TEMA 4 Teatro Anterior A 1939 PDF

Title TEMA 4 Teatro Anterior A 1939
Author Ramón de Sande
Course Lengua Castellana y Literatura
Institution Bachillerato (España)
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TEATRO ANTERIOR A 1939. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS...


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TEMA 4: TEATRO ANTERIOR A 1939. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS En la segunda mitad del siglo XIX, la consolidación de la burguesía como clase dirigente conlleva un cambio de mentalidad. A finales de siglo, el teatro es un espectáculo destinado a entretener a este público burgués conservador. Sin embargo, en los primeros años del siglo XX aún perviven tendencias del último cuarto del siglo anterior: el drama neorromántico de Echegaray (Premio Nobel en 1905) y el teatro realista-naturalista de Galdós ( en 1901 tiene lugar el sonado estreno de Electra, obra polémica por su anticlericalismo). De todos los géneros literarios, probablemente, el teatro sea el más sujeto a los condicionamientos ideológicos y comerciales y esto explica que debamos diferenciar entre un teatro comercial, con éxito en los escenarios y un teatro innovador, más atrevido y creativo que goza de menos popularidad. 1.

Dentro del teatro comercial se distinguen tres tendencias:

a) Alta comedia o comedia burguesa. Su principal representante es Jacinto Benavente. Se trata de un teatro inmovilista dirigido a un público burgués que no comprende las innovaciones estéticas e ideológicas y que se encuentra muy alejado de los movimientos de la escena europea. Se trata de una crónica amable de los defectos y virtudes de la burguesía. Es un teatro con una intriga bien construida y diálogos elegantes e ingeniosos, que plantea conflictos amorosos, familiares o económicos con finales casi siempre satisfactorios. Sin embargo, las mejores obras de Benavente se apartan de este patrón: La Malquerida es un drama rural y Los intereses creados es una farsa que, utilizando personajes y ambientes de la comedia del arte y de la tradición picaresca, muestra una visión cínica de los ideales burgueses. b) Teatro poético o teatro en verso. Se trata de un teatro de minorías. Sigue la huella barroca y posromántica y tiene un estilo modernista. Se caracteriza por utilizar un verso sonoro, retórico y efectista. Se da gran importancia a lo extratextual ( iluminación, decorado, vestuario…) frente al contenido dramático. Con una ideología tradicional, habla de los ideales nobiliarios y de los grandes hechos del pasado español con el objetivo de superar la desmoralización colectiva que siguió a la pérdida de las colonias. Autores fundamentales: Eduardo Marquina (Las hijas del Cid, En Flandes se ha puesto el sol), Francisco Villaespesa ( El alcázar de las perlas, María Padilla) y los hermanos Machado( La Lola se va a los puertos, Las adelfas). c) Teatro cómico-costumbrista. Se trata de un teatro de consumo dirigido a un público, sobre todo, de extracción popular. Es continuación, en parte, del “género chico” del siglo anterior. Sus personajes pertenecen a las clases populares, retrata ambientes pintorescos, tiene humor y sentimentalismo y casi siempre un final feliz. Destacan los hermanos Álvarez Quintero que reflejan el ambiente andaluz de forma amable, idealizada y tópica. Escriben sainetes y comedias (El genio alegre, El traje de luces, El patio). Las obras de Carlos Arniches están cargadas de comicidad verbal y reflejan el ambiente madrileño. Citaremos sus sainetes (El santo de la Isidra , Los milagros del jornal) y La señorita de Trevélez, una “tragedia grotesca” en la que se hace una crítica a la juventud burguesa ociosa. Por último, es muy importante la figura de Muñoz Seca que en La venganza de Don Mendo cultivó el astracán, un subgénero cómico algo más burdo, pero muy exitoso. En él se deforman los rasgos cómicos con el único fin de hacer reír. 2.

