11. Causas de La Guerra Civil Española PDF

Title 11. Causas de La Guerra Civil Española
Course Historia Contemporánea de España
Institution Universidad Carlos III de Madrid
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11. Causas de la Guerra Civil española

Ante todo, hemos de situarnos ante la evidencia de que la Guerra Civil fue la cuarta guerra que sufría nuestro país en menos de cien años, tras las tres guerras carlistas. Incluso la independencia de las últimas colonias americanas podría considerarse, a día de hoy, como una guerra civil. ¿Qué nos da a entender esta situación? -Un país que tenga una identidad nacional indiscutible nunca tendrá que sufrir una Guerra Civil. -Un país que cuente con aventuras exteriores triunfantes, nunca tendrá una Guerra Civil, pues esas victorias no harían sino cohesionar el interior del país. -Un país de clases medias nunca ha tenido ni tendrá una Guerra Civil en su historia. -Un país con una población alfabetizada nunca ha tenido ni tendrá una Guerra civil. España presenta estos cuatro problemas, por lo que parece lógica la sucesión de cuatro guerras civiles a lo largo de su historia. Encontramos las causas de la Guerra Civil en varios factores claves: 1. El fracaso de la Segunda República. 2. La presencia de dos bandos fuertemente polarizados. 3. El fracaso de la sublevación. 4. La internacionalización de la Guerra Civil Española. La Guerra Civil surge a raíz del fracaso en el segundo intento republicano de la historia nacional. La II República trataba de luchar por acabar definitivamente con los problemas sociales que venían arrastrando, como el reparto injusto e irregular de tierras, el exceso de influencia del clero tanto en la educación como en la moral o las ambiciones sobrexcedidas del ejército, entre otras. Estas reformas tuvieron una gran promulgación teórica pero se vieron frustradas en la práctica, pues las tierras no fueron repartidas por la carestía económica que sufrían las arcas del país, las medidas contra la Iglesia fueron tomadas como un ataque personal por una gran parte de la sociedad que vio como su estilo de vida estaba amenazado y la moral nacional siguió con un carácter moralista demostrado en el nulo desarrollo del divorcio y el aborto; y el ejército se veía receloso y lo que era aún peor, prisionero del tedio que generaba la ausencia de campañas internacionales. De la misma manera, con la caída del gobierno de Azaña y la subida al poder de la CEDA, se produjo la contrarreforma que dio al traste con todas las reformas que se habían llevado a cabo en el período precedente e invirtió las tornas. Esto deja claro que los gobiernos republicanos no consiguieron unificar España, sino que con sus medidas, fueron provocando un cisma entre estas. De ahí el fracaso de esta República que sancionaba las manifestaciones con sucesos como el de Casas Viejas o las revueltas asturianas y que no supo actuar ante la amenaza de unos militares ambiciosos y ociosos.

