccional, en un solo sentido e impersonal, y existe una distancia física entre emisor y receptor. También existe una distancia social entre ellos, ya que el emisor suele poseer más autoridad, prestigio o conocimiento experto. El contenido simbólico o el mensaje de la comunicación masiva está típicamente manufacturado de forma estandarizada y es repetido y reusado de forma idéntica. El flujo es abrumadoramente unidireccional. Generalmente, pierde su originalidad (en el sentido de que ya no es “único”) a causa de su reproducción y sobreuso. El mensaje mediático es el producto de un trabajo que posee un valor de intercambio en el mercado de los medios y un valor de utilidad para el receptor, el consumidor mediático. 6 Pedro Luis Pérez Díaz - Tlf: (+34) 968 27 85 22 – [email protected]

Teorías de la Comunicación Esencialmente, es un bien de consumo, y en eso se diferencia de otras formas de comunicación humana. Blumer (1939) fue el primero en definir la masa como un nuevo tipo de formación social en la sociedad moderna, y lo hizo diferenciándola del grupo, la muchedumbre y el público. 

Grupo: En uno pequeño, todos sus miembros se conocen, están al tanto de su común membresía, comparten los mismos valores y mantienen una estructura de relación a lo largo del tiempo



Muchedumbre: Es más grande que el grupo, pero todavía restringido a vínculos observables en un espacio particular. En cualquier caso, se trata de una formación temporal que puede tener un fuerte sentimiento de identidad común o un “estado de ánimo” compartido, pero no hay una estructura u orden social o moral en su interior. Puede actuar, pero sus acciones suelen tener un carácter afectivo, emocional o irracional.



Público: Es relativamente grande, ampliamente disperso y perdura en el tiempo. Tiende a formarse alrededor de un asunto o causa de la vida pública y su propósito es hacer avanzar una opinión o idea que culmine en un cambio político.

El término “masa” captaba algunas características de las nuevas audiencias del cine, la radio y la prensa popular que no encajaban en ninguno de los tres conceptos anteriores. Estas nuevas audiencias eran más grandes que cualquier grupo, muchedumbre o público. Estaban ampliamente dispersas y sus miembros habitualmente no se conocían los unos a los otros ni a quien los había concebido como audiencia (el emisor). 

Carecían de conciencia de sí mismos y de una identidad propia y eran incapaces de actuar de forma autónoma para la consecución de objetivos de orden político o social. No podían actuar por sí mismos, luego actuaban “a consecuencia de” su exposición a los medios.



Su composición era variable y heterogénea, consistente en un gran número de personas de todos los estratos sociales y grupos demográficos.



Pero la masa también era lo suficientemente homogénea para quienes trataban de manipularla, ya que solía tener gustos e intereses comunes.

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3.- Cultura de masas y cultura popular El típico contenido que fluía a través de esos nuevos canales hacia las audiencias masivas era una mezcla de imágenes, historias, información, ideas, entretenimiento y espectáculos: la cultura de masas. La cultura de masas hace referencia a los gustos, preferencias, costumbres y estilos de la masa (o, simplemente, la mayoría). Generalmente, el término ha tenido un matiz peyorativo, por estar asociado a unas preferencias culturales supuestamente menos cultivadas propias de las audiencias de la clase más baja. La cultura popular es la totalidad de ideas, perspectivas, actitudes, memes*, imágenes y otros fenómenos que son preferidos mediante un consenso informal dentro de la corriente principal (mainstream) de una cultura dada, especialmente dentro de la cultura occidental de principios y mediados del siglo XX y la emergente cultura global de finales del s. XX y principios del XXI. Comprende “aquello que le gusta a mucha o a la mayoría de la gente”. El término también se suele relacionar con lo que es popular entre la gente joven… Se diferencia del folklore en que este se refiere al mainstream cultural de sociedades más locales o preindustriales. El folklore está más relacionado con la cultura y prácticas de una población particular, lo que incluye sus tradiciones: historias, música, danza, leyendas, historia oral, proverbios, humor, creencias populares, costumbres, etc. La cultura popular está altamente influenciada por los mass media, es un conjunto de ideas que permea la vida cotidiana de la sociedad. Habitualmente se la considera una forma de cultura trivializada e intelectualmente disminuida, con objeto de poder llegar así al mayor número de personas posible, independientemente de su educación o inteligencia. Así consigue su aceptación en el mainstream cultural. Como resultado, es muy criticada por parte de sectores ajenos al mainstream (grupos críticos y contraculturales), que la consideran superficial, consumista, sensacionalista y corrupta. La cultura de masas se refiere a cómo la cultura es producida, distribuida y mercantilizada. Es un conjunto de valores e ideas que surgen de la común exposición de la población a las mismas actividades culturales, medios de comunicación, música, arte, etc. Mientras, la cultura popular hace referencia a cómo se consume.

