2. Ovidio para cv - Apuntes 2 PDF

Title 2. Ovidio para cv - Apuntes 2
Author Naiara Diaz-guerra Castillo
Course Literatura Latina II
Institution Universidad de Málaga
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OVIDIO INTRODUCCIÓN Ovidio es el poeta romano del que poseemos más noticias auténticas, referidas tanto a su vida como a su obra. Es el propio poeta quien nos ofrece estas noticias, diseminadas en sus poesías, particularmente en Tristia IV, 10 (LEER). Este pasaje de las Tristes constituyó una autobiografía rica en detalles y de gran finura psicológica. BIOGRAFÍA P. Ovidio Nasón nació el 20 de marzo1 del 43 a.C.2 en Sulmo (Sulmona), Sulmo mihi patria est, pequeña ciudad de la comarca pelignia en Italia central. Pertenecía a una familia acomodada de la clase ecuestre, usque a proavis vetus ordinis heres/ non modo fortunae munere factus eques. Asistió a la escuela de retórica en Roma, donde fueron sus maestros Porcio Latrón y Arelio Fusco. De las declamationes prefería3 las suasoriae, que solía versificar; de las controversiae prefería las ethicae, por los elementos humanos que incluían. No se le daba bien el argumentar, mientras que se sentía irresistiblemente atraído hacia la poesía, para la que poseía una asombrosa facilidad, según sus palabras, et quod temptabam scribere versus erat. Su padre trató de apartarlo de esta inclinación, para que se dedicase de lleno a la carrera jurídica, pues le recordaba que la poesía era económicamente poco productiva, ya que ni el mismo Homero había ganado riquezas con ella: saepe pater dixit “studium quid inutile temptas?/Maeonides nullas ipse reliquit opes”. Según la costumbre de la época, trató de ampliar su formación, terminados los estudios de retórica, con algunos viajes a Oriente y a Grecia y una larga estancia en Atenas, con su amigo el poeta Macro. Llegó a ejercer un oficio secundario en la judicatura, pero no tardó en abandonarlo para dedicarse exclusivamente a la poesía. Su padre, que vivió 90 años, 1

Haec est armiferae festis de quinque Minervae/ quae fieri pugna prima cruenta solet: Éste (día) es, de los cinco festivos dedicados a Minerva armígera,/el primero que suele ser cruento por la lucha. El poeta se refiere a las Quinquatrías, fiestas en honor de Minerva, diosa de la guerra, que duraban cinco días, del 19 al 23 marzo: el primer día se dedicaba a la diosa; desde el segundo día (20 marzo) se escenificaban los combates de gladiadores: “el primero cruento por la lucha”. 2 Año en que murieron los cónsules Hircio y Pansa en la batalla de Módena (cum cecidit fato consul uterque pari). Año, también, de la muerte de Cicerón. 3 Prefería las suasoriae por ser de argumento preferentemente mítico o histórico, frente a las controversiae, que trataban de cuestiones judiciarias: lo racional y argumentativo no era de su gusto.