En cuanto a la población se refiere, en primer lugar encontramos una España basada en el orden de siempre, en la que hacen acto de presencia: los monárquicos, los militares sublevados que se unieron en la UME desde el triunfo del Frente Popular, admiradores del fascismo y demás clases que mostraban su repudio contra la República y esencialmente contra el primer bienio y sus reformas insultantes para estos. En definitiva, nos queda una parte de población que miraba nostálgica hacia el pasado o con un sentimiento antirrepublicano profundo, que pone de manifiesto un problema tradicional, presente en cualquier época de nuestra historia, que es el miedo a la modernidad y al progreso. La otra parte de la población la formaba el bando republicano con POUM, PSOE, CNT, FAI, PCE, UGT y los representantes del nacionalismo catalán y vasco, con una mayor variedad de ideologías y carencia de militares profesionales, pues la mayor parte de ellos se hallarían en el bando sublevado. Se definieron claramente dos Españas, cada una de ellas temerosa de la contraria, defensora de sus ideas y tan concienciadas en imponerse una por encima de otra que se olvidaron de lo que les unía y lo que las habría poder convertido en una sola. Un factor clave para que la sublevación de julio de 1936 se convirtiese en una guerra fue la internacionalización de la Guerra Civil. Este conflicto hace aumentar la inestabilidad internacional que se percibía en la antesala de la Segunda Guerra Mundial; el régimen nazi y el fascismo italiano se contraponían a las democracias europeas que veían el hambre insaciable de los totalitarismos. Pese a que al principio varias de las grandes potencias internacionales firmaron un compromiso de no intervención en la Guerra Civil Española, no faltaron potencias que aportaron su grano de arena a la descompensación de los dos bandos. Los principales partícipes fueron Alemania e Italia que en parte por la afinidad con los sublevados, en parte por la intervención de Serrano Súñer y en mayoría por intereses territoriales. Alemania albergaba tener acceso a los Pirineos y poder establecer bases en suelo ibérico, además de la oportunidad de probar su aviación y su artillería de cara a un conflicto internacional que se comenzaba a perfilar , mientras que por parte de Italia estaban las ansiadas Islas Baleares y el deseo de aumentar la influencia en el Mediterráneo que llevaron a Mussolini a enviar al Cuerpo de Tropas Voluntarias en el que toda la ponzoña de las cárceles italianas dieron rienda suelta a su virulencia en enclaves republicanos como Cádiz. También fue el bando sublevado responsable de que países democráticos como Francia no tomaran partido a favor de sus homólogos españoles, ya que el miedo de los países democráticos era que Franco diese acceso libre a los nazis a los Pirineos, ante la confirmación de este de que no iba a suceder las fronteras francesas se cerraron a la par que la esperanza republicana se disipaba. Ante esto los escasos aliados, la URSS, de los republicanos se vieron con las vías para suministrar recursos cerradas por tierra ante la pasividad francesa y asediada por mar por los submarinos del fascismo italiano; pero con los bolsillos repletos del oro que la República debía pagar.

Así vemos que la Guerra Civil fue el resultado de dos bandos que carecieron de paciencia, entendimiento y espíritu democrático, de intransigentes que pensaron que su apellido era España y su patrimonio un bien inviolable. Al fin y al cabo la Guerra Civil fue el resultado de los intereses extranjeros y la ambición de unos pocos de implantar su estilo de vida sin escuchar a los demás.

12. La construcción de Franco como generalísimo (1936-1939)

En los primeros momentos el alzamiento militar no tuvo un claro líder, porque quien se suponía que iba a serlo, el exiliado general Sanjurjo, falleció en un accidente aéreo cuando se dirigía a España. Durante los primeros meses al frente de los sublevados hubo una Junta de Defensa, pero los principales generales actuaron con cierta independencia, y pronto se llegó a la conclusión de que era necesario contar con un único jefe político y militar. El mes de septiembre del año 1936 fue decisivo en el aspecto del mando único por dos acontecimientos: uno institucional (como fue el nombramiento de Franco como Generalísimo y jefe de Estado) y el otro un suceso ocurrido, de carácter simbólico, en el desarrollo de la Guerra Civil Española, como fue la liberación del Alcázar de Toledo. En cuanto al primer aspecto, hay que destacar que los militares rebeldes estaban convencidos de la necesidad de tener un mando único. El general monárquico Alfredo Kindelán propuso la candidatura del joven Francisco Franco como Generalísimo de las tropas nacionales. Este general estaba seguro de que Franco compartía su sueño de volver a ver a Alfonso XIII en el trono de España, por lo que comenzó a proponer a Franco desde finales del mes de agosto de 1936. Francisco Franco Bahamonde nació en la localidad coruñesa de Ferrol. Desarrolló sus estudios militares en la Academia Militar de Infantería de Toledo, donde consiguió una mediocre calificación (solo obtuvo el número 251 de los 312 cadetes clasificados en su promoción o si se quiere, de los 381 que habían sido admitidos en la Academia en 1907). En un primer momento es destinado a Ferrol dos años, sin embargo sus preferencias se situaban en África. Ya en el continente africano, logró una vertiginosa ascensión hasta alcanzar el generalato en el transcurso de diez años y medio, convirtiéndose en el general más joven de Europa de aquella época. Kindelán convenció a Franco para que convocase una reunión en Salamanca el día 21 de septiembre de 1936. A ella asistieron los principales generales sublevados del bando nacional, convencidos en su mayoría de que era necesario un mando único. Así pues, fue elegido por casi la totalidad de los asistentes la figura de Franco como Generalísimo de los sublevados, si bien es cierto que quedaba pendiente de conocer las atribuciones de este cargo. El 28 de septiembre se volvieron a reunir los principales generales con el fin de elegir en quien residiría la jefatura de Estado. Los partidarios de Franco querían que su cargo de Generalísimo de los sublevados estuviese ligado a la jefatura del Estado, para unir en una única persona el poder militar y el poder político. Así pues, el 29 de septiembre, Cabanellas, como presidente de la Junta Nacional de Defensa firmó el decreto por el que se nombraba a Franco jefe del Gobierno del Estado español. El segundo aspecto a tener en cuenta del mes de septiembre de 1936 fue el Asedio del Alcázar de Toledo (Liberación del Alcázar en palabras de los mandos sublevados). Fue una batalla altamente simbólica en la que se enfrentaron fuerzas gubernamentales compuestas