Teatro innovador: Durante el primer tercio del siglo XX se produce una renovación teatral en Europa: Bertold Brech ( teatro épico), Luigi Pirandello (teatro de reflexión), Antoine Artaud (teatro de la crueldad). El teatro en España en este periodo hay que analizarlo desde la perspectiva de las diferentes generaciones que se han desarrollado hasta el momento:

a)

Generación del 98. Miguel de Unamuno hace un teatro filosófico y austero (Fedra, La esfinge). Azorín representa un teatro vanguardista en el que los personajes son ideas y conceptos abstractos ( el tiempo, la muerte). La escenografía y vestuario son inexistentes. Destacamos su trilogía Lo invisible. El más importante por su originalidad y talento creador será Valle-Inclán. El teatro de Valle se ha dividido tradicionalmente en ciclos: el ciclo modernista (El marqués de Bradomín ), el ciclo mítico de la Galicia primitiva, a veces, sórdida de Comedias bárbaras, el mundo fantástico y estilizado del ciclo de la farsa ( La marquesa Rosalinda) y el ciclo del ESPERPENTO que constituye la culminación de su teatro. En 1920 aparece el primer esperpento (Luces de bohemia) que será ampliada en 1924. También tenemos los trilogía Martes de carnaval. El esperpento es una deformación sistemática de la realidad. Lo grotesco como forma de expresión. Su objetivo es criticar la sociedad de un modo burlesco y caricaturesco. Se produce una mezcla de la trágico y lo cómico, una animalización de los personajes que se convierten en fantoches ( Max Estrella es un viejo poeta madrileño que “desciende a los infiernos de la noche madrileña”) y una cosificación de la sociedad. Todo ello dentro de un ambiente paródico y lleno de antítesis. Recuerda al Expresionismo y a la tradición “negra” española de Quevedo y Goya. Es el reflejo de una amarga visión de España a la que representan como un reflejo grotesco de Occidente. Queda superado el Realismo como principio estético y desarrolla una auténtica cosmovisión de la vida y el mundo.

b)

Novecentismo. Destacan Jacinto Grau con El señor de Pigmalión y Ramón Gómez de la Serna con un teatro muy innovador en Los medios seres.

c)

Generación del 27. Se caracteriza por intentan acercar el teatro al pueblo. En 1931 dentro de la Misiones Pedagógicas aparece del Teatro del Pueblo (dirigido por Alejandro Casona). También hay compañías como La Barraca, fundada por Lorca y Fernando Ugarte, que viajan por diferentes pueblos de España para dar a conocer obras del Siglo de Oro. Se produce una depuración del teatro poético y la aplicación de nuevas técnicas vanguardistas. Habría que distinguir entre los miembros propiamente dichos que, siendo poetas, practicaron también el teatro como Salinas, Alberti (El hombre deshabitado, Fermín Galán) y García Lorca y los escritores afines como Alejandro Casona(Nuestra Natacha, Sirena varada) , Max Aub, Jardiel Poncela y Miguel Mihura que desarrollarán la mayor de su carrera después de la Guerra Civil. Mención especial merece la obra de Federico García Lorca ( 1898-1936). En unas obras cargadas de símbolos ( luna, agua, sangre, metales, caballo…) cuyo tema fundamental será la obsesión por el dolor de vivir. Una pugna entre deseo/ realidad y autoridad/libertad. Las mujeres serán los personajes más representativos y la frustración el hilo que una la gran mayoría de las obras lorquianas. Supone una expresión del destino trágico y unas pasiones que están condenadas al dolor y a la muerte. Hace compatible una concepción social y didáctica del teatro con un tratamiento estético muy elaborado y poético. Su trayectoria se puede resumir en tres fases: sus comienzos, en los años 20, con predominio del verso e influencia del simbolismo (La zapatera prodigiosa, el drama histórico Mariana Pineda), la experiencia vanguardista de sus “comedias imposibles” (Así que pasen cinco años, El público), y su etapa de plenitud de los años 30, en la que escribe dos tragedias y dos dramas de protagonistas femeninas, ambiente andaluz y un prodigioso equilibrio entre el lenguaje poético y el lenguaje popular. Bodas de sangre (1933) narra una historia de pasión y venganza con base real; Yerma (1934) muestra el drama de una mujer infecunda, de la maternidad frustrada; Doña Rosita la soltera (1935) habla sobre la espera inútil del amor en un ambiente provinciano; finalmente, La casa de Bernarda Alba (1936) denuncia el opresivo peso del autoritarismo y la moral tradicional sobre las mujeres. Sin duda, al margen del mayor o menor éxito de público, García Lorca es, junto a Valle-Inclán, la gran figura, por repercusión histórica e internacional, del teatro en este periodo....


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