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debió de sentirse orgulloso de la gloria poética alcanzada por su genial hijo, cuya desgracia, ni él ni su madre llegaron a conocer: et iam complerat genitor sua fata novemque/ addiderat lustris altera lustra novem…matri proxima busta tuli./ felices ambo tempestiveque sepulti,/ante diem poenae quod periere meae! Se casó muy joven, pero se divorció pronto, tanto de su primera mujer, como de la segunda: paene mihi puero nec digna nec utilis uxor/ est data, quae tempus per breve nupta fuit./ illi successit, quamvis sine crimine coniunx,/ non tamen in nostro firma futura toro. En la tercera esposa, Fabia, encontró una auténtica compañera. Permaneció fiel a Ovidio hasta el final de sus días, incluso durante su destierro: ultima, quae mecum seros permansit in annos,/ sustinuit coniunx exulis esse viri. Fue padre de una hija, que en su juventud le dio dos nietos, sed non ex uno coniuge. Consiguió tener una vida familiar armónica y ser un poeta celebrado. Había publicado ya sus poesías eróticas, la tragedia Medea, estaba dando los últimos toques a sus Metamorfosis y llevaba a medias los Fastos, cuando le llegó el año 8 d. C. el tremendo golpe de infortunio de su vida: Augusto lo relegaba a los últimos confines del Imperio, a la semibárbara Tomis (la actual Constanza, en Rumania) en la costa occidental del Mar Negro, tierra de los getas, amenazada por las invasiones de las tribus bárbaras. El castigo revistió la forma de relegatio, más leve que la deportatio, porque no comportaba la pérdida de bienes ni de la ciudadanía. Para los motivos del destierro, la única fuente de información que tenemos es el propio Ovidio, que se limita en este punto a unas vagas alusiones. En Tristia 2, 207, Ovidio alude a las razones de su destierro en una brevísima fórmula, carmen et error. El error debió de ser la causa inmediata o justificación del destierro. Probablemente consistió en que Ovidio, “habiendo visto algo que le hizo culpable”, se vio implicado en algún escándalo que afectó vivamente a Augusto, como pudo ser el adulterio con Julio Silano de su joven nieta Julia (Tác., Ann. 3, 24), a la que desterró. El carmen debió de ser el Ars amandi, poema didáctico “del amor libre”. Es cierto que el año 8 d.C. ya hacía diez años que había sido publicado. Pero la publicación de esta obra, opuesta a los ideales de regeneración moral de Augusto, hubo de desagradar al emperador y ser motivo de una actitud negativa hacia Ovidio. Posiblemente el poema se tuvo en cuenta como un cargo más contra el poeta envuelto en el suceso del adulterio de Julia.

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Pero no olvidemos la teoría de Jérôme Carcopino4 sobre el motivo del destierro de Ovidio, por la delación de unos sirvientes del poeta, famuli nocentes, a raíz de un ensayo de adivinación neopitagórica (LEER). Ovidio llegó a Tomis a principios del año 9. No dejó nunca de añorar Roma y mantuvo la esperanza de poder regresar. Ordenó desde allí a sus amigos que publicasen sus Metamorfosis, aun sin darle los retoques que necesitaba. No pudo continuar los Fastos, que se hallaban a medias, por carecer del material y los ánimos. En el exilio, su actividad poética, si se exceptúa el discutido poema Halieutica, la compone una serie de interminables lamentos, las súplicas para obtener gracia o al menos traslado a otro lugar mejor, la justificación de su poesía amorosa, y maldiciones contra sus enemigos. Ovidio tenía puestas sus esperanzas de perdón y regreso a Roma en Germánico, sobrino de Tiberio, a quien dedicó los seis libros de los Fastos, pero la muerte lo sorprendió todavía en Tomis el año 18 d.C. OBRAS: ESQUEMA

Poesías

Amores

(3 libros)

Heroidas

(2 series: 1ª, del 20 al 15 a.C.; 2ª, del 8 a.C.?)

Ars amatoria (3 libros, 1165 dísticos)

eróticas Remedia amoris

(1 a.C. – 2 d.C)

De medicamine faciei femineae

El conjunto de las poesías eróticas (salvo Heroidas) está caracterizado, frente a la producción de Tibulo y Propercio, modelos del género elegíaco, por un HUMOR e IRONÍA, e incluso PARODIA, insólitos en la elegía.

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J. Carcopino, Contactos entre la historia y la literatura romanas, “El destierro de Ovidio, poeta neopitagórico”.

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Medea

(Tragedia desaparecida)

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Metamorfosis (15 libros, casi 12000 hexámetros)

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Fastos

(6 libros; quedó a medias)

Tristia

(5 libros, 1764 dísticos, 9-12 d.C)

Epistulae ex Ponto

(4 libros, 1637 dísticos, 12-16 d.C)

Obras del

Ibis

destierro Panegíricos

(Tres panegíricos: a Tiberio, a la muerte de Augusto y a la familia imperial, este último en lengua gética; todos perdidos)

Halieutica

(Poema didáctico sobre peces y pesca, inacabado)

Las obras propiamente elegíacas son: Amores, Heroidas, Tristes y Pónticas. OBRAS: CONTENIDO POESÍAS ERÓTICAS Amores (entre 23 a.C y 14 a.C) Comprendía originariamente cinco libros. Posteriormente, tras suprimir algunas poesías y añadir otras, reeditó esta obra en tres libros. Esta segunda edición es la que poseemos actualmente. Los libros están compuestos principalmente de elegías eróticas, en las cuales Ovidio siguió la línea trazada por sus antecesores de más edad, Tibulo y Propercio. Doce de estas elegías versan sobre su supuesta amada Corina, lo cual constituye una pequeña parte de los libros (48 poemas). Todo hace suponer que esta mujer es una ficción poética: no fue identificada por sus contemporáneos; Ovidio le dedica,