fundamentalmente por milicianos del Frente Popular y guardias de Asalto contra las fuerzas de la guarnición de Toledo, reforzadas por la guardia civil de la provincia y un centenar de civiles militarizados sublevados contra el Gobierno de la República. Los sublevados se refugiaron en el Alcázar de Toledo, entonces Academia de Infantería, Caballería e Intendencia, acompañados de sus familias. Las fuerzas republicanas empezaron el asedio sobre el fortín de los sublevados el 21 de julio de 1936. Los sublevados, bajo el mando del general Moscardó, consiguen semana a semana resistir las embestidas de los republicanos. Así, el Alcázar se convierte en símbolo de la lucha a muerte que se libra entre las dos Españas. Franco, consciente de que la guerra también necesita de símbolos, decide liberal el Alcázar cueste lo que cueste antes de atacar Madrid en su ascenso desde el suroeste peninsular. El 27 de septiembre el Ejército de África, liderado por Franco y dirigido en la batalla por José Enrique Varela, se pega a los talones de los atacantes republicanos. Amenazados con quedar cercados, los republicanos abandonan y se repliegan hacia Madrid. Así pues, el Alcázar es liberado tras 69 días de asedio. Al día siguiente, la figura de Francisco Franco, hasta el momento desconocida, aparecía en las portadas de los diarios de todo el mundo, consiguiendo así una imagen pública en el resto de países, tanto europeos como de otros continentes. El Asedio del Alcázar de Toledo fue la primera muestra de que Franco no buscaba una guerra rápida y directa que acabase en pocos meses. El Generalísimo buscaba una guerra de desgaste, tanto en el ámbito puramente logístico, como en el psicológico, al ir mermando mes a mes el espíritu de defender mediante las armas la Constitución de 1931 por parte de los republicanos. De haberlo deseado, Franco antes de finalizar el año 1936 podía haber dado por concluida la guerra con su entrada en Madrid; sin embargo, prefirió una guerra de desgaste y de símbolos con la que fuese haciéndose y creándose como futuro caudillo de España, dado que el 1 de abril de 1939 el dictador ya `estaba hecho´. Conforme al modelo de otros dictadores de la época, como Mussolini y Hitler, Franco deseaba disponer de un partido único y para ello decretó en abril de 1937 la fusión de falangistas y tradicionalistas en un solo partido, la Falange Española Tradicionalista. Los pocos miembros de ambos partidos que trataron de oponerse a esta unificación impuesta fueron acallados con dureza. Pronto se comprobó que en el nuevo partido predominaban los falangistas, que no tuvieron dificultad en aceptar a Franco como caudillo del Movimiento Nacional. El siguiente paso en la institucionalización del nuevo régimen fue la formación del primer gobierno de Franco, en enero de 1938 (hasta entonces la dirección del Estado había estado exclusivamente en manos militares). Franco asumió la presidencia del gobierno y encomendó la vicepresidencia a otro general, Francisco Gómez Jordana. El caudillaje español de Franco se reforzó por la adhesión de la Iglesia española, que siempre había tenido una orientación conservadora y que vio en Franco a su salvador frente a la persecución religiosa desencadenada en el territorio republicano. En julio de 1937 el episcopado español publicó una carta pastoral que justificaba el alzamiento.