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Teorías de la Comunicación La crisis moral causada por el debilitamiento de los centros tradicionales de autoridad, como la familia y la religión condujo a la aparición de una teoría aristocrática de la sociedad de masas. La sociedad que describen intelectuales como José Ortega y Gasset, T.S. Eliot y otros estaría dominada por las masas vulgares, de poca sensibilidad artística o literaria, sin centros o jerarquías de autoridad moral o cultural. En tal sociedad, el arte solo puede sobrevivir cortando sus vínculos con las masas. A lo largo del siglo XX, este tipo de teoría ha modulado en la oposición entre arte desinteresado, puramente autónomo y la cultura de masas comercial. Diametralmente opuesta a la visión aristocrática se encuentra la teoría de la industria cultural de los críticos de la Escuela de Frankfurt (Tema 6). Desde este punto de vista crítico, las masas están dominadas por una industria cultural que solo obedece a la lógica del mercado y conduce a la pasividad de la gente. Esta cultura reproduciría los valores individualistas del liberalismo y fomenta el capitalismo al promover una visión del ciudadano como consumidor. Un tercer punto de vista, el de la teoría de la evolución progresiva, es más optimista. Desde la perspectiva liberal, la economía capitalista habría creado oportunidades para que todos pudiésemos participar en una cultura totalmente democratizada gracias a la extensión de la educación masiva, la expansión del tiempo libre y productos culturales accesibles, como los discos a precio de saldo o los libros de bolsillo. El Siglo del Yo (The Century of the Self, BBC 2002) http://vimeo.com/17879192 Dirección:Adam Curtis Producido por:Adam Curtis, Lucy Kelsall, Stephen Lambert (productor ejecutivo) Escrito por:Adam Curtis Reparto: Sigmund Freud, Edward Bernays, Werner Erhard, Jerry Rubin,Tony Blair, Bill Clinton, Robert Reich,Wilhelm Reich, Martin S. Bergmann, Adam Curtis Fotografía: David Barker,William Sowerby Emitido por: BBC Four Fecha de emisión: 2002 Duración: 240 minutos País: Reino Unido Idioma: Inglés “Esta serie trata acerca de cómo quienes están en el poder han utilizado las teorías de Freud para intentar controlar a las peligrosas masas en una era de democracia de masas" (Introducción).

La alta cultura es un término que designa una serie de productos culturales (principalmente el arte) que son considerados en la más alta estima por una cultura. Más popularmente, es como se denomina a la cultura de una élite (como puede ser una aristocracia).

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Teorías de la Comunicación Los productos culturales que son habitualmente vistos como parte de la alta cultura suelen haber sido producidos en periodos más avanzados de la civilización, cuando una sociedad sofisticada y urbana proporciona un marco estético coherente y consciente (Grecia, Roma, el Renacimiento, Europa desde el s. XIV, etc.). La mayor parte de la alta cultura está compuesta por lo que se aprecia como arte culto, que incluye la literatura, algunas artes visuales (especialmente la pintura) y las formas tradicionales de las artes escénicas (incluidas algunas formas de cine). Frente al arte culto, surge un arte pop que desafía al arte culto empleando aspectos de la cultura de masas como la publicidad, los comics y objetos mundanos de nuestro día a día. Esta distinción entre formas culturales cultas y populares se extenderá a todas las ramas del arte. 

La novela culta se contrapone a la novela popular y de género: la ciencia ficción, la novela policial, de terror, el folletín, la novela rosa, la fantasía heroica…

vs. 

La música culta: se trata de un término paraguas usado para referirnos a las tradiciones musicales que implican una estructuración y teorización compleja y una tradición de escritura musical. Se suele incluir dentro de esta categoría a la música clásica moderna y la contemporánea (experimental, minimalista, electrónica…), así como algunas formas de jazz. Esta se contrapone a la música pop y comercial.

vs. 

El cine culto o cine arte: es un cine típicamente serio, producido de forma independiente y que apunta a un mercado de nichos en lugar de a un mercado de audiencias masivas. Los críticos cinematográficos lo definen a veces como aquel cine cuyas cualidades formales lo separan del mainstream que se hace en Hollywood. También se le suele llamar cine de autor o cine independiente. Entre otros elementos, suele adoptar un estilo cercano al realismo social, un énfasis en la expresividad del director y sus tramas suelen prestar atención a los pensamientos y sueños de los personajes. Normalmente, son filmes que se

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Teorías de la Comunicación exhiben en festivales y cines selectos, carecen de grandes presupuestos, imponentes efectos visuales, actores célebres o campañas de promoción propias de los blockbusters.

vs. Neil Postman señala en Divertirse hasta morir (1985) que las conversaciones de nuestra cultura suceden (o al menos hasta la llegada de Internet sucedían) en nuestra televisión. Esas conversaciones están dominadas por unos pocos, diseñadas para las masas, puntuadas por pausas publicitarias y siempre entretienen. Incluso las más serias. Son conversaciones que definen nuestra cultura, una cultura de la irrelevancia, la incoherencia y la impotencia. ¿Qué pasos vas a dar para reducir el conflicto en Oriente Próximo? ¿o las tasas de inflación, crímenes y paro? ¿qué planeas hacer respecto a la OTAN, la OPEP, la CIA, etc.? Me tomaré la libertad de responder por vosotros: no vais a hacer NADA (Neil Postman) Postman recupera la visión determinista de los medios como “entornos” o “ambientes”. Los medios contienen las conversaciones sobre nuestra cultura. Cuando los med...


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