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proporcionalmente, pocas poesías; por otra parte, Ovidio destacó entre sus amigos elegíacos por el amor a la vida familiar. Ovidio suele tocar en estas poesías los tópicos y motivos corrientes en las elegías de sus predecesores. Lo hace con soberana maestría, pero sus elegías, fuera de alguna que otra, no alcanzan el tono de intensa vivencia que tienen las precedentes. Cabe destacar el lamento fúnebre por Tibulo (III, 9 LEER), la visita de Corina a mediodía (I, 5 LEER) y la llamada añorante de su amada desde su patria rural (II, 16). En general, se respira en estas poesías una atmósfera de intensa sensualidad y de cínica frivolidad, pues Ovidio no retrocede ante descripciones más o menos lascivas. En el conjunto de estas poesías destaca una serena alegría de vivir, donde falta el sufrimiento amoroso que tanto domina en las elegías de Tibulo y Propercio. Así pues, las poesías que componen Amores son retóricas en una medida desacostumbrada para la elegía. Heroidas (2 series: 1ª, del 20 al 15 a.C.; 2ª, del 8 a.C.?) Las Heroidas son cartas literarias de mujeres célebres de la leyenda griega a sus respectivos maridos o amantes. Se conservan 15, incluyendo la carta de Safo, transmitida hasta nosotros fuera de esta serie ovidiana, y en la que figura el título solamente. Como antecedentes pueden mencionarse el ejercicio retórico de la etopeya5 y la carta de Aretusa a su esposo Licotas, escrita por Propercio (IV, 3). Las mujeres, supuestas autoras de estas cartas, pintan su desesperada situación o intentan atraer de nuevo a sus maridos o amantes. La indignación, los celos, las amenazas, las angustias y las declaraciones de amor constituyen el entramado de estas cartas, en las que Ovidio se manifiesta conocedor del alma femenina. En lo que suponen de humanización del mito, sobrepasa a Eurípides y a Apolonio de Rodas. Sus heroínas sienten, sufren y escriben como las mujeres que conocía Ovidio, es decir, carecen por completo de la sencillez antigua o, dicho de otro modo, de la elegancia clásica. Un amigo de Ovidio, un tal Sabino (Amores II, 18, 27-34), escribió unas elegías de contestación a seis cartas de las Heroidas. Estas elegías se han perdido. Ovidio, a quien agradó la idea del poeta amigo, escribió, a imitación suya, tres pares de cartas, de cuya autenticidad a veces se ha dudado, tres cartas de mujeres y tres cartas de contestación de los hombres correspondientes: Paris-Helena (XVI) / Leandro-Hero (XVIII) / Aconcio- Cídipe (XX). 5

La etopeya era la caracterización de un personaje mediante un discurso del mismo.

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La primera serie fue publicada entre el 20 y el 15 a.C. La segunda serie de cartas dobles, fueron publicadas mucho más tarde, entre tres y diez años más tarde, según algunos; para otros (Fca. Moya) en los primeros años del siglo I, antes del destierro en el 8 d.C. Ovidio ha pasado, pues, de los Amores personales a los míticos en las Heroidas, y de éstos al amor en sentido general, teórico, abstracto, en Ars amatoria. Ars amatoria (2 a.C) Éste es el título que figura en los manuscritos, y no el de Ars amandi, como corrientemente suele denominarse. Con esta obra se dice que Ovidio inaugura un nuevo género poético, del que existían precedentes en algunas elegías de Tibulo y Propercio, en las que también se dan normas para uso de enamorados. La obra comprende tres libros: el primero trata la busca y conquista de la joven, el segundo enseña cómo conservar el amor y el tercero va dirigido a las jóvenes, a quienes, con idéntica competencia, alecciona en el arte de amar. Arte de amar es, pues, un poema didáctico. Su disposición resulta muy artística. Combina motivos de la elegía erótica, tanto subjetiva como mitológica, con exquisitas observaciones, a veces cínicas, a veces comprensivas. Remedia amoris (1 a.C.-2 d.C.) Esta obra fue escrita poco después de Ars amatoria. Va dirigida a ambos sexos, a quienes ofrece consejos para defenderse de la pasión amorosa. Se trata de otro poema didáctico, penetrado de ironía y alegre parodia. La existencia de Remedios de amor nos hace pensar que Ovidio escribió el Ars amatoria, sin pensar que podía influir con ella en las costumbres, y que la consideró un juego literario. Ante las censuras suscitadas por su publicación, Ovidio se defendió diciendo que la obra no iba dirigida a las doncellas virtuosas ni a las matronas honradas, sino a las “damas galantes” de Roma, habituadas ya a las poesías eróticas de Catulo, Galo, Tibulo y Propercio.