Franco, receptor de los máximos honores que podía recibir: caudillo supremo del ejército y jefe de Estado sin contestación, creó la España de los vencedores (los nacionales) y los vencidos (los republicanos), una España basada en la victoria y no en la paz ni la reconciliación, en las represalias y los castigos a los republicanos en contraste con las ayudas y glorificaciones de los nacionales; nace a partir del inicio de la guerra y se refuerza definitivamente durante la dictadura, un país totalmente dividido, feliz y próspero para unos e injusto e inhabitable para otros.

13. ¿Por qué la República no ganó la Guerra Civil?

La Guerra Civil española puede ser considerada ideológicamente como la primera batalla de la Segunda Guerra Mundial. En primer lugar hay que tener en cuenta la internacionalización del conflicto a partir del cual ambos bandos fueron ayudados: Alemania e Italia ayudaron a los sublevados (además de dos empresas petroleras estadounidenses); mientras que la Internacional comunista y la URSS apoyaron al bando republicano. La Guerra Civil española fue vivida y sentida como algo propio en muchos países como Francia e Inglaterra, donde llega a convertirse en asunto de política interior del país. Además destacó el apoyo de las Brigadas Internacionales del lado republicano (la mayoría eran voluntarios). En el lado contrario se encontraba la Legión Cóndor Alemana y el Cuerpo de Tropas Voluntarias italiano. Es posible que esta internacionalización bastante desigual fuera una de las causas de pérdida de fuerza en la República española. En cuanto al bando nacional destacan dos países intermediarios: Alemania, por un lado, ayudó a los nacionales ya que compartían simpatía ideología fascista; la economía de este país había comenzado a ser por y para la guerra con lo cual aprovechó la alianza con España para probar su nuevo armamento durante la Guerra Civil al mismo tiempo que intentaban cercar a Francia. Por último una de las razones más importantes fue el deseo de Alemania de alejar el foco de tensión de las zonas centroeuropeas de tal manera que la opinión pública se alejara de sus territorios. Por otro lado Italia también intervino en primera instancia por simpatía ideológica con los nacionales españoles además de intentar probar en España algún tipo de sistema estratégico de guerra (como fue el caso de la contienda en Guadalajara). Otro motivo fue su deseo de conseguir expandir sus territorios alterando el statu quo del Mediterráneo, la hegemonía británica y en menos medida francesa. Por último Italia decidió intervenir en la Guerra Civil por un problema de política interior en sus territorios: Mussolini ansiaba unificar la figura del rey y la suya en sí mismo a través de la buena actuación de las milicias italianas en España. Aunque al final de todo Mussolini al igual que Hitler no consiguieron controlar al 100% sus ejércitos, problema que no caracterizó a Franco que lo solucionaría fabricando “su” propio ejército. Por otro lado el bando republicano recibió la ayuda de la URSS aunque al principio no quisiera brindar dicha ayuda. Al ver que Alemania e Italia intervinieron en la contienda y que las grandes masas de izquierda de toda Europa pidieron que se ayudara a los republicanos españoles, la URSS decide entrar en el conflicto para impedir la pérdida de los apoyos izquierdistas. Al igual que Alemania, esta decisión de intervención vino motivada en primera instancia por un deseo de alejar el conflicto europeo de sus fronteras. Por último y en el caso de vencer en la guerra, conseguirían formar un partido comunista hegemónico y un gran apoyo a la causa.