De medicamine faciei femineae

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Se trata de un poema sobre cosmética, una especie de catálogo de cosmética en verso, un tratadito acerca de los cuidados del rostro femenino. Sólo se han conservado 50 dísticos, mediante los que podemos admirar el profundo conocimiento que Ovidio tenía sobre esta materia. (Título: Medicamina faciei femineae, ver Andrés Pociña)

Medea Tragedia que Ovidio leyó en público el año 12 a.C. con muy buena acogida. Aunque se ha perdido, nos han llegado algunos juicios de la Antigüedad sobre ella. Quintiliano y Tácito opinaban que la Medea de Ovidio merecía ser considerada entre lo más notable de la producción teatral romana, junto con el Tiestes de Vario. Desgraciadamente, sólo tenemos dos versos, el citado por Quintiliano (Seruare potui, perdere an possim rogas?) y el que se nombra en las Suasorias de L. Anneo Séneca (Feror huc illuc ut/uae plena deo)6. Metamorfosis (2-8 d.C) Consta de 15 libros, que totalizan unos 12000 hexámetros. Ovidio escribió esta obra en el periodo de 6 años. Cuando recibió la noticia del destierro, lleno de desesperación, parece ser que arrojó el original al fuego. Aunque por fortuna los amigos tenían copias, Ovidio, desalentado por su desgracia, dejó la obra como estaba el año 8 y no le dio los retoques que necesitaba cuando, desde el destierro ordenó a sus amigos que la publicaran (Tristes III, 14). Precedentes y fuentes: -

Los Heteroiumena (“Transformaciones”), obra de Nicandro de Colofón. Está escrita en hexámetro y las leyendas aparecen relacionadas entre sí.

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Las Metamorfosis de Partenio de Nicea. Está escrita en versos elegíacos. Partenio fue el maestro de Cornelio Galo.

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Ornithogonia, obra escrita por el amigo de Ovidio llamado Aemilius Macer, el cual recoge en ella solamente las leyendas que hablan de hombres convertidos en pájaros.

6 Sabemos que Ovidio es autor de una Medea, tragedia de la que sólo conservamos dos breves fragmentos, o mejor, dos frases, una que nos ha transmitido Quintiliano (Inst. 8,5,6 Nam cum sit rectum 'nocere facile est, prodesse difficile', uehementius apud Ouidium Medea dicit: 'seruare potui: perdere an possim rogas?') y la otra Séneca el padre (Suas . 3,7 Hoc autem dicebat Gallio Nasoni suo ualde placuisse; itaque fecisse illum quod in multis aliis uersibus Vergilii fecerat, non subripiendi causa, sed palam mutuandi, hoc animo ut uellet agnosci; esse autem in tragoedia eius:’feror huc illuc, uae, plena deo’).

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También tratan leyendas de metamorfosis: algunas poesías sueltas de Catulo (La cabellera de Berenice), de C. Licinio Calvo (Io), de Helvio Cinna (Zmyrna).

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Los Catálogos y las Genealogías de Hesíodo.

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La doctrina pitagórica de la transmigración.

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La literatura alejandrina que dio más importancia a las transformaciones de hombres en estrellas (catasterismos).

Contenido Contiene 250 mitos y leyendas y 175 cambios de forma, desde la repoblación de la Tierra después del diluvio hasta la apoteosis de César. Ovidio no presenta todo este abigarrado material, ni en desorden ni desconexionadas unas leyendas de otras. Con su inagotable

imaginación

ha

sabido

ordenar

este

material

genealógica

y

cronológicamente. De esta forma, el conjunto adquiere el valor de una epopeya. Los tránsitos de unas leyendas a otras a veces rebuscados, pero, en la mayoría de los casos consigue hacerlo de forma muy afortunada. A pesar de los recursos retóricos, Ovidio sabe convertirse en un excelente narrador en las Metamorfosis. Lo mismo triunfa en lo grandioso (la inundación, Faetón) que en lo idílico (Filemón y Baucis). Se interesa por el amor en todas sus formas (Narciso, amor por sí mismo, Pigmalión, amor por su propia obra). Derrocha toda su habilidad descriptiva en los procesos de transformación (por ejemplo, Dafne en laurel, o la ninfa Ciane que se deshace literalmente en llanto). Es lo humano lo que más interesa a Ovidio en su exposición, y hasta los mismos dioses y diosas aparecen tratados como hombres y mujeres, a diferencia de Virgilio y Homero. En conjunto, puede definirse como una obra de carácter épico (perpetuum carmen), aunque contiene numerosos elementos elegíacos. Después de la apoteosis de César y Augusto (XV, 745-870), Ovidio profetiza, con versos impetuosos y rebosantes de orgullo justificado, su fama inmortal (XV, 871879). Estos versos nos hacen pensar que Ovidio consideró las Metamorfosis como su obra maestra. Efectivamente, esta obra representa el culmen de su talento poético. Brillantez, lenguaje rico en imágenes, pero claro al mismo tiempo, verso incomparablemente perfecto y habilidad narrativa distinguen esta obra. Por esto, entre todas las obras ovidianas, han sido los 15 libros de Metamorfosis los que han ejercido mayor influencia. Muchas generaciones han conocido a través de

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ellas los mitos y fábulas de la Antigüedad y han estimulado, como ningún otro libro de la poesía antigua, la literatura y las artes plásticas hasta la Edad Moderna.

Fastos Ovidio trata de exponer en esta obra la secuencia de fiestas romanas, siguiendo paso a paso el calendario, con las costumbres y leyendas relacionadas con ellas. Pensaba dedicar un libro a cada mes. Escrita en dísticos elegíacos, como toda su producción excepto Metamorfosis. Cuando le sorprendió la orden de destierro tenía escritos 6 libros, que comprendían las fiestas de los seis primeros meses del año (LEER selección). En el destierro no pudo Ovidio continuar la obra por carecer del material de consulta, y quizás también, por faltarle el ánimo para ello. En los últimos tiempos de su destierro y de su vida inició una revisión de la obra, pero la muerte impidió que en esta revisión fuera más allá del libro primero. Dedicó los seis libros a Germánico, en quien tenía puestas sus esperanzas de perdón. Fuentes En primer lugar, el calendario Juliano, redactado por M. Verrio Flaco y expuesto en Preneste. También, Varrón, con sus Antiquitates, y Julio Higino7 debieron de proporcionarle abundante material arqueológico. Como modelo literario adoptó los aitia de Calímaco. Contenido El poeta procede explicando la etimología de los nombres de los meses, enumerando los fenómenos celestes y constelaciones, y, de paso, menciona los mitos estelares correspondientes. Pero el núcleo fundamental lo constituyen las fiestas romanas y sus usos rituales, indicando el origen de éstos (sacrorum origo), al modo de las composiciones de Calímaco. Perfecta versificación con procedimientos de introducción y expresión muy variados. Utiliza el diálogo, con lo que las leyendas adquieren cierto valor dramático. Da entrada al humor, en su forma más graciosa, sin resabio satírico, por ejemplo, en la huelga de los flautistas (VI, 650 LEER) o la historia de la parlanchina Lara (II, 599 LEER).

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Bibliotecario de Augusto, con una obra sobre el origen de las ciudades de Italia.

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OBRAS DEL DESTIERRO

Tristia – Epistulae ex Ponto La primera obra comprende 5 libros y 1764 dísticos, y la segunda, 4 libros y 1637 dísticos. Estas dos obras sólo difieren entre sí, como señala el propio poeta, por el título y porque en la segunda obra se citan por sus nombres a los destina...


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