En esta situación en la que se encontraban los diferentes bandos, Francia intentó ayudar a los republicanos creando el Comité de no intervención a partir del cual se intentó que Alemania e Italia se inmiscuyeran en el enfrentamiento, aunque no sirvió de mucho. Tras plantear las diversas alianzas que se fueron sucediendo hay que tener en cuenta que la Guerra Civil fue básicamente una guerra de religión y sobretodo una guerra social que se basó en el enfrentamiento entre pobres y ricos. El 18 de julio España está dividida en dos: la España industrial (de izquierdas) y la España rural (de derechas). En estas mismas fechas la República poseía barcos, pero no oficiales que los manejaran y esto tuvo como consecuencia que posteriormente el convoy de la victoria de franco (los 20.000 moros) pudiera entrar fácilmente en España. Franco se apoyó en moros, italianos y alemanes lo que supuso su triunfo: sin ellos probablemente no podría haber ganado. En el caso de la aviación se queda al servicio de la República, pero es igualmente inoperante. Las fronteras de Portugal y la zona sur de España se convierten en dos de las zonas por las que se produce la llegada del armamento alemán. Por otro lado hay que tener en cuenta que la guerra no solo se ganaba en el frente sino también en la retaguardia por lo que Alemania pone a prueba la resistencia psicológica de los atrincherados y su Legión Cóndor se centra en el ataque de estas zonas, diezmando los batallones republicanos. Durante este periodo de enfrentamiento se sucedieron dos ventajas comparativas para los nacionales: al tener un único mando las decisiones eran más fáciles de tomar mientras que en las filas republicanas reinaba el caos (es más, la República necesitaba tiempo para construir un ejército que resistiera hasta que se creara un estado nuevo) y por otro lado el armamento recibido por nacionales y republicanos es igual a nivel cuantitativo, pero a los republicanos le llegaba a periodos irregulares por lo que no podían hacer planes a largo plazo como podían hacer los nacionales. La inseguridad tiñó las decisiones de los republicanos como fue el caso de la batalla del Ebro, la última de la Guerra Civil española, donde los republicanos cruzaron el Ebro y derrotaron a los nacionales sorprendidos aunque después, sin motivo aparente, pararon su avance lo que pudo estar relacionado con que al no disponer de mandos expertos no sabían qué hacer con la ventaja conseguida. Es por último importante destacar la cercanía con la que contaban los nacionales de países como Italia y Alemania lo que les favoreció, además de en materia de armamento, en materia de alimento y otros productos. Para la República no fue tan fácil, por lo que tuvo que comprar armas en el mercado negro.

14. La etapa azul del franquismo (1939 – 1945)

Francisco Franco se convirtió en jefe del Estado y en presidente del Gobierno el día 1 de octubre de 1936, es decir, durante la Guerra Civil. Dominaba sobre aquellas zonas conquistadas por el bando nacional. Posteriormente, Franco sería investido como caudillo de España y sería nombrado “hijo predilecto de la Iglesia”, obteniendo así la legitimación militar, política y religiosa. El régimen se caracterizaría por un autoritarismo extremo basado en el totalitarismo, en la represión de la oposición, en una concepción unitaria y centralista del Estado y en el control sobre los medios de comunicación y la censura. Además, los pilares del régimen eran tres: el ejército, el partido único (Falange Española Tradicionalista y de las JONS) y la Iglesia católica. El ejército era el sostén del régimen y participó ampliamente en el poder ya que parte de los ministros y gobernadores civiles eran militares. El partido único (Falange Española Tradicionalista y de las JONS) era una especie de unión e...


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